Valentino, es un hombre que tiene corazón de oro, con un «pequeño tormento» que lo hará salir de su zona de confort, cuando su antiguo y único amor aparece de nuevo en su vida, sin embargo, llega acompañada de un anillo de compromiso en su dedo anular izquierdo. Los esfuerzos por obtener su perdón lo llevarán a una guerra interna, el amor renacido, la culpa, y el remordimiento de las acciones pasadas lo atormentan dando como resultado la pérdida de su paz, y la única forma de lograr recuperar su amor, será aliarse con la persona menos esperada para lograr su cometido. Conozcamos más a Valentino, y su «pequeño tormento». ¿Podrán pasar por el trago amargo y encontrar su final feliz?
Leer másUn sudor frio todavía me recorre.—No es nada gracioso —contesto al ver su cara clavada en la revista que cogió de un estante, ocultando su burla.Mi calcetín está hecho agua, el ruido no es más que la señora de limpieza quien por gracia y dicha del Diablo, tiene los audífonos puestos y no ha escuchado el espectáculo que estábamos dando en el baño de discapacitados. Tenemos un lugar en el infierno por eso. Me apresuro a ponerme el pantalón y en el intento mi pie vuelve a quedar dentro de la tapa rota del inodoro empapándome de nuevo con el pantalón puesto.Los zapatos están igual ya que no me saqué los calcetines.Me estoy empezando a frustrar, no es que me quejé del delicioso orgasmo que hemos tenido y que gracias a ese pequeño retraso no encontramos nuestras maletas, sino que este viaje para mi debe ser perf
Arturo entra a mi oficina con su celular en la mano sonriendo.—De la que me salvé, ¡no jodas! —se sienta aun sin verme y se inclina carcajeándose a mas no poder.Después de diez minutos me mira, está rojo de tanto reírse y se queja del dolor en su estómago, se seca las lágrimas que han brotado de la risa.—Príncipe, sí que te luciste, no te había visto tan relajado desde que salimos de la universidad.—Qué bueno que ya hayas terminado de burlarte. —lo enfrento sabiendo que tengo que seguir aguantándome la tortura del bendito video.—Tranquilo, los clientes saben que eres un joven empresario serio, pero que necesitas un poco de diversión y relax de vez en cuando, el canal de Sammy sí que está ganando por esto.—¿Qué dijiste?—Sí, Sammy tiene
Mi pequeño tormento, está sentada frente a mí, estamos en mi oficina en una de sus tantas visitas semanales.—Bueno… —Kathy trata de ahogar una carcajada, aprieta sus labios y mira hacia otro lado mientras sostiene la tableta en sus manos—, no es tan malo como parece, amor.—¿No…? —Pregunto indignado—, soy un empresario serio, que dirige una empresa seria. ¿Qué pensarán de mí después de esto?—Que sabes bailar muy bien el Gangnam Style —ahí ya no soporta más y se suelta en risa burlándose de mi desgracia.—No es gracioso, Katherine Becker —le advierto, pero es en vano, esta que no puede ni respirar de la risa, abanica su rostro tratando de controlarse y cuando lo hace, vuelve a ver la tableta con el video de los machos bailando la maldita cancioncita en bóxer y calzoncillos.
Ha pasado un mes desde el intento de suicidio de Cinthya, cuando estábamos en el hospital Virginia, se apareció con Alessandro, Kathy me soltó de inmediato, ya que siempre que me veía con Vir, pensaba que entre ella y yo había algún tipo de relación romántica.Le explicamos de inmediato que ella era Virginia, la hermana no consanguínea de Diana, la tranquilidad que reflejó su semblante me dio tanta ternura que la abracé de inmediato y la besé.—¿Cómo dices que acabaste ebria? —pregunto a Katherine que se tambalea en su sitio, tratando de no caer de culo.Se saborea los labios y sus ojos brillan, quiere reírse, pero se aguanta, está despeinada y lleva su camisa desabotonada, se le ve un top que se puso como conjunto.Ahora estamos en casa cuidando de mi cuñada, mientras Virginia y ella iban a ver Avengers: End
En este preciso momento, quiero asesinar a Cinthya, cuando con una sonrisa malévola descubre su rostro, y sin preverlo le da una patada quebrándole los huevos a Montenegro, quien, sin tener tiempo de esquivarlo, se inclina retorciéndose de dolor, sin soltar el arma, la pelirroja al ver eso, con su pie aplasta la mano de Montenegro con la que mantiene el arma impidiéndole levantarla y este se queja del dolor.No es por nada, pero de solo verlo, hasta a mí me duele, esos putos tacones de Cinthya son enormes y terroríficos.—¡Perra maldita! —grita loco de furia.—Gracias —responde, pero hay rabia en su rostro. Veo como empuña su mano derecha y asesta un golpe seco en el rostro del tipo—. Besas horrible —lo escupe después de decir eso.Los invitados agachados en sus asientos por temor de alguna bala perdida gritan aterrorizados. Y me pregunto &iq
La angustia me está matando.—Katherine jamás me perdonará lo que hice.—No tenías ni la más mínima idea de lo que Montenegro haría, papi, deja de echarte la culpa por cosas de las que no tienes ningún control.Virginia, entra justo después de quedarme solo en Fontaine, Diana, está en video llamada con nosotros, ya que no puede salir porque la bebé aún se está recuperando de su salida prematura y no quiere arriesgarla.—Vir tiene toda la razón, parece cruel, pero Cinthya, no te dio toda la información para que estuvieras más alerta y no la culpo, eso sí sería cruel, solo digo que tú no puedes hacerte responsable por algo que ignorabas, ahora ve a esa iglesia y rescata a mi asistente, por favor, que las asistentes de los gemelos están por volverse locas.—Aun así,
Solo veo como la cabaña explota en miles de pedazos y tengo que correr como nunca en mi puta vida lo había hecho.Golpeado, despeinado, mi camisa y pantalón de diseñador están arruinados, lleno de sangre, de mi sangre y de otros tipos que golpee y me golpearon como nunca en mi vida, no disparé el arma, no tuve el valor de asesinar a otro ser humano a diferencia de Alessia y acompañantes, quienes sin temor o piedad disparaban a matar, disparos certeros en la cabeza o corazón, golpeaban sin piedad y es que la cabaña estaba llena de criminales, y no, no me cagué, pero estoy de rodillas temblando, la adrenalina se ha ido de mi sistema y ahora tiemblo como un condenado chihuahua.Una cabaña de dos pisos con un sótano era donde tenían a Cinthya.Lo último que escuché fue al alemán gritar «Idara perdió la cordura de nuevo, corran
Cinthya.Dos días sin ver la luz del sol.Frente a mí, en el piso, yace una bandeja con una porción de comida y a su lado un vaso con lo que deduzco es agua. La única porción de comida de ayer y la única de hoy.El primer día encerrada en este lugar oscuro no comí, solo tomé agua, un gran error, aunque al terminar de tomarla me sentí mareada, por lo que supongo pusieron algo en el agua, ahora que tengo la seguridad, quizás en la comida de hoy también pusieron algo, así que me debato en comer o beber.Si no lo hago moriré de hambre y si lo hago podrán hacer conmigo lo que quieran. Sé que me observan como hienas, como aves carroñeras, son dos hombres, ahora con ansias de poseerme, de ultrajarme, de violarme.Cuando tomé el agua fue cuando sentí el malestar, no esperando que hiciera efec
Cinthya.Acaricio con suavidad su cabeza, le gusta que lo haga mientras la recuesta sobre mis piernas, estoy sentada en la oficina, no tuve más remedio que traerlo al trabajo porque debo llevarlo a que le hagan un chequeo.Uno de los empleados toca y tras escuchar mi autorización para que entre, lo hace, su cabeza que reposaba debajo de mi caricia se levanta y se pone en guardia con un gruñido.—Tranquilo, cariño, es amigo —tranquilizo a mi american Bully XL negro y se vuelve a recostar más relajado después de escuchar mi voz.Lo tengo desde hace un par de años, lo encontré abandonado en una alcantarilla bajo una lluvia torrencial, casi se lo llevaba la corriente pero se aferró a una rama, no me pregunten como fue que vi el pequeño bultito negro, solo salté del auto que conducía mi hermana y tras sus reproches, me subí d