Arah es una chica simple: odia las bodas fastuosas y los convencionalismos sociales, en síntesis: odia todo lo que es cliché, sin embargo, cede ante la presión de Benjamin Johnson quien guardando un as bajo su manga la ha obligado a casarse con él pero Arah no se la pondrá fácil, piensa hacerle la vida de cuadritos... Literalmente, porque una chica como ella jamás se enamoraría de un estúpido como él, ¿o sí?
Leer másEstamos en la cama y siento las manos de Ben recorriendo mi cuerpo; no tiene prisas, ahora que sabe que lo amo es mucho más delicado, no busca tanto su satisfacción como la mía.—Te amo, Ben —susurro en su oído mientras lo muerdo con delicadeza.—Y yo a tí, mucho más de lo que te imaginas.—Lamento haber tardado tanto.—¿Estás loca? Todo llega a su tiempo y éste es el nuestro.—En verdad quiero divorciarme —le digo mientras cambiamos de posición y me coloco sobre él.—¿Estás hablando en serio, Arah? —apenas puede hablar porque la excitación le corta el ritmo de la respiración.—En serio, no necesitamos un papel. Quiero una boda con la playa como testigo.—¿Podemos estar solos? ¿No te gustaría que nos casaramos desnudos y luego nos di
Le pido al mayordomo del hotel que me consiga un carrito para bebé, Lay, Bernard y yo, iremos de compras mientras Luca y Killen se quedan en el casino. Luca asegura ser muy bueno para el blackjack y no escucha mis consejos.Entramos en una linda tienda de ropa para niños y compro un hermoso trajecito para Bernard. Luego nos movemos hacia una tienda de ropa para chicas. Los atuendos más chic y originales que había visto en mi vida pero la tienda es exclusiva y muy cara.—No deberías preocuparte por el precio —dice Lay— ahora que dispones de una cantidad que Ben dejó para tí.—No, Lay, no puedo hacer eso, ya gasté demasiado viniendo aquí y estoy segura de que Ben ya llamó al Licenciado Abney para saber de dónde obtuve los fondos para este viaje, probablemente esté furioso.—Aún es tu esposo, Arah.&mdash
Termino mi turno antes de tiempo y me escondo en la bodega de utensilios de limpieza. Sé que Blue ha estado buscándome, estoy segura que quiere asesinarme y no quiero que encuentren mi cuerpo hecho pedacitos. Probablemente ya habló con Ben y no sé qué tanto le habrá dicho. Así que por ahora me siento a salvo aquí, rodeada de cubos, escobas y fregonas.Cuando dan las dos me asomo por una rendija de la puerta y como no veo a nadie por los pasillos asumo que todos se han ido a comer, así que me escabullo. Lo hago por las escaleras de emergencia, las que están detrás del ventanal y por las cuales Ben me hizo bajar hace unos días.Corro hacia la guardería para recoger a Bernard. Me inclino para abrazarlo en cuanto lo veo.—Hola, mi príncipe encantado —le doy un gran beso en la frente y lo levanto en brazos..Me vuelvo para caminar por la calzada y alca
—Vengo a pedirte que cambies la fecha de tu boda —es lo que dice Ben mientras me mira con algo parecido al odio.Killen intenta ponerse frente a mi para cubrirme pero Luca le pide que me permita arreglar esto por mí misma, cree que ya soy lo suficientemente grande como para enfrentar los problemas por mí misma.—Lo siento, Ben, no puedo hacerlo.—¿Por qué, Arah? ¿Por qué te empeñas en arruinarme la existencia?De la nada, Bernard empieza a llorar y su llanto resuena en toda la cafetería, Ben me mira.—¿Qué demonios...? —intenta esquivarme para poder pasar.Antes de que pueda dar un solo paso, lo tomo por la camisa y lo acerco a mí. Lo beso, porque es lo único que se me ocurre hacer para evitar que entre a la cocina y descubra mi descomunal mentira.Cuando me separo, cierro los ojos, no quiero ver la mirada vac&
Una vez afuera, Ben me hace atravesar todo el pasillo, al final, hay un gran ventanal que abre y que da a las escaleras de emergencia.—Vamos —dice.—Erm… Preferiría quedarme, ¿sabes? Aún no termina mi turno.—¡No me interesa el maldito turno, Arah, yo soy tu jefe!—Sonaste un poco como Darth Vader, ya sabes “yo soy tu padre” —respondo con un tono más grave, después hago una breve pausa—. Mmmmm…¿Mi jefe? Me encanta ese cliché, Ben, ¿crees que después podamos también poner en práctica el del profesor-alumna? —agrego intentando sonar provocativa.—No sé qué demonios está sucediendo contigo, Arah —dice Ben mientras seguimos bajando las escaleras—, ¿qué fue lo que te pasó mientras no estuviste aquí? &iqu
Ha sido demasiado fácil conseguir un empleo en el Corporativo Johnson & Johnson. No es un gran trabajo, tan solo soy la encargada de distribuir la correspondencia, así que no necesitaba experiencia. El gerente de Recursos Humanos me contrató en cuanto me vio. Por supuesto que usé mi principal encanto: “hacerle ojitos”, aunque como no soy una profesional en esos menesteres, debe haber pensado que algo estaba mal conmigo y rápidamente se conmovió. Hay que añadir que también acepté un sueldo mínimo por medio tiempo pero no importa porque el otro medio día trabajaré en la cafetería con Luca.Los servicios para empleados de Johnson & Johnson, debo decir, son excelentes. Incluyen comedor a un costo ínfimo comparado con salir a comer en la calle, vales de despensa, ayuda para pasajes —a quienes ganamos el sueldo mínimo— y por supuest
Hay eventos en la vida a los cuales no puedes enfrentarte de manera voluntaria y es quizá por eso que la vida te golpea poniéndolos frente a tus narices, porque quiere y necesita que los encares con valentía ya que huír nunca ha sido solución para nadie aunque sea el deporte favorito de muchos. Así que la vida elige que, mientras esperamos un taxi, Ben y Blue lleguen y se coloquen justo detrás de nosotras en la fila. ¿Qué pasó con su maldita camioneta? En cuanto escucho su voz tan cerca de mi oído, me pongo a temblar e intento llamar la atención de Lay para que me ayude a salir con el mayor decoro posible de esta situación. No puedo volverme porque entonces Ben me vería, necesito caminar despacio, muy despacio, para que él no repare en mí, así que le doy un codazo a mi amiga e intento hacerle señas con la mirada para que voltee discretamente. —¡Qué demonios, Arah! —grita Lay distraída porque estaba checando los precios de los taxis cuándo sintió un dolor inten
Lay se ha vuelto loca y sigue insistiendo en que debemos ir a impedir la boda, no he logrado convencerla de que perdió un tornillo y uno de los importantes, precisamente el que sujetaba una parte vital de su cerebro. Estoy arreglando a Bernard para que vayamos a dar una vuelta por la plaza, le encanta correr detrás de las palomas. Mientras tanto, yo me siento en una banca a mirarlo. Lay y Paulo van a vernos ahí. Honestamente, su ahora esposo, es un tipo maravilloso, el punto medio y exacto que todas soñamos con encontrar. Siempre le da la libertad de hacer lo que quiere y necesita, precisamente porque entre ellos existe una confianza ciega. Además es guapo y estoy segura de que será un excelente padre. Adora a Bern y mientras nosotras nos ponemos al día, él cuida del pequeño, quien le llama cariñosamente “tío”, bueno, s
Finalmente, he logrado asentarme después de meses muy difíciles. Partir de lo que llamamos “hogar” que es el lugar donde pasamos la niñez, adolescencia y la mayor parte de nuestra vida, suena fácil pero no lo es en realidad. No solo abandonas tu rutina diaria, sino a tus amigos, los lugares que amabas o te traían recuerdos e incluso tus sueños... Aquellos que tejiste durante décadas y que aprisionabas en tu mano para que no escaparan de ella. Todo eso ha quedado atrás. Incluso, olvidé mi firme convicción de jamás permitir que un hombre me partiera en dos pedazos, sin embargo, eso es lo que soy ahora, un alma rota que vaga por Roma mientras mi corazón lo hace en la ciudad que me vio nacer.He estado trabajando en un pequeño y humilde restaurante llamado Pinsere, ni siquiera soy la cocinera principal, soy tan solo una ayudante de chef, sí, la que cuece la pasta