P.O.V Eileen Sé que mi amiga Casandra está loca. Pero es muy buena amiga, a pesar de todo siempre me apoya, aunque no se lo dije, sé que ella tuvo razón. Aun así, después de que Casandra se marchara, le pedí que le dijera a mi hermano que quiero hablar con él. Escucho que alguien toca la puerta. —Adelante —digo en voz alta. Escucho la puerta abrirse y a la vez escucho cuando se cierra. Yo estoy viendo el panorama por la ventana de mi oficina. —¿Qué quieres que hablemos? —escucho la voz de mi hermano Eros. Me doy la vuelta para verlo. —Es algo serio, hermano. Como verás, tengo algunos negocios que debo hacer y tendré que viajar entre una o dos semanas a Portugal. Y quiero que te quedes a cargo de la empresa Rossi —él se sorprende. —Pero en una semana será el casting para los nuevos modelos y sabes bien que quiero ser uno. Si acepto estar al mando, me lo perderé, no podré entrar al casting —me dice algo disgustado. —Lo sé, Eros. Pero no hay a nadie más que le tenga la c
P.O.V Eileen Estos tres días se me han pasado volando, y he tenido que ser cautelosa para evitar hablar con Adrien. A pesar de que ha estado tocando mi puerta cada noche, sé que no es solo para una conversación; él solo quiere confundirme y besarme. Pero ahora es el momento de enfrentarlo, después de haber soportado la tentación durante dos semanas. —Señorita Eileen, ya hemos llegado a la pista —escucho la voz de mi chofer, sacándome de mi trance. Volteo hacia la ventana y veo un enorme jet azul en la pista. También noto que el señor Abadí y Adrien ya están allí. El chofer me abre la puerta del auto y bajo con cuidado, ajustando mis zapatillas al asfalto. Hoy decidí ponerme un conjunto elegante: pantalones blancos con una camisa de tirantes blanca y escote en forma de corazón. Tomo mi bolso y me pongo los lentes de sol. Empiezo a caminar hacia ellos, y de inmediato notan mi presencia. Adrien está vestido con un short azul, una camiseta blanca y unos lentes de sol, mientras que
P.O.V Adrien Puedo sentir su piel, esa piel hermosa que tanto me fascina. Agradezco a Tom por lo que hizo, aunque me sorprendió ver a Eileen hundirse como una piedra en el agua. Aquí estoy, contemplando esos ojos verdes intensos, esos labios perfectos y su cabello completamente empapado. Me acerco a ella lentamente, incapaz de resistir la atracción de sus besos. Recuerdo mi promesa de no besar a nadie en mi adolescencia, pero con ella, todo es diferente. Cuando estamos a unos milímetros de distancia, ella coloca su mano en mi boca. —Adrien, esto no está bien —me dice, y me separo de ella al instante. —Eileen, no quiero jugar contigo ni pretendo hacerlo —le aseguro, armándome de valor. —Entonces, ¿por qué estabas jugando con esas chicas en la playa hace unos momentos? —me pregunta, con un toque de celos en su voz que no puedo ignorar. Aunque no lo admitirá, sé que se siente herida. —No hice nada malo. Simplemente estaba jugando al voleibol con ellas. Así que no temas,
P.O.V Adrien Como carajos es que termine desnudó y más que Eileen me miro. Ahora veo que no fue buena idea estar con esas chicas. Pero a ver Adrien recuerda que fue lo qué pasó. Me siento en una de las sillas de descanso, colocándome las manos en la cabeza mientras intento recordar los eventos de la noche anterior. **Recuerdo que llegué con ellas, me dieron una bebida, y pasé un rato en el agua con ellas. Una de ellas quiso que la besara, pero yo no acepté. Me sorprendió porque no tenía intención de besarla, pero al menos estaba dispuesto a tocarla. Sin embargo, ella y su amiga se molestaron y se fueron. Poco después, regresaron con otra bebida y me la ofrecieron como una especie de "ofrenda de paz" por el intento fallido. Bebí lo que me dieron, y poco después empecé a sentirme mareado. Luego, mi memoria se vuelve borrosa. ** —Esas dos víboras me drogaron o me dieron algo en la bebida. Estoy seguro de que me desvistieron y me dejaron aquí tirado —murmuro con enojo. Me levanto
El agua caliente cae sobre mi piel, aliviando el cansancio. Cojo mi mini jabón y me lavo el cabello, luego el cuerpo. Me empiezo a sentir mejor cuando escucho pasos en el vestidor. Cierro la llave de la ducha, mi corazón late un poco más rápido mientras me pregunto quién está cerca.—Casandra, ¿puedes pasarme mi toalla, por favor? —grito para que me la alcance. La veo deslizar la toalla por encima de la puerta de cristal de la regadera. La tomo y empiezo a secarme el cabello, envolviendo mi cuerpo en la toalla antes de abrir la puerta.Camino hacia el banco donde dejé mi mochila. De repente, siento una mano en la parte descubierta de mi espalda.—¡Ya basta, Casandra! ¿Qué estás tramando? —digo mientras tomo la mano, notando la textura inusual. Al mirar, me doy cuenta de que no es Casandra, sino la mano de un hombre. El suelto rápidamente y me doy la vuelta, mis ojos se agrandan al ver a Adrien el chico mas atractivo de la escuela—. ¿Qué diablos estás haciendo aquí?Él me observa, sorp
P.O.V. AdrienEstamos en nuestro entrenamiento de fútbol americano. El entrenador nos exige demasiado y más a mí porque estoy por graduarme. Quiere que me esfuerce para poder entrar al equipo de la universidad.Llevamos una hora entrenando y estoy ya algo cansado. Pero me ayuda a mantener mi figura. Además de que es buena forma de desquitar mi estrés que causa Eileen.Me acerco a dónde está mi botella de agua. Me quito el casco. Comienzo a tomarle y en eso, volteo a ver hacia donde está la pista de atletismo, veo a las chicas que se paran para verme y saludarme.Para seguirles el juego, me echo agua en la cabeza. En eso mis amigos se acercan a mí. Notan que estoy mirando a las chicas y ellos las saludan y yo también. En eso veo que también está Eileen ahí. Se detiene, pero solo mira un poco y sigue con su trote.—¡Ja, ja, ja ves, te lo digo, amigo, a ella es a la única que no podrás convencer porque mira a las demás que hasta se olvidan de todo! —Damián no deja su sarcasmo.—Cuánto ap
P.O.V. EileenTraigo a mi pequeño Tom, mi gato, que me regalaron mis padres hace un año. Él es mi más fiel amigo, siempre me ayuda a aliviar el estrés y la rabia.Pero esta vez, lo necesito más que nunca. Solo recordar lo que pasó hace unos momentos me revuelve el estómago. “¿Cómo pudo hacerme esto?”Me paseo por la habitación con Tom en mis brazos, escuchando su ronroneo reconfortante. Me gusta ese sonido; es lo único que calma mi mente agitada. Lo coloco en el suelo y me acerco al escritorio, buscando consuelo en mi diario.Abro el cuaderno y escribo con mano temblorosa:“Hoy ha sido el colmo, todo por culpa del imbécil de Adrien.Tuvo el descaro de entrar en las regaderas de las mujeres y empezar a tocarme. Me sentí como una de sus meretrices. Lo que más me desconcierta es que mi mente se bloqueó en ese momento. No entiendo lo que me ocurrió.Sentía temor, pero una oleada de adrenalina recorrió mi cuerpo. Cuando colocó su pierna entre las mías, no sé cómo describirlo: fue una exper
P.O.V. AdrienTomo mi llave y abro el cajón donde guardo mi diario. Lo coloco en el escritorio y me siento, con el corazón palpitando. Tomo un lápiz y abro una nueva hoja.“Otro día, otra vez lidiando con Eileen. Pero hoy se pasó de la raya. ¿Cómo se atreve a darme una cachetada? Odio la desobediencia. Si fuera otra mujer, la tendría aquí en mis rodillas, castigándola sin piedad. Pero no puedo hacer eso.Aparte de eso, no entiendo qué me pasó. Cuando estábamos en el baño, hubo un momento en que perdí el control. No sé qué me ocurrió. Tal vez era porque hacía días que no me liberaba de esta tensión.Esa sensación fue rara, casi eléctrica, cuando toqué su piel. Pero lo que realmente me descontroló fue cuando estuve tan cerca de su cuello. Ese aroma, tan dulce y delicado, su respiración irregular; todo eso hizo que mi cuerpo reaccionara de una manera inesperada. Y ni hablar de cuando, por error, metí mi pierna entre las suyas. Sentí cómo todo se intensificaba.”No entiendo qué me pasó. E