— Señor Langford, su hijo volvió a correr a la casa de esa humana. — ¡¿Qué?! ¡Tráiganlo de vuelta y a esa mujer aprovechada también! ***** Trinity Miller era una madre soltera con una bebita mitad lobo y humana que sacar adelante. Agobiada por las deudas y un pasado tormentoso de infidelidad y traición. Cada vez que hacía por sacar la cabeza, la perra del destino volvía a hundirla hasta el fondo, pero todo cambió al rescatar a un pequeño niño lobo, que había sido secuestrado del lado de su padre, un influyente y poderoso Alfa. Nathan Langford estaba exasperado, desde que Luca fue secuestrado y perdió su memoria, se había encaprichado en que esa salvaje y sexy pelirroja humana era su mamá. ¿Por qué de todas las mujeres en el mundo justo tenía que ser ella? La misma que lo había plantado y depreciado en el pasado. — No se haga más la digna, Señorita Miller, y dígame de una vez su maldito precio para dejar en paz a mi cachorro. — A su hijo lo adopto gratis, pero verle la cara de prepotente a usted todos los días, no se paga con ningún dinero, Señor Langford. ¿Qué elegirá Trinity? La seguridad de su antigua vida o dejarse arrastrar por un mundo peligroso, lleno de intrigas y traiciones, pero también de pasión y amor verdadero, que involucra a dos lobitos hermosos y a un gran lobo feroz.
Leer másNARRADORASu padre y su madre biológica a su lado, Trinity se había quedado con los niños observándolos desde abajo, cediéndole este momento a Claire.Scarlett le pasó un pañuelo de papel que siempre llevaba en el bolsillo para limpiarle las manos a los pequeños.—Gracias hija, menos mal que este maquillaje es a prueba de agua, si no ya me hubiese convertido en la Llorona —Scarlett sonrió ante las ocurrencias de su madre.Trinity siempre había sido su heroína, su modelo de fortaleza y superación, su madre era increíble.Su mirada se dirigió entonces hacia el joven que se cortaba la palma de la mano y derramaba su sangre poderosa sobre la estatua sagrada a la Diosa.Luca se veía tan apuesto, tan masculino y sexy. El pecho de Scarlett volvió a apretarse de esa manera incómoda.Observó a su madre de soslayo, como siempre que se sentía culpable.A medida que crecían, los sentimientos por su “hermano” fueron cambiando.No supo cómo, ni cuándo, pero esos celos infantiles por Luca ya no eran
NARRADORALos gemelos Alfas que posiblemente dirigieran juntos en el futuro, Nathan tenía pavor de que se repitiera la historia de él y Logan.Por suerte, sus hijos habían crecido en un ambiente lleno de amor, nunca fomentaron la competencia entre ellos.Nathan jamás repetiría los errores de su padre.—Te dejo entonces, querida. Ahí llega tu hombre —Triny le señaló con la cabeza a Morgan, que venía apresurado.Su rostro, siempre serio, ahora denotaba un tinte de preocupación.Trinity los dejó a solas; un Alfa con su hembra preñada era muy sobreprotector.Se encaminó finalmente al jardín, buscando a Nathan, que charlaba con July y William. Se preguntaba dónde estarían Scarlett y Moni, no las veía entre los invitados.Esas dos desaparecidas, hum, de seguro tramaban algo, y ciertamente, Trinity no estaba muy equivocada.*****Mónica estiró el cuello, haciéndose la que se servía ponche de la mesa de catering, cuando en realidad esperaba ansiosa que Scarlett regresara.En cuanto vio aparec
NARRADORA —Triny, sí, sí, no te preocupes, solo que los pies me están matando —confesó entre resoplidos—. Ya Morgan fue a buscarme las bailarinas. —Si te sientes mal, puedes irte a descansar, Megan, todos entenderemos… —No, ¿cómo crees que le voy a hacer ese feo a Luca? No te preocupes —Megan le hizo una señal con la mano, como que todo estaba bien. —. La verdad, te envidio. No sé cómo, siendo humana, pudiste dar a luz a tres cachorros de lobo de una vez. Triny se sentó a su lado para acompañarla en lo que regresaba su mate. —Pft, ¿qué te cuento? Y con la condición especial de River, casi muero. Gracias a Dios por esa medicina milagrosa —le confesó, recordando los tormentos del pasado. Aún tenía pesadillas con ese mundo de oscuridad, tan frío, donde estaba encerrada, a la deriva y se sumía más y más en el olvido. La sombra de la muerte acechándola, hasta que esa voz tenaz la llamó una y otra vez, la sacó a la fuerza de las tinieblas, le dio ganas de vivir y de luchar para salva
NARRADORALa pareja de Claire era el heredero de esta importante manada del Oeste; sin embargo, estaba más interesado en su carrera de medicina y en vivir tranquilo con su pareja, que en el puesto del líder.Sin hijos biológicos, ni más hermanos y con su padre muerto, le correspondía por linaje ser el Alfa.Si él no aceptaba, le tocaba a su primo, un guerrero con los sesos vacíos y aires de grandeza.Las cosas no estaban resultando muy bien, incluso llegaron rumores de que serían expulsados de la manada él y Claire en cuanto rehusara el derecho a ser el Alfa.Ahí es donde entró Luca, como su hijo adoptivo y para tomar el control de esta importante manada.Retó al otro candidato y a varios guerreros más, mostrando su valor. Se le consideró digno y hoy era su ceremonia de ascenso.Además, el apellido Langford era sinónimo de riquezas y poder, que un Langford tomara el control de la manada, de repente no resultó mal negocio para nadie.—Yo… yo creo que no me salió muy bien, mejor… mejor
WILLIAM Estacioné el auto en la cochera, escuchando el zumbido de la puerta descendiendo. Me bajé y tomé las bolsas de compras, todo para la bebé. July cada vez se ponía más y más nerviosa con el parto casi encima de nosotros. Yo también estaba ansioso, lo confieso. Como padres primerizos, cualquier mínimo problema lo llevábamos a los extremos. —Nena, ya estoy de regreso —la llamé, poniendo las bolsas sobre la encimera—. ¿July? Al no escuchar su respuesta, me adentré en la casa. Repentinamente, a través de nuestro vínculo, un dolor intenso me atravesó y el olor a sangre fresca inundó mi sensible olfato. “¡Nuestra hembra tiene dolor, está en peligro!” mi lobo rugió en mi mente mientras me abalanzaba corriendo y siguiendo su rastro hasta el segundo piso. —¡July! —entré en nuestra recámara, sus gemidos bajos se escuchaban desde el baño y hacia allí corrí. —Wi…liam… mmm… me duele… —Nena, calma, calma. Ay, Diosa… —sentía mi voz temblar al verla metida en la bañera, su rostro d
NARRADORALograron crear ambientes controlados para cultivar las algas, la producción era poca pero efectiva.Las toxinas similares a la magia de Fiona ahora se sintetizaban en los laboratorios Langford bajo top secret. Sus beneficios incontables, no solo para los hombres lobo, sino también para los humanos. El dinero le llovía a los Langford, su manada respaldada por el Anciano Mayor del Concilio.Quien se atreviera a querer robar sus tesoros sería perseguido brutalmente. Obvio que Loran no le daba completa protección solo por buena persona o agradecimiento. Su familia, como socios que eran, se llevaban buena parte de las tajadas. Y hablando de la familia del Concilio. —¡Triny! —Mónica la llamó y la pelirroja se giró feliz a recibir a sus amigos. Abrazos y besos a la enfermera y su mate fortachón. —¿Y eso que vinieron a estas horas? —Trinity estaba extrañada. —Es que… bueno mujer, ¿no te puedo visitar ahora cuando me salga de la rabadilla? —Moonicaa —Trinity la miró
NARRADORARiver era la lupina y él la culpó tantas veces, por lo que pasó con Trinity. Ella solo actuó por instinto, pensando que así se protegía y a sus hermanos. —Sí, bebita —acarició el sedoso cabello castaño claro con iluminaciones naturales, al igual que Fiona. Besó su frentecita, empujando esos sentimientos de culpa. Todo había salido bien al final.La Diosa reconoció su unión y marcó de manera permanente a su mujer. Blaze cruzó la bruma de su mente llena de miedos para regresarla a casa, al refugio de sus brazos.Trinity tenía razón, el pasado ya había quedado atrás, no podía castigarse para siempre.—¡Pero miren…! —les dijo, intentando recuperar la alegría del momento—, ¡yo creo que el otro enemigo se está recuperando! ¡Declan, hijo, ayuda a tu hermana! El pobre William, que estaba “resucitando” de los muertos, volvió a quedar más mojado que el gato bajo la lluvia.—¡Alfa! —le rugió a Nathan, que se reía a carcajadas con los cachorros y hasta July se burlaba de su compañer
NATHAN—No, no, estoy bien. Necesito marcarla, debo marcarla ahora y que Blaze la busque… —insistía, haciendo por caminar hacia el interior del cuarto. —¡Blaze está débil! ¿Acaso quieres morir con ella? —¡SÍ QUIERO! —me giré para rugirle, tomándolo de las solapas.Era tanta mi desesperación, los ojos enrojecidos, mi mente caótica, mi lobo aguantando con los dientes cerrados el dolor excruciante del rechazo, pero aun así estaba de acuerdo con mi decisión.—Si fuese July, ¿qué harías? Dime, ¿la dejarías morir? ¡¿La dejarías dar el último aliento en tus brazos?! —mis manos comenzaron a temblar sobre su camisa, mi vista borrosa. —No, no la dejaría morir, aunque me costara la vida a mí. Entonces ve y haz lo que tengas que hacer, amigo. Todo va a salir bien, Nathan —me apretó el hombro y me sostuvo para ayudarme a entrar. No era posible que descansara ni un segundo; ella podía abandonarme en ese tiempo. Llegué a la cama y me acosté a su lado, abrazándola contra mi cuerpo, queriéndola m
NATHAN—Despierta, mi amor, despierta, por favor, te lo ruego, te lo ruego, Trinity, no puedo vivir sin ti, nena, no puedo, ni siquiera por los niños, no puedo… —sentía cada palabra que pronunciaba en lo más profundo de mi alma. Blaze la llamaba desesperado, pero ella no parecía escucharnos. No reaccionaba, gemidos lastimosos salían de sus labios y su cuerpo se retorcía de nuevo sobre la cama. —¡Como le hagan daño, nunca los perdonaré, nunca! —le rugí a su vientre.Ya estaba loco, no sabía qué hacer. ¡¿Por qué no estaba funcionando la maldit4 droga?! ¡¿POR QUÉ?! “¡Si al menos llevara mi marca permanente, podría buscarla en su mente! No importa que no tuviese loba, nuestra conexión sería más fuerte.” Blaze rugía angustiado, la miraba a través de mis ojos, como nuestra mujer se desvanecía entre mis manos sin que pudiésemos hacer nada. Nunca me había sentido tan impotente. “¡Aliméntala más, Nathan, aunque nos desangremos! ¡DALE MÁS SANGRE, NO PUEDE MORIR, NO PUEDE MORIR MI HEMBRA