Después de la muerte de la anciana, Valquiria ahorró casi todo el dinero que en la pequeña zapatería le pagaron por trabajar y cuando la despidieron se trasladó a otro pueblo más desarrollado económicamente en donde pudo obtener un mejor trabajo y con ello un sueldo más alto.
Cinco años más tarde…
—Señor Morotova, ya está todo listo para que podamos viajar a Los Ángeles, California. Las otras empresas ya han confirmado su presencia también. —anunció su asistente personal.
—Excelente, vamos con todo para que ese proyecto de diseño y construcción de ese aeropuerto, sea nuestro. —Respondió, demostrando mucho positivismo.
Tomaron el vuelo que los llevará hasta el hotel en donde se está llevando a cabo la licitación para ver quién tiene mejores propuestas. Todos los que estarán allí son arquitectos muy reconocidos y los dueños de empresas confían mucho en su capacidad de convencimiento y adquisición.
Desde que llegaron y saludaron a todos los representantes, el empresario Brandon Morotova le ha echado el ojo a una bella chica de ojos verdes y cabello claro que le ha llamado mucho la atención por su peculiar parecido con la chica a la que muchos años atrás secuestró, pero que se le escapó.
Y para sorpresa de todos, esa dulce rubia fue la arquitecta que mejor estrategia y diseño le presentó a la terna del gobierno central para la construcción del aeropuerto.
—No puede ser posible que una pinche mujer nos haya ganado, hemos trabajado muy fuerte por muchos meses para poder ganar esta licitación. —Se lamentó el señor Morotova. —Pero es que en realidad el diseño que ella presentó fue magnífico, digno de ganar esa licitación.
¡Y ella también es una total belleza! —exclamó en voz baja con una sonrisa de lado.
—¿Por qué no se acerca a ella para que la conquiste y con sus encantos la haga desistir de ese proyecto y se lo entregue a usted? Estoy seguro de que ella cederá. —propuso el asistente.
—¿Tú crees que así como se nota de inteligente esa arquitecta, la voy a poder envolver y lograr que ella suelte así de fácil eso? —¡Pues yo lo dudo!
—Inténtelo, señor, nada pierde con hacerlo. —¿Sabe? Esa chica se puso muy rara cuando lo vio entrar a usted, jefe, es como si ya lo conociera y le tuvo miedo o quizá haya quedado sorprendida por su buen físico. —¿Qué tal si ella se ha enamorado de usted a primera vista?
—No creo que sea eso, estoy seguro de que nunca antes nos habíamos visto con ella.
—Entonces, esta misma noche, usted vaya a la habitación de ella e intente convencerla de que renuncie a ese proyecto y se lo entregue a su empresa.
—Bien, haz lo que tengas que hacer para conseguir su número de habitación; cuando lo logres, me la envías por mensaje de texto.
…
—¿Mamá, qué ha pasado? — Parece como si has visto a un fantasma. —comentó uno de los niños que la recibe en la habitación. Valquiria ha entrado de prisa y agitada. ¡Y cómo no, si se ha topado cara a cara con el hombre que menos quiere ver en su vida!
—No pasa nada, hijo. —Más bien, les traigo una noticia a todos.
—Cuéntanos de que se trata.
—Me eligieron para el proyecto, eso quiere decir que ganaré muchísimo dinero en esta ocasión y por fin nos compraremos una casa para que allí vivamos los cinco.
—¡Yeah, qué emoción! Nuestra madre es la mejor arquitecta del mundo. —Gritaron con emoción y la abrazaron para felicitarla.
—Bueno, pequeños, ¿qué les parece si ahora salimos a dar una vuelta por la ciudad para que celebremos a lo grande este logro?
—¡Síii, yupiii! Vamos a conocer otra ciudad más, y todo gracias a la mejor mamá del mundo.
—Pero me tienen que hacer un poco de espera, porque me tengo que dar un baño primero. No, mejor dicho, todos nos vamos a dar un baño para que salgamos limpios y frescos.
—¡Dios mío, qué nervios! No pensé que en este lugar me encontraría con el padre de mis hijos, ese desgraciado se la pasó observándome en casi toda la reunión. ¿Y si me ha reconocido y decide raptarme de nuevo? —Aaah, qué miedo, espero que eso no pase. Pero por más seguridad, en el caso prefiero que nos regresemos hoy mismo a nuestro lugar. Es mentira que vamos a celebrar o a conocer parte de la ciudad.
El primero en salir de la habitación fue el hermano de Valquiria, él ya está listo esperando en la pequeña sala. Él tiene once años y ahora vive con su hermana mayor y sus pequeños sobrinos de cinco años.Alguien llama a la puerta, él corre a abrir porque cree que es el servicio del hotel que viene a dejarles comida o algún tipo de aperitivo que su hermana Valquiria ha solicitado.—Hola, señor, ¿a quién busca? —Preguntó el chico, un poco decepcionado porque no es el servicio del hotel, sino que un hombre de buen parecer y trajeado.—Soy el jefe de Ana, ¿ella se encuentra aquí? —Por favor, dile que venga porque me urge hablar con ella. —Pidió en tono amable. —Valquiria Anabel Estrada, es el nombre de la chica, pero en esa reunión, al ver que ese hombre estaba presente, ella se presentó como “Ana” con la intención de que él no recuerde su nombre.—Aquí no hay ninguna persona con ese nombre, señor, creo que usted se ha equivocado de habitación.—No es posible, ella me dijo que esta es su
Esa misma tarde, Valquiria junto a los pequeños regresaron a su apartamento en la ciudad. Los niños se molestaron mucho con ella porque se sienten traicionados. Ella les ofreció llevarlos a diferentes lugares para que conozcan la ciudad, pero finalmente les falló.Ella sabe que si se quedaba en la misma ciudad con ese hombre, corría mucho peligro y por eso es que mejor decidió marcharse. Ya cuando se presentó en la empresa donde trabaja, todos le dieron la bienvenida y juntos celebraron la noticia de la licitación.Pero la felicidad no dura para siempre, y en esta ocasión para Valquiria solo significó un alegrón en vano. Su jefe, que está encerrado en su oficina, le pidió que se presente de inmediato ante él para hablar de un tema muy delicado e importante.—¿Me mandó a llamar, jefe?—Sí, toma asiento, porque lo que te voy a decir no te caerá nada bien.A Valquiria lo primero que se le vino a la mente fueron sus pequeños terremotos. Ella se preocupó de que les haya ocurrido algo en la
Valquiria ya está en casa, lleva un poco de dinero gracias al finiquito que le han dado por los tres años de servicio que prestó en aquella empresa. Ella no se preocupa, pues según ella, mejores cosas vendrán para su vida, incluyendo buenas oportunidades de trabajo.Ese día descansó, sus trillizos llegaron de la escuela y luego también lo hizo su hermano. Todos juntos disfrutaron de una amena charla y una deliciosa pizza de jamón y queso que ella misma les preparó. Todos se pusieron muy tristes cuando ella les comentó que ya no trabajará más en la misma empresa, pero ellos le alentaron a que busque en otro lugar, incluso uno de ellos le dijo que ella es muy bonita y que si un hombre la enamora, pues que le haga caso para que los mantenga y ella ya no tenga que trabajar.—Deja de decirle eso a mi mamá, ella solo es nuestra. —Reclamó el pequeño Tristán. —Él es un niño muy problemático y es el que más cela a su madre.—Chicos, no se peleen, ya les he dicho que entre todos debemos de apoy
Sola, con tres hijos a cargo y un empleo que solo le alcanza para la comida y pagar la cuota del alquiler del pequeño cuartito en donde viven, Valquiria Estrada no tuvo otra opción que solicitar ayuda en un albergue en el cual habitan personas necesitadas que no tienen a donde ir.Después de que ella les explicó su precaria condición, la aceptaron con todo y sus tres hijos, ella se ofreció a ayudarles con la administración del lugar y los encargados quedaron muy contentos. Además de que están pensando en solicitar ayuda económica a las distintas empresas con el fin de ampliar el local, una ayuda de ella como arquitecta no les caerá nada mal también para que les diseñe los trazos. Regresó muy contenta al cuarto y les dio la agradable noticia a sus hijos. Al día siguiente se presentó a su trabajo de servicio doméstico, pero solo para comunicarles a sus jefes que a partir de hoy no volverá y que le deben de pagar por los veinte días que ha trabajado durante este mes.La patrona no estaba
Valquiria regresó a casa para comunicarles a sus hijos que se mudarán de lugar.—Tristán, quiero que me hagas el favor de portarte debidamente. Debemos de ser agradecimos de que ahora tendremos un techo y comida disponible, además de que ustedes ya podrán ir a la escuela que se encuentra allá mismo dentro de las instalaciones del albergue. —Le pidió Valquiria a su hijo, pues ella sabe que su pequeño es muy malilla y por consiguiente le ha hecho prometerle que no la va a meter en problemas porque luego los expulsarán y volverán a la miseria y a la calle en donde a ella se le hace muy difícil encontrar un empleo.—Sí mami. Yo te prometo que me voy a portar bien, claro que si alguien de ese lugar me anda bufando, créeme que me va a encontrar y por ende me va a conocer.—No seas así, hijo, me estás prometiendo que te vas a portar bien, pero al mismo tiempo me dices que no te dejarás de nadie. —De verdad que no te entiendo, Tristán, y eso me hace sentir muy mal.Es sábado, día perfecto para
Después de haber tenido esa pequeña charla disimulada para el público, el hombre tomó el micrófono y procedió a hacerle su respectiva pregunta al niño genio de las matemáticas. Casi de inmediato el pequeño resolvió en su mente el problema planteado por el hombre, dejándolo a este sentirse muy orgulloso y al público con la boca abierta.Todos se pusieron de pie y elogiaron al pequeño Taylor Estrada, se han asegurado que en verdad es un niño brillante que tiene mucho potencial para salir adelante en el futuro.—Te espero en la banca que está al lado de la fuente, por favor no te escapes cuando salgas. —ordenó Brandon.—Estás loco si crees que me reuniré contigo. —respondió entre dientes.—¿Acaso no temes perder a tu hijo? Estoy seguro de que es mío; por lo tanto, me pertenece. Allá tú, si no quieres llegar al lugar que te mencioné. —le amenazó sin piedad.El hombre se despidió del pequeño Taylor con un apretón de mano. —Ten por seguro que este hombre te va a ayudar a que explores ese inm
Brandon se quedó confundido, por un momento pensó que el pequeño le estaba jugando una broma. Sin embargo, parecía que decía la verdad.—¿Hermano, dices? —¿Ha…ha… hay otro aparte de ti y es de tu mismo tamaño? —preguntó Brandon entre palabras. —¿Acaso soy el padre de gemelos? —se peguntó en su mente.—Hermanito, me dijeron unos niños que tú te has caído, ¿te has golpeado fuerte? Ven, vamos, iremos a buscar a mamá para que te revise. —El otro niño vino corriendo a ver a su hermanito.—Tranquilo, hermano, estoy bien. El señor aquí presente me ayudó a levantarme. —señaló el pequeño.—Oh, muchas gracias por ayudar a mi hermano, señor. Pero ya no podemos estar aquí porque está muy frío el clima y mamá nos ha dicho que nos podemos enfermar.—Tienes razón, Taylor, ve adentro con tu hermano y abríguense bien para que duerman calentitos. —dijo Brandon, una sonrisa acompaña sus palabras.—Yo no soy Taylor, mi nombre es Thiago. —Respondió también con una dulce sonrisa.—A ver, a ver, yo ya estoy
A las once de la mañana el hombre ya estaba afuera del albergue esperando a que la chica con los trillizos apareciera. Al pasarse quince minutos de la hora que él le indicó y ella no se presentara, decidió llamar al número de teléfono que su asistente le consiguió y que se supone que es de Valquiria.Pero la muchacha nunca le cogió la llamada, molesto porque ella le ha desobedecido una orden. Él se bajó de su carísimo auto del año dos mil veintidós, y entró a la oficina con la intención de buscarlos y llevárselos.—Señor Morotova, es un placer tenerlo nuevamente en nuestras instalaciones. —¿Puede usted decirnos en qué le podemos ayudar en este día? —preguntó la señora que está a cargo de llevar la administración en el albergue.—Creo que usted ha de recordar que la noche anterior mi empresa decidió premiar con una beca a los niños genios, y en vista de que el niño que es muy veloz con las matemáticas tiene a su madre aquí con él, he decidido venir a hablar con ella sobre unas cuestione