Eileen Rossi y Adrien Giordano se conocieron en su adolescencia, un tiempo marcado por la hostilidad y el desprecio. Adrien, con su actitud de mujeriego y su arrogancia, se burlaba del aspecto de Eileen, mientras ella lo despreciaba por su superficialidad y falta de respeto. Eventualmente, sus caminos se separaron, y ambos siguieron vidas distintas. Diez años después, Eileen y Adrien se reencuentran como líderes de las empresas de sus familias, cada uno con su propio compromiso sentimental. El destino los cruza nuevamente a través de un proyecto común. Eileen, ahora una mujer segura y exitosa, despierta en Adrien una fascinación inesperada. Él sigue siendo encantador, con un aire de seductor impenitente. Pero la tensión entre ellos ha cambiado: ya no es solo hostilidad, sino una atracción innegable que amenaza con derrumbar las barreras que ambos han construido. ¿Serán capaces de ignorar lo que sienten y mantenerse fieles a sus promesas, o caerán en la tentación de explorar un nuevo comienzo?
Leer másP.O.V Adrien Me dirijo al baño, tomo un poco de papel, envuelvo el preservativo y lo arrojo a la basura. Luego, hago mis necesidades, me lavo las manos y me echo agua en el rostro. Cojo la toalla y me seco, observándome en el espejo. A través del reflejo noto algo rojo sobre mi hombro y, al girarme un poco, veo las marcas de los rasguños que Eileen me dejó. Algunas de las marcas me duelen, confirmando que ella realmente era virgen. Al pensar en lo bien que se sintió, noto cómo mi miembro comienza a despertar de nuevo. Lo tomo con mi mano y acaricio la punta; siento un ligero malestar, no un dolor fuerte, pero sí una molestia sutil. Supongo que es normal, nunca había estado con una virgen y, además, entré en ella con un poco de fuerza. Decido dejar de pensar en eso y salgo del baño. Veo a Eileen, hecha una bolita, cubierta con la sábana. Me acerco a la ventana para cerrar las persianas. Me giro y observo su hermoso rostro, durmiendo tranquilamente. Me siento en el pequeño
Mierda, ¿cómo es posible que Adrien esté en mi habitación? Veo una copa y una botella de licor en el buró al otro lado de la habitación. Observé cómo comienza a moverse lentamente. Abre los ojos y me mira.—¿Qué haces aquí, Adrien? —le pregunto, furiosa.Se reincorpora y se sienta en la cama, mirándome intensamente.—¿No es obvio? Estoy esperándote —responde con una expresión seria.—¿Cómo entraste? —le cuestiono, aún molesta.Se levanta de la cama y se acerca a mí. Retrocedo hasta que siento la pared a mi espalda.—Dejaste la puerta abierta —me dice, acercándose aún más.Apoya sus brazos a ambos lados de mi cabeza, en la pared. Nos miramos a los ojos, intensamente.—¿Estás borracho? —le pregunto, notando un ligero olor a alcohol.—No. Estoy consciente. Solo me tomé una copa, al igual que tú. Pero a diferencia de mí, yo estaba solo y tú tenías buena compañía — responde con un tono celoso.Sus celos me dan la oportunidad perfecta para provocarlo.—Qué lástima, ¿no me digas que estás ce
P.O.V Eileen Noté que Adrien no apartaba la mirada de mí durante la sesión de fotos. En su mirada había un deseo evidente, casi tangible. Al principio, eso me resultaba emocionante; era halagador saber que mi cuerpo le provocaba esa reacción. Pero ese entusiasmo se desvaneció rápidamente al recordar cómo lo había encontrado la última vez. Después de la sesión de fotos, regresé al hotel y me encerré en mi habitación, dándole vueltas a todo lo que había pasado. Entonces recordé las palabras de Casandra, que me dieron la determinación de actuar. Me di un baño rápido y me puse un elegante vestido de playa blanco con encaje, y debajo, un traje de baño blanco. Solté mi cabello y me apliqué un maquillaje ligero. Antes de salir, le dejé comida y agua a Tom, y tomé mi bolso blanco a juego con mi atuendo. Salí del hotel y me dirigí al minibar junto a la playa. Al pasar por la piscina, vi a Adrien sentado allí. No lo miré directamente, pero pude verlo de reojo. Pasé de largo y llegué a
P.O.V Adrien Como carajos es que termine desnudó y más que Eileen me miro. Ahora veo que no fue buena idea estar con esas chicas. Pero a ver Adrien recuerda que fue lo qué pasó. Me siento en una de las sillas de descanso, colocándome las manos en la cabeza mientras intento recordar los eventos de la noche anterior. **Recuerdo que llegué con ellas, me dieron una bebida, y pasé un rato en el agua con ellas. Una de ellas quiso que la besara, pero yo no acepté. Me sorprendió porque no tenía intención de besarla, pero al menos estaba dispuesto a tocarla. Sin embargo, ella y su amiga se molestaron y se fueron. Poco después, regresaron con otra bebida y me la ofrecieron como una especie de "ofrenda de paz" por el intento fallido. Bebí lo que me dieron, y poco después empecé a sentirme mareado. Luego, mi memoria se vuelve borrosa. ** —Esas dos víboras me drogaron o me dieron algo en la bebida. Estoy seguro de que me desvistieron y me dejaron aquí tirado —murmuro con enojo. Me levanto
P.O.V Adrien Puedo sentir su piel, esa piel hermosa que tanto me fascina. Agradezco a Tom por lo que hizo, aunque me sorprendió ver a Eileen hundirse como una piedra en el agua. Aquí estoy, contemplando esos ojos verdes intensos, esos labios perfectos y su cabello completamente empapado. Me acerco a ella lentamente, incapaz de resistir la atracción de sus besos. Recuerdo mi promesa de no besar a nadie en mi adolescencia, pero con ella, todo es diferente. Cuando estamos a unos milímetros de distancia, ella coloca su mano en mi boca. —Adrien, esto no está bien —me dice, y me separo de ella al instante. —Eileen, no quiero jugar contigo ni pretendo hacerlo —le aseguro, armándome de valor. —Entonces, ¿por qué estabas jugando con esas chicas en la playa hace unos momentos? —me pregunta, con un toque de celos en su voz que no puedo ignorar. Aunque no lo admitirá, sé que se siente herida. —No hice nada malo. Simplemente estaba jugando al voleibol con ellas. Así que no temas,
P.O.V Eileen Estos tres días se me han pasado volando, y he tenido que ser cautelosa para evitar hablar con Adrien. A pesar de que ha estado tocando mi puerta cada noche, sé que no es solo para una conversación; él solo quiere confundirme y besarme. Pero ahora es el momento de enfrentarlo, después de haber soportado la tentación durante dos semanas. —Señorita Eileen, ya hemos llegado a la pista —escucho la voz de mi chofer, sacándome de mi trance. Volteo hacia la ventana y veo un enorme jet azul en la pista. También noto que el señor Abadí y Adrien ya están allí. El chofer me abre la puerta del auto y bajo con cuidado, ajustando mis zapatillas al asfalto. Hoy decidí ponerme un conjunto elegante: pantalones blancos con una camisa de tirantes blanca y escote en forma de corazón. Tomo mi bolso y me pongo los lentes de sol. Empiezo a caminar hacia ellos, y de inmediato notan mi presencia. Adrien está vestido con un short azul, una camiseta blanca y unos lentes de sol, mientras que
P.O.V Eileen Sé que mi amiga Casandra está loca. Pero es muy buena amiga, a pesar de todo siempre me apoya, aunque no se lo dije, sé que ella tuvo razón. Aun así, después de que Casandra se marchara, le pedí que le dijera a mi hermano que quiero hablar con él. Escucho que alguien toca la puerta. —Adelante —digo en voz alta. Escucho la puerta abrirse y a la vez escucho cuando se cierra. Yo estoy viendo el panorama por la ventana de mi oficina. —¿Qué quieres que hablemos? —escucho la voz de mi hermano Eros. Me doy la vuelta para verlo. —Es algo serio, hermano. Como verás, tengo algunos negocios que debo hacer y tendré que viajar entre una o dos semanas a Portugal. Y quiero que te quedes a cargo de la empresa Rossi —él se sorprende. —Pero en una semana será el casting para los nuevos modelos y sabes bien que quiero ser uno. Si acepto estar al mando, me lo perderé, no podré entrar al casting —me dice algo disgustado. —Lo sé, Eros. Pero no hay a nadie más que le tenga la c
P.O.V Casandra —Le iba a pedir a tu hermana que me ayudara contigo —le digo. Mientras lo abrazo de la cintura. —¡Ja, ja, ja, tú necesitas ayuda para tenerme, no te creo! —me dice. Mientras siento su mano en mi espalda. —Sí, es que me debe un favor desde hace años, y como no sé cómo cobrármelo, pues cuando supe que volverías. Decidí usarlo. ¿Por cierto no le has dicho que estás aquí? —le digo. Recostándome en su pecho. Donde tiene unos lindos vellos dorados. —No, apenas tengo unos días aquí. Y además no hemos salido de estas cuatro paredes —me dice muy feliz. —Sí. Cuando se entere de que me metí con su hermano, me dirá que soy una pedófila —me acerco para darle un beso en esos hermosos labios. —Pero si ya no soy un niño. Además, no me estás obligando, sino todo lo contrario lo estoy disfrutando —me dice, correspondiendo a mi beso. En eso escucho que mi teléfono comienza a timbrar. Lo busco y está tirado en el piso, entre mi ropa. Lo tomo y veo en la pantalla el nombre de
P.O.V Adrien Las puertas se cierran. Dejándonos completamente en la privacidad del elevador. Y esta oportunidad no la voy a desaprovechar. —Eileen, necesitamos hablar de lo que pasó anoche —le digo y volteo para verla. —Adrien, no puedes simplemente hacer que no pasase nada —me dice. Y eso me molesta un poco y me acerco a ella más y más. Ella retrocede un poco. —No puedo dejarlo pasar y fingir que nada pasó —le digo. En eso el elevador se detiene de repente. Las luces se apagan, pero la luz tenue de emergencia se mantiene encendida. Siento como Eileen me toma del brazo y se paga a mí. Yo veo su reacción. —¿Qué pasó? —dice con su linda voz. —Creo que se fue la luz del elevador —le digo. No aparto mi vista de ella mientras la luz tenue del elevador realza el leve brillo en sus labios entreabiertos. Sin pensarlo demasiado, la coloco contra la pared del elevador, y nuestros ojos se encuentran de nuevo. —Adrien, no lo hagas. Sabes que estoy comprometida y tú tambié