CAPITULO 27

Al día siguiente…

—Buenos días, señora hermosa, es hora de levantarse e ir a restregarle en la cara a las burlistas de la empresa que tú eres la mera tora en ese lugar. —dijo el señor Brandon, haciéndole cosquillas a su esposa y llenándola de besos para que se levante, él está muy feliz porque ayer después de que salieron de aquel restaurante se reconciliaron.

Bueno, aunque él no lo sabe, pero, la chica ha comenzado su venganza por el daño que recibió en el pasado.

—En mal momento decidiste nombrarme como jefa, o si tan solo me hubieses presentado como cualquier mujer común y corriente, no estaría tan preocupada. Pero no, al señor se le ocurre hacer el desmadre de decir que soy la esposa. Supongo que, por ser mi primera semana, me vas a acompañar. ¿No es así?

—Claro que te voy a acompañar, preciosa, estoy encantado de presumir que eres mi esposa y te asesoraré en todo lo que no entiendas en lo que se refiere al teje y maneje de los proyectos a nuestros clientes.

—¿Qué va a pasar con esas brujas que me insultaron y que seguramente no se cansarán de seguir haciéndolo hasta que tú vuelvas a ser el mandamás?

—Valquiria, te estoy dando la potestad para que hagas las cosas sin consultármelo antes a mí. Por favor, siéntete libre para tomar las mejores decisiones en la empresa. En caso de que se presente una emergencia que no puedas solucionar, entonces sí me puedes hablar y yo llegaré cuando el tiempo me lo permita.

—Siento como si todo esto fuera un sueño, después de que me trataste mal nunca pensé que cambiarías tu forma de ser.

—Te conocí y me acerqué a ti por la culpa de mi hermano, pero me he enamorado y no lo puedo ocultar. —confesó con cariño su esposo. —Este es el comienzo de lo mucho que haré para que me perdones por completo.

Una llamada telefónica entró al teléfono móvil de Brandon, es su asesor que le está solicitando que se haga presente a las instalaciones del tribunal supremo electoral para que muestre la evidencia de que en verdad está casado desde hace varios años, y ya con esa información se completa el portafolio para ser aceptado como candidato oficial.

—¿Por qué te has puesto nervioso con esa llamada? —Preguntó ella, creyendo que es alguna mujer que le ha llamado, ya que él se alejó para responder.

—No es nada importante, cariño.

—¿Tienes una amante? —No sé qué hago aquí entre estas sabanas si está claro que yo no soy la única que te calienta la cama.

—No, por favor no pienses eso. Es sobre una conferencia que voy a tener esta tarde y me han llamado para pedir detalles sobre ello. Es más, quiero pedirte que me acompañes porque te quiero presentar ante todos, incluyendo los medios de comunicación.

—Pero si ya lo hiciste en el banquete que hubo el sábado, ahora todos los empleados ya saben que soy tu esposa.

—La conferencia no será en la empresa, es que… como sabrás, ya vienen las elecciones y yo me estoy lanzando para ser el mandatario de la república.

—¡Qué! Ese cargo es demasiado difícil, Brandon. Además, ¿estás seguro de que tienes un pueblo que te apoye y no te hagan quedar burlado como el perdedor?

—Claro que sí estoy seguro de que mi planilla va a ganar porque estamos haciendo un excelente trabajo del cual la población confiará y nos apoyará.

—Aah, por eso es que me has nombrado como la presidenta de tu empresa, verdad, y yo creyéndote que es por mi capacidad de trabajo. —Ella ahora se siente decepcionada y burlada.

—Ay, por Dios, mujer, tú a todo le buscas el lado negativo. Por supuesto que lo hago porque sé que eres una de las mejores diseñadoras en la arquitectura, ¿tú crees que voy a tomar a alguien al azar para el cargo más alto de la empresa?

—A veces siento como si solo me estás usando para tu conveniencia, me has echado a perder la mañana con tu actitud de aprovechado. —la chica tomó sus sandalias de baño y se retiró.

—Te equivocas, mi amor, nada de burlas para la mujer que me vuelve loco de amor. —Brandon se acercó hasta la puerta del baño donde su mujer ha entrado. La puerta está bajo llave y no puede ingresar. —Oye, cariño, por cierto, desde hoy puedes ir trabajando en el proyecto que tenías planeado hacer en el albergue y proceder cuanto antes a la construcción.

—Tú sabes que eso no se hace de la noche a la mañana, primero tengo que buscar empresas que quieran colaborar económicamente para que el proyecto se lleve a cabo. —respondió desde el interior.

—Cariño, te estoy dando la autorización para que lo diseñes y nuestra misma empresa se encargará de todos los gastos de construcción.

—¿De verdad quieres que tu empresa sea quien la financie? —Valquiria empujó la puerta con tanta fuerza y emoción, sin imaginar que su marido estaba descuidado y lo tiró al suelo. —Ay, perdón, amor, no pensé que estarías aquí, pero es que —ja, ja, ja, siento que te mereces esa caída. —Mientras el hombre está sentado en el suelo confundido, la chica está que también se va al suelo por la risa.

—¿Me ves cara de broma? —preguntó el hombre cuando se levantó y la tomó entre sus brazos para lanzarlos a la cama y besar sus labios hasta dejarlos rojos.

—Estoy enojada contigo, suéltame, por favor.

—Si no hay besos, no hay proyecto. Si no, ¿de qué otra manera me lo piensas agradecer? —preguntó con coquetería.

—¡Ah, qué hermoso gesto! —Te agradezco de todo corazón que tengas esa vocación, verás que para cuando se haga la inauguración todos los que de allí se sirven te amarán. —expresó con emoción y a la vez nerviosa.

Esta mañana Valquiria llegó al conglomerado “Brandon´s” para empezar a trabajar con la ayuda de su marido. Aquellas chicas que en la fiesta la abuchearon ahora le han dado el saludo muy amablemente, pero en su interior siempre con el temor de que su nueva jefa las despida para siempre.

—Mírala, se nota que es una muerta de hambre sin modales, para mí que estos dos están fingiendo ser esposos. —se atrevió a decir la misma chica que ha jurado llevar a la cama al señor Brandon.

—Deja de hablar estupideces, mejor ponte a trabajar y ruega para que esa muchacha no nos vaya a despedir. ¡Estoy tan arrepentida de haberle faltado el respeto! —se lamentó su compañera.

—Oh, mira, el señor Morotova se dirige hacia la cafetería. ¡Ay, madre mía, esta es la oportunidad para ganarme el pase a una noche de sexo! —exclamó la loca, y a pesar de que su compañera intentó detenerla, no lo logró.

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