99

Las voces me despertaron en plena noche. Eran los cautivos. No decían nada en concreto, no hablaban entre sí, era como si murmuraran palabras ininteligibles en sueños. Dormían en el pabellón, junto a Enyd, las exploradoras y media docena de los nuestros. Los demás dormíamos en el bosque, donde el sendero salía al claro.

—Enyd —llamé, dirigiéndome a la construcción de piedra y madera.

—¿Alfa? —respondió medio dormida.

—Están hablando en sueños. Están agitados, como si tuvieran pesadillas.

—Oh, no hace falta que permanezcas abierto a ellos. Es que nunca duermen bien. En ocasiones también lloran o gimen en sueños.

La sanadora bajaba envuelta en una bata de lana cuando entré al pabellón, y se apresuró a reavivar el fuego.

—¿Cómo siguen? —pregunté, sentándome frente al hogar mientras ella acercaba una silla.

Enyd se encogió de hombros y meneó levemente la cabeza.

—Creo que aún es muy pronto para saberlo. Es su primer día sin cargar

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo