La chica envuelta en su necedad siguió a Brandon hasta la cafetería, ella va decidida a llamar su atención y con seguridad ansía lograrlo. En los últimos dos años, su jefe ha tenido la mala fama de ser un mujeriego, y aunque ella siempre ha estado tentada a acercársele, nunca ha tenido el valor para hacerlo.
—Buenos días, jefe, ¿puedo ayudarle en algo? —preguntó ella acercándose hasta él.
—Hola, Fernanda, si gustas, puedes ir preparando una taza de café.
—Perfecto, señor, déjeme hacerlo y usted solo dígame cómo lo quiere.
—Hazlo con dos cucharas de cremora y media cucharada de azúcar.
—Muy bien, señor. —Fernanda le dio la espalda, pero no dejó de contonear sus caderas para deleitar a su jefe.
La chica está tan emocionada preparando la taza de café, que ni se da cuenta de que el hombre no levanta la cabeza por estar observando su celular. Y es que en este momento ella se siente la empleada más importante en esa empresa, incluso hasta por encima de la esposa del jefe.
—Aquí tiene, señor, espero que sea de su agrado. Por favor, cuando necesite algo de la cafetería, solo hágamelo saber y con mucho gusto lo atiendo.
La chica le entregó la taza de café, según ella lo ha hecho especial y con mucho amor para él, ella se dio la vuelta e hizo el mate de que iba a levantar algo del suelo. Pero en realidad no fue nada, solo lo hacía para inclinarse delante del hombre guapetón. Ella sabe que con la pequeña falda que anda, el hombre le pudo haber visto toda su parte trasera, que apenas una pequeña tira de encaje cubre una mísera parte de sus nalgas.
—Ay, perdón, si le mostré algo indebido, señor, fue un accidente ocasionado por culpa de mi trasero que es muy grande y hace que la falda se vaya hacia arriba. —Se disculpó ella, fingiendo tener vergüenza por lo sucedido.
—No te preocupes, no estaba viendo en tu dirección hasta ahora que me hablas. —respondió Brandon. La mujer se decepcionó con esa respuesta, pero aún guarda la esperanza de que él le esté mintiendo y si le haya visto su redondo trasero.
—Uff, gracias a Dios que no me miró, de lo contrario, ¿quién sabe lo que estaríamos haciendo ahora mismo en lugar de estar hablando? —comentó.
—Perdón, ¿qué has dicho?
—Eh, lo siento, señor, ya me tengo que ir a mi puesto de trabajo para que disfrute su café, ya que se lo he preparado con suma delicadeza. —La chica se llenó de miedo con la mirada amenazante que su jefe le ha dado.
—Gracias, pero el café es para mi esposa. —Dijo Brandon con una sonrisa, él sabe que ha bajado de una nube a la empleada, que, desde que se apareció en la cafetería, no ha dejado de coquetearle.
—¡Qué! —exclamó la muchacha, pero su jefe ya había desaparecido.
Brandon le comentó a su esposa lo que acaba de pasar en la cafetería. Ambos rieron por la actitud de aquella empleada y el valor de su atrevimiento de ir e insinuársele a sabiendas de que su esposa también está allí.
—Pero me imagino que si viste cuando ella te mostró hasta el alma con esa minifalda, ¿o dirás que me equivoco? —reprochó Valquiria, pues ella está muy celosa de que le quieran quitar a su hombre tan descaradamente.
—Soy humano, no soy máquina y los ojos son curiosos.
—Pues ve ahora mismo donde está ella y dile que te vuelva a mostrar su estúpido trasero, incluso dile que te permita tocarlo, seguro que ella se pondrá muy feliz y accederá.
Valquiria estaba demasiado celosa y lo dijo fingiendo que se trata de una broma.
—A la única que le voy a tocar el trasero delante de todo el personal de esta empresa es a ti, si te sigues comportando como una mujer celosa e insegura de su marido.
—Atrévete a hacerlo y la que te va a mandar al carajo voy a ser yo. —Le amenazó la muchacha, bebiendo un sorbo de café después de asegurarse en la cámara de seguridad para ver que la bebida no tenga veneno.
—No vuelvo a hacerte el favor de servirte algo de la cafetería, yo de tan amable y tú me sales recriminando todo. —Brandon se mostró resentido. —Además, yo no la vi directamente a ella, sino que con la aplicación del celular estaba observando lo que ella estaba haciendo. ¿Acaso crees que te traería algo de lo que esté inseguro, de cómo está elaborado? —expresó con rostro tímido y triste.
Valquiria quería continuar molestándolo; sin embargo, una reunión está a la vuelta de la esquina y no les queda suficiente tiempo.—Oh, no, Brandon, no te sientas mal, perdón si he reaccionado de mala gana. Pero es que esa mujer me pone de malhumor, ella tuvo que haber observado y escuchado que yo soy tu esposa y aun así tiene el descaro de coquetearte. Solo ve en el video cómo levanta el trasero cuando se inclinó, seguramente lo hizo pensando que tú la estabas observando directamente. Aunque en un principio me aseguraste que no le viste nada y ahora me sales con otro cuento, pero igual te entiendo que lo hayas hecho por seguridad.—Bueno, ahora que ya estás convencida de que esa mujercita nos va a acarrear problemas, es hora de que decidas si la despides o hablas con ella y le haces saber que le darás otra oportunidad con la condición de que te respete.—Va y ¿quién dice que soy yo la que tengo que hacer eso? Es de ti que ella está enamorada, por lo cual te corresponde ponerla en su l
Brandon ni siquiera dejó que su esposa terminara de hablar cuando él ya le estaba suplicando que no lo martirice con ese tema que, según él, ya ha quedado en el olvido.—Amor no me digas eso, ya te expliqué que yo lo hice por culpa del estúpido de mi hermano que me señaló a ti como la hija de un asesino. La muerte de mi expareja me dejó dolido y con sed de venganza, creí haber encontrado al culpable y te hice daño sin imaginar que eras inocente.—Déjame terminar por favor. —Exigió Valquiria. —Eres un asco de persona, pero aun así te sigo amando como en aquel tiempo. —Te odié a morir cuando me tocó sufrir, pero quizá nunca lo hice de corazón porque fui consiente de mi inocencia. Quizá el saber la razón de tus actos me hizo darme cuenta de que aún te sigo amando. Pero eso sí, yo quiero que hagas pagar a tu hermano mi sufrimiento, por su culpa yo he vivido cosas que en ningún momento merecí vivir. —Pidió la chica con total resentimiento.—Valquiria, ¿alguien te hizo daño mientras estuvist
El oficial suspiró resignado. ¿Cómo se va a oponer a semejante arma de grueso calibre que Brandon le ha puesto sobre la frente? Además, ha reconocido al magnate de los negocios y sabe que no se puede meter en su camino—Está bien, señor, se la voy a entregar. Pero si hace algo indebido, por favor, no nos involucre a nosotros como autoridad. —pidió el oficial.—Aaah, mire nomás, aquí está el diagnóstico médico en el que se confirma que, en efecto, hubo violación, ¿y así no tuvieron las agallas de refundirlo en la cárcel, dizque porque nadie se presentó a respaldar la acusación? Malditas autoridades de m****a que solo sirven para estar sobándose las bolas.Brandon está furioso y así se lo ha hecho saber al oficial. Se marchó de la comisaría, no sin antes amenazarlo de muerte si cuenta que él fue quien lo vino a amedrentar para que le diera información que solo le pertenece a la autoridad competente. Él teme que este caso tenga repercusión en su carrera política.En la empresa todo marcha
Brandon se dirigió hasta el lugar en donde se supone que vive el hombre que abusó de su mujer, por suerte lo encontró mientras se tomaba un par de cervezas entre amigos, después de sacarlo arrastras de su casa le infirió cinco impactos de bala en el pecho, sin mencionar una sola palabra, el hombre murió sin saber el motivo por el cual lo han atacado. Tal vez él nunca se imaginó que aquella indigente del puente, tenía a sus espaldas un poderoso para que la defendiera.¿Cómo supo el señor Morotova, que el hombre es el verdadero que anda buscando?La dirección de su casa es la misma y la fotografía en la ficha delictiva lo delató. Brandon le arrebató la vida frente a un grupo de vecinos que le gritaban asesino y muchos insultos más. Pero eso a él no le importó, se siente satisfecho porque ese hombre no volverá a tocar a otra mujer con sus asquerosas manos.Sin ninguna muestra de arrepentimiento subió a su auto y se marchó para la villa, en el sótano, antes de bajar del auto se cambió de c
Brandon no entiende que la chica lo está usando como payaso. Ella está dispuesta a sacar el máximo provecho al convertir su amabilidad en venganza.—Olvídalo, mujer, ni estando loco lo aceptaría.—Solo era una sugerencia, entonces lo haremos normal. Les diré que por su bien yo me inventé aquella historia.—Por lo menos no les hablaste en mal de su padre, y eso te lo agradezco, ¿o me equivoco?—No, Brandon, no había necesidad de recordarte a ti.—Ouch, eso dolió mucho, querida.—No más de lo que me han dolido estos años a mí.—Yo sé que no se compara mi amor, nada tiene comparación con el sacrificio que has hecho por nuestros hijos, aun siendo madre soltera y sin el apoyo de nadie. —reconoció.Cada vez que Brandon recuerda eso, se siente miserable y odia cada vez más a su hermano mayor, que, por cierto, aún no ha regresado de su viaje desde que Brandon le dijo que necesitaba hablar con él sobre aquel viaje en donde viajó con la que fue su esposa.—Muchachos, les tengo buenas noticias. —
Por más que el asistente le pidió que fuera al hospital, ella no lo quiso escuchar y dijo que todo estaba bien. Sin embargo, al llegar al garaje privado, y ya listos para subir al auto, les salieron a su encuentro un total de cinco hombres fuertemente armados, los cuales sin mediar palabras les colocaron una bolsa estilo capucha en la cabeza para que no les vieran el rostro a ellos.Los subieron a una camioneta negra que los esperaba afuera en la puerta que da a la carretera principal y los trasladaron a otro sitio dentro de la misma ciudad.Valquiria y su acompañante no pueden gritar para pedir auxilio porque, desde el momento que tomaron el control de ellos, los maleantes les advirtieron que si hablan les irá peor todavía.Nadie observó lo que en el parqueo exclusivo para el presidente sucedió, porque como son horas laborales y todos están trabajando en sus respectivos puestos dentro de la oficina, por lo tanto, nadie estaba rondando por el lugar.—¿Y se preguntarán por el guardia de
El niño se llenó de celos y sintió la necesidad de lanzar al suelo al hombre que se acomoda en una mejor posición en la cama.—¡Qué! —exclamó el pequeño con mucha molestia. —¿De qué hablas? —renegó frunciendo el ceño, se siente confundido.—Ay, perdón, estaba soñando y pensé que era tu mamá la que me estaba despertando. —respondió con apuro.—¿Cómo?—Digo… pensé que era con una novia que tengo que estaba hablando. Pero no se lo digas a tu madre. —Ay ya olvídate niño adorable y dime que quieres.Igual que hace unas horas, el hombre volvió a sentirse acorralado por su hijo y esta vez ha sido por su mismo descuido.El niño le mostró la cantidad de llamadas perdidas que tiene y justamente en ese momento entró otra llamada. Es su gente de la empresa que le informan sobre lo que ha acontecido.—¿Ya está enterado usted, señor Morotova?—No, hasta ahora que me lo dices. Ahora mismo veo los videos de seguridad y solicito alerta roja a las autoridades.Brandon entró a su bandeja de correo electr
El hombre, que ahora tiene algo más con lo que pueda amenazar a Valquiria, le ha dicho que si no colabora con todo lo que él le pida que, entonces se las tendrá que ingeniar para ir en busca de los niños y que estén allí con ella. El hombre sabe que son más de un hijo los que tienen en común porque Brandon así lo mencionó.—Por favor, ni se le cruce por la mente que les hará daño a ellos. Yo voy a hacer todo lo que usted me pida, pero tiene que jurarme que no intentará algo en su contra. —suplica Valquiria. —Tú no me dirás lo que debo o no hacer, aquí te adaptas a mis reglas o te va mal, tú lo decides. —Con una fuerte bofetada en el rostro la hizo callar. —¿Me has entendido?—Sí, señor.—Para empezar, quiero que prepares la cena para los dos. —El hombre está hambriento y desea comer de la comida que ella le prepare, el lugar donde se encuentran actualmente es una casa que por fuera pareciera como si estuviera en el abandono, pero en el interior hay una persona que la habita. ¡El secue