Claris Lumina huye a las montañas buscando escapar de su pasado, pero su destino da un giro inesperado cuando va a parar sin saberlo a la manada NOX VENATONS. Kieran Thorne, el poderoso Alfa sin herederos ve su vida complicada al ver de pronto a su asistente convertida en la madre subrogada para sus cachorros. Lo que comienza como un acuerdo forzado entre una humana y un hombre lobo, se transforma en algo más profundo cuando Claris descubre que su papel va más allá de ser una simple portadora. La creciente conexión con Kieran y el peligro que representa su embarazo sobrenatural la pondrán en el centro de una tormenta que podría cambiar para siempre el mundo de los hombres lobo. Entre el deber y el deseo, Claris deberá decidir si acepta su nuevo destino o lucha contra él, mientras Kieran se debate entre mantener el control de su manada y los sentimientos que está desarrollando por la humana que lleva a sus herederos, algo imposible para él. Sin embargo, los designios de la madre luna son impredecibles y esconden muchos secretos. Pues, ¿será que la humana del Alfa resulte ser una loba y su Luna?
Leer másKIERAN:Las palabras se me atoraban en la garganta. ¿Cómo explicar algo que ni yo mismo terminaba de comprender? ¿Cómo decirle que era idéntica a mi esposa, que cada vez que la miraba veía a mi Luna? ¿Cómo confesarle que quizás no era casualidad que se llamara igual, que tuviera los mismos gestos, la misma forma de moverse? El peso de las preguntas sin respuesta me aplastaba mientras buscaba las palabras adecuadas para no asustarla, para no perderla antes de descubrir qué significaba esta inexplicable conexión.—Oh, esa es una imagen que creamos para un anuncio —intervino Fenris con naturalidad. Evaluó la situación antes de continuar—. ¿No es increíble la coincidencia? ¿Has trabajado como modelo alguna vez, Claris?Claris negó con la cabeza y le dio la espalda al cuadro. Agradecí silenciosamente la oportuna intervenció
KIERAN:Los tres lobos se retiraron con la dignidad que pudieron mantener, aunque sus posturas rígidas y pasos tensos revelaban, al menos para nosotros, su frustración. Claris siguió con la mirada a Vikra, lo que hizo que mi lobo Atka se agitara inquieto. Los celos me llevaron a formular una pregunta que apenas pude contener. —¿Son...? —me detuve a tiempo, consciente de que no tenía derecho a interrogarla. —No, no —negó rápidamente Claris, quizás demasiado deprisa—. Solo nos conocemos desde ayer y, cuando veníamos hacia acá, me propuso ir a bailar. Somos nuevas en la ciudad, no vi por qué no podía acompañarlo. Se detuvo abruptamente, como si acabara de percatarse de que me había dado una explicación que no me debía, y se sonrojó, bajando la mirada ante mí. El gesto sumiso de su parte hiz
KIERAN:Continuamos con el almuerzo, y el ambiente, cargado de energía, nos envolvía a todos. La rivalidad entre los seis lobos era casi palpable por obtener el favor de las mujeres. Las miradas se cruzaban, llenas de amenazas vedadas. Elena y Rafe parecían haber olvidado todo lo que nos rodeaba, sumidos en un diálogo silencioso que solo ellos comprendían.Los lobos del norte, mantenían su semblante serio, pero sus miradas delataban su desasosiego. Sabían que el plan de su tarde había cambiado, y esa era la razón de su incomodidad.—No lo puedo creer mi alfa, se llaman igual que a las que mencionas —comentó Fenris en mi mente—. Creo que tenías razón, mi alfa. Es preciosa mi compañera, si lo es.—Lo es, y deja de dudar. Es verdad todo lo que te he contado. Es tu compañera, como Claris es mi Luna y Elena la de Rafe —le dije e
KIERAN:Meus pensamentos se arremolinavam como um redemoinho enquanto tentava assimilar sua presença. Claris, depois de tanto tempo, estava ali, tão real quanto sempre. O ar parecia carregado de eletricidade que apenas nós podíamos sentir, ou pelo menos era o que eu pensava. Os murmúrios da sala se desvaneceram em um eco distante, deixando apenas o batimento crescente do meu próprio coração ressoando contra as paredes.Levantei-me de um salto e quase corri em sua direção, enquanto ela se pôs de pé, me olhando surpresa e desconcertada diante da minha ação. E eu soube, ela não se lembrava de mim ou não era ela, mas uma humana com sua imagem.— Muito prazer, Kieran Theron, ao seu serviço —me apresentei, oferecendo minha mão, que ela tomou com receio.— Claris... advogada Claris Lúmina —respondeu sem deixar de me olhar com curiosidade—. Terminaremos muito rápido. Se você já leu tudo, só precisa assinar. Depois há alguns cientistas interessados em falar com você; peço desculpas por ter per
KIERAN: Mis pensamientos se arremolinaban como un torbellino mientras trataba de asimilar su presencia. Claris, después de tanto tiempo, estaba allí, tan real como siempre. El aire parecía cargado de electricidad que solo nosotros podíamos sentir, o eso creía. Los murmullos de la sala se desvanecieron en un eco distante, dejando solo el latido creciente de mi propio corazón resonando contra las paredes. Me levanté de un salto y casi corrí hacia ella, quien se puso de pie mirándome sorprendida y desconcertada ante mi proceder. Y lo supe, ella no se acordaba de mí o no era ella, sino una humana con su imagen.—Mucho gusto, Kieran Theron, a su servicio —me presenté, ofreciendo mi mano, que ella tomó con recelo.—Claris... abogada Claris Lúmina —respondió sin dejar de mirarme con curiosidad—. Terminaremos muy rápido. Si ya leyó todo, solo debe firmar. Luego hay algunos científicos interesados en hablar con usted; me va a disculpar por haber permitido que estuvieran presentes. Sentí com
KIERAN:Había pasado el año que debía esperar para la llegada de Elena, la loba guardiana. Habíamos logrado alquilar el terreno y tenía a Rafe, mi gamma, a quien le había relatado todo, igual que a mi beta Fenris, de guardia esperando por ella. Pero nada sucedía; ella no apareció, ni en un año ni en dos. Parecía que no iba a hacerlo, y mis dos lobos de confianza comenzaban a preguntarse si la historia que les había contado era cierta.—Mi Alfa, hoy debes asistir a la negociación de los permisos para las construcciones en la reserva —dijo Fenris. Estaba desconcertado; todos los recuerdos de mi vida pasada eran correctos, excepto el regreso de las lobas lunares. —¿Habría la Diosa Luna impedido su retorno? —La abogada nos espera a las tres de la tarde.—De acuerdo, iré —respondí, sintiéndome perdido. Mi lobo Atka estaba igual; practicábamos nuestros poderes según el libro de mis padres, pero la desesperación nos consumía. Había logrado alquilar y resguardar todos los bosques que rodeaba
KIERAN:Esto no podía estar pasando. ¿Cómo estas tierras eran del alfa Apeh, el padre de Vorn? ¿Es que acaso no podría cambiar el destino de mi Luna? Miré a Fenris, que no entendía nada, y esperaba que yo le dijera. Me detuve frente a él:—Sé que no entiendes nada, pero estamos viviendo de nuevo todo. Y mi Luna aterriza aquí en este claro, el alfa Vorn la encuentra y contamina a su loba, es decir, su madre, o mejor dicho, a la loba guardiana... —me detuve al ver cómo me miraba, preocupado. Por primera vez, pude ver que mi Beta no me creía en absoluto—. Fenris, ¿te he mentido alguna vez?—No, mi alfa, que yo sepa —contestó serio—. Pero te estás comportando de manera muy extraña. ¿No te habrán embrujado?Podía sentir la duda de Fenris y sabía que sus temores no eran infundados. En estos tie
FENRIS:Miré cómo el alfa se iba, casi como si estuviera escapando de algo. Kieran jamás había huido de ninguna reunión importante con los humanos. Rafe y Sarah me miraban, esperando que diera una explicación. Pero en mi mente solo permanecía una cosa: "Su Luna". ¿En verdad la habría encontrado? Mi lobo se removió inquieto dentro de mí, percibiendo que algo extraordinario estaba sucediendo. Había notado el cambio en el comportamiento de Kieran desde hace días: sus miradas perdidas, sus conversaciones silenciosas con su lobo Atka, pero esto era diferente. La mención de su Luna había provocado una reacción que jamás había visto en él. —Algo está pasando —murmuré más para mí mismo que para los demás, mientras observaba los documentos esparcidos sobre el escritorio—. Kieran
KIERAN:Miré a mi primo y a mi Beta, quienes me observaban con caras desencajadas mientras me extendían el libro. En el momento exacto en que mis dedos rozaron las páginas, la barrera comenzó a fluctuar violentamente, como si una fuerza superior la estuviera manipulando. El cielo se oscureció de repente y un haz de luz plateada descendió sobre nosotros. Mi corazón se detuvo al ver a mi Luna, junto a Claris y Elena, elevándose en un círculo perfecto, con sus manos entrelazadas y sus cabellos flotando como si estuvieran sumergidas en agua. La figura majestuosa de la Diosa Luna apareció sobre ellas, reflejando tanto compasión como severidad. —¡MI LUNA! —grité con desesperación, intentando alcanzarla, pero era imposible. El pánico me invadió al ver a mis cachorros corriendo hacia mí, envueltos en la misma energía plateada