Adriana Harper es la heredera de una de las familias más poderosas del país, inteligente, hermosa y amorosa. Ella creyó que tenía el matrimonio perfecto, la vida perfecta, sin embargo, al enterarse que todo a su alrededor era una farsa, toda su vida se destruye. Ella debe empezar desde cero, y todo lo que la caracterizaba, simplemente muere dando paso a una mujer que solo quiere una cosa… venganza. Austin Baker es un empresario exitoso, arrogante, inteligente y sumamente apuesto. Él necesita tener un hijo y hará hasta lo imposible para conseguirlo. Él no cree en el amor, ni en las mujeres. Y lo único que le importa es su dinero. Un trato entre ellos dos desatará un completo caos en sus vidas y en la de los demás. Solo hay una condición: no enamorarse. ¿Qué sucederá cuando los sentimientos se mezclen entre ellos? ¿Podrán dejar el pasado atrás?
Leer másMike abrió los ojos, cuando él se dio cuenta que estaba frente a su casa completamente devastado. Su cuerpo duele, como nunca antes había dolido. Intenta levantarse pero le es imposible, sus piernas y brazos no reaccionan como lo espera. Él comienza a gritar para que alguien salga en su ayuda, maldice un audio otra vez sin poder evitarlo. Tras algunos minutos allí tirado en el suelo, una de las empleadas de servicio sale y al verlo tapa su boca completamente sorprendida con la escena que tiene enfrente. —¿Qué esperas para levantarme? —él dice completamente molesto e irritado. Ella con sus manos temblorosas lo ayuda a ponerse en pie. Y lo pone en uno de los sofás luego de cargarlo con esfuerzo. —¡Quiero a Alice ya aquí! ¿Qué esperas para llamarla? Aquella mujer tiembla tan solo con verlo así, llama a Alice quien asegura que en algunos minutos estará allí, que va en el carro. Mike mira sus brazos, sus manos aún tiemblan como efecto secundario. Él cierra sus ojos intentando mante
Adriana comenzó a reír ante la seriedad de él. Pero al notar que él continúa con su rostro marcado entonces una seriedad abrumadora dejó de reír. —Estoy hablando completamente en serio —él espetó—. Tú me exiges a mí una parte del trato yo también te lo exijo. Mi padre murió, tienes toda la razón creo que lo mejor es formar mi familia. —Está bien, te daré tu bebé tal y como acordamos, pero no será… será con inseminación. No volver a someter semejante estupidez de meterme contigo. —Austin bajo la guardia y se acercó a ella tomando la de las manos, haciendo que ella lo mirara. —Pero yo no quiero eso… Adriana qué te cuesta darte cuenta que te quiero a ti, eso fue un error y no fue culpa mía y que en todo momento te di tu lugar. Y ya lo pensé bien… el bebé lo quiero contigo, cumple tu parte del trato. —¿Te cuesta entender? esto es un error el sexo contigo fue un error.—A la única que le cuesta entender es a ti. Para mí no es un error, tú no eres un error para mí. ¡Grábate eso en tu c
Adriana giró sobre sus talones para salir de allí, no podía creer que Austin también hubiese caído con ella. A pesar de sus palabras, a pesar de que supuestamente eran reales… todos eran iguales. Al dar media vuelta se encontró con Mike quién caminaba hasta donde ella. Mike miró hacia la oficina de Austin y sonrío, se detuvo para girar e ir detrás de Adriana quién iba directo hacia su oficina.—Quién iba a imaginar que él también te fuera infiel —él dijo sonando completamente indignado. —¿No deberías estar en tu patética reunión? —La reunión puede esperar, no soy capaz de irme y dejarte así. —Ella cruzó los brazos mientras intentaba ocultar todo lo que por dentro estaba a punto de explotar. —¿Todo esto es cosa tuya? Cómo no me di cuenta… eres bastante predecible. —No… No es cosa mía, al parecer es cosa de ella. Al parecer le gusta tener tus sobras. Así como tú también estoy molesto. ¿En verdad con él? —Retírate, ve y lloras por tu esposa. Pero déjame en paz. —¿No crees que deb
Mike apretó las manos en su brazo, mientras que mantenía la mirada fija en ese punto. Doménico sonrió y se movió con rapidez evitando ser atrapado. Mike imitó las acciones de los demás, se agachó procurando evitar mostrar que conocía a la persona que le había disparado. Rápidamente las personas encargadas de la seguridad del lugar pidieron una ambulancia, Mike fue trasladado sin darle tiempo a que su herida pudiera complicarse. En el hospital luego de revisarlo le dijeron que la vale solamente había rozado su piel. Sin embargo, la rabia que había en él debido a eso era cada vez más grande. Luego de haber sido dado de alta, llegó directamente hasta la casa Alice estaba llorando en un rincón como cada día. Él ya estaba harto de esa situación, en efecto había perdido su bebé, pero la vida seguía y no podía detenerse allí. Ella subió la mirada cuando lo vio con aquella venda se levantó toda preocupada y se lanzó sobre él, Mike hizo una mueca de dolor y la separó de forma brusca. —¿
Adriana cerró los ojos cuando sus prendas comenzaron a caer, Austin que aparentemente ya no le dolía nada, deslizó sus manos lentamente por ella, por su piel. Adriana se subió sobre él sin hacerle mucho peso, mientras que sus pechos entraron a la boca de él. Austin saboreaba los pechos de Adriana como si de eso dependiera su vida. Ella pasó sus manos por el pecho de él y con rapidez quitó su camisa. Sus pupilas se dilataron, la observaba con lujuria y ella podía notar su mirada, y ya podía sentir la manera en la que él la estaba observando… le gustaba demasiado. Él pasó las manos por sus brazos, por encima de las cicatrices que a ella tanto le recordaba el pasado. —Eres realmente hermosa —articuló él con su voz completamente agitada. Él la giró quedando sobre ella, comenzó a quitarle lo que quedaba de ropa dándose cuenta que su cuerpo estaba completamente marcado debido a Mike… odiaba que ella tuviera que vivir toda la vida así, por culpa de él. Sus besos descendieron por su
Mike llegó a la empresa, pasó de largo cuando su asistente le dijo que lo estaban esperando. Al llegar vio al comandante de la policía frente a él.—¿Y esta sorpresa? —Alguien pasó un video sobre ti en donde confesabas el asesinato de un hombre. —Así que fue capaz de hacerlo… el video no es algo que puedas usar como prueba bórralo y desaparece cualquier prueba que tengas.—¿Te das cuenta que fue una gran estupidez decir que sí lo habías matado, dar a entender que sí lo hiciste. ¡Entiende que no siempre seré yo quien reciba las denuncias! —El que sea que los recibe tendrá que trabajar para mí pago bastante dinero como para que las cosas se me salgan de control. —Yo lo sé, créeme que yo sé muy bien pero tú debes aprender a controlarte. —Esa mujer que me hizo eso, solo me tiene rabia. Ahora sí vuelve al trabajo y déjale claro a esa mujer o a cualquiera que vaya a poner una queja completamente estúpida contra mí que están perdiendo el tiempo —Mike advierte, se acerca un poco más y ac
Adriana espero que Mike apareciera le hizo señas a Doménico para que él estuviera al tanto y pudiera grabar todo necesitado tener pruebas, pero ya ella sabía muy bien que con Mike no sería tan fácil.—¿Qué es lo que intentas? —dijo él cuando vio que ella se acercaba. —Solo quería vení a gritarte en la cara que ya sé que tú mataste a ese hombre. —Mike comenzó a reír, cruzó sus brazos y simplemente negó con su cabeza. —¿Maté a un nombre? Que ridícula eres, deberías hacerte checar la cabeza porque definitivamente, cada día estás más loca. Adriana comenzó a reír, sentía una gran impotencia… el hombre que estaba frente a ella era un asesino. —Hay pruebas Mike, tú fuiste el que le quitó la vida al padre de Agustín. ¿Qué ganaste con eso? —la gesticulación de él cambió evidentemente. —Así que hay pruebas que me acusan como el culpable. Adriana cada vez me sorprendes más. ¿Qué gane? —él sonrió con malicia—. ¿Acaso no es obvio? Obvio que gané hacerle daño destruirlo como la gran cucaracha
Adriana tardó en llegar a su casa todo lo que había sucedido con Austín le había dejado en shock, ¿en verdad ella merecía una oportunidad para el amor? Todo eso no lo había podido dejar pensar con tranquilidad. Se sentía muy confundida. Ella llegó hasta la casa, y cuando entró lo vio allí sentado intentó actuar lo más normal posible, evitando que él notará lo que estaba causando en ella. —Creí que no ibas a llegar.—No tienes que quedarte esperando si llego o no llego —ella dice con arrogancia. Él suelta una gran carcajada.—Adriana detente —dice él evitando que ella pudiera continuar—. No puedo dejar de pensar en esto que te dije, en lo que está pasando entre nosotros. —¿Y qué quieres que haga? —Que lo pienses… que me des una oportunidad. —Austin caminó hasta donde ella y la atrajo hasta donde él poniendo su mano en la cintura de ella—. Quiero intentarlo, quiero que los dos lo intentemos. Quiero ser el merecedor de esa nueva oportunidad. Ella sintió ese cosquilleo inexplicable
Adriana se separó de él, intentaba entender que pasaba por la cabeza de él la veía como un juego o en verdad era cierto todo lo que decía en verdad sentía algo por ella. —¿Podrías darme la oportunidad?—¿Qué me garantiza que tú no eres como él? seamos honestos sé perfectamente tu historial y eres un mujeriego, eres un casanova ¿de verdad crees que yo quiero eso en mi vida? —Mentiría si dijera que no era así, pero…—Ya lo dijiste, eres así y no creo que cambiaras de la noche a la mañana y que me vayas a poner a mi como excusa, porque estoy segura que eso era lo que ibas a decir. Te voy a hacer una recomendación: aprende a controlar tus emociones y tus sentimientos, esto es un negocio, esto no es una relación seria. Ella oprime el botón del elevador, pero Austin vuelve y lo detiene. —No soy igual que él, podría ser un mujeriego, no lo voy a negar, pero jamás seré un miserable como él capaz de lastimar a una persona como tú. ¿Vas a cerrarte ante la posibilidad de que algo llegue a su