CAPITULO 15

A Brandon no le quedó más remedio que quedarse sentado. Sabe que ella tiene toda la razón, pero al muy desgraciado lo que más le importa en ese momento es recuperar a su familia sin discutir.

—Si te vas a vivir conmigo, te prometo que te permitiré una oficina de trabajo en mi propia empresa. Desde el día que tú decidas, te nombraré como la arquitecta oficial del Conglomerado Brandon’s. ¿Qué opinas?

—Dime, ¿qué te ha hecho cambiar de opinión tan de repente? Primero me vetas y ahora me ruegas para que trabaje en tu empresa. ¿No crees que eres un patético?

—Estaba celoso y admito que soy un puto envidioso. Ese proyecto lo quería solo para mí, y cuando te eligieron a ti, eso me cayó como un balde de agua fría. —Es mejor confesar la verdad ahora mismo o ella pensará que lo hace por mero interés.

—Ahora ya no se puede hacer nada. Ya que tú te encargaste de poner en mal mi nombre por todos lados, ya nadie querrá que una desquiciada le haga sus proyectos.

—No te equivoques, nadie se ha creído que tú eres mala en el sistema. Todo el mundo ha visto tu perfil y saben que eres una de las mejores arquitectas del país, ellos te despreciaron porque tuvieron temor a mis amenazas.

—¿Por qué quieres jugar conmigo? ¿Acaso no fue suficiente el castigo que me diste en la que sería nuestra noche de bodas?

—No, no pienses que eso es así. Créeme que por estar al lado de mis hijos soy capaz de todo. Me duele no haber estado para ellos desde su nacimiento.

—Aquella noche… la noche de nuestra boda me dijiste que me odiabas, que yo no era una mujer completa y que jamás te podrías enamorar de mí, porque tus sentimientos habían sido fingidos durante todo el tiempo que estuvimos saliendo. —¿Y aun así tienes el valor para venir y decirme que viva bajo el mismo techo que tú? —Ja, ubícate muchacho, ve y come m****a donde la encuentres, porque yo; Valquiria Estrada, he sufrido como no tienes una puta idea desde el día que decidiste dejarme encerrada en aquel asqueroso lugar y por tal motivo no pienso volver a acercarme a ti, jamás.

—Por favor, contrólate, los niños se nos han quedado observando. —Valquiria habló en voz alta y con desprecio, por un momento olvidó que sus trillizos estaban un poco cerca de ellos.

—Agradece que durante toda su vida jamás les he hablado en mal de su padre, siempre les he dicho que él está muy ocupado en su trabajo y que dentro de unos años vendrá a verlos. —¿Qué van a decir ellos si un día se enteran de golpe, que tú eres su padre?

—O sea que estás admitiendo que ellos son mis hijos. —Dijo el hombre con una sonrisa llena de emoción.

—Sea como sea, no nos iremos a tu casa. Nosotros estamos bien en el lugar donde nos han acogido y sentimos que allí tenemos una familia de verdad, no una fingida como la que tú nos quieres imponer.

—Por favor, piénsalo con calma. Quiero que quede claro que en aquel tiempo te dañé porque tenía mis razones para hacerlo, pero ahora ya no siento ese odio. Yo… yo, desde que te escapaste, me he dado cuenta de que te amo y te he extrañado un montón. Solo te pido que recuerdes los bonitos momentos que pasamos juntos cuando yo era tu maestro en la universidad.

—No hay nada que pensar, ya he tomado una decisión y mi respuesta es un rotundo NO. ¡No permitiré que mis hijos vivan bajo el mismo techo de un monstruo!

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