Estoy en el sofá mirando la tele, he pasado todo el día en eso, sin ánimos de nada, ni siquiera he comido, tampoco he tenido el valor de contarle a mi madre, espero que mi padre por lo menos de la cara por eso.Alguien toca el timbre y veo la puerta, pero me muevo de mi lugar, quien quiera que sea, quiero estar sola, el timbre vuelve a sonar con insistencia y hace que levante mi trasero con fastidio y pereza, al menos tengo ánimos de correr a quien sea que esté interrumpiendo mis ganas de no existir.Llego a la puerta y la abro con pesadez, encontrándome con Nicolás.—Vine en cuanto acabó mi turno —me da media sonrisa—, no respondías mis llamadas y la verdad es que estoy muy preocupado.Mierda, lo amo, como quisiera abrazarlo y besarlo, pero es un hombre prohibido.—¿No tienes una familia que atender? —Le hago una mueca.Si me pongo a la defensiva siempre, se cansará y se alejará, así me ayudará por lo menos a no querer comérmelo.—Ella sabe que eres buena amiga y te lo mereces —me re
Valentina Castillo.El timbre suena con tanta insistencia que me despierta, luego de pasar toda una noche viendo la tele, he logrado dormir, pero en el sofá, me levanto perezosamente del sofá y me dirijo a la puerta, si era Nicolás, le iba a dar en sus bolas, me preparó para gritarle al abrir la puerta, pero omito cualquier sonido cuando veo a mi madre, ambas nos miramos y nos abrazamos con fuerza para luego llorar en nuestros hombros.—Tu padre ya me contó todo.Besa mi mejilla una y otra vez, luego camina junto conmigo y su maleta para adentrarnos en el apartamento, yo no quise separarme de sus brazos.Luego de unos minutos en silencio, me separo de ella, cierro la puerta y me seco la lagrimas con mis dedos.—¿También te dijo que quiere usarme para terminar con la misión?—De hecho, fue a pedirme que te convenciera, está lleno de odio y quiere vengarse de alguna forma. Y pues yo espero que no lo esté considerando, estoy sufriendo mucho con la muerte de Harantza y no puedo creer que
Hacerme saber que él está para mí y se adelanta a todo, como siempre quise que fuera. Nicolás abre la puerta y lo abrazo.—Gracias, gracias, gracias por lo que has hecho por mí —le digo a él.—De nada hermosa... pero específicamente ¿qué? —lo escucho confundido.—Ya tu amigo llegó y dijo que está pago todo, que tú mismo lo cubriste —me separo de él y veo su rostro, aún más confundido.—Pero ni siquiera lo he llamado —me responde y me incómodo.¿No fue él? ¿Entonces fue papá? Mejor voy a seguir hablando con aquel hombre y a disculparme por haberlo interrumpido, escucho que Nicolás me pide que me espere, pero no le hago caso y vuelvo a recepción.—Discúlpeme, es que esa noticia me ha aliviado un poco y creo que le agradecí a la persona equivocada —le digo al señor.—No sé preocupe —me da media sonrisa.—¿Puedo saber quién ha sido tan generoso conmigo? —le pregunto.—Él se ha querido mantener en anónimo, no quiere el crédito, solo su comodidad.—Por favor —junto mis manos—, necesito agra
—Estamos en una situación difícil, si lo hace por culpa o no, voy a aceptarla, es lo menos que puede hacer, y si ya sabe que la que se murió es con la que estuvo, me hace creer que es un hombre bueno con un trabajo malo, si fuera malo, ni se molestaría en cubrir los gastos Valentina, tu hermana estuvo en un mundo que no es compatible al suyo, quién debería pagar todo, es tu padre, así que dejemos el orgullo de lado y sepultemos a tu hermana. —Concluye y enciende el auto.Y no sé porque eso no me convence de mirarlo con otros ojos. Aunque a mi mamá le duele la muerte de su hija, no es alguien que se ciega o así parece, bueno, la culpa la centró en mi padre, por lo que será difícil que la centre en alguien más.***El padre termina de dar la oración en el velorio, lo hicimos en el cementerio para sepultarla de una vez. En el funeral, no había muchas personas la verdad, ninguno del que mi hermana conociera, solo nuestros amigos y papá... bueno, vi que llegó, pero no está muy cerca, Nicol
—Supongo que un chequeo suyo, porque con tanto dinero, no tendría que necesitar de este hospital.—Hay algunos pacientes que les gusta mantenerse con las personas que lo han atendido. —concluyo y ella se queda callada.El hombre se acerca a mí y se forma un silencio entre mis compañeras.—Buen día —saluda y yo no lo miro.—Buen día —responde la enfermera.—Vine por mi chequeo, a ver si voy mejorando —dice él y yo lo miro.—¿No es muy pronto para saberlo? —le pregunto.—No lo sé, no tengo a alguien que me atienda en casa.—Pues pudo haber aceptado alguna enfermera.—Pero no sería usted... —me dice y me quedo callada por un momento, sus hermosos ojos penetran los míos con intensidad.—No estoy disponible, lo siento —rechazo.—Lo entiendo, me tocará esperar que lo esté —Mira hacia el techo y literalmente se queda esperando.—Veré si alguien más puede atenderlo —trato de irme, pero sujeta mi mano.—No quiero ser atendido por alguien que no sea usted.La enfermera me mueve el brazo y me ha
—¿Y qué tal? —le pregunto con una sonrisa y él se muerde ligeramente el labio.—Pues ya no quiero comer comida china —dice sin pensarlo y niega, haciéndome reír—, perdón, si es curioso, llama la atención de los clientes.—Vale, y como aquí no hay ningún cliente, no tengo porque llamar la atención, entonces me cambio, pide la comida —le guiño el ojo y él asiente.Cierro la puerta y me cambió, fue mala idea hacer eso, pero tengo mis razones, también tengo ganas de tener sexo, pero mis emociones influyen, así que no quiero hacer esto porque me siento sola y quiera quitar rápido la depresión que siento por mi hermana.Al salir con mi antigua ropa, veo a Nicolás en el sofá, sentado viendo la televisión.—Hey, ¿Qué paso compañero? ¿Qué hace descansando?—No puedo seguir viendo esa ropa mientras pienso que se vería bien en ti, necesito quitarme esa imagen ahora, porque no es algo de amigos —dice muy decepcionado de sí mismo.—Lo siento —me reí y me siento a su lado—, no sé porque hice eso, b
—No mentí, solo me adelanto a los hechos, usted va a ser mía, que no lo veas ahora, es porque estás ciega, tal vez sea buena enfermera, pero no tiene una buena vista como yo —me guiña el ojo y se levanta—, hablaré con tu jefe.El señor Moretti se va con una sonrisa victoriosa en sus labios y lo observo, hasta su forma de caminar, a pesar de las heridas, tiene un porte fuerte y elegante, como si no hubiese ocurrido nada en él.Reacciono ante el llamado de una enfermera y me dice que el doctor Salvatore me necesita, por lo que me levanto y me dirijo hacia dónde me han dicho que se encuentra. Lo hallo en un pasillo saliendo de una habitación mientras revisa una carpeta, el diagnóstico del paciente, y termino de acercarme a él.—Ya estoy disponible doctor —le aviso.—¿Ah sí? Pues creía que no lo conocía —dice enojado y doy un suspiro.—Pensé bien lo que dijo, sobre que no quería tenerme como amante, eso dijo recientemente, pero lo pensé mucho y siempre me quiso como amante, porque me ocul
—Eduardo, detén el auto —pide y este hace caso, a pesar de que somos un obstáculo para otros autos—, vio eso, todos hacen lo que yo diga sin chistar, ¿Acaso usted lo ha hecho? No, le di espacio, demasiado para mi gusto, lo único que quiero es una oportunidad, porque sé que, si me lo da, se casará conmigo. Contralaré a cualquiera que esté a su alrededor para que pueda tener tiempo para mí, eso es todo, pero no la obligaré a amarme.—Pues... —me lo pienso muy bien— usted está muy seguro.—Siento que tengo ventaja, eso es todo.—¿Y cuál es? —arqueo una ceja.—La intimidad, ustedes las mujeres ligan sus emociones en el acto.Parpadeo con rapidez y me reí en su cara.—Usted y yo no tendremos sexo, jamás tendría sexo con usted.Él me mira extraño, rayos, metí la pata, mi hermana y él han tenido sexo, se me olvidaba, creo será difícil actuar como ella sin que quiera dejarle en claro que con esta gemela no podrá lograrlo, pero a la vez es ventaja, ¿No?—Digo, ahora conociéndolo un poco más, n