Tristán llegó al salón y en esta ocasión tomó asiento al lado de Karely. Ella fingió estar sumida en unos documentos que, precisamente, deberán de entregar este día como muestra de que han aprobado su práctica profesional y están listos para recibir su título.
—Con ella ya no tengo nada, todo ha quedado en el pasado. —Le informó, refiriéndose a su exnovia, que lo increpó.
—No tienes por qué darme explicaciones, te recuerdo que entre nosotros no hay sentimientos de esa índole, ambos podemos hacer lo que queramos con otras personas, siempre y cuando tus padres no nos descubran. —Dijo la chica.
—Somos esposos, nos respetaremos como tal. —Respondió con molestia Tristán. Y es que no le gusta la indiferencia que Karely muestra ante cualquier situación que amerita una escena de celos.
—Pensé que te quedarías afuera atendiendo a tu ex. —habló minutos después.
—¿Estás celosa? —cuestionó con una sonrisa de felicidad. Antes de que ella pudiera responder, las personas encargadas de evaluarlos entraron y tuvieron que guardar silencio.
Los días transcurrieron con normalidad. Tristán no le ha comentado a su esposa sobre el embarazo que su exnovia mencionó. Él está seguro de que eso no puede ser posible y ahora solo está enfocado en que Karely se encuentre fuera de peligro en lo que respecta al vagabundo de su padre.
Por cierto, lo han estado buscando hasta por debajo de las piedras, pero no lo han vuelto a encontrar. Todos suponen que él se ha marchado de la ciudad y eso significa que ya se rindió y dejará de molestar a su hija.
—Tristán, tu madre quiere que la acompañe a su fundación. ¿Puedo ir?
—Karely, claro que puedes ir si tú quieres. No es necesario que me pidas permiso cuando se trata de mis padres o mis hermanos, confío plenamente en ellos y quiero que tú también lo hagas.
La suegra y la nuera se fueron muy contentas. Estuvieron toda la mañana de paseo, visitaron tiendas de accesorios y también de postres. Regresaron a casa, el señor Morotova le informó a su esposa que saldrían de viaje un par de días.
El resto de la familia también decidió tomarse unas vacaciones, solo Tristán y Karely no pudieron hacerlo, ya que dentro de tres días será su graduación y deberán estar presentes.
—¿Qué hicieron hoy? —preguntó Tristán.
—Muchas cosas, tu madre es muy especial. Sabes, fuimos a una tienda de postres que estaban sumamente deliciosos, ¿podrías llevarme todos los días?
Tristán sonrió y prometió hacerlo. Siempre y cuando se portara como una buena esposa. La chica también sonrió y, por agradecimiento, le dio un beso en la mejilla, provocando que el deseo se desencadene en su marido, quien pensó que ella aceptaría por esta ocasión ser besada en los labios.
Sin embargo, sucedió lo mismo que hace un par de días, ella evadió el beso y se molestó.
—¿Acaso no sientes nada por mí? —cuestionó Tristán.
—Te agradezco todo lo que estás haciendo por mi bien. —Respondió ella y tímidamente se levantó de la cama para ir al baño. Ella le dio a entender que lo único que los une es el agradecimiento.
—Soy hombre y tengo necesidades sexuales. —Dijo Tristán en voz baja. Se acomodó a un lado de la cama y casi de inmediato se durmió.
Al día siguiente, cuando despertó, no supo si Karely había dormido junto a él o se quedó en el sofá. Ella ya no estaba en la habitación, recordó la manera en que ella lo rechazó la noche anterior y decidió dejarlo pasar por alto.
—¡Buenos días! —Saludó al llegar a la cocina. —¿No se supone que para eso están las empleadas? —Cuestionó al ver que ella está preparando el desayuno.
—No quiero ser un adorno más en esta casa. Le pedí a la señora que yo personalmente prepararía tu comida.
El corazón del hombre se sintió cálido. Llegó a pensar que ella lo quiere recompensar por el rechazo de la noche anterior.
—Tu comida es muy deliciosa. Espero en el futuro seguir probando tus platillos. —Le agradeció. —Prepárate, iremos a la tienda de postres antes de arreglarnos para nuestra graduación.
Anteriormente, él había prometido que cada día la llevaría a comer postres, y ahora ha comenzado a cumplirlo. Sin imaginar que dentro de poco todo se vendría abajo.
Tristán estaba emocionado. Todo el día ha pasado con ganas de ver vestida elegantemente a su mujer. Su idea es anunciar esta misma noche que ella es su esposa. Esa será una sorpresa para Karely que, según ella, su marido se avergonzará el día en que la verdad salga a luz.—Estás hermosa. —Le hizo saber. Tomándola de la mano y obligándola a que diera una vuelta para que le modelara.—Tú también te ves muy guapo y…—¿Y qué? —Indagó, acercándose a ella para abrazarla por la espalda.—Lo siento, he olvidado algo en el lavamanos. —Mintió, alejándose de inmediato.Tristán notó que es de él que huye. Su corazón se detuvo, no entiende por qué motivo ella lo rechaza. A partir de ese momento prometió no interferir más en la vida de ella. Hará lo que el contrato establece: cero sentimientos, total; es eso lo que ella siempre le repite.—Estaré esperando en el auto, por favor, no tardes o seremos los últimos en llegar. —Dijo con voz tranquila.Minutos después, la esposa llegó y se sentó a su lado
La mañana siguiente la esposa se levantó y preparó el desayuno para el esposo. Sin embargo, este, en lugar de comer en casa, dijo que saldría a desayunar con unos amigos.Karely se sintió mal en ese momento, pero ya no pudo decirle nada, ya que él ya se había marchado. El resto del día, Tristán no llegó a casa hasta por la noche, estuvo todo el día dentro del auto en el estacionamiento de un supermercado, ni siquiera había probado bocado y sus tripas rugían como un león hambriento.Karely ya estaba dormida, así que él fue a la cocina y comió de lo que encontró guardado y que seguramente ella había cocinado durante el día esperando a que regresara.Esa noche él se quedó en otra habitación. Si iban a cumplir a cabalidad las reglas de aquel bendito contrato, no era necesario dormir en la misma habitación y menos en la misma cama.El día lunes Tristán decidió que era hora de presentarse en la empresa y comenzar su primer día como el presidente y dueño.Por cortesía comió lo que la esposa
Karely está llena de miedo. Los hombres la han llevado a una casa desconocida en la cual también se encuentra su malvado padre, quien le informa que ha sido vendida a uno de sus secuaces.—Papá, ¿por qué me haces esto? —pregunta ella.—De ahora en adelante este hombre se convertirá en tu marido. No reniegues por mis decisiones, he recibido mucho dinero por ti y no quiero que me hagas quedar mal.Un hombre horrible, con su rostro casi deformado por tanta cicatriz, se acercó a ella, se relamió los labios, frotó sus manos como si desde ya estuviera saboreando el cuerpo de la mujer que tiembla de pánico.—Te casarás con él, quieras o no. Esta misma noche será tu fiesta de matrimonio. No te podrás oponer, ya que tus suegros están en los preparativos para cuando llegues a su casa. —dijo el padre.Karely llora sin cesar, ruega en silencio para que Tristán la busque y la encuentre a tiempo, de lo contrario, será demasiado tarde y quedará en manos de ese maldito ser horripilante al que ha sido
Por un lado, se encuentra un hombre temeroso y desesperado por encontrar a su esposa y, por el otro lado, tenemos a una desesperada Karely que llora y lamenta haber salido de la empresa sin avisarle a Tristán.—Necesito ir al baño antes de que comience la ceremonia. —Pidió Karely.—No lo tienes permitido, si tu futuro esposo no te acompaña no lo puedes hacer sola. —Dijo la malvada suegra.—Entonces me haré en los calzones y te avergonzaré cuando sientan el mal olor que desprende tu nuera. —Le amenazó.—¡Ah, maldición! —exclamó la señora y de inmediato le ordenó a una jovencita para que la acompañara. Ja, ella no perdería el tiempo en ir al baño.En realidad Karely había observado que la chica que la cuidaba tenía un celular, ella usó como excusa sus necesidades fisiológicas con el fin de que ella le acompañara.—Lamento que estés en este lugar. Yo no estoy de acuerdo, pero así son las leyes en este pueblo. —Expresó la joven. Sin imaginar que con esa confesión el corazón de la novia se
Todos voltearon a ver al hombre que se acercaba, cada uno abría paso para que llegara hasta su objetivo.—¡Ja, ja, ja, miren quién ha venido a rescatar a la princesa! Dime, ¿qué puedes hacer en nuestra contra para atreverte a llevarla por la fuerza?—Sé que eres su padre. Déjame decirte que no te comparas y jamás te podrás comparar conmigo porque eres un ser asqueroso que no merece tener a una hija tan linda de corazón. —lo retó Tristán.Karely está llena de felicidad, su rostro lo refleja. Tristán ha atendido su llamado y se encuentra arriesgando su vida por la de ella al enfrentarse a esas personas enfermas de la mente y de corazón negro.Todos se burlan de Tristán, todos piden que sea castigado por intentar interrumpir la boda.—Aléjate de nosotros. Mi hijo se está convirtiendo en esposo y tú no eres nadie para aparecerte como si nada. —dijo la madre del novio.—¡Soy el esposo de la mujer que están obligando a contraer matrimonio por la fuerza! Hagan lo que hagan, nada les será leg
Esa noche, al llegar a casa, la pareja prometió no volver a separarse sin antes hacerlo saber al otro.Prácticamente, Karely está traumada, pero qué más se podía esperar del hombre que tiene como padre si desde la temprana edad la utilizó como su propia mujer y no digamos ahora que necesita dinero él encontró la mejor opción que era venderla a una familia de esas tradicionales que creen que todo debe tomarse por la fuerza sabiendo que no es que tengan la gran cantidad de dinero porque como se les mencionó anteriormente esas tierras donde ellos están habitando son de la familia Morotova.Brandon, el viejo Brandon, es el dueño de todo eso, entonces ellos prácticamente están como unos simples trabajadores de esa familia millonaria.Tristán le pidió a Karely que, en agradecimiento por el gesto que había tenido para lograr su libertad, debía de curar los golpes que aquellas personas le propinaron; en ese caso, ella quiso negarse. Pero sabiendo que el hombre estaba en lo cierto, sintió pena
Tristán sintió que iba a explotar de rabia, pero es que en realidad no podía soportar, imaginar todo el sufrimiento que ella ha experimentado a tan corta edad. Finalmente, Karely no dijo nada, ella no se negó a que él tomara la Justicia con sus propias manos. Ya lo está conociendo y sabe que cuando él dice que hará una cosa, no hay nada que lo impida.Al día siguiente, Tristán le dijo a la chica que no fuera a la empresa. Pero ella se negó a quedarse sola en casa, entonces acordaron que no pondría un pie fuera del edificio si no era acompañada por él o por sus guardaespaldas, los cuales siempre estarían a disposición para cuando ella los necesitara.Los días van pasando y los rumores en la empresa están tomando forma. Muchas de las empleadas hablan entre pasillos, que el nuevo jefe y la asistente se encierran en la oficina, salen juntos a almorzar y a la hora de la salida también ella espera a que él salga para irse juntos. Aunque por mucho que traten de ocultarlo, ellas siempre lo ha
Por su parte, Karely se hubiera marchado, pero prefirió detenerse para que no se le notara que estaba celosa.—Oye, Karely, ¿tú qué opinión tienes sobre el jefe? Aunque tú no conociste al que estaba anteriormente, porque prácticamente entraste a trabajar el mismo día que el señor Tristán y supongo que no sabes diferenciar entre un hombre guapo, atractivo y un pordiosero de la calle a los cuales seguramente tú estás acostumbrada. —se burló.—No tengo ninguna opinión sobre él, personalmente. Solo en lo que respecta en el ámbito laboral y profesional, puedo opinar que el jefe es un magnífico empresario que en pocos días ha descubierto todas las atrocidades que su anterior administración provocó en la empresa.—No creo que solo esa opinión tengas de él, prácticamente trabajas a su lado, eres su mano derecha por ser su asistente personal, incluso hasta te permite salir temprano cuando le pides permiso y nadie más tiene ese privilegio, solo tú.Fíjate en este momento, deberías de estar con