50

Brandon deseó que esas personas fueran hombres para reventarles la boca y dejaran de estar calumniando a una mujer.

—Ay por Dios, señoras, ya dejen la envidia que le tienen a mi esposa. ¿Y saben qué? Ella no necesita mendigar ni vender su cuerpo por dinero, ella tiene un esposo que se mata trabajando para que le dé todo lo que ella desee.

—Óiganlo, comadres, nosotros sabemos que con lo que se trabajaba de jornalero no ajusta ni para la comida de la semana, ni digamos para pagar una hipoteca. Ja, ja, ja, invéntate otra excusa para defender a esa mujer porque esa no te la creemos. —Se burlaron las doñas.

—Miren, señoras, con todo respeto se los voy a decir. Mi familia y yo hemos venido a pasar una semana de vacaciones a este lugar. No nos importa si ustedes piensan que somos unos pobretones igual o peor que ustedes, pueden decir lo que sea, pero no les voy a dar el gusto de que sepan quién soy yo en realidad. —Que tengan buenas noches y si es posible dejen de estar jodiéndonos ya.

Brand
Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP