Karely está llena de miedo. Los hombres la han llevado a una casa desconocida en la cual también se encuentra su malvado padre, quien le informa que ha sido vendida a uno de sus secuaces.
—Papá, ¿por qué me haces esto? —pregunta ella.
—De ahora en adelante este hombre se convertirá en tu marido. No reniegues por mis decisiones, he recibido mucho dinero por ti y no quiero que me hagas quedar mal.
Un hombre horrible, con su rostro casi deformado por tanta cicatriz, se acercó a ella, se relamió los labios, frotó sus manos como si desde ya estuviera saboreando el cuerpo de la mujer que tiembla de pánico.
—Te casarás con él, quieras o no. Esta misma noche será tu fiesta de matrimonio. No te podrás oponer, ya que tus suegros están en los preparativos para cuando llegues a su casa. —dijo el padre.
Karely llora sin cesar, ruega en silencio para que Tristán la busque y la encuentre a tiempo, de lo contrario, será demasiado tarde y quedará en manos de ese maldito ser horripilante al que ha sido vendida.
Mientras tanto, en la empresa. Tristán necesita que Karely, siendo su asistente, le haga llegar un par de documentos para su firma correspondiente. Sin embargo, ella no atiende el teléfono de la oficina y tampoco su celular.
—Ah, Karely, me desprecias en la cama y, ¿también lo harás en el trabajo? —se queja.
No había tiempo para esperar, se levantó de su cómoda silla y fue a la oficina de ella. Al encontrarla vacía, se preocupó, sabe que ella es muy ingenua y si tenía planes de salir antes del horario indicado, se lo hubiera hecho saber. Buscó en los baños de damas y al no encontrarla fue a preguntar a la recepcionista si vio salir a la nueva asistente.
—Ella salió hace un rato, jefe. —confirmó.
—¿Iba sola o alguien más le acompañaba?
—Iba sola. ¿Sucedió algo? Noto que está preocupado.
La mujer quería atender bien a su nuevo jefe y así agradarle, no solo en temas de trabajo.
—Ella no conoce la ciudad, temo que se haya perdido. —Mintió.
—Ah, ahora que lo recuerdo, un transeúnte que pasaba por la carretera hace un rato entró a decir que habían montado por la fuerza en un auto a una chica bonita que acababa de salir de este edificio. No creo que ese sea el caso de su asistente.
Tristán trató de mantener la calma. Fue al parqueo, tomó su auto y regresó a casa por algún dispositivo de seguridad. En el camino no deja de llamar al teléfono de la esposa, sin tener éxito.
Intentó una última vez y, para su suerte, la llamada sí se conectó.
—Karely, ¿dónde estás? —preguntó de inmediato, sintiendo que su alma vuelve al cuerpo.
—¿Tú quién eres para hablarle de esa manera a mi hija? —cuestionó el hombre al otro lado de la línea.
—¿Hija? —preguntó aterrorizado, sabiendo que esa palabra significa peligro. ¿Dónde… dónde está Karely? —Pregunta desesperado y con la voz agitada.
—No vuelvas a llamar, no sé quién eres. Pero lo que sí te puedo decir es que esa perra está a punto de casarse. Ah, es lo bueno de haber tenido una hija, me sirvió de mujer y ahora he recibido mucho dinero por ella. —Se jactó el padre.
Recordemos que el viejo no sabe que su hija ya se ha casado con un millonario. Un día cualquiera no volvió más a casa y que tenía a alguien que la protegía, eso es todo lo que él sabe.
—¿Cuánto de dinero quieres? Te puedo dar más de lo que ese hombre te ofreció.
—¡Ja, ja, ja! No seas estúpido, tú debes ser de los míos, que no tiene ni donde caer muerto. —se burló.
El malvado colgó la llamada. Tristán no sabe qué hacer, recordó que tiene un amigo que repara celulares, fue donde él para intentar rastrear el móvil de Karely, lastimosamente lo habían apagado y no funcionaba así.
En medio de su desesperación se acercaba la noche y no encontraba una pista que lo llevara hasta su mujer. Mientras tanto, Karely ya se encuentra en casa de sus futuros suegros, una mujer tan malvada que se ríe frívolamente en su cara diciendo que ha llegado la que será su sirvienta para toda la vida.
La han hecho vestirse de novia obligadamente y ya se preparan para hacer la marcha nupcial por todo el pueblo.
—Señora, usted es mujer, debe de entender que yo no amo a su hijo, es la primera vez que lo veo y no me quiero casar. —Le repite Karely. Allí no vale mencionar que ya está casada.
—Yo pasé por lo mismo que tú, es tiempo de que alguien venga y me reemplace. —Dijo aquella mujer con gran autoridad sobre la chica. Mientras el futuro esposo sonríe y se vanagloria de que humillen a la mujer que está tomando por la fuerza.
Por un lado, se encuentra un hombre temeroso y desesperado por encontrar a su esposa y, por el otro lado, tenemos a una desesperada Karely que llora y lamenta haber salido de la empresa sin avisarle a Tristán.—Necesito ir al baño antes de que comience la ceremonia. —Pidió Karely.—No lo tienes permitido, si tu futuro esposo no te acompaña no lo puedes hacer sola. —Dijo la malvada suegra.—Entonces me haré en los calzones y te avergonzaré cuando sientan el mal olor que desprende tu nuera. —Le amenazó.—¡Ah, maldición! —exclamó la señora y de inmediato le ordenó a una jovencita para que la acompañara. Ja, ella no perdería el tiempo en ir al baño.En realidad Karely había observado que la chica que la cuidaba tenía un celular, ella usó como excusa sus necesidades fisiológicas con el fin de que ella le acompañara.—Lamento que estés en este lugar. Yo no estoy de acuerdo, pero así son las leyes en este pueblo. —Expresó la joven. Sin imaginar que con esa confesión el corazón de la novia se
Todos voltearon a ver al hombre que se acercaba, cada uno abría paso para que llegara hasta su objetivo.—¡Ja, ja, ja, miren quién ha venido a rescatar a la princesa! Dime, ¿qué puedes hacer en nuestra contra para atreverte a llevarla por la fuerza?—Sé que eres su padre. Déjame decirte que no te comparas y jamás te podrás comparar conmigo porque eres un ser asqueroso que no merece tener a una hija tan linda de corazón. —lo retó Tristán.Karely está llena de felicidad, su rostro lo refleja. Tristán ha atendido su llamado y se encuentra arriesgando su vida por la de ella al enfrentarse a esas personas enfermas de la mente y de corazón negro.Todos se burlan de Tristán, todos piden que sea castigado por intentar interrumpir la boda.—Aléjate de nosotros. Mi hijo se está convirtiendo en esposo y tú no eres nadie para aparecerte como si nada. —dijo la madre del novio.—¡Soy el esposo de la mujer que están obligando a contraer matrimonio por la fuerza! Hagan lo que hagan, nada les será leg
Esa noche, al llegar a casa, la pareja prometió no volver a separarse sin antes hacerlo saber al otro.Prácticamente, Karely está traumada, pero qué más se podía esperar del hombre que tiene como padre si desde la temprana edad la utilizó como su propia mujer y no digamos ahora que necesita dinero él encontró la mejor opción que era venderla a una familia de esas tradicionales que creen que todo debe tomarse por la fuerza sabiendo que no es que tengan la gran cantidad de dinero porque como se les mencionó anteriormente esas tierras donde ellos están habitando son de la familia Morotova.Brandon, el viejo Brandon, es el dueño de todo eso, entonces ellos prácticamente están como unos simples trabajadores de esa familia millonaria.Tristán le pidió a Karely que, en agradecimiento por el gesto que había tenido para lograr su libertad, debía de curar los golpes que aquellas personas le propinaron; en ese caso, ella quiso negarse. Pero sabiendo que el hombre estaba en lo cierto, sintió pena
Tristán sintió que iba a explotar de rabia, pero es que en realidad no podía soportar, imaginar todo el sufrimiento que ella ha experimentado a tan corta edad. Finalmente, Karely no dijo nada, ella no se negó a que él tomara la Justicia con sus propias manos. Ya lo está conociendo y sabe que cuando él dice que hará una cosa, no hay nada que lo impida.Al día siguiente, Tristán le dijo a la chica que no fuera a la empresa. Pero ella se negó a quedarse sola en casa, entonces acordaron que no pondría un pie fuera del edificio si no era acompañada por él o por sus guardaespaldas, los cuales siempre estarían a disposición para cuando ella los necesitara.Los días van pasando y los rumores en la empresa están tomando forma. Muchas de las empleadas hablan entre pasillos, que el nuevo jefe y la asistente se encierran en la oficina, salen juntos a almorzar y a la hora de la salida también ella espera a que él salga para irse juntos. Aunque por mucho que traten de ocultarlo, ellas siempre lo ha
Por su parte, Karely se hubiera marchado, pero prefirió detenerse para que no se le notara que estaba celosa.—Oye, Karely, ¿tú qué opinión tienes sobre el jefe? Aunque tú no conociste al que estaba anteriormente, porque prácticamente entraste a trabajar el mismo día que el señor Tristán y supongo que no sabes diferenciar entre un hombre guapo, atractivo y un pordiosero de la calle a los cuales seguramente tú estás acostumbrada. —se burló.—No tengo ninguna opinión sobre él, personalmente. Solo en lo que respecta en el ámbito laboral y profesional, puedo opinar que el jefe es un magnífico empresario que en pocos días ha descubierto todas las atrocidades que su anterior administración provocó en la empresa.—No creo que solo esa opinión tengas de él, prácticamente trabajas a su lado, eres su mano derecha por ser su asistente personal, incluso hasta te permite salir temprano cuando le pides permiso y nadie más tiene ese privilegio, solo tú.Fíjate en este momento, deberías de estar con
La pareja estaba demasiado contenta, por fin su relación se estaba volviendo realidad y su matrimonio estaba a punto de tomar forma como debería ser.—No te imaginas lo feliz que me hace este momento. Aunque no sé qué pulga te picó para que te hiciera reaccionar y darte cuenta de que tu esposo es el mejor hombre del mundo. —Comentó Tristán.—Ya deja de hablar, en ningún momento he dicho que eres el mejor. —bromeó ella cruzándose de brazos.—¿Ah, sí? ¡O sea que con todo lo que he hecho por ti, aun así no me consideras como un hombre de confianza! —reclamó el hombre, demostrando estar ofendido.—No es eso lo que quise decir. —Se disculpó ella.—No hay problema. Solo di que me quieres y el asunto quedará arreglado.—Por cierto, me contó un pajarito que tú volteas a ver a otras mujeres y no con respeto sino con morbo. Quizás hasta ya la has besado y le has dicho que ella es la mejor. —reclamó una celosa Karely.—¡Ja, ja, ja! No sé quién te ha llevado con ese cuento, pero no es cierto. Aun
Finalmente, Tristán se fue a su oficina. Una de las mujeres chismosas lo vio salir y de inmediato corrió a contarles a las demás asistentes. Todas se quedaron sorprendidas al saber que el gran jefe se lleva tan bien con Karely que hasta la visita personalmente.—Eso no está bien, ella no tiene el derecho a estar con un hombre tan guapo. —dijo una de ellas. —Tengo que ponerle un alto a esa zorra. Hablaré con el jefe, ya lo verán. —juró.Tal como lo prometió la asistente malvada, al día siguiente esperó a que Karely fuera a la cafetería y allá la enfrentó nuevamente. En esta ocasión la tomó del cabello y lo jaló, pero Karely se logró soltar antes de que pasara a más.Seguidamente, con sus largas uñas, rasguñó su propio rostro. Karely no reaccionó cuando ella la lastimó, pero ahora se siente confundida, pues no sabe lo que le está pasando a esa loca, ya que se está golpeando el brazo hasta dejarlo rojo.También se soltó la coleta de caballo que andaba y se está desorganizando el cabello
La asistente mentirosa continuó victimizándose frente a Tristán. Ella cree que ya lo está convenciendo y lo tiene en sus manos.—Jefe, por favor, haga algo, se lo suplico.—Está bien, llamaré a Karely. Esa muchacha ya ha de conocer las reglas y debe aprender a respetar a sus compañeros de trabajo.—Está bien, ¿puedo irme? —dijo la chica.—No. Espera aquí a que venga, la enfrentarás delante de mí y le dirás todo lo que se merece por haberte lastimado. No es posible que eso esté sucediendo en mi empresa, no tolero que una mujer trate de humillar a otra sea cual sea el caso no lo tolero ni lo toleraré nunca.La chica sonrió victoriosa. Aunque también le dio un poco de temor porque el jefe como que habla como si ya supiera algo sobre ella, pero igual no le importó lo que ella quiere es ver hundida a Karely y quedar solo ella en la empresa para conquistar al joven y guapo millonario.Tristán llamó a su mujer y le pidió que viniera a la oficina porque quería arreglar un problema muy serio c