Valquiria lo observa llena de odio, es lo único que puede sentir por el maldito que la humilló en el pasado. Pero luego recuerda que el futuro de sus trillizos está en juego y prefiere soportar el carácter y las humillaciones de su marido mientras se estabiliza económicamente y pueda alejarse con los niños.
—Aún es tiempo de hacerlo, ya estoy aquí para llevarlos. Por favor, no tardes sí.
—Usted está loco, váyase de aquí ahora mismo. Tendré que pedir que no me pasen a ninguna visita. —renegó Valquiria.
—¡Ja, ja, ja, no querida, al multimillonario Brandon Morotova nadie se atreve a detenerlo o contradecir sus decisiones!
—Váyase por favor, mis hijos no tardan en preguntar que quién es usted.
—Me vale, ellos también son mis hijos. —Niños, ¿cómo están? —saludó el señor Morotova, dando un paso más al frente para entrar por completo.
—¡Bien, gracias por preguntar, señor! —¿Viene a hablar conmigo sobre lo que me prometió? —preguntó Taylor, con emoción en sus ojitos.
—¿Cómo así, hijo, que te prometió este hombre y cuándo lo hizo? —preguntó Valquiria, muy asustada.
—La noche del evento, él me dijo que me ayudaría mucho para que yo sea un excelente estudiante fuera del país. —Valquiria sintió una punzada en su corazón, ese hombre está dispuesto a apoyar a sus hijos, aun sin haber comprobado que son suyos.
—Entiendo. —Respondió Valquiria, ella no se va a oponer a que su hijo se supere en lo que a él le gusta. Sabe que un buen estudio es algo que ella no les puede dar.
—Chicos, los quiero invitar a almorzar, ¿qué dicen? —propuso el señor, que parece demasiado amable.
—Síii vamos, aquí solo pasamos encerrados. —Se quejó el rebelde Tristán, haciendo un puchero que al hombre le pareció muy tierno.
—No podemos salir chicos, las reglas en este lugar son muy claras. —Les recordó Valquiria, tratando de frenar la felicidad que los niños han demostrado.
—No se preocupen, niños, yo ya he solicitado el permiso para que los cuatro salgan, ¿y qué creen? Nos lo han aprobado. —celebró Brandon.
La familia completa salió del albergue, algunas chicas observaron con recelo y envidia a su compañera de trabajo. —¿Cómo es posible que esa mujer recién llegada tenga tanta suerte y nosotras que ya llevamos varios años aquí, y ningún empresario nos ha invitado ni siquiera a tomar un vaso con agua? —Se quejó una con la otra.
—Hay que reconocer que nuestra compañera es demasiado hermosa y simpática, no me cabe la menor duda de que el señor Morotova ya se ha enamorado de ella. —Le respondió su compañera.
—¡Ash, que fastidio!
—Señora Valquiria, ¿va a salir un momento? —La administradora preguntó.
—Qué pena, el señor Morotova me informó que ya se lo había notificado y usted había autorizado los permisos de salida.
—No me lo había dicho él, pero no hay problema si es con él que van a salir pueden retirarse con tranquilidad y regresar cuando lo estimen conveniente.
—Muchas gracias, señora. —Ahora Valquiria sabe que si Brandon Morotova les pide que le huelan un ventoso, en esa institución con gusto lo harían porque son del pensamiento que, con tal de que él sea un buen colaborador, tiene el derecho de hacer con ellos lo que quiera.
—Señor, podría llevarnos a un lugar en donde haya colección de armas de fuego que datan desde la antigüedad hasta nuestros tiempos. —Pidió Tristán.
—Hijo, por favor, compórtate con el señor y no lo pongas en apuros. Además, tú sabes que tienes prohibido hablar de armas. —le regañó la madre.
—Mira, jovencito, yo por mi parte te llevaría al lugar donde se encuentre lo que tú deseas, incluso fuera del país. Pero eso debe ser con el permiso de tu madre, si ella dice que no, pues, ni modo, no podemos oponernos a su orden.
—¡Mamá, tú eres muy mala conmigo, prefiero no haber nacido nunca! —Tristán está de brazos cruzados y con su cara de pocos amigos.
—Señor, por favor llévenos de regreso al albergue. —Pidió Valquiria, en ocasiones su hijo la hace sentir muy mal y este día no es la excepción.
Brandon observó el rostro triste de la muchacha y le dolió su corazón, ella se ha quedado callada con las hirientes palabras que su propio hijo le ha dicho, pero sus ojos están a punto de vaciarse en lágrimas, sus labios tiemblan como si quisiera llorar y por pena no lo hace.
—No vamos a regresar, este muchachito me va a escuchar. —dijo en voz baja el señor Brandon.
—No lo haga, primero hablemos nosotros y depende en lo que quedemos, le voy a permitir que le ponga su mano de castigo. Le recuerdo que en el pasado usted me castigó a mí, no quiero que ninguno de mis hijos pase por lo mismo.
Brandon se sintió horriblemente afectado. La chica ni siquiera permite que se le acerque y él la comprende.
Pronto se le pasó el enojo al pequeño gruñón, y de tan contentos que están ahora los trillizos porque el señor Morotova los ha invitado a un restaurante muy fino, ellos han decidido instalarse en una mesa lejos de los dos adultos.
—¿Qué pasará que no hay más personas aparte de nosotros? —preguntó Valquiria, pues nadie más que ellos se encuentra dentro del local.
—¿Tú qué crees, esposa mía?
—Que la comida debe ser exageradamente costosa y por eso es que casi nadie viene.
—Ja, ja, ja, te diría que tienes la razón, pero no, lo he reservado por este día solo para nosotros cinco.
—¿Por qué lo ha hecho así?
—Porque ustedes merecen lo mejor de lo mejor, y a partir de hoy ustedes dejarán de estar en ese albergue y se irán a vivir conmigo a la villa Morotova. —anunció.
El señor Brandon Morotova ha decidido lanzarse como candidato presidencial en las elecciones que ya se avecinan. Para su buena suerte, hace dos días el tribunal supremo electoral le ha aprobado la solicitud para ser partícipe de ello. Pero hay solo un requisito que le hace falta por cumplir, y es el de tener una esposa a su lado.—Señor, ¿y ahora cómo haremos si usted ni siquiera está casado? —preguntó el hombre que planea colocarse en la planilla como el vicepresidente.—De eso no me preocupo, porque solo es de buscar a una mujer que le guste el dinero fácil y acepte ser mi esposa durante el tiempo que dure nuestro gobierno, porque estoy cien por ciento seguro de que esta candidatura la vamos a ganar. —respondió.La noche en que el señor Brandon Morotova se topó con Valquiria Estrada en la celebración del evento de beneficencia, supo que su problema estaba resuelto. Y más feliz se sintió cuando ella presentó al niño genio. Él de inmediato sintió que era el padre de ese muchachito, tal
A Brandon no le quedó más remedio que quedarse sentado. Sabe que ella tiene toda la razón, pero al muy desgraciado lo que más le importa en ese momento es recuperar a su familia sin discutir.—Si te vas a vivir conmigo, te prometo que te permitiré una oficina de trabajo en mi propia empresa. Desde el día que tú decidas, te nombraré como la arquitecta oficial del Conglomerado Brandon’s. ¿Qué opinas?—Dime, ¿qué te ha hecho cambiar de opinión tan de repente? Primero me vetas y ahora me ruegas para que trabaje en tu empresa. ¿No crees que eres un patético?—Estaba celoso y admito que soy un puto envidioso. Ese proyecto lo quería solo para mí, y cuando te eligieron a ti, eso me cayó como un balde de agua fría. —Es mejor confesar la verdad ahora mismo o ella pensará que lo hace por mero interés.—Ahora ya no se puede hacer nada. Ya que tú te encargaste de poner en mal mi nombre por todos lados, ya nadie querrá que una desquiciada le haga sus proyectos.—No te equivoques, nadie se ha creído
Valquiria se levantó de su asiento y se fue para el espacio que sobra en la mesa de sus hijos. No le pide que no los lleve de regreso porque los niños al final se molestarán y la tomarán como la villana de la familia.—Mamá, ¿por qué has dejado solo al señor, tú misma nos has enseñado a que no seamos maleducados? Yo lo iré a acompañar.El niño se levantó y fue a sentarse en la silla frente al señor Brandon Morotova. Taylor se emocionó de hablar con el millonario que le va a pagar sus estudios a partir de ya, y finalizando hasta que él desee dejar de estudiar siendo un adulto.—¿Te sientes cómodo en el lugar donde ahora están viviendo? —interrogó el padre.—No, bueno sí. Es que nosotros siempre hemos sido así que dormimos en cualquier lado. —Le voy a contar un secreto, hubo una vez que nos tocó quedarnos a dormir debajo de un puente, solo nosotros tres y mamá. Ella dijo que no había a donde ir por esa noche, por lo que nos enrollamos junto a ella y con las frazadas que cargábamos en nue
El pequeño Taylor regresó corriendo a la mesa donde está su madre y sus hermanos, les pidió a todos que se unieran a la misma mesa que está el señor Brandon, porque él les quiere hablar sobre una propuesta que seguramente quedarán encantados al igual que él.—¿Sobre qué van a hablar, hijo? —preguntó su madre, temiendo que el inútil de su padre ya les haya confesado la verdad.—Tú también ven, mamá, para que escuches y también aceptes su propuesta, quedarás maravillada. Es la oportunidad que siempre hemos querido tener y ahora solo depende de ti si quieres que nuestras vidas cambien o que sigamos de arrimados como hemos vivido desde siempre.—Por favor, dígame que sí me va a llevar a un museo de armas antiguas. —Pidió Tristán al señor Morotova.—Lo siento pequeño, pero tu madre jamás te dará permiso para que te lleve a un lugar de esos. —Por su parte, los complacería en todo lo que ellos le pidan, pero sabe que por el momento no tiene autoridad ni derecho a opinar en sus vidas porque no
Esa misma noche y sin previo aviso llegó el señor Brandon en busca de su pequeña familia para llevarlos a la villa Morotova, no se aguantó más y decidió que ya era hora de empezar por enmendar sus errores. Además, deberá de darse prisa para convencer a la chica para que dé fe de que es su esposa.—Te dije que dentro de una semana lo haríamos. —reclamó Valquiria cuando el hombre llegó a tocar la puerta y darle la noticia de que viene por ellos.—Nada perdemos con que se adelante y sea hoy.—Los niños ya están durmiendo, así es que mejor regresa mañana u otro día.—De eso no te preocupes, que ahora mismo los despierto y verás que saltarán de la felicidad.—Ash, no sé en qué momento decidí aceptar que viviríamos contigo.—Lo hiciste desde el momento en que pensaste en la felicidad de tus hijos y no en la tuya. Vas por buen camino, amada mía, has sido y siempre seguirás siendo una madre todoterreno.—Claro que, a falta de su padre, me vi en la obligación de… de hacer todo lo posible para q
El temible Brandon Morotova ahora llora de arrepentimiento. No le importa estar frente a la madre de sus hijos, él llora por su perdón. Pero Valquiria está decidida a no perdonar semejante humillación, aunque, nunca se ha quejado por el nacimiento de sus trillizos, pero eso no significa que pueda pasar página y actuar como si nada haya ocurrido.—Lamento mucho la muerte de tu padre y de tu hermanito, pero no entiendo por qué no te devolviste al rancho de tu papá después de que él falleció.—Por supuesto que estuvimos allí, me quedé durante un lapso de dos meses, sin embargo, de pronto llegaron los cobradores de un banco y dijeron que ese terreno iba a ser embargado si no lo pagaba en quince días. Mi padre había sacado un préstamo y no alcanzó a pagarlo antes de morir.¿De dónde iba a sacar cien mil dólares yo? Si apenas tenía dinero para darles de comer a mis trillizos que en ese tiempo estaban tiernos. Además, estaba mi hermanito que asistía a la escuela y había que pagar también.Sin
Los trillizos ya han pasado de estudiar en una escuela pública a una privada, ha sido muy fácil hacerse de amigos y ganarse el respeto de cada uno de sus compañeros, incluso de sus maestros, porque con solo ver la camioneta color negro del año dos mil veintitrés en que los van a dejar y a traer se nota que provienen de una familia de alto calibre.En la semana que llevan viviendo en la Villa Morotova, se ha visto el gran cambio en esta. Ahora ya no reina el silencio y la tranquilidad como antes, y las peleas entre hermanos suceden a cada momento. Ahora ha tocado contratar mucho más personal para que esté al pendiente del aseo y otro personal para la cocina.—Mamá, lo ves, te dije que si le hacías caso al señor Morotova de venirnos a vivir aquí, nuestra vida iba a cambiar. Mira que tú ya no tienes necesidad de trabajar y nosotros lo tenemos todo ahora. El señor Morotova nos quiere mucho y nos apoya en cualquier cosa que necesitemos en la escuela. —comentan los trillizos, ellos son los g
El chofer tembló al escuchar las palabras de la mujer de su jefe, ambos lo amenazan y ahora se siente entre la espada y la pared.—Él ha dado esa orden, supongo que lo hace porque todos estarán acompañados por sus respectivas parejas y el jefe no tiene a nadie y no quiere estar solo. —¿O usted prefiere que él, contrate a una mujer cualquiera para que lo acompañe? —El chofer trata de que ella se ponga celosa y decida ir.—¡Qué! —No, eso sí que no. Ahora mismo me visto. —expresó Valquiria.—Gracias, señora, pero por favor no le comente que yo le confesé el secreto.—No te preocupes, que no lo haré.—¡Genial, ya conseguí que ella se atreva a ir! —exclamó para sí mismo y también se lo hizo saber a Brandon.La chica fue a su habitación y buscó su mejor vestido para lucir frente a los empleados del señor Morotova. ¿Acaso ella va a ser estúpida de permitir que lo acompañe una desconocida cuando su legítima esposa se queda en casa? ¡Ja, ni loca!—Si él me quiere conquistar, pues yo también pon