Valquiria ya está en el rancho junto a su padre y hermano, ellos están muy contentos de verle y más porque ella les ha comentado que está de vacaciones y que regresará a la ciudad hasta el próximo año.
—Qué bueno que ya has regresado, mi niña, desde hace días hemos estado tratando de comunicarnos contigo, pero ha sido imposible. —Comentó su padre, un señor de algunos cuarenta y tantos años de edad, pero parece de veinticinco con su aspecto de joven, fuerte y guapetón, como todo un granjero que cuida su figura.
—¡Ay, papá! Qué pena con usted, pero no se imagina lo que me pasó. Me robaron mi celular y desde entonces me he quedado sin nada para comunicarme con ustedes, pero ahora ya estoy aquí y es lo más importante ¿o no?
—Claro que sí, hija. —¿Sabes? Estoy pensando en ampliar la venta de huevos de gallina y llevarlos hasta la ciudad. —¿Tú crees que esta sea una buena idea?
—Claro que sí, papá, es más, yo me quedaré este año que viene para ayudarles a ustedes, iré a la universidad hasta dentro de dos años. —propone Valquiria. Ella desea que su padre le diga que sí.
—No, definitivamente me niego a que hagas eso, tú tienes que estudiar. —respondió su padre, la chica se siente muy triste porque ella a lo que le va huyendo es regresar a la ciudad y que su malvado profesor-esposo la vuelva a secuestrar.
Los días van pasando y la chica no le ha comentado nada acerca de aquel problema a su padre, pero, su vientre ya ha comenzado a abultarse. Es muy poco, pero ya se nota la diferencia a cómo es ella en realidad. Ahora sí, está completamente segura de que está embarazada de aquella bestia que solo la utilizó para el beneficio propio de él.
Mientras que el millonario Brandon Morotova, sigue con la búsqueda de la hija del hombre que le quitó la vida a su exesposa, no le ha bastado con haberla tenido encerrada por un lapso de dos meses, él quiere vengarse por completo y hacerla sufrir mucho más para que el padre sufra junto a ella.
Pero por más que la busque, no la encuentra por ningún lado. Su hermano le ha dicho que no recuerda el lugar exacto donde fue que sucedió el incidente, por lo tanto, no pueden ir a buscarlos a un lugar en específico porque no saben a ciencia cierta dónde es.
Brandon le perdonó la vida y le dio un plazo de un año completo a la señora que cuidaba de Valquiria mientras estaba encerrada. Él le juró que si durante ese tiempo ella no la trae a sus pies, le quitará la vida a sangre fría. La señora ahora trabaja en un hospital público del país en el servicio de aseo, ella ruega encontrar a esa chica para así poder salvar su propia vida.
Ya han pasado varios meses desde que Valquiria regresó a su pueblo, y su padre ya empieza a notar las diferencias físicas en el cuerpo de su pequeña hija. Al principio, él se lo atribuyó al posible desarrollo que tuvo cuando estuvo en la ciudad debido al clima y a las comidas diferentes en aquellos lugares.
—Valquiria, yo te veo muy tranquila a vos con respecto a la universidad. ¿Cuándo es que te toca entrar? —preguntó su padre, pues ella no ha vuelto a tocar ese tema desde que llegó y les comentó que está de vacaciones.
—Papá, es que yo ya no quiero estudiar o al menos en esa misma universidad no.
Recuerda que no te puedes cambiar porque la media beca la tienes exclusivamente para esa universidad, además tú sabes que tienes que aprovecharla porque el presupuesto económico no nos alcanza para pagar por completo otra universidad.
—Tiene razón, papá, me temo que tendré que volver a la misma. —Expresó con tristeza. ¿Y ahora cómo le hago? Mi padre no quiere que me quede sin estudiar y yo ni loca quiero volver a esa universidad. —se pregunta.
—Valquiria, desde hace unos días te veo bastante gordita y no es por la comida porque te he estado vigilando y comes muy poco.
—Papá, perdóneme por lo que le voy a decir, pero… estoy embarazada. —Confesó la chica de un solo golpe.
—¡Qué! ¿Cómo te atreves a decirme eso, Valquiria? Te envié a que te prepararas para enfrentar la vida, no te mandé a que la vida te enfrentara a ti.
—Papá déjame explicarte, por favor.
—No, nada de explicaciones. Te me vas ahora mismo de este rancho, no quiero volver a verte por aquí, ni siquiera quiero conocer a tu hijo en el futuro.
—¡Papá!
—Vete ahora mismo, como crees que tu madre se siente en este momento con esa noticia, nos has fallado Valquiria, le has faltado el respeto a nuestro prestigioso apellido. ¿Qué crees que dirán los vecinos si se enteran de que mi hija la consentida y que yo mantenía en un pedestal, salió a la ciudad en busca de superarse y regresó con un bastardo en su vientre? Eres una vergüenza, lárgate de mi vista.
—Si te importa más lo que digan nuestros vecinos en vez de escuchar mi explicación, eso significa que no me quieres, papá.
La chica ahora llora, su padre la ha echado de su pequeña casa y ella no tiene a donde ir. Ella se quedó en la cocina procesando todo lo que ha pasado en menos de un minuto, cuando menos acordó su padre volvió a aparecer y en su mano trae consigo la misma maleta que ella trajo cuando llegó dos meses atrás.
—Toma, estas son tus cosas, vete y no vuelvas nunca por aquí ni siquiera para ver a tu hermano menor.
—Pero papá, usted sabe que yo no tengo a donde ir.
—Aquí hay un par de dólares para que salgas del pueblo sin que nadie se entere de que estás embarazada. Ve a donde tú quieras y haz lo que desees, de ahora en adelante olvídate de que tienes padre y hermano.
Con un nudo en la garganta y con su orgullo al cien, la chica tomó su pequeña maleta más no el dinero que su padre le está entregando.
—Si me estás echando de casa y despreciando a mi hijo, ten en cuenta que no quiero nada de ti y mucho menos dinero.
La chica secó sus lágrimas, se dio la vuelta y se marchó de ese pueblo. En su corazón lleva un dolor muy grande por dejar atrás a su pequeño hermanito. Sin embargo, es consciente de que su padre tiene razón, ella le falló, él se sacrificó por ver en ella una mujer realizada y ella lo que hizo fue enamorarse y casarse con su profesor.
Con su pequeña maleta en mano, y ya casi oscureciendo, ella se asomó a una casa que parecía estar abandonada, habló por un rato y luego de algunos minutos salió una anciana que apenas podía mantenerse en pie.
—Oh, una hermosa jovencita. Dime que deseas muchacha, hace mucho tiempo que no recibo una visita tan agradable en mi chocita, solo espero que no vengas a intentar robar porque entonces estás perdiendo el tiempo porque yo no tengo nada que te pueda servir. —Dijo la amable ancianita con una hermosa sonrisa mostrando sus encías ya sin dientes.
Valquiria le comentó que no es ninguna ladrona, por el momento solo es una indigente más que no tiene a donde ir porque la han echado de su casa. La ancianita también le comentó que ella desde hace muchos años quedó viuda y desde entonces ella vive en la soledad y se dedica a recoger botellas de plástico por las calles para luego ir a venderlas en los puestos de recolección y así genera el dinero suficiente para sus alimentos.
Valquiria le propuso que le dé techo donde vivir y que ella se encargará de encontrar un trabajo remunerado para costear todos los gastos y que ella ya no salga a la calle a peligrar. La ancianita muy encantada aceptó y es así como vivió sus últimos dos meses de vida en completa felicidad al lado de la chica que una noche llegó a pedir posada y la alimentó durante el poco tiempo que su vejez avanzada le permitió vivir.
Después de la muerte de la anciana, Valquiria ahorró casi todo el dinero que en la pequeña zapatería le pagaron por trabajar y cuando la despidieron se trasladó a otro pueblo más desarrollado económicamente en donde pudo obtener un mejor trabajo y con ello un sueldo más alto.Cinco años más tarde…—Señor Morotova, ya está todo listo para que podamos viajar a Los Ángeles, California. Las otras empresas ya han confirmado su presencia también. —anunció su asistente personal.—Excelente, vamos con todo para que ese proyecto de diseño y construcción de ese aeropuerto, sea nuestro. —Respondió, demostrando mucho positivismo.Tomaron el vuelo que los llevará hasta el hotel en donde se está llevando a cabo la licitación para ver quién tiene mejores propuestas. Todos los que estarán allí son arquitectos muy reconocidos y los dueños de empresas confían mucho en su capacidad de convencimiento y adquisición.Desde que llegaron y saludaron a todos los representantes, el empresario Brandon Morotova l
El primero en salir de la habitación fue el hermano de Valquiria, él ya está listo esperando en la pequeña sala. Él tiene once años y ahora vive con su hermana mayor y sus pequeños sobrinos de cinco años.Alguien llama a la puerta, él corre a abrir porque cree que es el servicio del hotel que viene a dejarles comida o algún tipo de aperitivo que su hermana Valquiria ha solicitado.—Hola, señor, ¿a quién busca? —Preguntó el chico, un poco decepcionado porque no es el servicio del hotel, sino que un hombre de buen parecer y trajeado.—Soy el jefe de Ana, ¿ella se encuentra aquí? —Por favor, dile que venga porque me urge hablar con ella. —Pidió en tono amable. —Valquiria Anabel Estrada, es el nombre de la chica, pero en esa reunión, al ver que ese hombre estaba presente, ella se presentó como “Ana” con la intención de que él no recuerde su nombre.—Aquí no hay ninguna persona con ese nombre, señor, creo que usted se ha equivocado de habitación.—No es posible, ella me dijo que esta es su
Esa misma tarde, Valquiria junto a los pequeños regresaron a su apartamento en la ciudad. Los niños se molestaron mucho con ella porque se sienten traicionados. Ella les ofreció llevarlos a diferentes lugares para que conozcan la ciudad, pero finalmente les falló.Ella sabe que si se quedaba en la misma ciudad con ese hombre, corría mucho peligro y por eso es que mejor decidió marcharse. Ya cuando se presentó en la empresa donde trabaja, todos le dieron la bienvenida y juntos celebraron la noticia de la licitación.Pero la felicidad no dura para siempre, y en esta ocasión para Valquiria solo significó un alegrón en vano. Su jefe, que está encerrado en su oficina, le pidió que se presente de inmediato ante él para hablar de un tema muy delicado e importante.—¿Me mandó a llamar, jefe?—Sí, toma asiento, porque lo que te voy a decir no te caerá nada bien.A Valquiria lo primero que se le vino a la mente fueron sus pequeños terremotos. Ella se preocupó de que les haya ocurrido algo en la
Valquiria ya está en casa, lleva un poco de dinero gracias al finiquito que le han dado por los tres años de servicio que prestó en aquella empresa. Ella no se preocupa, pues según ella, mejores cosas vendrán para su vida, incluyendo buenas oportunidades de trabajo.Ese día descansó, sus trillizos llegaron de la escuela y luego también lo hizo su hermano. Todos juntos disfrutaron de una amena charla y una deliciosa pizza de jamón y queso que ella misma les preparó. Todos se pusieron muy tristes cuando ella les comentó que ya no trabajará más en la misma empresa, pero ellos le alentaron a que busque en otro lugar, incluso uno de ellos le dijo que ella es muy bonita y que si un hombre la enamora, pues que le haga caso para que los mantenga y ella ya no tenga que trabajar.—Deja de decirle eso a mi mamá, ella solo es nuestra. —Reclamó el pequeño Tristán. —Él es un niño muy problemático y es el que más cela a su madre.—Chicos, no se peleen, ya les he dicho que entre todos debemos de apoy
Sola, con tres hijos a cargo y un empleo que solo le alcanza para la comida y pagar la cuota del alquiler del pequeño cuartito en donde viven, Valquiria Estrada no tuvo otra opción que solicitar ayuda en un albergue en el cual habitan personas necesitadas que no tienen a donde ir.Después de que ella les explicó su precaria condición, la aceptaron con todo y sus tres hijos, ella se ofreció a ayudarles con la administración del lugar y los encargados quedaron muy contentos. Además de que están pensando en solicitar ayuda económica a las distintas empresas con el fin de ampliar el local, una ayuda de ella como arquitecta no les caerá nada mal también para que les diseñe los trazos. Regresó muy contenta al cuarto y les dio la agradable noticia a sus hijos. Al día siguiente se presentó a su trabajo de servicio doméstico, pero solo para comunicarles a sus jefes que a partir de hoy no volverá y que le deben de pagar por los veinte días que ha trabajado durante este mes.La patrona no estaba
Valquiria regresó a casa para comunicarles a sus hijos que se mudarán de lugar.—Tristán, quiero que me hagas el favor de portarte debidamente. Debemos de ser agradecimos de que ahora tendremos un techo y comida disponible, además de que ustedes ya podrán ir a la escuela que se encuentra allá mismo dentro de las instalaciones del albergue. —Le pidió Valquiria a su hijo, pues ella sabe que su pequeño es muy malilla y por consiguiente le ha hecho prometerle que no la va a meter en problemas porque luego los expulsarán y volverán a la miseria y a la calle en donde a ella se le hace muy difícil encontrar un empleo.—Sí mami. Yo te prometo que me voy a portar bien, claro que si alguien de ese lugar me anda bufando, créeme que me va a encontrar y por ende me va a conocer.—No seas así, hijo, me estás prometiendo que te vas a portar bien, pero al mismo tiempo me dices que no te dejarás de nadie. —De verdad que no te entiendo, Tristán, y eso me hace sentir muy mal.Es sábado, día perfecto para
Después de haber tenido esa pequeña charla disimulada para el público, el hombre tomó el micrófono y procedió a hacerle su respectiva pregunta al niño genio de las matemáticas. Casi de inmediato el pequeño resolvió en su mente el problema planteado por el hombre, dejándolo a este sentirse muy orgulloso y al público con la boca abierta.Todos se pusieron de pie y elogiaron al pequeño Taylor Estrada, se han asegurado que en verdad es un niño brillante que tiene mucho potencial para salir adelante en el futuro.—Te espero en la banca que está al lado de la fuente, por favor no te escapes cuando salgas. —ordenó Brandon.—Estás loco si crees que me reuniré contigo. —respondió entre dientes.—¿Acaso no temes perder a tu hijo? Estoy seguro de que es mío; por lo tanto, me pertenece. Allá tú, si no quieres llegar al lugar que te mencioné. —le amenazó sin piedad.El hombre se despidió del pequeño Taylor con un apretón de mano. —Ten por seguro que este hombre te va a ayudar a que explores ese inm
Brandon se quedó confundido, por un momento pensó que el pequeño le estaba jugando una broma. Sin embargo, parecía que decía la verdad.—¿Hermano, dices? —¿Ha…ha… hay otro aparte de ti y es de tu mismo tamaño? —preguntó Brandon entre palabras. —¿Acaso soy el padre de gemelos? —se peguntó en su mente.—Hermanito, me dijeron unos niños que tú te has caído, ¿te has golpeado fuerte? Ven, vamos, iremos a buscar a mamá para que te revise. —El otro niño vino corriendo a ver a su hermanito.—Tranquilo, hermano, estoy bien. El señor aquí presente me ayudó a levantarme. —señaló el pequeño.—Oh, muchas gracias por ayudar a mi hermano, señor. Pero ya no podemos estar aquí porque está muy frío el clima y mamá nos ha dicho que nos podemos enfermar.—Tienes razón, Taylor, ve adentro con tu hermano y abríguense bien para que duerman calentitos. —dijo Brandon, una sonrisa acompaña sus palabras.—Yo no soy Taylor, mi nombre es Thiago. —Respondió también con una dulce sonrisa.—A ver, a ver, yo ya estoy