Hola :D gracias por seguir la historia, los vemos al rato :D no se olviden de puntuar y comentar.
La sala estaba cubierta de oscuridad como un manto duro, cada sombra podía ocultar a un adversario, cada ruido era un presagio de lo peor. En medio de la semioscuridad, solo contaba con la penumbra como compañía, permaneciendo inclinada y percibiendo la gélida superficie debajo de mis rodillas. El peso del arma me brindaba consuelo, recordándole que mantenía el dominio, al menos temporalmente. Los sonidos de los gritos y los disparos resonaban fuertemente en mis oídos, creando un caos ensordecedor a mi alrededor. —Debo salir de esta casa o no sobreviviré. —Susurraba en un todo sumamente calmado. Mis ojos recorrían el cuarto, persiguiendo la mínima señal de peligro mientras mi corazón palpitaba con intensidad, un constante aviso de la inminente muerte que me esperaba. Al momento de retirarme, percibí cómo una mano robusta sujetaba mi cabello con firmeza. Un tirón brutal que me hizo caer hacia atrás. La adrenalina corrió por mi sistema. En un movimiento fluido, aproveché la inercia,
—Tik tok mi piccola principessa(pequeña princesa), ¿Acaso quieres que se muera?—Darianna, déjame morir. ¡No lo pienses más, acaba con él de inmediato!Al alzar mis armas hacia él, una sensación de temor me invadió al notar su peso, haciendo que mi semblante se tornara pálido. —No puedo hacerlo…—Susurraba sintiendo las lagrimas de la impotencia.Giovanni me observó meticulosamente, percatándose de lo que ya había descubierto. Se podía sentir su malévola carcajada reflejada en cada parte de su rostro. Mis labios empezaron a temblar intensamente.—Darianna ¡Solo matalo!—¡No puedo! —gritaba mientras entornaba los ojos.— piccola principessa(pequeña princesa), mírame. —Sacaba su telefono con su mano libre. —Llamaré a una ambulancia, pero necesito que me acompañes. No peleas, te dejaras someter a mi y el sobrevivirá.Mis ojos se posaron en Dimitrik, la cantidad de sangre resbalaba en la mano con la que lo sostenia. Si no tenia ayuda medica moriría en mis manos. —Está bien, lo haré. Solo ll
Había pasado una semana en la finca de la casa de Giovanni donde pude conocer a su padre. Un señor de semblante muy amable que estaba muy amable pero que daba a entender que en sus años de juventud fue un cruel mafioso. Me encargó a las pocas criadas que hablaban mi idioma por simple conveniencia personal. Aunque recibiera un trato excepcional por parte de todos en esa residencia, mi felicidad era inexistente. Era imposible desplazarme ni dos centímetros sin encontrarme rodeado por diez personas.Ese dia iria a conseguir el vestido de mi boda con Giovanni que seria en unos días. Él había organizado cada detalle, desde el sitio de la celebración hasta la íntima boda en la que solo participaron sus seres queridos y algunos miembros destacados de la mafia rusa, californiana e italiana, así como algunos líderes de carteles. Estaba en la tienda de novias la cual parecía ser el sueño para cualquier mujer. No obstante, entre la hermosura y el júbilo que envuelven aquel sitio, me encontraba i
La brisa suave de la noche acariciaba mi rostro mientras caminaba junto a Giovanni, la luz plateada de la luna bañaba el jardín de un resplandor mágico. El olor de las flores impregnaba el ambiente a nuestro alrededor, sin embargo, en mi corazón, resonaba una tensión inesperada. Giovanni se desplazaba a mi lado con una elegancia que no correspondía al individuo psicópata que me mantenía secuestrada. Me orientaba con su mano hacia un banco bajo la sombra de un árbol con su mano. Sin necesidad de que me tocara, era evidente que deseaba que me sentara. Tomamos asiento en el banco y el silencio pasó a ser el principal en nuestra charla. Observaba el bello firmamento, observando cómo el sol empezaba a tomar de la suya con la luna. Al fin, se animó a iniciar la conversación de manera delicada y atrayente. —Darianna Montenegro, solo tiene veinticinco, con notas sobresalientes a pesar de que en la noche se la dedicaba matando a diestra y siniestra. La hija menor de la familia Montenegro y un
El sonido de mis pasos resonaba en el corredor de la iglesia, mientras la melodía delicada de un cuarteto de cuerdas inundaba el aire, generando un ambiente tanto venerable como lleno de tensión. Mientras caminaba, los hombres a mu alrededor proyectaban una presencia imponente, vestidos con trajes oscuros y rostros serios, como si todos hubieran sido esculpidos en la misma roca. Había escasas mujeres presentes, cuyos rostros reflejaban tristeza, al igual que el mío. Con mis ojos, lograba detectar un ambiente amenazante en medio de la situación, una atmósfera delictiva a la que ya me había acostumbrado. Siempre había navegado en la oscuridad sin experimentar miedo.Mientras me aproximaba a Giovanni, quien aguardaba al final del pasillo, noté cómo una amplia sonrisa se formaba en su rostro. No estaba seguro si era por victoria o simplemente por maldad. Tomé con seguridad la mano de su padre mientras él seguía atento a mis movimientos. Los ojos de Giovanni resplandecían con una fuerza imp
Las flores blancas que habían cubierto las ceremonias comenzaron a volar. El altar hermosamente decorado fue el primero que cedió. Los tiros retumbaron en la iglesia como un estruendo. Mi padre y Dimitrik lanzaban disparos de forma instintiva mientras Giovanni se cubrió para evitar el disparo. El padre estaba cubriéndose por igual, rezando a lo que lo mire. —Padre, debemos salir de aquí. —Me encontraba escondida detrás de un pilar al cual habia llegado arrastrándome. Los vi ansiosos señalando hacia una puerta lateral. Arrastrándome con el corazón en la boca, era consciente de que necesitábamos marcharnos de inmediato o estaríamos en problemas. De rodillas y protegiéndose, escuchaba cómo los hombres iban cayendo uno tras otro bajo la lluvia de disparos. Con mi ojos intentar buscar a un muerto cerca al cual pudiera verle el arma, pero lo que vi fue a mi tio entrar con su característica mascara entrando con un rifle de asalto. Al entrenarme el aprendió a usar armas mas cercanas, asi q
—Lindo abrazo y todo, pero debemos confirmar los muertos. —Nickolai se había acercado a nosotros mirándome fijamente. —Dejó salir un prolongado silbido. —Posees una familia bastante singular, señorita.Una suave sonrisa se dibujó en su rostro mientras Dimitrik volvió a agarrarme de la mano y me alejó un poco de mis padres.—Yo he confirmado a varios de los muertos. —Benjamín observaba el horizonte. —De acuerdo a mi fuente , recibí un listado completo de los invitados, solo necesitamos verificar todos los datos. Yo me ocuparé de esa tarea, ustedes pueden retirarse a descansar.—Yo me quedare contigo Benjamin. —Mi tío sostenía su rifle de asalto mientras conversaba. —Requerirás el apoyo de una persona que te respalde mientras haces el recuento.—Yo también puedo quedarme. —Mi padre miro la pila de cadáveres. —Todo esto fue parte de mi responsabilidad por no asegurarme de matar a ese bastardo hace tanto años atrás, que no dejare que ningunos de ustedes estén expuestos. Gatita, vuelve al l
La luz del hospital se reflejaba en las cortinas, generando un entorno casi etéreo que contrastaba con la cruda verdad de lo ocurrido. Una semana había transcurrido desde el fatídico accidente, y allí me encontraba, en una estancia gélida y luminosa, observando a Dimitrik reposar en la cama, su rostro tranquilo contrastando con la severidad del acontecimiento. Aunque experimentaba mejoría, los médicos decidieron mantenerlo bajo observación por una semana adicional y dar inicio a su terapia. Había solicitado que enviaran toda la información a su médico en Rusia porque planeaba regresar.¿Qué haría yo?Deseaba seguirlo, a pesar de la total oposición de mi padre. A pesar de que los contactos en Italia se encargaron de hacer creer que todo fue unos enemigos que tenía en Albania y de limpiar. La situación comenzó a tranquilizarse gradualmente con Nickolai asumiendo el control de la mafia para permitir que Dimitrik descansara.—¿En qué estás pensando?Hablaba de manera serena para llamar la