CAPITULO 29

Valquiria quería continuar molestándolo; sin embargo, una reunión está a la vuelta de la esquina y no les queda suficiente tiempo.

—Oh, no, Brandon, no te sientas mal, perdón si he reaccionado de mala gana. Pero es que esa mujer me pone de malhumor, ella tuvo que haber observado y escuchado que yo soy tu esposa y aun así tiene el descaro de coquetearte. Solo ve en el video cómo levanta el trasero cuando se inclinó, seguramente lo hizo pensando que tú la estabas observando directamente. Aunque en un principio me aseguraste que no le viste nada y ahora me sales con otro cuento, pero igual te entiendo que lo hayas hecho por seguridad.

—Bueno, ahora que ya estás convencida de que esa mujercita nos va a acarrear problemas, es hora de que decidas si la despides o hablas con ella y le haces saber que le darás otra oportunidad con la condición de que te respete.

—Va y ¿quién dice que soy yo la que tengo que hacer eso? Es de ti que ella está enamorada, por lo cual te corresponde ponerla en su lugar.

—Aquí tú eres la jefa, yo ya no tengo nada que ver en lo que pasa con tus empleados. —Para calmar sus celos, el hombre se acercó a ella y la abrazó de la cintura para besarle el cuello. —Este vientre pide a gritos volver a cargar otro bebé, sueño con verte embarazada, mi amor. —habló acariciando el vientre con las palmas de su mano, haciendo que ella se ponga tensa y un mal recuerdo llegue a su mente.

—Mejor ya iniciemos a trabajar, en este momento estoy que despido a todas las mujerzuelas de esta empresa. —ella cambió completamente de tema.

—No te pongas celosa, aunque no me lo creas, pero yo solo tengo ojos para ti. Mis tiempos de playboy ya han quedado en el pasado.

En horas de la tarde fue a presentar los documentos que le hacía falta completar, luego dio paso a la conferencia de prensa, esta se hizo privada en el salón de conferencias de un hotel, solo asistieron periodistas a quienes se les giró una invitación con anticipación.

—Señor Morotova, ¿por qué su esposa nunca ha salido en los diferentes eventos con usted? Siempre lo hemos visto tomado de la mano de cualquier otra dama, después de que su extinta esposa dejó de acompañarlo.

Preguntó uno de los reporteros que más trayectoria tiene en los medios de comunicación y que conoce a Brandon en su mundo empresarial. —Pero esa pregunta hizo que Brandon recordase al amor de su vida y posteriormente se sienta débil, mientras que Valquiria se sintió molesta de que delante de ella le pregunten esas cosas como si trataran de generar un conflicto entre ellos.

—Señor Morotova, dicen los rumores que ustedes no son una pareja real y solo están fingiendo para llegar a ocupar la silla presidencial.

—No creas en rumores, nosotros ya llevamos varios años de casados.

En un ambiente incómodo para la pareja, los reporteros siguieron haciendo preguntas, pero ahora en referencia al tema político, la conferencia duró quince minutos, aunque estaba prevista solo para diez, pero las preguntas eran muchas, entonces se tuvo que alargar un poco más.

—Me ha dado un profundo asco cuando aquel reportero te mencionó a tus amantes, y solo de pensar que la noche anterior querías que tuviéramos relaciones sexuales, me da hasta gana de vomitar. —confesó Valquiria.

—Te voy a comentar algo, cariño, después de que mi primera esposa murió, yo no había querido involucrarme de forma sentimental con nadie. No sé si te habías fijado que cuando fui maestro en el instituto yo era muy diferente a como soy ahora, en ese entonces no me importaban las mujeres ni el amor. Yo solo tenía sed de venganza y, por desgracia, me ensañé contigo y al final resultó que no tienes nada que ver en ese asunto.

Después de que tú escapaste de aquella casa que ni quisiera recordar, porque me recrimino a mí mismo por haberte castigado de esa manera. Después de ese suceso fue que yo comencé a aceptar citas de mujeres que me contactaban para tener sexo casual. Recuerda que en ese tiempo yo te odiaba y pensé que haciendo eso te haría daño a ti aunque no estuvieses a mi lado.

—¡Eres un asco de persona, Brandon Morotova! No mereces que una mujer como yo esté a tu lado. No te imaginas cuánto te detesto. —le hizo saber. Y es que cada vez que él trata de hablarle bonito, ella recuerda todo lo que ha vivido en estos cinco años.

Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP