CAPITULO 19

El temible Brandon Morotova ahora llora de arrepentimiento. No le importa estar frente a la madre de sus hijos, él llora por su perdón. Pero Valquiria está decidida a no perdonar semejante humillación, aunque, nunca se ha quejado por el nacimiento de sus trillizos, pero eso no significa que pueda pasar página y actuar como si nada haya ocurrido.

—Lamento mucho la muerte de tu padre y de tu hermanito, pero no entiendo por qué no te devolviste al rancho de tu papá después de que él falleció.

—Por supuesto que estuvimos allí, me quedé durante un lapso de dos meses, sin embargo, de pronto llegaron los cobradores de un banco y dijeron que ese terreno iba a ser embargado si no lo pagaba en quince días. Mi padre había sacado un préstamo y no alcanzó a pagarlo antes de morir.

¿De dónde iba a sacar cien mil dólares yo? Si apenas tenía dinero para darles de comer a mis trillizos que en ese tiempo estaban tiernos. Además, estaba mi hermanito que asistía a la escuela y había que pagar también.

Sin hacerlos regresar una segunda vez, les dije que se podían quedar con el rancho, y nos dieron como plazo tres días para que la desocupáramos. Vendí a bajo precio todos los animalitos que había y nos tocó que regresar a la ciudad a seguir sufriendo porque no encontraba trabajos decentes.

—Soy el peor hombre del mundo, pero de todo esto mi hermano es quien tuvo la culpa. Él fue quien se inventó toda esa historia de que tú eras la hija del hombre que yo buscaba. Ese maldito me las va a pagar cuando regrese de su estúpido viaje de competencia de bandas de guerra del instituto.

—¿Del instituto? ¿Es que tu hermano es menor de edad y aun así le creíste semejante mentira? —¡Qué torpe eres!

—No. Mi hermano es maestro igual que yo. No creo que nunca te hayas dado cuenta, si ambos te dábamos clases cuando eras una estudiante.

—No recuerdo haber escuchado que tuvieras un hermano.

—Mira, te voy a mostrar una fotografía para que lo reconozcas. —De la gaveta de su escritorio, el hombre sacó un álbum de fotos en donde claramente él está abrazando a su único hermano.

—¿E…? ¿Ese hombre es tu hermano?

—Sí, ¿qué pasa? —Te has puesto nerviosa.

—Es que… eh no, no es nada.

—No, dime lo que pasa, te has asustado al verlo.

—Es que ese profesor estuvo detrás de mí por unos días, pidiéndome para que yo fuera su novia, pero como no lo quise aceptar entonces un día…

—Habla m*****a sea, dime que te hizo ese desgraciado. —pide con frustración.

—Intentó abusar de mí, así como lo hiciste tú, pero él no lo logró porque yo me logré zafar de su agarre y me fui del lugar, luego de eso yo evitaba acercármele o que él se acercara a mí.

—Valquiria, ya te dije que yo no lo hice estando en mis cinco sentidos, yo nomás quería venganza. Por favor perdóname, haré todo lo que tú me pidas con tal de que volvamos a estar bien como era antes de la tragedia.

—No es conveniente que yo esté aquí en tu casa. Ese hombre… digo, tu hermano se va a poner furioso y puede ser que intente hacerme daño a mí o a los niños. Prefiero regresar al albergue antes de correr peligro aquí con él.

—No te preocupes, él está casado y tiene su propia casa alejada de aquí. No permitiré que en su puta vida vuelva a hacerte daño y muchos menos se atreverán a tocas a mis hijos. —prometió.

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