El ruido que producía el chico al teclear en su ordenador era una distracción ideal que alimentaba mi enojo. La manera tan ineficaz con la que me ignoraba me hacía plantearme si eso era parte de su protocolo en su empresa.
—Señora ya le he dicho previamente de que no es posible proporcionar detalles sobre la presencia de su esposo en el hotel. —El joven explicó con calma— esa información es confidencial y debe respetarse la privacidad del cliente. Mientras tanto, seguía concentrado en la pantalla de la computadora, como si estuviera familiarizado con este tipo de situaciones. Llevaba unas uñas acrílicas las cuales hacian un estrepitoso sonido de tamboreo mientras toqueteaba en el escritorio de madera. Había arribado rápidamente al hotel de dos estrellas en California. ¿Cómo descubrí la presencia de mi esposo allí? De manera sencilla, coloqué un dispositivo de rastreo en su vehículo cuando este empezó a tener un comportamiento muy inusual hacia mí. Durante tres años de matrimonio, tuve que sacar adelante a ese hombre despreciable de la miseria. Durante tres años de matrimonio, invertí todos los ahorros que mi padre me había dado para colaborar en la levantar su hotel. Durante tres largos años, me dediqué por completo a laborar incansablemente en su empresa de hoteleria que ahora brilla gracias an mis esfuerzos. Durante tres largos años, desempeñé el papel de esposa ideal. Mi dedicación era tan notable que cualquiera que me observara no podía evitar admirarme. Me esforzaba incansablemente en mi trabajo y en mis labores domésticas, actuando con excelencia en cada tarea. Sin embargo, a pesar de todo ello... —No me entiende, debo verificar si el esta aquí, es todo. Nadie descubrirá que la información proviene de ti. —Traté de sonreír falsamente para disimular mi creciente furia. —Te puedo ofrecer quinientos dólares para confirmar si el esta aqui. —Intentaba persuadir al joven con esta propuesta. El frío tacto metálico del b**e en mis manos derecha revelaba claramente mis intenciones; Luci, mi preciado b**e, ya había sido empleado para destrozar el vehículo de mi esposo en el estacionamiento. Adquirió ese precioso automóvil con los fondos de nuestra empresa, los cuales se originaron a partir de la contribución que yo le proporcioné. La empresa de hoteleria experimentó un crecimiento significativo a mi mando. Cuando la tome eran de tan baja calidad que no lograban tener éxito, momento en el cual entré en escena. De repente, el joven detuvo su tecleado en la computadora para observarme con atención. —Señora, si usted no se retira voy a tener que llamar a seguridad —comento de manera severa el joven. Producía un sonido con mis dientes a causa de la furia que experimentaba. Al saber que no lograría obtener nada, planeaba marcharme, pero divisé su presencia a lo lejos y decidí quedarme. Ese hombre tan inepto en quien creí que encontraría mi pareja ideal. Ese desgraciado que se paseaba con una sonrisa en el rostro junto a su asistente, agarrados de la mano. El estaba desaliñado que llevaba prendas tan descuidadas que era evidente que no estaban allí para asistir a una "reunión laboral" en ese hotel. Mi pensamiento se transportó hacia la Unión Soviética, mi raciocinio hacia Brasil y mi ética hacia Australia, no había armonía en mi ser. «¡Maldito desgraciado hijo de mil putas!» Pensaba de manera colerica, mis ojos echaban chispas por la rabia. Me dirigí rápidamente hacia el que se suponía que era mi esposo, quien estaba tan absorto que ni siquiera se percató de mi presencia. Con un solo golpe de mi b**e a su pierna derecha logro que terminara en el suelo, provocando que la promiscua de su amante empezara a ladrar descontroladamente. Otro golpe en la cabeza de Trevon hizo que cayera ligeramente inconciente en el suelo. —¡Pero estas desquiciada! —grito la pequeña pelinegra resbalosa. Sujetaba el b**e con la mano izquierda mientras con la derecha le comenzaba a tirarle del pelo con violencia. Arrastrándola por el suelo gritándole enfurecida. —Desquiciada aun no me conoces —vociferaba llena de rabia—deja que me conozcas como una verdadera lunática—bramaba. ¿Conocen cuál es el beneficio de tener tres hermanos? El menor de mis mis hermanos me enseñó a pelear de forma agresiva, mi hermano mayor me instruyó en el boxeo, y mi hermano del medio me enseñó a aprovechar mi fuerza. Fue imprescindible realizar todas esas acciones, ya que logré golpear a la mujer a pesar de los intentos de varios hombres por detenerme. ¿La arrastre? Por supuesto, sin duda alguna, el suelo quedó cubierto de maquillaje de esa amante de pacotilla; el rastro del lápiz labial rojo en el piso lo confirmaba. Le di tantas cachetadas que mis manos se pusieron rojas. —Señora deténganse.—uno de los guardias me hablaban. Ignoraba a aquellos guardias aun pegándole a aquella mujer con tanta rabia ¿Por qué estaba enojada? Esa joven acababa de graduarse de la universidad, es la hermana menor de un conocido de mi hermano. Es de una familia humilde tan ávida de riqueza que hacia que ella se pusiera a bailar con solo mencionar dinero. Sentía más frustración ya que mi esposo gastaba todo el dinero que yo había trabajado como loca en regalos lujosos para esa mujer, mientras que a mí ni siquiera me obsequiaba un chocolate en nuestro aniversario, que fue hace 48 horas. En el día de mi cumpleaños se ausentó alegando que necesitaba "trabajar", y a pesar de que el no merecía mi compasión, era evidente que esa mujer le había conquistado por completo. Desde que la vi entrar a la oficina con su falda tan corta, imagine que iria por el vicepresidente. Se le veía a lengua que quería buscar a un hombre con dinero pero nunca imagine que se metería con un hombre casado. —¡Deja de pegarme! ¡Me duele! ¡Mi bebe! Eso me hizo detenerme de golpe. ¿Un bebé? Mientras me sumergía en mis pensamientos, fui sorprendida por la seguridad y poco después llegó la policía. Mi corazón se hundió en la tristeza. Nunca logré darle a mi esposo lo único que anhelábamos juntos: un hijo. A pesar de todos mis esfuerzos por quedar embarazada, las posibilidades eran tan escasas que empezamos a contemplar la opción de la fertilización in vitro. Trevon despertaba lentamente del aturdimiento que le causé, dándose cuenta de que tenía las manos esposadas. Este se toco la cabeza en la parte trasera notando que sangraba. Mientras me conducían bajo custodia, Trevon me espetó con enojo que —Eloise está desequilibrada.Después de medio año, viví seis meses intensos en los que mi expareja, quien solicitó me divorcio estando en prisión. El y su amante me denunciaron por diferente crímenes que debía estar más tiempo, pero la cereza del pastel fue mi padre Salvatore Rossi. Robo agravado, asesinato de un feto, vandalismo, maltrato intrafamiliar y trauma emocional, esa mezcla tan desafortunada me llevó aproximadamente medio año tras las rejas. ¿La parte más difícil de todo? El logró obtener un abogado financiado por ¡Mi padre! con el objetivo de arrebatarme todo. Al mencionar "todo", me refiero an mis bienes, mi posición en la empresa, los fondos que habíamos reunido, mi participación en el negocio de mi padre ¡Todo! Había sido abandonado en la calle sin un solo centavo. Lo positivo era que finalmente iba a poder salir, mi padre finalmente había decidido sacarme de esa horrible prisión infernal. Una de las guardias, de las pocas que se mostraron amables conmigo, me entregó mis pertenencias. Expresé mi a
—Ya volviste Eloise —comento Allana de manera burlesca al verme entrar al pasillo. Mire toda la casa, había sido cambiada completamente al igual que el personal. Antes, mi hogar lucía una decoración tan refinada que resultaba un deleite visual extraordinario, pero ahora es aburrida, convencional y juvenil. Se asemejaba al tipo de creaciones que una niña de siete años que empieza a hacer cuando se le permite ser "imaginativa". —Si la manera en que decora piensas, déjame decirte que te faltan un par de neuronas —comentaba con desden con mis llena de ironía al ver la pared de rosa fucsia junto al sofá naranja de la entrada, solo de verlo me pedía salir huyendo. —Serás...—susurro aquella rubia, pero se detuvo al ver a Trevon salir desde una de la habitación. —Eloise, ya llegaste —comento con una enorme sonrisa. A pesar de su deseo de evitar mi presencia, mi padre debió haberle ofrecido algo para que actuara como si nada hubiera ocurrido. Realmente, a mi padre le resultaba beneficioso
La luz tenue y parpadeante de la oficina de Derek contribuyó a crear un ambiente de tensión palpable en la habitación, generando una atmósfera cargada de incertidumbre y misterio. Miré detenidamente por la ventana, observando con detenimiento la majestuosidad de la ciudad de pleno dia, mientras mi mente analizaba minuciosamente cada detalle de la estrategia que estaba a punto de ejecutar. Sabía perfectamente que lo que estaba a punto de proponerle a Derek era un riesgo considerable, pero el profundo sentimiento de rencor hacia mi exmarido, quien me había abandonado en esta situación tan desigual e injusta, era tan abrumador que superaba con creces cualquier atisbo de temor que pudiera surgir en mi interior.Me debí de haber visto increíblemente provocativa y llamativa, con mi deslumbrante vestido rojo ceñido que resaltaba y realzaba mis curvas femeninas. Cuando me di la levanté mi mirada y me encontré con la mirada de Derek, pude vislumbrar sus ojos profundos y su gesto relajado prov
La tienda de joyas resplandecía con un brillo casi fascinante. Mientras exploraba entre collares y pulseras, intentaba hallar una pieza que reflejara el remolino de emociones que me invadía. Jamás había pensado que sería tan difícil adquirir un anillo de compromiso falso. Sin embargo, me encontraba en el umbral de dar por concluido un episodio sin sentido en mi vida, impulsada por la angustia de no querer cargar más con el peso de tener que sufrir al lado de Trevon.Derek se materializó a mi lado, como una silueta que se acentuaba con cada palabra que decía. Con una mirada profunda y misteriosa, sus ojoszafiro guardaban secretos que seguramente nunca llegaría a contar. Su voz, un suave susurro, me envolvió mientras señalaba un anillo con un diseño intrigante: —Este sería ideal. Atractivo, pero con un toque enigmático. Igual que tú. Observé de reojo mientras cruzaba los brazos sobre mi pecho, mostrando una actitud defensiva. —No he venido a divertirme con acertijos, Derek. Necesito ad
La joyería era un lugar verdaderamente mágico, repleto de destellos resplandecientes que reflejaban la luz de una manera absolutamente hipnótica y fascinante. El silencio absoluto, únicamente interrumpido por el suave y delicado sonido de los transeuntes a la afuera de la tienda se filtraba en el aire, la soledad de nosotros dos en esa tienda, se convirtió en un telón de fondo perfecto y enigmático para lo que estaba a punto de acontecer en ese misterioso lugar. Derek, con su inconfundible y encantadora sonrisa que provocaba en mí una amalgama de sensaciones que iban desde la ansiedad hasta la euforia, se aproximó lentamente hacia mí tomando con delicadea mi barbilla.Todo lo que ocurrió en ese momento sucedió de una manera tan vertiginosa y acelerada que apenas pude procesar lo que estaba pasando. La distancia que separaba nuestros cuerpos se desvaneció por completo en un instante, y en un abrir y cerrar de ojos, sus carnosos labios se posaron delicadamente sobre los míos. Fue un b
La tarde era gris y el viento soplaba con una rabia contenida cuando Derek y yo llegamos a la casa de Trevon. La incertidumbre se había instalado en lo más profundo de mi ser, como un pájaro inquieto revoloteando sin descanso. No estaba completamente segura de lo que nos aguardaba detrás de aquella puerta, pero en mi interior sabía que enfrentarnos a Trevon, con su astucia y determinación, nunca sería una tarea sencilla. Estaba totalmente enfurecida pues el se había llevado todos mis logros, mis méritos, y mi trabajo duro siendo apoyado solo por el dinero que me dio mi padre. Deseaba quitarle todo, hacerlo sufrir, quería que rogara por su perdon pero mas que nada que no pudiera levantarse con todo lo que me hizo. Derek,en medio de esta intensa tormenta emocional, mostraba una determinación inquebrantable. Su penetrante mirada se encontraba inmutablemente fija en la imponente puerta de madera maciza, como si poseyera la capacidad sobrenatural de traspasarla y descifrar meticulosamente
Derek bajaba su pistola con una expresión implacable mientras Trevon mostraba una sonrisa burlona. Empecé a andar, pasando junto a el con la intención de localizar mi equipaje, momento en el que me topé con Allana. Ignoré por completo la sonrisa burlona con la que me miraba, pues tenia decidida en hacerla pagar por ello.—Vaya, parece que no tienes nada que hacer que andas meneandole el culo a un hombre.—Tu mente es tan carente de ideas y pocas neuronas que crees que seguiré tu ejemplo —interrumpió sin siquiera dirigirle la mirada después de subir las escaleras —la diferencia entre tú y yo radica en que yo no vacilo en deshacerme de lo que me estorba —con una mirada implacable la dejó paralizada mientras se encaminaba hacia mi habitación. Permanecí en la diminuta habitación que solo tenía una cama, sin nada más. Mientras organizaba mis escasas posesiones en la maleta, bajaba por las escaleras donde Derek y Trevon permanecían inmóviles, como si estuvieran atrapados en un terreno pa
Se dirigió lentamente a la cocina, desde donde emergía con una botella de vino tinto destapada y dos copas de cristal relucientes. El vino tinto coloreaba elegantemente las copas de cristal, absorbiendo la suave luz que emanaba de las lámparas que decoraban con esplendor el frio apartamento de Derek. Todo en ese maravilloso lugar era un fiel reflejo de la complejidad de su personalidad: elegante, refinado y sofisticado, pero también con un misterioso y enigmático toque oscuro que despertaba mi curiosidad y me llevaba a preguntarme qué secretos intrigantes podían estar ocultos tras esas imponentes paredes. Me sentí como un pez en un acuario, encerrada en una belleza inquietante.Mientras él elegantemente servía el exquisito vino tinto en las copas de cristal, una cálida y encantadora sonrisa se dibujaba en sus labios, dejándome completamente cautivada y embriagada por su encanto. Su penetrante mirada, llena de intensidad y persuasión, parecía tener el poder de traspasar la vasta dista