Adriana Harper es la heredera de una de las familias más poderosas del país, inteligente, hermosa y amorosa. Ella creyó que tenía el matrimonio perfecto, la vida perfecta, sin embargo, al enterarse que todo a su alrededor era una farsa, toda su vida se destruye. Ella debe empezar desde cero, y todo lo que la caracterizaba, simplemente muere dando paso a una mujer que solo quiere una cosa… venganza. Austin Baker es un empresario exitoso, arrogante, inteligente y sumamente apuesto. Él necesita tener un hijo y hará hasta lo imposible para conseguirlo. Él no cree en el amor, ni en las mujeres. Y lo único que le importa es su dinero. Un trato entre ellos dos desatará un completo caos en sus vidas y en la de los demás. Solo hay una condición: no enamorarse. ¿Qué sucederá cuando los sentimientos se mezclen entre ellos? ¿Podrán dejar el pasado atrás?
Leer másMike soltó a Adriana y de inmediato ella comenzó a toser. Él limpió su mano contra su pantalón y luego la miró fijamente. —Toda esta mierda que te estás inventando para mí no tiene validez, mis alcances ahora son más altos de lo que imaginas. Él tomó aquel sobre y lo rompió lanzándolo al suelo. —Tú aquí no me pones condiciones, que no se te olvide quien eres… puede que te haya aborrecido en el pasado por lo simple que eras, pero ahora las cosas pueden ser diferentes y si yo quiero que seas mía te aseguro que lo vas a ser. Soy tu dueño y no caigo en tus malditos juegos. Esto es una advertencia Adriana, sigues siendo débil ante mí, no vas a poder conmigo, pero te lo puedo poner más fácil… no olvides que fuiste y seguirá siendo mi mujer.Él salió de allí completamente molesto, Adriana se dejó caer sobre una silla con sus ojos completamente cristalinos, en algo tenía razón él y es que seguía siendo más fuerte físicamente, él podría aplastarla tan fácil que eso definitivamente le asust
Austin se sentó, tenía una sonrisa tonta en sus labios y es que se había dado cuenta que la había puesto nerviosa, él había hecho que ella estuviera nerviosa y eso desataba algunas cosas que aún no tenían nombre. Estar cerca de ella definitivamente lo estaba enloqueciendo. El querer ser parte de su vida sin pensar en las consecuencias que eso traería, era algo que se estaba volviendo más fuerte en él sin poder evitarlo.Él comenzó a revisar la información que Mike le había dado sobre las exportaciones que estaban haciendo ambos, la cantidad de dinero que le estaba ingresando ahora le he dejado claro que Mike no tenía negocios limpios de nada. Y al menos por el momento, eso no le molestaba para nada… sacarle una gran cantidad de dinero a Mike, definitivamente sonaba muy bien, al menos le sacaría bastante dinero y con eso recuperaba, no solo lo quería invertido sino que también le daría una lección. Él se asomó a la ventana notando el revuelo que había afuera, no pudo evitar sentir u
Adriana se separa de él cuando siente que su corazón comienza a latir con rapidez. El aliento cálido de Austin había hecho que ella sintiera en su pecho un gran nudo. Él estaba tan cerca que no la dejaba pensar con claridad. Ella pone la mano en su pecho evitando que el beso prosiga, evitando que lo que sea que esté pasando continúe. —Estoy muy cansada, me duele el cuerpo, necesito dormir… y no quiero compañía. —Está bien, lo único que importa es que reaccionaste, que estás bien… estaba preocupado. —Ella movió su mirada, ese contacto la estaba quemando. —Hagámoslo juntos, no puedo nadar contra la corriente yo sola. Con esto solo me queda claro que alguien se está infiltrando en esta casa, alguien está dando dos pasos mientras que yo solo doy uno. Austin sonrió internamente, él no estaba mintiendo cuando decía que no quería ser su príncipe o algo por el estilo, un héroe o algo así para ella, lo único que quería era protegerla. Tal como lo pidió ella, Austin salió de la habitació
Austin levantó a Adriana en sus brazos, ella estaba completamente fría mientras sudaba sin parar. Él la ubicó en la cama tenía sentimientos encontrados por ella, la odiaba por su forma tan particular de ser, por esa manera de tratarlo pero al mismo tiempo… todo era tan confuso, todo era realmente inestable en su cabeza en estos momentos. Él tomó su teléfono y llamó a un médico, ella estaba temblando. ¿Qué había pasado exactamente? —No —ella mencionó con los ojos cerrados, mientras que su cuerpo se movía inquietantemente—. No quiero que me golpees más… por favor no lo hagas más. Él arrugó su entrecejo. Ella estaba teniendo pesadillas, pesadillas muy fuertes. Y no había que ser adivino para saber quien era el responsable de estas. A pesar de no saber qué hacer, de nunca haber tenido que ver a alguien así, Austin comenzó a pasar una toalla por su frente intentando detener lo que fuera que estuviera pasando. No pudo evitar seguir escuchando sus palabras de delirio, se sintió impoten
Dos días habían pasado luego de aquella calurosa discusión, Adriana se mantenía con su orgullo intacto, mostrando que solo era un compañero de trabajo más, alguien con poca importancia. Mientras que Austin se enfocó únicamente en trabajar y no solo eso, en averiguar quien había tomado esas fotografías, quién las había publicado, quién tenía tanto interés en hacer que existiera una discusión entre ellos dos y que su matrimonio . Él tenía un sospechoso y sin duda alguna era Mike. Al menos mientras lograba dar con su paradero, bueno con las pruebas para poder atacar de una mejor manera, y hacer que todo fuera más llevadero por su pequeña bromita ahora parecía estar en una cárcel… él bufó y se puso de pie, no pensó que casarse fuera terrible y que estuviera sofocado en especial en un matrimonio en donde ella tuviera el control. La relación con Adriana era bastante tensa, no se dirigían la palabra a menos de que fuera algo necesario y si antes él parecía solo un títere que se dejaba mani
Austin abre los ojos, su cuerpo se siente incómodo como si hubiese tenido una noche bastante agitada. Él miró su teléfono y estaba apagado, sus acompañantes ya no estaban con él, pero el desorden en la habitación dejaba claro que lo había pasado muy bien. Él se puso de pie y fue a darse una ducha, lastimosamente no recordaba absolutamente nada después de haber bebido. Pero era claro que iba a volver a repetirlo, una noche como la anterior no iba a pasar desapercibido de nuevo.Él salió de allí y fue directo hasta la barra en donde se encontraba el bartender. Le pasó algunos billetes y luego pidió un vaso con agua.—Le puedes dar esos billetes a las chicas con las que estuve anoche, no pagué por sus servicios —dice guiñando su ojo. —Por supuesto señor. Austin sale directo hasta su carro convencido de que solo se dará un baño e irá a la oficina.Él aún no sabe el infierno que lo espera afuera. Él llega hasta la casa, muy seguramente Adriana por la hora ya estaba en la oficina, él e
Adriana salió de la sala de juntas, había puesto la información clara en donde mostraba que Mike no había tenido su manejo coherente en la empresa dejándolo bastante mal frente a todos los empleados o bueno al menos frente a los accionistas que eso era lo que más importaba. Ella quería que le quitaran todo el apoyo a él, que se sintiera solo y estuviera completamente orillado a destruirse a acabarse por sí solo. Se sentó en su oficina luego de beber un vaso con agua helada, esto de ser niñera de Austin no le gustaba nada, él se estuvo tomando atribuciones que no le correspondía, él estaba creciendo que tenía poder únicamente por un beso, por tener un título que en realidad no tenía sentido y a este punto iba a llegar el momento en el que mandaría todo al carajo incluido a él y a su padre. Ella comenzó a revisar la contabilidad de la empresa sin salir de la oficina buscando encontrar más información, buscando moverse más, buscando ser más rápida que él. Al mirar el reloj se dio cuen
Austin entró a su oficina bastante molesto, no le había mentido a ella cuando le dijo que ninguna mujer había despertado eso en él, pero ella era terca, ella era necia y no quería simplemente escucharlo; es que él no le estaba pidiendo una oportunidad, no le estaba pidiendo que llevaran un matrimonio real porque tampoco se veía así, solo quería desahogarse, solo quería saciar posiblemente las ganas que tenía dentro de él. Él pasó las manos por su cabello, se sentía frustrado, desesperado, ella era una mujer peor que aparentaba que no tenía sentimientos, pero que solo lo usaba como escudo. Su teléfono comenzó a sonar, Austin bufó… creyó que su padre lo había dejado en paz con la boda, pero evidentemente seguiría molestando.—Papá estoy ocupado, no puedo hablar ahora. Te hablo después —Espera hijo ¿ni siquiera me saludas? Te aseguro que no te llamo para nada malo, solo quiero saber ¿cómo vas, cómo va tu vida de casado, cómo va tu matrimonio? —Mi matrimonio va muy bien, no entiendo a
Adriana dejó que él terminara de hablar y simplemente empezó a reír, era una buena broma, un buen chiste, al menos con eso había olvidado un poco de todo la mierda que había tenido que vivir con su ex amiga y su ex esposo. Y ni siquiera esas palabras habían podido derribar el escudo que ella puso en su corazón y su mente. —¿Crees que no averigue sobre ti Austin? sé perfectamente quien eres, sé perfectamente porque te escogí, lo que no imaginé es que fueras tan débil mentalmente, que fueras tan patéticamente emocional. Y es que lo entiendo, te quedaste sin tu madre joven, más joven de lo que imaginaste. Eres tan dependiente a los demás que en verdad estás imaginando que estás enamorado de mí o que estás sintiendo algo por mí, mejor decirlo así, no te equivoques, no es algo que esté pasando ni que vaya a pasar, simplemente es tu falta de afecto que busca un poco de comprensión. El rostro de Austin se transforma. Nunca le había dicho algo así a una mujer y cuando se atrevía a hacerlo,