CAPITULO 37

Con el fuerte estruendo, los hombres de Brandon corrieron en primer lugar para el interior de la villa en donde se supone que están los trillizos, esto con el fin de resguardar su integridad física. Otro grupo se fue para el perímetro del lado en donde se puede observar que la casa del personal de servicio doméstico está ardiendo en voraces llamaradas de fuego.

A lo lejos observaron que unos arbustos se movían. Ellos dispararon para ese sitio y de pronto dejaron de moverse. Nadie salió de allí, y entonces llegaron a la conclusión de que quienes estaban se escondían ya estaban exterminados.

Se acercaron al arbusto y, en efecto, tres hombres yacían sin vida allí. —¿Conoces a alguno de ellos? —se preguntaron.

—No, pero estoy seguro de que fueron ellos quienes lanzaron esa bomba.

En otro lugar…           

—Mi querido Morotova, eso que ha pasado ahorita en tu villa solo es otra de mis advertencias. —El hombre malvado le envió un mensaje de texto a Brandon, vanagloriándose de lo que ha ocurrido en los últimos minutos.

—¿Qué quieres? —Le respondió el mismo mensaje. Brandon no está enterado de ese último acontecimiento, él ya había salido de la villa y sus hombres aún no le han notificado.

—Quiero que renuncies a tu candidatura, quiero ser yo el que encabece ese movimiento. Dijo aquella voz del hombre que mandó a secuestrar a Valquiria para asustar a Brandon.

—¿Y por eso es que estás haciendo tanta estupidez? Da la cara, maldito, cobarde, y pídelo de frente.

—Mucho cuidado en tu forma de hablarme, Morotova, tú no me conoces y será muy lamentable para ti si decides no hacer caso.

—Dime quién eres, suelta a mi mujer y trata las cosas de frente conmigo, hazte hombre. —El mensaje de voz ya no lo recibió el hombre malvado, porque de inmediato apagó su celular por si Brandon lo quiere rastrear.

—Mira, bonita, ¿conoces este lugar? Uf, debe de estar muy caliente porque está ardiendo en llamas. —El hombre malvado le mostró un pequeño video en el que se observa cuando lanzan la granada y explota en la pequeña casa, luego se distingue que a lo lejos anda el batallón de hombres buscando y cuando se nota que van a comenzar a disparar el video se corta, los hombres que el malvado envió, lograron hacerle llegar ese pedazo de video antes de ser acribillados.

—¡Ay, por Dios! Maldito enfermo que has hecho. ¡Dime que mis hijos están bien! —gritó Valquiria, sintiendo la adrenalina correr por su sangre. Ella comenzó a gritar, patalear y a lanzar una bandeja llena de frutas que estaba sobre el mueble de cocina, está descontrolada e insulta al hombre malvado.

—Por ahora ellos están bien, oh bueno, eso es lo que supongo. Pero imagínate, si tu marido no quiere aceptar el trato que le estoy proponiendo, todo será peor de lo que ahora estás viendo.

—¿De qué hablas? Me obligaste a decirle que estoy aquí contigo por mi propia voluntad y ahora me sales con que estás haciendo un trato con él. ¿Dime qué es lo que pretendes?

—Sshh, qué hembra tan mala y bochinchera has resultado ser. —dijo el hombre haciendo un sonido burlesco con su lengua.

—Me importa un comino lo que pienses de mí, déjame en libertad y si tienes algo en contra de Brandon, entonces ve y desquítate con él. ¿O acaso a él le tienes miedo y te aferras en tomar como rehén a una inocente como yo que no sabe ni matar una mosca? —Se burló ella.

—Deja de provocarme, estoy siendo amable contigo. Por favor, no permitas que se despierte la bestia sexual y represora que hay dentro de mí. Tú no sabes quién soy yo y cuánto daño le puedo hacer a quien no obedece mis órdenes. Le amenazó. 

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