CAPITULO 8

Sola, con tres hijos a cargo y un empleo que solo le alcanza para la comida y pagar la cuota del alquiler del pequeño cuartito en donde viven, Valquiria Estrada no tuvo otra opción que solicitar ayuda en un albergue en el cual habitan personas necesitadas que no tienen a donde ir.

Después de que ella les explicó su precaria condición, la aceptaron con todo y sus tres hijos, ella se ofreció a ayudarles con la administración del lugar y los encargados quedaron muy contentos. Además de que están pensando en solicitar ayuda económica a las distintas empresas con el fin de ampliar el local, una ayuda de ella como arquitecta no les caerá nada mal también para que les diseñe los trazos. 

Regresó muy contenta al cuarto y les dio la agradable noticia a sus hijos. Al día siguiente se presentó a su trabajo de servicio doméstico, pero solo para comunicarles a sus jefes que a partir de hoy no volverá y que le deben de pagar por los veinte días que ha trabajado durante este mes.

La patrona no estaba en ese momento, ella había salido de viaje en horas de la madrugada y solo se encontraba su esposo quien al ver que en ese instante solo estaba él y la empleada, decidió  sacar a flote su lujuria guardada de hace varios días e intentó por la fuerza hacer suya a Valquiria, esta, al sentirse amenazada tomó un jarrón de vidrio que estaba sobre la pequeña mesa del juego de sala y se lo estrelló en la cabeza al viejo rabo verde, el hombre se cubrió la herida con la palma de la mano para detener el leve sangrado que está saliendo, mientras observa como la empleada doméstica huye de él, en veloz carrera.

—¡Ah, qué dolor! —exclamó el hombre. —No huyas, perra desgraciada, ven aquí ahora mismo. —Gritó con desesperación y furia. —No creas que de mí te vas a esconder, donde sea que te encuentres, te voy a traer a rastras.

Valquiria no detuvo su paso y mucho menos volteó a ver atrás. Su corazón palpita de miedo, ahora no solo tendrá detrás de ella al padre de sus hijos, ahora se le suma un loco que está obsesionado con su belleza.

No logró que le pagaran su dinero por los días trabajados, pero por fortuna ella ya tiene a donde ir y ahora toca iniciar una nueva vida en donde sus hijos tengan la oportunidad de estudiar, lo harán con el programa que patrocinan varias empresas a los niños y jóvenes que en el albergue se encuentran y tienen el deseo de superarse.

De pura coincidencia, Brandon Morotova es uno de esos patrocinadores y ahora su empresa se está preparando para llevarles una sonrisa de amor y muchos regalos a esos niños por ser la temporada de Navidad. Cada año tienen esa proyección como empresa de responsabilidad social, pero quien va en representación de su empresa es su mano derecha.

En esta ocasión es diferente, él ha decidido ir personalmente porque este año ha optado por implementar un nuevo método de ayuda social. Anda en busca de niños con talento excepcional para becarlos y en el futuro enviarlos al extranjero a que estudien en las mejores universidades del mundo.

Sin imaginar que la vida le tiene preparada una enorme sorpresa.

Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP