8. Máquina engendradora
¿Qué más da dormir juntos? No ha sido el fin del mundo, Ben ha sido muy cuidadoso, no me ha rozado ni siquiera una vez y creo que ambos hemos dormido como bebés recién nacidos. Es gracioso, no es que el odio se haya esfumado milagrosamente pero hacer una tregua me ha dado un poco de tranquilidad, incluso Ben se ha despedido de mí dándome un beso en la mejilla y no he opuesto resistencia. Cómo al descuido le he comentado que volveré a mi trabajo en la cafetería antes de lo planeado y a la escuela apenas entre la primavera. Uno de los motivos para volver es tener plata porque no soy de las que le piden al marido la gastada, el otro… Obviamente Killen, me muero por conocer a ese chico misterioso, así que me pongo mis vaqueros y la playera del De´Luca y me echo encima la chaqueta. Estoy a punto de salir cuando mi hermosa suegra se aparece, como un fantasma, en la puerta. —¿Ibas a salir, querida? —pregunta de manera irónica y no puedo evitar notar que ha dicho “ibas”, <
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