Sinopsis: En una oscura madrugada, Valentina Castillo despierta de un aterrador sueño en el que su hermana gemela, Harantza, la llama desde la penumbra. Aunque intenta convencerse de que solo fue una pesadilla, una inquietante sensación de pérdida la acompaña al trabajo. Su rutina como enfermera se interrumpe cuando un misterioso hombre herido llega a la sala de emergencias. A pesar de su estado crítico, Valentina siente una conexión inexplicable con él y, utilizando sus habilidades médicas, logra salvarle la vida. Pero el día se torna devastador al recibir la noticia de la muerte de Harantza, asesinada por una poderosa mafia que opera en las sombras de la ciudad. Su padre, un jefe de policía que la abandonó años atrás, reaparece y le propone infiltrarse en el mundo criminal para desmantelar la organización responsable. Valentina acepta la peligrosa misión y se convierte en bailarina en el cabaret del carismático mafioso que había salvado. La vida nocturna se convierte en un laberinto de seducción y peligro, donde cada paso puede ser el último. A medida que se adentra en este oscuro mundo, descubre secretos ocultos y comienza a desentrañar la red de corrupción que rodea a su hermana y a otros inocentes atrapados en el crimen. Sin embargo, lo que comienza como una misión de venganza se complica cuando surge una atracción inesperada hacia el mafioso, un hombre marcado por sus propias sombras pero con un corazón romántico que desafía todo lo que Valentina creía saber sobre el amor y la lealtad. En este juego mortal entre el deber y el deseo, Valentina se enfrenta a decisiones que podrían costarle no solo su vida, sino también el amor que nunca imaginó encontrar en medio del caos.
Leer más—Estamos en una situación difícil, si lo hace por culpa o no, voy a aceptarla, es lo menos que puede hacer, y si ya sabe que la que se murió es con la que estuvo, me hace creer que es un hombre bueno con un trabajo malo, si fuera malo, ni se molestaría en cubrir los gastos Valentina, tu hermana estuvo en un mundo que no es compatible al suyo, quién debería pagar todo, es tu padre, así que dejemos el orgullo de lado y sepultemos a tu hermana. —Concluye y enciende el auto.Y no sé porque eso no me convence de mirarlo con otros ojos. Aunque a mi mamá le duele la muerte de su hija, no es alguien que se ciega o así parece, bueno, la culpa la centró en mi padre, por lo que será difícil que la centre en alguien más.***El padre termina de dar la oración en el velorio, lo hicimos en el cementerio para sepultarla de una vez. En el funeral, no había muchas personas la verdad, ninguno del que mi hermana conociera, solo nuestros amigos y papá... bueno, vi que llegó, pero no está muy cerca, Nicol
Hacerme saber que él está para mí y se adelanta a todo, como siempre quise que fuera. Nicolás abre la puerta y lo abrazo.—Gracias, gracias, gracias por lo que has hecho por mí —le digo a él.—De nada hermosa... pero específicamente ¿qué? —lo escucho confundido.—Ya tu amigo llegó y dijo que está pago todo, que tú mismo lo cubriste —me separo de él y veo su rostro, aún más confundido.—Pero ni siquiera lo he llamado —me responde y me incómodo.¿No fue él? ¿Entonces fue papá? Mejor voy a seguir hablando con aquel hombre y a disculparme por haberlo interrumpido, escucho que Nicolás me pide que me espere, pero no le hago caso y vuelvo a recepción.—Discúlpeme, es que esa noticia me ha aliviado un poco y creo que le agradecí a la persona equivocada —le digo al señor.—No sé preocupe —me da media sonrisa.—¿Puedo saber quién ha sido tan generoso conmigo? —le pregunto.—Él se ha querido mantener en anónimo, no quiere el crédito, solo su comodidad.—Por favor —junto mis manos—, necesito agra
Valentina Castillo.El timbre suena con tanta insistencia que me despierta, luego de pasar toda una noche viendo la tele, he logrado dormir, pero en el sofá, me levanto perezosamente del sofá y me dirijo a la puerta, si era Nicolás, le iba a dar en sus bolas, me preparó para gritarle al abrir la puerta, pero omito cualquier sonido cuando veo a mi madre, ambas nos miramos y nos abrazamos con fuerza para luego llorar en nuestros hombros.—Tu padre ya me contó todo.Besa mi mejilla una y otra vez, luego camina junto conmigo y su maleta para adentrarnos en el apartamento, yo no quise separarme de sus brazos.Luego de unos minutos en silencio, me separo de ella, cierro la puerta y me seco la lagrimas con mis dedos.—¿También te dijo que quiere usarme para terminar con la misión?—De hecho, fue a pedirme que te convenciera, está lleno de odio y quiere vengarse de alguna forma. Y pues yo espero que no lo esté considerando, estoy sufriendo mucho con la muerte de Harantza y no puedo creer que
Estoy en el sofá mirando la tele, he pasado todo el día en eso, sin ánimos de nada, ni siquiera he comido, tampoco he tenido el valor de contarle a mi madre, espero que mi padre por lo menos de la cara por eso.Alguien toca el timbre y veo la puerta, pero me muevo de mi lugar, quien quiera que sea, quiero estar sola, el timbre vuelve a sonar con insistencia y hace que levante mi trasero con fastidio y pereza, al menos tengo ánimos de correr a quien sea que esté interrumpiendo mis ganas de no existir.Llego a la puerta y la abro con pesadez, encontrándome con Nicolás.—Vine en cuanto acabó mi turno —me da media sonrisa—, no respondías mis llamadas y la verdad es que estoy muy preocupado.Mierda, lo amo, como quisiera abrazarlo y besarlo, pero es un hombre prohibido.—¿No tienes una familia que atender? —Le hago una mueca.Si me pongo a la defensiva siempre, se cansará y se alejará, así me ayudará por lo menos a no querer comérmelo.—Ella sabe que eres buena amiga y te lo mereces —me re
Pero que, si tanto le molestaba que ella estuviera ahí, ¿por qué no trabajar juntos? Ella le ofrecía información y él dinero y protección, algo que desde mucho no nos dio.La idea era descabellada en un principio, ella iba a poner su vida en peligro, pero quien más que ella podía avisarle sobre las cosas que sucedían adentro y mi padre aceptó, con tal de que se mantuviera alejado de las cosas extremas, solo debía ser sus ojos adentro.Harantza con la emoción de conectar más con papá, quiso hacer más, ayudarlo con su trabajo, pues decía que, si lo ayudaba también a terminar con la red, que volviera a casa e hiciera las pases, que se alejara de esa vida de peligro y bueno, esta era su última misión.A medida que quería ayudar más a papá, se le vinieron muchas ideas, y una de esa era conquistar al jefe, Vincenzo Moretti, y cuando logra adentrarse en la casa de él, llega un socio y lo llama por Halcón, su alias, Moretti la echó de su casa, tal vez porque necesitaba privacidad y le entrega
—Ahora más que nunca necesitamos hablar —me suelta de golpe—, ahí viene tu novio.Yo lo miro extrañado y volteo, Nicolás se acerca a nosotros con media sonrisa.—¿Cómo te sientes? —lleva su mano a mi brazo y lo soba con delicadeza, yo miro a mi padre y me echo hacia atrás para evitar que me siga tocando.—Necesito tiempo, y justo iba a pedirte que me dieras el día, no puedo trabajar así… —agacho mi rostro y lo escucho suspirar.—Tomate el tiempo que sea necesario. —acerca su rostro y besa mi mejilla, pero me asqueo al instante, luego ve a mi padre—. Hola, soy el doctor Salvatore, y usted debe ser su padre, ¿no? —ofrece su mano.—Francisco Hernández, no, no soy su padre, soy policía y me han encargado el caso del accidente de su hermana —estrecha su mano y Nicolás nos ve a ambos seguidamente, extrañado.—Por un momento creí que era su padre, se parecen —supone él y mi padre parece que es buen actor.—Oh no, gracias al trabajo que tengo de peligroso, decidí no tener hijos, pero me hubie
No lograré lo que necesito preguntándole a sus compañeras de trabajo, ya me dieron a entender que son solo unas chismosas y no conocen algo exacto de la enfermera Castillo, no quiero saber rumores, quiero exactitud, porque me encanta, la quiero para mí y no quiero empezar mal con esto.Yo más que nadie sabe que no debe dejarse llevar por lo que dicen los demás, debo saber todas las versiones, sin embargo, si se notó que tiene algo con el doctor, pero no me preocupa, si está casado con hijos, para mí es un descarte.—¡Eduardo! —lo llamo y él entra de inmediato.—¿Sí, señor?—Ya tengo la historia perfecta en caso de que tengamos problemas con la policía —le menciono y él me presta atención.No era algo de lo que nos habíamos preocupado, y bueno, yo estaba en cirugía, mientras que él estaba al tanto de mí, sé que Eduardo no se separó de mí por seguridad, además de que en el momento que salí herido de mi casa, intenté saber de todos, pero él me calmo diciéndome que lo resolveríamos despué
Sus pasos artísticos me fascinaron tanto que siempre la veía bailar y todo comenzó la noche que ella bailo muy sensual, ya había tenido aventuras con las chicas del club, claro si estás querían conmigo o había deseo hacia a mí, no hay placer sin el deseo.En fin, me acosté con ella, en una habitación mía exclusiva en el club, estuvo delicioso, por lo que esos momentos los frecuentamos y más que con otras chicas. Sin embargo, porque sea mi favorita en el baile y en la cama, no la vi más allá de una relación, la traté como a las demás, ellas no conocen más que soy el dueño del cabaré y yo no conozco más que son unas bailarinas de mi club que me complacen cuando quiero sexo.¿Por qué lo hago? Por protección a ambos, el conocer a alguien crea un vínculo y yo solo quiero sexo, no quiero confundirme y tampoco confundirla, además, no hay necesidad.Incluso llevan antifaz siempre para no saber cómo son, la de Ángel si la vi y por error, anoche, después de coger rico, salí de la habitación por
—Te andaba buscando y esté era el último lugar donde te vieron, así que no sabía si seguías aquí realmente. —explica—. ¿Podemos hablar sobre lo qué pasó?Continúo haciendo mis cosas sin querer mirarlo.—Estoy trabajando doctor, tal vez en receso yo pueda darle un tiempo… —me interrumpe.—Por favor —insiste.Lo ignoro y él se acerca a mí para sujetarme el brazo y yo lo separo de mí.—No quiero que me toques —le recuerdo asqueada, pero él no me hace caso.Escucho que el paciente se queja y lo miro, está tratando de sentarse e intento ir a ayudarlo, pero Nicolás me toma para que no me mueva.—Nicolás…—Que la sueltes te dijo —dijo el paciente de forma autoritaria que nos hace verlo—, ni porque sea tu novia debería tratarla así —se veía muy molesto.—¿Y es acaso es tu novia? —Nicolás le responde de forma grosera.—Tampoco soy tu novia —me separo de él dejándoselo muy claro que lo nuestro ha terminado.Él me mira, no se esperaba eso.—Hablemos, por favor.—No, estoy trabajando y deja de in