Isabel Ramírez es una mujer sumisa de su violento esposo, cansada de los maltratos domésticos, contrata a un abogado y denuncia a su esposo, también pidiendo el divorcio. Alejandro Bennette al recibir la noticia sobre la demanda, se enoja con su esposa y vuelve a maltratarla al punto de causarle un parto adelantado. Despues del parto, Isabel no solo tiene la noticia de que su hijo ha nacido saludable, sino que también le informan que su esposo ha muerto. Alejandro antes de morir, le pide a su hermano menor, César que cuide de su esposa y y de su hijo, él solo cumplirá su palabra por su hermano, ya que no le agrada su cuñada, pero... ¿Al convivir con ella, sus pensamientos cambiarán, incluso sus sentimientos? O ¿La echará de su casa porque no la soporta?
Leer másY aunque estaba cometiendo un delito que debería ir a prisión, quería hacerlo reaccionar y que olvide esa vida, pero la banda no era de fiar y nada salió como se esperaba, y sobre Isabel, ella fue víctima, porque se iba a ver con Alejandro para la firma de documentos, pero él se desvió un poco e hizo una parada, aunque la banda la obligó a salirse del auto, ella no sabía lo que estaba pasando, Alejandro la llevó ahí.Eso fue lo que confesé, así que espero que William haya anotado bien mi historia, para que así se lo diga a Isabel antes de que la lleven a interrogatorio, no sé qué hubiese pasado si la hubiesen interrogado primero a ella, pero tengo suerte.¿Por qué me declaré cómplice? Porque puede que sean menos años en la cárcel, además, es un castigo hacia mis padres que, si siguen jugando con el dinero, en algún momento lo perderán todo.Isabel.En lo que me sacaron de la celda, William me susurró lo que debo decir, fue un resumen prácticamente, dijo que César mando a decir que Ale
—Pero estás herido.—No puedo huir, nos verían, al menos ellos me llevaran a un hospital esposado, así que quédate aquí.Ale camina saliendo del escondite, camina como puede, y yo también salgo de nuestro escondite, hago que apoye su brazo en mi hombro y nos vamos juntos, me miró feo, pero no tiene fuerzas para hacer que evite que vaya con él.Vamos caminando lento y escuchamos que le preguntaban a César dónde estaba yo, hasta que me vieron con Alejandro y se acercaron a arrestarnos.—Ya tenemos a todos los cómplices atrapados, son alrededor de tres —dice el oficial por el walkie talkie.—¿Tres? Mi informante solo dijo que era una mujer —le responden—, ya tráiganlos.Nos separan a Alejandro y a mí, y me esposan, César trata de girar su rostro y sé que ha logrado verme antes de que un oficial lo obligará ver hacia al frente. Nos llevan en patrullas distintas y al llegar a la estación, también me encierran lejos de ellos, en la sección de mujeres y aunque había algunas en la celda, yo m
—No, me dejarás para que seas feliz con Isabel, porque mientras yo viva, lo seguiré intentando, por más que te prometa que la dejaré en paz —me confiesa—, te iba a traicionar.Me quedo callado por un momento, pensando, aunque sabía, sabía que él iba a hacerlo.—No me importa, no me importa cuántas veces me hieras, yo te amo tanto que no puedo hacer eso contigo —lo sujeto de cualquier forma y lo alzo.Con un poco de su ayuda y la de Isabel, lo tenemos en pie, prácticamente lo sacamos con cuidado y arrastras de ahí, él conocía el taller, por lo que nos guío hacia una salida trasera.Logramos salir de ahí y nos llevo lejos como puedo, pero Ale se empieza a arrepentir con un con sus pasos.—César, el maletín con el dinero —me dice un poco ido.—Necesitas un doctor, eso no es lo importante ahora.—Pero es que ese maletín hará que Isabel vaya a la cárcel —me confiesa y nos detenemos detrás de unos autos, lo hago sentarse con cuidado y le presto atención—. Antes de que tú y yo hiciéramos el
—Fue fácil, dije para que me ayudara.Nada de esto me cuadra, porque, aun así, William me dijo que viniera, o sea que Isabel debe creer que no le van a hacer nada porque está con Alejandro, pero ella está errada, porque eso no importa.—Tienes que irte —insisto.—No… ¿qué haces tú aquí? ¿cómo te enteraste de todo?—William me avisó, por lo que sea que esté a punto de pasar… —digo mirando a todos lados—. Los tres nos jodemos, así que tienes que irte, diré que harás algún mandado.—No me iré, yo los metí en esto, me haré responsable.—No amor. —Toco su mejilla y la acaricio—. Esto lo provoco mi familia y tú no tienes por qué pagarlo.—Ellos me odian y yo te arrastro, tienes que dejar de protegerme, solo así me odian más y me siguen haciendo cosas, quiero que sepan que yo también puedo defenderme.—No puedo evitarlo, te amo —sujeto su mentón y la beso—, por favor hazme caso y vete, yo me encargaré, piensa en tu hijo, no merece que sus padres estén en prisión.—Ay que lindos —dice el homb
Él está enojado conmigo, porque cuando le dije lo que haría, me ofreció ayudarme a huir sin registros, él es muy justo y lo que haré no será nada justo para mí. Dijo que prefiere eso a qué yo siga lidiando con mi familia, solo así nadie me encontraría y sería feliz, pero este es mi modo de enfrentarlos.—Si —respondo con firmeza.—Pues Alejandro te engañó, el equipo está en la trampa e Isabel va hacia ella, te enviaré la dirección.Estoy sorprendido, pero lo temía.—Gracias.—No hay de que príncipe azul —bromea y me cuelga.Agradezco que me haya avisado, pero ambos sabemos que él no puede involucrarse, puede ayudarme con ciertas cosas y no puedo ponerlo en contra de su jefe para conseguir lo que quiero, así que trabajo un poco solo, además… lo que piensa su jefe se lo sembró mi familia y desconfía de nosotros, y como me encantaría volver a poner a Isabel inocente de las formas correctas, pero como dije antes, mi familia insistiría incluso si yo estoy preso.Sé que en estando en la cár
La puerta se abre y soy reclamada por equivocación.—Papá, ya te dije que tienes que hablarlo con César… —Se interrumpe en cuanto me ve y queda sorprendido.—¿Qué debe hablar tu padre con César? —Arqueo una ceja fingiendo curiosidad, pero ya lo sé, ventajas de pensar que siempre me han ocultado todo.—Madre —se pone nervioso—, no, es algo sobre el trabajo, ¿Y eso que has venido? ¿Te ha enviado papá? —se extraña.—Sabes que me gusta venir a ver a mis hijos y más ahora que no estás con esa… —Me interrumpo en cuanto cambia su gesto en modo de advertencia.Alejandro ya no es manipulable como antes, nunca lo fue, bueno, si se me enojaba con Isabel cuando le mentía sobre que ella me trataba mal, pero nunca fue lo suficiente para dejarla.—Desde que estás con Nicolle, me gusta más visitarte —aclaro.—Pues no te acostumbres, porque pienso recuperar a Isabel —me dice en un tono serio.—¿Por qué? —no comprendo.—Porqué la amo mamá.Y por eso es más fácil mandar a su hermano a la cárcel que a Is
Llego al comedor y ahí se encuentra Gertrudis, sentada en la cabecera de la mesa, se ha tomado en serio sobre la importancia.—Hola —saluda secamente—, déjanos solas por favor —le dice a la empleada.Esta asiente y se va, luego tiene toda su atención en mí.—Espero que sea muy importante. —tiene esa mirada fría y atemorizante.Yo cierro mis ojos y respiro profundamente, no estoy aquí para caer en provocaciones, vine a negociar mi felicidad en pocas palabras.—¿Si tienes algo bueno que decir? Porque no estoy para perder el tiempo con sanguijuelas.Abro mis ojos y sonrío, creo que sí va a funcionar, ni siquiera me hiere el intento de insulto, ya entendí que ninguno de ellos me define.—No sé preocupe, lo que le voy a decir no es una pérdida de tiempo, de hecho, le interesará mucho… trata de que yo ya no esté más en sus vidas, el sueño que usted tanto deseó —le aseguro.Gertrudis se queda callada, me mira a los ojos y con su mano, me muestra la silla de al lado, quiere que me siente con
Aseguro y corta la llamada, pero sigo en las mismas, ¿Qué me asegura que cumplirá? Pues más le vale. Guardo mi móvil y camino para salir de aquí, cada vez se presentan más situaciones por las que me hacen cambiar de plan, por más que intente proteger a Isabel, mi familia hará algo para sacarla de su camino, así que mientras yo cumpla con mi hermano, nada me asegura que él lo haga conmigo.Así que necesito que ella se vaya y se olvide de mí si es necesario. Que rehaga su vida, porque, aunque haga todo por ella, mi familia siempre estará de por medio… Eso es muy fácil pensarlo, pero no puedo hacerlo, lo intenté, pero no duré mucho cumpliéndolo. Y es que, si ella me atrae tanto, no tengo como alejarla, no quiero, pero siento que es necesario, sin embargo, lo daré todo porque sé que hay que ocuparse y no preocuparse.Necesito que Isabel tenga paz, seguridad y estabilidad, ¿Y cómo puedo hacerlo? Estaré en prisión y quién sabe por cuánto, pero estoy decidido por ella, no voy a desampararla.
—Tal vez eso es lo que le faltan, mano dura, nadie nunca aprende hasta que llegue a fondo, por ejemplo, Alejandro dice que cambio cuando en sus ojos vio pasar la muerte.—De ser así, no hubiese planeado meter preso a tú hermano.Asiento, volviendo a darle la razón.—¿Alguna vez creíste en mí?—Lo importante es lo que tú creas de ti, César, porque si te pones a pensar lo que los demás piensen de ti, nunca crecerás como quieres hacerlo.—Qué bueno saber que estoy solo —Ruedo mis ojos.—No es eso, solo que no quiero que te frenes. Así que dime, ¿Qué lo que tienes planeado hacer?¿Debería contarle? Es mi padre y sé que tienes sus asuntos que no comparto, pero ¿Y si necesito su ayuda? ¿puedo confiar en él? Isabel no está de por medio.Camino hacia mi escritorio y me siento, como ha quedado a espaldas de mí, se da la vuelta y apoya sus manos en el escritorio para intimidarme, lo conozco, es el mismo gesto que hace siempre para conseguir lo que quiere.—No quiero estar en cosas ilegales.—¿Y