Tras ser engañada por su esposo, Eloise acaba en la cárcel por atacar a la amante embarazada de su marido. Tras salir de prisión, su principal anhelo es vengarse, lo cual incluye quitarle a su antiguo esposo Trevon todo lo que él le ha quitado. En el transcurso de esta tarea, tendrá a su disposición un aliado sorpresivo: El primo de su expareja, Derek Montenegro. Ella afirmaba que él era un CEO de hoteles común y corriente, con una presencia tan sombría que parecía reflejar el tono de su tatuaje. Sin embargo, a pesar de las circunstancias, ella le hace una oferta irresistible, sin saber que estará pactando con el mismísimo demonio. Aunque parecen ser muy distintos, comparten una meta en común: terminar con la vida de Trevon de todas las formas posibles, sin recurrir al asesinato, ya que sería una alternativa demasiado sencilla. A medida que logran sus metas, descubren que ellos sienten una fuerte conexión que no puede ser negada. Eloise dudara si caer en las manos pecaminosas de Derek más cuando el secreto de él sea revelado como líder de una de las organizaciones criminales más poderosas de California. En el momento que Eloise descubra que Derek es el líder de la mafia, su vida comenzara a peligrar ¿Logrará Eloise obtener su venganza sin perder la vida en el proceso? ¿Será capaz de resistir la fuerte atracción magnética que Derek provoca en ella?
Leer másLas flores blancas que habían cubierto las ceremonias comenzaron a volar. El altar hermosamente decorado fue el primero que cedió. Los tiros retumbaron en la iglesia como un estruendo. Mi padre y Dimitrik lanzaban disparos de forma instintiva mientras Giovanni se cubrió para evitar el disparo. El padre estaba cubriéndose por igual, rezando a lo que lo mire. —Padre, debemos salir de aquí. —Me encontraba escondida detrás de un pilar al cual habia llegado arrastrándome. Los vi ansiosos señalando hacia una puerta lateral. Arrastrándome con el corazón en la boca, era consciente de que necesitábamos marcharnos de inmediato o estaríamos en problemas.De rodillas y protegiéndose, escuchaba cómo los hombres iban cayendo uno tras otro bajo la lluvia de disparos. Con mi ojos intentar buscar a un muerto cerca al cual pudiera verle el arma, pero lo que vi fue a mi tio entrar con su característica mascara entrando con un rifle de asalto. Al entrenarme el aprendió a usar armas mas cercanas, asi qu
El sonido de mis pasos resonaba en el corredor de la iglesia, mientras la melodía delicada de un cuarteto de cuerdas inundaba el aire, generando un ambiente tanto venerable como lleno de tensión. Mientras caminaba, los hombres a mu alrededor proyectaban una presencia imponente, vestidos con trajes oscuros y rostros serios, como si todos hubieran sido esculpidos en la misma roca. Había escasas mujeres presentes, cuyos rostros reflejaban tristeza, al igual que el mío. Con mis ojos, lograba detectar un ambiente amenazante en medio de la situación, una atmósfera delictiva a la que ya me había acostumbrado. Siempre había navegado en la oscuridad sin experimentar miedo.Mientras me aproximaba a Giovanni, quien aguardaba al final del pasillo, noté cómo una amplia sonrisa se formaba en su rostro. No estaba seguro si era por victoria o simplemente por maldad. Tomé con seguridad la mano de su padre mientras él seguía atento a mis movimientos. Los ojos de Giovanni resplandecían con una fuerza im
La brisa suave de la noche acariciaba mi rostro mientras caminaba junto a Giovanni, la luz plateada de la luna bañaba el jardín de un resplandor mágico. El olor de las flores impregnaba el ambiente a nuestro alrededor, sin embargo, en mi corazón, resonaba una tensión inesperada. Giovanni se desplazaba a mi lado con una elegancia que no correspondía al individuo psicópata que me mantenía secuestrada. Me orientaba con su mano hacia un banco bajo la sombra de un árbol con su mano. Sin necesidad de que me tocara, era evidente que deseaba que me sentara. Tomamos asiento en el banco y el silencio pasó a ser el principal en nuestra charla. Observaba el bello firmamento, observando cómo el sol empezaba a tomar de la suya con la luna.Al fin, se animó a iniciar la conversación de manera delicada y atrayente. —Darianna Montenegro, solo tiene veinticinco, con notas sobresalientes a pesar de que en la noche se la dedicaba matando a diestra y siniestra. La hija menor de la familia Montenegro y un
Había pasado una semana en la finca de la casa de Giovanni donde pude conocer a su padre. Un señor de semblante muy amable que estaba muy amable pero que daba a entender que en sus años de juventud fue un cruel mafioso. Me encargó a las pocas criadas que hablaban mi idioma por simple conveniencia personal. Aunque recibiera un trato excepcional por parte de todos en esa residencia, mi felicidad era inexistente. Era imposible desplazarme ni dos centímetros sin encontrarme rodeado por diez personas.Ese dia iria a conseguir el vestido de mi boda con Giovanni que seria en unos días. Él había organizado cada detalle, desde el sitio de la celebración hasta la íntima boda en la que solo participaron sus seres queridos y algunos miembros destacados de la mafia rusa, californiana e italiana, así como algunos líderes de carteles. Estaba en la tienda de novias la cual parecía ser el sueño para cualquier mujer. No obstante, entre la hermosura y el júbilo que envuelven aquel sitio, me encontraba i
—Tik tok mi piccola principessa(pequeña princesa), ¿Acaso quieres que se muera?—Darianna, déjame morir. ¡No lo pienses más, acaba con él de inmediato!Al alzar mis armas hacia él, una sensación de temor me invadió al notar su peso, haciendo que mi semblante se tornara pálido. —No puedo hacerlo…—Susurraba sintiendo las lagrimas de la impotencia.Giovanni me observó meticulosamente, percatándose de lo que ya había descubierto. Se podía sentir su malévola carcajada reflejada en cada parte de su rostro. Mis labios empezaron a temblar intensamente.—Darianna ¡Solo matalo!—¡No puedo! —gritaba mientras entornaba los ojos.— piccola principessa(pequeña princesa), mírame. —Sacaba su telefono con su mano libre. —Llamaré a una ambulancia, pero necesito que me acompañes. No peleas, te dejaras someter a mi y el sobrevivirá.Mis ojos se posaron en Dimitrik, la cantidad de sangre resbalaba en la mano con la que lo sostenia. Si no tenia ayuda medica moriría en mis manos. —Está bien, lo haré. Solo ll
La sala estaba cubierta de oscuridad como un manto duro, cada sombra podía ocultar a un adversario, cada ruido era un presagio de lo peor. En medio de la semioscuridad, solo contaba con la penumbra como compañía, permaneciendo inclinada y percibiendo la gélida superficie debajo de mis rodillas. El peso del arma me brindaba consuelo, recordándole que mantenía el dominio, al menos temporalmente. Los sonidos de los gritos y los disparos resonaban fuertemente en mis oídos, creando un caos ensordecedor a mi alrededor. —Debo salir de esta casa o no sobreviviré. —Susurraba en un todo sumamente calmado. Mis ojos recorrían el cuarto, persiguiendo la mínima señal de peligro mientras mi corazón palpitaba con intensidad, un constante aviso de la inminente muerte que me esperaba. Al momento de retirarme, percibí cómo una mano robusta sujetaba mi cabello con firmeza. Un tirón brutal que me hizo caer hacia atrás. La adrenalina corrió por mi sistema. En un movimiento fluido, aproveché la inercia,
Al percatarme de que Dimitrik estaba paseando por la casa, decidí salir, pero por vez primera me lo impidieron. Al cerrarse la puerta, divisé a varios guardias recorriendo el jardín que acababa de abandonar, como si estuvieran buscando algo. Todo pareció ir a cámara lenta, pude ver que la seguridad se incrementó y recibía incluso la cena en mi habitación.Imagine que todo se iba a volver un caos, así que lo mejor era actuar con normalidad. A medida que cenaba, seguía mirando por la ventana, la luz lunar iluminaba todo el jardín, lo que lo hacía parecer casi mágico. Tan escondida estaba que ni siquiera tenía noción de la hora, así que opté por tomar un baño. Me sumergía en el baño, permitiendo que el calor del agua me abrazara. Cada músculo de mi cuerpo se relajaba y la tensión que había experimentado se esfumaba. En ese instante, en la bañera, dejé de recordar que estaba atrapada. Después de un tiempo, salí del cuarto de baño, todavía el vapor llenaba el reducido lugar, confundiendo
En los últimos días, me di cuenta de que los trabajadores apenas se acercaban a mí y, en caso de hacerlo, lo hacían con utensilios de plástico. Exploraba la casa y observaba que la mayoría de las habitaciones estaban cerradas con llave. No tenía autorización para acceder a zonas adicionales como la cocina, lo que me limitaba las posibilidades de huir. Mientras estaba sentada en el sofa, un hombre de aspecto lánguido, cabello griseado y lentes que desprendían elegancia. —Señorita Montenegro he sido solicitado por el señor Bianchi para confeccionarle prendas a medida. Le solicitaré amablemente que me ayude y se ponga de pie para poder medir sus medidas.Mi mirada gélida estaba fija en él. —¿Mis medidas? —reía de manera visceral. —No voy a darle absolutamente nada.—Le ruego que me brinde su colaboración, señorita.Ignoraba lo que decían hasta que uno de los guardias se aproximó a mí. —Señorita Montenegro, es necesario que trabaje en conjunto con el señor Garrido, evitemos tener que hac
A través de los amplios ventanales, la luz solar se colaba en la habitación, inundándola con un resplandor acogedor y cálido. En la habitación, el aire llevaba consigo el delicado perfume de las flores que la inundaban, destacando sus tonos vivos frente a la atmósfera gélida del lugar. Me senté en una silla de patas doradas, y aunque el lujo me rodeaba, sentía cómo cada pétalo era un recordatorio de mi cautiverio. La puerta se abrió con un suave crujido, y una empleada, ataviada con un modesto uniforme, se aproximó a mí con una bandeja. Encima, unos aperitivos meticulosamente elaborados y una taza de té que humea. Sin embargo, no sentía ganas de comer. Dirigí la vista hacia la ventana, haciendo caso omiso de la bandeja como si comer significara recibir mi orden de muerta.—Piccola principessa(pequeña princesa) —Resonó una voz ronca y masculina que atravesó el silencio, impregnando el aire con su acento italiano. Sería conveniente que ingieras alimentos. Te aseguro que no he adulterad