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Valquiria lanzó el papel a la cama y furiosa esperó a quien se supone que es su esposo y que no debería de guardarle secretos. Aunque delante de los niños, ella fingió estar feliz por estar de regreso en casa. Decidió no reclamarle nada a Brandon hasta que encuentre el momento adecuado. Como dicen popularmente, buscará la oportunidad perfecta para darle una patada en el trasero y mandarlo al diablo de una sola vez.

Ya en horas de la noche él llegó de la dichosa reunión y quedó encantado por la remodelación que la chica le hizo a la habitación. Él ni siquiera recuerda aquel sobre que en su momento guardó, en aquel entonces él pensó que allí estaría supermejor que en otro lugar de la casa.

Ella no le demostró indiferencia, al contrario, estuvo mucho más cariñosa y, a la hora de hacer el amor, ella le pidió que por esta noche no porque su periodo está por llegar y le duele el vientre.

El hombre, como ya sabe cómo funciona esa vaina, la dejó tranquila y le acarició el vientre para que este ya no doliera por la inflamación, claro que todo es totalmente falso.

Así se la llevó durante una semana seguida, no permitió que su marido la tocara. Finalmente, el hombre ya empezaba a sospechar que algo andaba mal y, aunque se lo preguntó en varias ocasiones, ella lo negó por completo, poniendo siempre como excusa su periodo menstrual.

Para seguir manteniéndose firme en su decisión de hundir en lo más profundo a su supuesto esposo, Valquiria ha tenido que volver a ser aquella mujer que siempre le atiende por las noches en el modo íntimo e incluso durante el día, además de fingir ser la esposa perfecta cuando van juntos a la empresa o cuando él tiene conferencias de prensa.

Tres meses después…

El tribunal supremo electoral ya tiene un ganador, y es el señor Brandon Morotova el candidato con mayor número de votos. Por lo tanto, lo convierte al hombre en el candidato más querido y que va a tomar las riendas de su país dentro de un mes.

Valquiria estaba al lado de él cuando los resultados oficiales salieron a la luz pública. Esa es su oportunidad para llevar a cabo su venganza, ella se puso de pie para llamar la atención de todos los diferentes candidatos que esperaban los resultados.

—¿Pasa algo, cariño? —preguntó Brandon al verla de pie y con ganas de hablar. —Pero Valquiria, en lugar de darle una respuesta, decidió atacar.

—Quiero felicitar al nuevo ganador de estas contiendas electorales, Brandon Morotova. Me siento muy orgullosa de que lo hayas conseguido. Desde el principio me comentaste que estabas muy seguro de que lo ibas a lograr y eso me demuestra que eres una persona muy segura de sí mismo.

Pero, ahora no sé si referirme a ti como esposo o como, señor Morotova. —Dijo la chica con firmeza en sus palabras.

—¡Valquiria, qué estás diciendo, mi vida! —preguntó nervioso, porque todos los presentes han puesto su mirada en ellos y están atentos a lo que ella está diciendo.

—¿Qué pasa, señor Morotova? —Le recuerdo que usted y yo no estamos casados. Todo ha sido un falso levantado por usted mismo para hacerle creer al tribunal nacional de elecciones que usted está casado, pero en realidad usted y yo no tenemos nada que ver, y sí es cierto que tenemos tres hijos en común, pero nuestra relación no es para nada agradable, ni siquiera buenos amigos somos. —enfatizó la muchacha.

—¿Qué está diciendo usted, señora? —Mi representante está legalmente casado. Él presentó su acta de matrimonio en forma y orden, si no como cree usted que lo han aceptado de candidato.

—Aquí está la prueba, él les ha mentido a todos y principalmente a mí, haciéndonos creer que soy su esposa cuando aquí se demuestra lo contrario.

Valquiria levantó aquella hoja de papel que encontró debajo del colchón hace unos meses. Brandon de inmediato lo reconoció y se lo arrebató antes de que llegara a manos de alguien más y se hiciera peor la cosa.

También la tomó de la mano a ella y se la llevó hasta el estacionamiento para subir al auto y que nadie se diera cuenta de que ya se marchaban. Ella no hizo por soltarse de su agarre, ya su venganza se consumó. ¿Qué más da ahora? Ya lo jodió delante de todos y no se iba a quedar solita adentro para que todos la atacaran con preguntas para que les dijera la verdad.

—¡Qué hiciste, Valquiria! —exclamó con decepción.

—Revelar toda la verdad, ¿por cuánto tiempo me ibas a tener engañada? ¡Supongo que toda la vida íbamos a vivir con la idea de que era tu esposa! ¿Verdad? —Eres un desgraciado que, con tal de quitarme a los niños, te inventaste que estábamos casados cuando no es así.

—Mi amor…

—¿Mi amor? ¿Te atreves a seguir llamándome así?

—Sí, lo hago porque te amo, cariño. Perdón por no haberte dicho la verdad y aprovecharme de la situación. Te confieso que cuando tú regresaste, de inmediato tomé cartas en el asunto para recogerte junto a los niños, porque para ese entonces yo necesitaba contratar a una mujer para que se hiciera pasar por mi esposa, pero qué mejor candidata que la madre de mis hijos.

—¡Me has tenido como tu pinche puta para que te caliente los huevos cada vez que se te antoja!

—No, no, mi amor. Bueno, al principio sí, con ayuda de un abogado falsifiqué un acta de matrimonio y el ADN de los niños me ayudó mucho en ese caso.

Pero no digas que te he tenido como una puta que me prestó sus servicios sexuales, no pienses eso, mi amor, porque yo de verdad me he enamorado de ti.

Tu amor y pasión por nuestros hijos me hicieron darme cuenta de que, al igual que ellos yo también estaba necesitado de amor y comprensión. De verdad te amo mi vida, y no me voy a molestar por lo que has hecho hoy porque prefiero que me quiten la presidencia y me arrebaten todo mi dinero si es posible, pero a ustedes no los quiero perder.

—¿Por qué lo hiciste, por qué me dijiste que estábamos casados? Esa supuesta acta de matrimonio no es la misma que me hiciste firmar hace seis años, verdad, la conozco porque esa no es mi firma.

—Como te digo, yo falsifiqué tu firma. Y no, aquella noche en la que supuestamente nos casamos no existió constancia de ello. También te engañé porque no me iba a amarrar con la mujer a la que tanto odio le tenía en ese entonces. 

—Eres una basura, jamás me imaginé que llegarías tan lejos.

¿Dónde quedó aquel maestro que en el instituto demostraba ser tan formal?

¿Dónde quedó aquel hombre que me demostró estar enamorado de mí y me pidió matrimonio de una forma tan hermosa?

Valquiria golpea el pecho del hombre exigiendo una respuesta, llora al sentirse decepcionada y a la vez lo toma como un engaño por parte del que nunca ha sido su esposo.

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