Capítulo 27

Mi celular recibe varios mensajes y, al revisar, veo que Carla, la asesora inmobiliaria, me está enviando mensajes llenos de cumplidos y sugiriendo que salgamos. La incomodidad se convierte en frustración mientras leo sus palabras. Me siento incómoda y molesta por su comportamiento.

Inmediatamente le cuento a Sam, quien está a mi lado.

—Mira esto —le digo, mostrándole los mensajes en mi pantalla.

Sam lee rápidamente, sus cejas se fruncen y sus labios se aprietan en una línea delgada. La incomodidad en su expresión es palpable.

—No puedo creerlo —dice con una mezcla de enojo y celos—. ¿Cómo se atreve a hacer algo así?

—Lo sé, es completamente inapropiado —respondo—. No quiero que esto afecte nuestra búsqueda de la casa.

Sam respira hondo, tratando de calmarse, pero puedo ver que está visiblemente afectada. Sin decir una palabra más, se da la vuelta y se dirige a la habitación, cerrando la puerta detrás de ella.

Sigo su ejemplo y la sigo hasta la habitación, encontrándola sentada en la cama con una expresión de desánimo. Me siento a su lado, tratando de entender sus sentimientos.

—Sam, ¿qué pasa? —pregunto con preocupación.

Ella me mira, sus ojos llenos de lágrimas contenidas.

—No sé si quiero seguir buscando —dice, su voz temblando—. Lo que hizo Carla me hizo sentir que este lugar ya no es el adecuado. Quería vivir ahi, pero después de esto, ya no me siento cómoda.

Mi corazón se hunde al ver lo herida que está. Me acerco y la abrazo con fuerza.

—Sam, no dejes que esto te afecte tanto —le digo suavemente—. Vamos a encontrar el lugar perfecto para nosotros. Carla no debería tener ningún impacto en nuestra decisión.

Capítulo 28

Después del incidente con Carla, Sam se ha sumergido en la búsqueda de casas nuevamente. Ha encontrado una que parece ser una opción ideal y se la muestra con entusiasmo.

—Mira esta —dice Sam, mostrando una foto en su teléfono—. Tiene un jardín grande, una cocina moderna y está en una zona tranquila. Creo que es justo lo que estábamos buscando.

La foto muestra una casa elegante con un diseño acogedor, grandes ventanales y un entorno encantador. Sam está visiblemente emocionada y yo comparto su entusiasmo.

—Es realmente hermosa —admito—. Vamos a agendar una cita para verla.

Llamo al agente inmobiliario y coordino una visita para el día siguiente. Sam y yo estamos ansiosos por ver la casa en persona.

Al día siguiente, nos dirigimos al lugar con la esperanza de que esta sea la casa perfecta. Al llegar, nos recibe una cálida bienvenida por parte del agente, que nos guía hacia la entrada principal. La casa es aún más impresionante en persona: el jardín es amplio y verde, las habitaciones son luminosas y la decoración es impecable.

—Esto es increíble —digo mientras recorremos las habitaciones—. ¿Qué piensas?

—Es perfecta —responde Sam con una sonrisa radiante—. Me encanta cada rincón.

Exploramos cada detalle, desde la cocina espaciosa hasta la sala de estar acogedora. A medida que avanzamos, puedo ver la emoción en los ojos de Sam, y siento que esta casa podría ser el lugar ideal para nosotros.

Al final de la visita, nos quedamos en el jardín, hablando sobre cómo podríamos decorarlo y qué cambios haríamos. La idea de construir un hogar juntos en este lugar nos llena de entusiasmo y esperanza.

—Creo que hemos encontrado nuestro hogar —le digo a Sam.

Ella asiente con entusiasmo, y podemos imaginar nuestra vida en esta casa, compartiendo momentos felices y construyendo recuerdos juntos.

Después de recorrer la casa y disfrutar de cada rincón, me vuelvo hacia el agente inmobiliario con una sonrisa decidida.

—Queremos esta casa —le digo con confianza—. ¿Qué pasos debemos seguir para hacerla nuestra?

El agente, con una expresión profesional, asiente y toma nota de nuestra decisión.

—Genial. A partir de ahora, me encargaré de los detalles. Necesitaré coordinar algunos aspectos administrativos y legales. Les contactaré en cuanto tenga toda la información lista.

—Perfecto, muchas gracias —respondo mientras le extiendo una sonrisa de gratitud.

Sam y yo nos dirigimos hacia el auto, sintiendo una mezcla de emoción y alivio.

—¿Qué tal si vamos al McDonald’s a comer algo? —le propongo a Sam mientras salimos de la casa del agente inmobiliario.

—¡Me parece bien! —responde ella, visiblemente emocionada.

Llegamos al McDonald’s y nos dirigimos hacia la fila. Justo cuando estamos a punto de hacer nuestro pedido, veo a Luke, que está sentado en una mesa cerca del mostrador. Mi corazón se acelera un poco al principio, pero decido respirar hondo y mantener la calma.

—Hola, Luke —digo mientras me acerco a él con una sonrisa.

Él se levanta y extiende su mano para estrechar la mía, su sonrisa es amigable.

—¿Por qué no te unes a nosotros? —le sugiero a Luke con una sonrisa amistosa—. Hay espacio en nuestra mesa.

Luke parece dudar por un momento, pero al final asiente y se sienta con nosotros.

—Bueno, si no les importa que me una, con gusto acepto —dice, acomodándose en la silla.

—Para nada —responde Sam, mostrando una sonrisa cálida—. Siempre es bueno tener compañía.

Durante la comida, el ambiente está más relajado y las conversaciones fluyen con facilidad. Después de un momento, decido abordar el tema de nuestras tensiones pasadas.

—Luke, antes de que sigamos con la comida —digo con seriedad—, quiero disculparme por todo lo que ha pasado entre nosotros. La verdad es que me siento mal por cómo se dieron las cosas.

Luke levanta una ceja y se toma un momento para responder.

—Lo aprecio, realmente. También quiero disculparme contigo. Entiendo que hubo malentendidos y situaciones incómodas. No era mi intención hacer que te sintieras mal.

Sam mira a ambos con atención, disfrutando de la sinceridad del momento.

—Me alegra escuchar eso —añade Sam—. A veces, las cosas se complican más de lo que deberían.

Luke asiente, mostrando su gratitud.

—Sí, definitivamente. La verdad es que me molesté en su momento y, quizás, no manejé la situación de la mejor manera. Espero que podamos dejar eso atrás y empezar de nuevo.

—Eso es exactamente lo que quiero —digo—. No me gusta cómo terminó todo y creo que es importante que resolvamos esto para poder seguir adelante en buenos términos.

—Totalmente de acuerdo —responde Luke—. A veces las cosas se salen de control, pero lo importante es cómo tratamos de arreglarlo después.

Sam sonríe y asiente con la cabeza.

—Creo que ambos han hecho un gran esfuerzo para solucionar las cosas. Eso es lo que realmente importa.

—Gracias, Sam. Aprecio mucho tu apoyo —dice Luke, dirigiéndose a ella—. Y espero que, a partir de ahora, podamos tener una relación más armoniosa.

—Yo también lo espero —contesta Sam—. Todos estamos aquí para ser felices y apoyarnos mutuamente.

Después de la comida, Sam y yo nos subimos al auto. Ella se acomoda en el asiento del copiloto mientras yo enciendo el motor y empezamos a conducir.

—Fue bueno lo que hiciste hoy —me dice Sam con una sonrisa—. Aprecio mucho que hayas ido a hablar con Luke y que le hayas pedido disculpas. Creo que eso ayudó mucho.

La miro de reojo mientras conduzco, sintiendo un alivio por sus palabras.

—Me nació —respondo sinceramente—. No quería que quedara nada sin resolver. Creo que es importante limpiar el aire y tratar de mejorar las relaciones.

Sam asiente, mirando por la ventana.

—Lo sé, y realmente lo valoro. A veces, esos gestos son los que marcan la diferencia en las relaciones con las personas que queremos.

—Espero que eso también ayude a que las cosas mejoren entre nosotros —digo—. No quiero que haya más tensiones ni malentendidos.

Sam me lanza una mirada comprensiva.

—Seguro que sí. Lo importante es que estás dispuesto a hacer lo necesario para que las cosas funcionen bien.

—Sí —respondo—. Y eso también se aplica a nosotros. Quiero que nuestra relación sea fuerte y positiva, sin importar los desafíos que podamos enfrentar.

—Lo sé —dice Sam con una sonrisa cálida—. Y aprecio mucho todo lo que haces para mantenernos en una buena dirección.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo