CAPITULO 9

Valquiria regresó a casa para comunicarles a sus hijos que se mudarán de lugar.

—Tristán, quiero que me hagas el favor de portarte debidamente. Debemos de ser agradecimos de que ahora tendremos un techo y comida disponible, además de que ustedes ya podrán ir a la escuela que se encuentra allá mismo dentro de las instalaciones del albergue. —Le pidió Valquiria a su hijo, pues ella sabe que su pequeño es muy malilla y por consiguiente le ha hecho prometerle que no la va a meter en problemas porque luego los expulsarán y volverán a la miseria y a la calle en donde a ella se le hace muy difícil encontrar un empleo.

—Sí mami. Yo te prometo que me voy a portar bien, claro que si alguien de ese lugar me anda bufando, créeme que me va a encontrar y por ende me va a conocer.

—No seas así, hijo, me estás prometiendo que te vas a portar bien, pero al mismo tiempo me dices que no te dejarás de nadie. —De verdad que no te entiendo, Tristán, y eso me hace sentir muy mal.

Es sábado, día perfecto para hacerles realidad la tan esperada visita a los niños y jóvenes en el albergue. Ya todos se están encaminando hacia allá, la música también no se hará esperar y los concursos de canto y poesía. La idea es que todos los presentes disfruten de este día y se sientan como si estuvieran en familia.

Valquiria es la encargada de tomar la b****a por parte del albergue, ella será la que les dé la cordial bienvenida a las instituciones benéficas que se hagan presente en este día y entre las cuales se encuentra el conglomerado “Brandon’s”

Ella subió al escenario y con mucha tranquilidad dio las palabras de bienvenida y agradecimiento por estar presente, sin imaginarse que el padre de sus hijos la observa desde su asiento en la última fila.

Al ver a aquella chica entallada en un vestido negro de gala y luciendo un fino y delicado escote, Brandon Morotova quedó encantado de ella. Pero luego la reconoció del todo y se quedó en shock, esa mujer por donde sea que él ande se la encuentra.

—Como inicio del programa les quiero presentar al niño genio de las matemáticas, él es Taylor Estrada, y con mucho orgullo les digo que es mi hijo. —Quiero que un voluntario de entre ustedes se acerque y le haga una prueba al chico para que se convenzan de su capacidad intelectual para con los números. —Valquiria sabe que exponiendo el talento de uno de sus trillizos logrará conseguir el apoyo o patrocinio de alguno de los empresarios que allí se encuentran.

—¡Yo! Quiero ser yo el que le haga la prueba de conocimiento a su hijo, señorita. —Se escuchó una voz que venía desde el fondo y la cual puso a temblar a Valquiria.

El hombre se levantó de su asiento y se acerca a paso calmado hasta donde están de pie ella y el pequeño a su lado. Mientras más cerca está del niño genio, su corazón se acelera, y es que esa criatura es demasiado parecida a su padre ya fallecido y que también fue un genio en las matemáticas.

—¿Cómo se llama tu padre, pequeño niño? —Preguntó Brandon, hablándole al oído para que nadie más lo escuche.

—No lo sé, mi mamá nunca me lo ha dicho. —Comentó el chiquillo, quedando asombrado por el enorme parecido que ese hombre tiene con uno de sus hermanitos.

—Nos volvemos a encontrar, señorita Valquiria. —dijo el hombre, dejando a un lado la conversación con el chiquillo.

—Por favor, haga lo que ha venido a hacer. —Pidió ella, fingiendo una sonrisa para que el público no se dé cuenta de su temor. —Ella lo que más desea es bajar de allí y tomar a sus hijos para llevárselos, aunque sea de arrastras.

Valquiria teme que el padre de los niños saque cuentas y caiga en la razón de que son sus hijos y se le meta en la cabeza sacarlos de ese lugar para quedarse con ellos.

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