TRINITY—Srta. Miller, puedo ordenarle a un chofer que la lleve a su casa… Ni siquiera le respondí a la propuesta de ese tal William cuando pasé por su lado y me intentó suavizar. Podía sentir la mirada de Nathan quemando en mi espalda, pero no dijo nada y salí a la avenida buscando la parada del bus. Miré por un segundo hacia la pizzería, unos metros más atrás, lamentaba tanto dejar de nuevo al niño, pero era lo mejor para los dos.Me limpié las lágrimas con rabia y me alejé a vivir mi propia vida, porque cada vez que mi destino se cruzaba con este hombre, solo cosas malas me sucedían después.*****NATHAN Mi lobo me rugía que fuera tras ella, mi corazón latía apresurado en mi pecho, pero mi cuerpo paralizado no daba ni un paso adelante. Me habían enseñado muchas cosas en la vida, sin embargo, nunca a pedir perdón. Un Alfa no tiene que disculparse delante de nadie y menos justificar sus acciones. No seré aún el Alfa de mi manada, pero mi lobo interior es un Alfa puro de nacimi
NATHANAl otro día, de vuelta en la oficina, el timbre del teléfono fijo suena y suena sin cesar ¡maldición! —¡Juliana! —le rujo a mi supuesta secretaria que parece haberse ido de nuevo de su puesto a hacer lo que le da la gana. —Maldita sea, ¡dígame! —descuelgo la línea dejando de firmar los documentos importantes que tenía delante. —Se… Señor Langford, disculpe, llamaba a la línea de su secretaria… —Salió al baño, dígame, ¿qué sucede? —Aquí hay una señorita que pregunta por una cita, se llama… —hace una pausa y escucho esa voz que hace estremecer mis oídos. —Trinity Miller —por alguna razón me tenso y mi lobo se levanta enseguida prestando atención.—Concédale la cita ahora, súbala personalmente a mi oficina —le doy instrucciones y cuelgo. Me levanto a ponerme el saco y me aliso el cabello con la mano, arreglo los papeles sobre el escritorio mientras pienso en una y mil palabras que decir para intentar arreglar las cosas. He leído el informe sobre ella y la verdad, fui un ma
TRINITYLa mujer del cuarto sale en un puro temblor y comienzan a discutir en voz baja.Yo sin poderme ir y con ganas de tirarme por la ventana. ¡BOOM, BOOM, BOOM! La puerta de entrada retumba sin cesar.Los veo de repente como se giran a mirarme, una mala premonición aprieta mi pecho. —Métete en el baño y no se te ocurra salir — él le susurra empujando su espalda y la mujer corre al interior de la habitación. —Sé que necesitas dinero y yo necesito un favor —me dice atropelladamente las palabras, caminando hacia mí y mirando desenfocado a la puerta —Di que eres tú mi amante, Celia no se va a creer que esta es una reunión o algo así…—¡¿Qué?! —No grites, estúpida —da un paso adelante queriendo taparme la boca y yo retrocedo a la defensiva —Solo será un mal rato y te pagaré luego muy bien, diremos que se acabó, seguirás en tu puesto, no te voy a echar y arreglarás tus problemas de dinero, sé que tienes una hija pequeña, maldición, decídete rápido… Mientras más lo escuchaba, más ri
NATHANMi hermana y él siempre se han atraído a pesar de que mi madre no lo aceptaría. Incluso sé que tuvieron algo a escondidas una vez, pero por mucho que he intentado sacarle la información, ninguno de los dos me ha dicho por qué terminaron y ahora no pueden estar en la misma habitación más de dos minutos. —Regreso luego… —Ya me iba, para que puedas respirar sin ahogarte con mi asquerosidad —escucho que William le murmura entre dientes cuando pasa a su lado y Juliana le saca el dedo del medio. Cada vez que se juntan me parece haber regresado al instituto. —¿Revisaste los contratos de afiliación? —le pregunto a mi hermana que se acerca cuando William sale del despacho. —Sí, y de verdad espero que sepas lo que haces —me dice sentándose sobre el escritorio a pesar de todas las sillas disponibles. —Solo voy a ayudarte por mi sobrino y espero que no le hagas daño a esa humana, ella me caía bien. —Solo la viste un momento… —¡Nathan! —da un golpe en la mesa molesta y dejo todo pa
TRINITYCamino hacia ella deprisa, casi corriendo, temiendo que ese loco salga gritándome en cualquier momento. —¡Siiiii! —le digo dando gritico bajo y moviendo la carpeta delante de mi cara, ambas con risas de desquiciadas mentales.— ¡Vamos, vámonos corriendo! La empujo y enseguida nos subimos para ponernos en marcha. —¡Cuéntamelo todo mi extorsionadora favorita! —me grita incorporándonos al tráfico.—Joder, espera, que creía que me iba a dar un patatús —no es broma, mis manos están temblando y mi corazón aún late errático. Entonces le cuento todo lo sucedido en la oficina de ese cerdo. —¡¡Toma!!, ¡en la cara de ese idiota! Diosa que bien se siente al fin podernos desquitar —exclama como si fuese ella la protagonista de todo. —No te creas, aún tengo miedo, ¿y si se venga después de que se le pase el susto? —le digo mis miedos, suspirando, la adrenalina bajando y mis temores aflorando.— Creo que hasta que no consiga un nuevo trabajo, no voy a estar segura de que ese desgraciad
TRINITY—¿Qué hace aquí, Sr. Langford? —intento recuperar algo de dignidad y hacerme la enojada. Mis ojos van a la carpeta blanca que lleva en la mano y mi cabeza de chorlito solo piensa en una explicación lógica. —Si vino de nuevo por lo del dinero, le dije que no quería nada suyo, así que no me esté acosando en mi trabajo… —¿Eso es lo que cree que estoy haciendo? —de repente comienza a dar poderosas zancadas, acercándose. Me tiene de un momento a otro acorralada contra la máquina. —¿Piensa que vine hasta aquí solo para acosarla? Me cuestiona, bajo y ronco, tan sexy, que mi mente no puede procesar tantas preguntas seguidas. —Yo… yo… pues sí, porque si no es el caso, ¿qué hace aquí? —levanto el mentón e intento inclinarme hacia atrás. No dejo que su presencia opresiva me intimide, pero cuando se inclina sobre mi cuerpo más pequeño, encerrándome entre sus brazos, que apoya en la fotocopiadora y tengo ese rostro masculino y peligroso a solo centímetros del mío, me entra temblequ
NATHAN Admito que estoy disfrutando demasiado de esta situación. Por supuesto, llegué antes a propósito sabiendo que se había quedado sola, deseaba sorprenderla, pero como siempre, ella terminaba por enloquecerme a mí.Cuando entré a la oficina siguiendo su delicioso aroma y vi ese sensual culo moviéndose justo delante de mis ojos, mi pene se estremeció con la sangre bombeando fuerte hacia mi entrepierna. Cantaba fatal, Diosa, esos acordes hicieron que mi lobo se arrojara al suelo tapándose las orejas, pero el movimiento de su cuerpo y lo espontánea que era en todo, me sacó una sonrisa sin poder evitarlo. Me he rodeado de muchas mujeres toda mi vida, pero Trinity tiene algo tan auténtico y natural que me atrae físicamente hacia ella. *****—Entonces, Srta. Miller, soy todo suyo.Me acerqué hasta donde recogía el desastre y cuando miró hacia arriba con esos ojos verdes esmeralda tan provocadores, la imaginé en esa misma posición pero con esos sensuales labios abiertos chupando mi
NATHAN Nadie habló mientras el ascensor personal de la dirección comenzó a descender. Admitía que moría por interrogarla, preguntar todas las dudas en mi mente, pero no sería yo quien pareciera desesperado. Llegamos al estacionamiento subterráneo y caminé hasta mi auto, porque vine hasta sin mi chofer. Seguido siempre por su presencia, aunque toda la situación se había tornado un poco incómoda. Creo que hubiese sido mejor no adelantarme y venir con Juliana. Al final, nunca puedo predecir cómo terminarán las cosas cada vez que mi mundo colisiona con el de la Srta. Miller. ***** TRINITY No puedo creer que por un segundo dejé que mi atracción sexual volviera a vendarme los ojos con este hombre arrogante. Subimos a su coche y me pasé todo el camino mirando por la ventana, tantas cosas pendientes y yo aquí perdiendo el tiempo en sus caprichitos. Pensaba constantemente en decirle qué me sucedió aquella noche en el club, parece que le dolió en su orgullo, pero si é