Capítulo 30

Mierda, ¿cómo es posible que Adrien esté en mi habitación? Veo una copa y una botella de licor en el buró al otro lado de la habitación. Observé cómo comienza a moverse lentamente. Abre los ojos y me mira.

—¿Qué haces aquí, Adrien? —le pregunto, furiosa.

Se reincorpora y se sienta en la cama, mirándome intensamente.

—¿No es obvio? Estoy esperándote —responde con una expresión seria.

—¿Cómo entraste? —le cuestiono, aún molesta.

Se levanta de la cama y se acerca a mí. Retrocedo hasta que siento la pared a mi espalda.

—Dejaste la puerta abierta —me dice, acercándose aún más.

Apoya sus brazos a ambos lados de mi cabeza, en la pared. Nos miramos a los ojos, intensamente.

—¿Estás borracho? —le pregunto, notando un ligero olor a alcohol.

—No. Estoy consciente. Solo me tomé una copa, al igual que tú. Pero a diferencia de mí, yo estaba solo y tú tenías buena compañía — responde con un tono celoso.

Sus celos me dan la oportunidad perfecta para provocarlo.

—Qué lástima, ¿no me digas que estás ce
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