Mike se tensó por completo, pasó saliva y miró a su esposa de nuevo. En estos momentos su cabeza estaba completamente fuera de sí. Ella estaba frente a él, la mujer que había dado por muerta hace dos largos años.
Él estaba completamente seguro de que el hombre al que le había ordenado encargarse de ella había hecho bien su trabajo, pero se equivocó… se equivocó al no exigir más pruebas que constatara que en verdad ella estuviera muerta. Se equivocó al no ver con sus propios ojos que eso fuera verdad.
—Y bien, veo que te has quedado sin habla —ella menciona entre risas—. Te quedaste mudo… ¿tanto te sorprendiste con mi aparición o más bien la sorpresa fue porque no pudiste matarme? —ella termina por decir, él le da una mirada amenazante.
Adriana se veía completamente calmada, con una tranquilidad insana con todo esto, no obstante, por dentro todas sus emociones estaban hechas un caos.
—Austin te pido por favor que salgas, después me pongo en contacto contigo —Mike pide—. Tenemos mucho por hablar ella y yo. Espero entiendas que todo esto me tiene conmocionado.
—¿Seguro que todo está bien? —Austin pregunta, Mike carraspea con su garganta y niega.
Adriana le da una mirada Austin, ella levantó una de sus cejas y él entrecierra sus ojos… en estos momentos con Adriana en la empresa y conociendo absolutamente todo su futuro podría tambalear.
Él pasa por el lado de Adriana, ella aprovecha para susurrar algo que solo escuché él.
—Para que veas que no estoy mintiendo deberías quedarte para presenciar la función. —La boca de Austin se curvó en una sonrisa.
Austin pasó de largo no podía negar que deseaba saber más. La puerta se cerró y de inmediato la mirada de Mike se transformó en una más temible.
Mike comenzó a reír, emitiendo una risa cargada de sarcasmo, de rabia, él metió las manos a sus bolsillos y miró por la ventana. Estaba conmocionado… Lo único que él tenía claro era que no oba a perder las empresas, ni el dinero. Nada volvería a manos de Adriana, nada volvería a manos de la única Harper que quedaba viva… pero no por mucho tiempo.
—Que bien te queda el teatro, casi parece que fueras una víctima —ella asegura—. Quieres vender tu imagen como el hombre perfecto que se hizo cargo de las empresas de su esposa. No tienes idea como maldigo esa cláusula de la herencia de mi familia, en donde dejaba claro que mi esposo iba a encargarse de todo tras mi muerte.
—Así que te has escondido de mí todo este tiempo estúpida —él menciona mirándola de manera despectiva—. Esconderte y hacerte pasar por muerta fue tu peor error —dice Mike acercándose a ella para jalarla del brazo para mirarla fijamente a los ojos—. Puede que me haya equivocado la vez pasada y haya fallado, sin embargo, te aseguro que no suelo ser el que se equivoca dos veces.
Adriana se suelta y endureció su expresión, ella puso una de sus manos sobre el costoso traje que traía puesto Mike.
—Quiero ver como lo intentas, quiero ver como buscas la manera de quitarme del camino. Está vez no soy la misma de antes, está vez llegue preparada y dispuesta a todo. Y tú te vendrás arrodillando a mí y me suplicarás piedad.
—¿Yo arrodillarme ante ti? no digas esas cosas porque te ves muy ridícula. Jamás lo haré, nunca te suplicaré piedad porque no eres nadie para merecer mi respeto.
—Te equivocas en algo, no solo te arrodillarás y me suplicarás, será más que eso. ¿Sabes por qué mi amor? —ella sube una de sus cejas—. Porque te arrepentirás de haber querido acabar conmigo, de haber traicionado mi confianza y mi amor hacia tí. Ya no soy la misma de antes, ya no soy la tonta que daba todo por ti, ya no… ahora soy la mujer que está dispuesta a acabar contigo con todas las fuerzas y sin compasión alguna.
Ella gira sobre sus talones de camino a la puerta, toma la perilla de la puerta y antes de girarla de nuevo lo miró.
—Programa una reunión con los empleados para mañana temprano y no quiero una excusa, es una orden Mike —ella espeta y sale de allí.
Adriana toma aire, volver a verlo, a enfrentarlo, era algo que estaba esperando desde hace mucho tiempo, algo por lo que se había preparado incansablemente.
Ya ella no podía sentirse mal, sentirse triste por eso. Los sentimientos no eran algo que ahora estuvieran en ella.
La Adriana del pasado había muerto con todos sus sentimientos.
Ella se dirigió hasta la oficina de Austin, todo el personal de la empresa la miraba sin disimular ni un poco. Ella golpeó la puerta un par de veces hasta que él permitió que ella entrara. Al verlo, Adriana supo que él estaba al borde del abismo, que él estaba tan desesperado que era fácil manejarlo.
Austin se había quitado el nudo de su corbata, su cabello estaba despeinado y su desesperación era evidente, en especial desde que vio esa nota en el periodico que alteró toda la paciencia que tenía hacia su padre.
—Por lo visto ya me tiene una respuesta sobre mi propuesta —ella menciona, mientras se acomoda en una de las sillas.
—¿Usted tuvo algo que ver con esto señora? —Adriana sonrió.
—No, pero debo reconocer que las cosas se van acomodando a mi favor. Sin embargo, debo advertirle algo Austin, yo estoy dispuesta a todo con tal de conseguir lo que me propongo. Pienselo bien porque el tiempo va pasando y yo no voy a rogar, cuando el tiempo acabe, su oportunidad también acabará.
—Usted me asegura que si nos casamos, me dará el hijo que necesito y desaparecerá de la vida de ese bebé.
—Así es, será un trato justo en donde los dos saldremos ganando. Le voy a repetir de nuevo ¿acepta mi propuesta? —Austin pasó saliva, nunca creyó que debía tomar ese tipo de decisión.
—Acepto ser su esposo... acepto su propuesta Adriana.
Austin miró a Adriana, no tenía otra opción en estos momentos. Adicional, él aún no sabía que tanto Adriana sabía de él, ¿era posible que ella supiera la verdadera razón para que él se acercará a Mike? de una forma u otra no podía dejar que Adriana le dañara sus planes y que él no pudiera vengarse de la familia que tanto le hizo daño en el pasado. —Perfecto, sabía que iba a ser inteligente y se ubicaría del lado de quien más le conviene. —Austin exhaló, para él dejarse manipular como lo quería hacer Adriana con él, no era algo fácil. Pero así como él iba a ser utilizado, él también pensaba usarla. —No tengo más opción, creo que usted con sus artimañas, buscó la manera de hacer que mis problemas aumentaran, buscó la manera de arrodillarme —él dice y comienza a aplaudir—. Y debo reconocer que lo aplaudo, pero es la última vez que pienso permitirlo. —Aquí las condiciones las pongo yo, no usted, Y sobre lo que me piensa permitir o no, lo único que le puedo asegurar es que desde que se
Mike sonríe, por mucho tiempo pensó que ella estaba muerta y ahora que ella estaba viva, que ella se encontraba muy cerca de él, iba a quitarle absolutamente todo lo que él tenía, lo que ahora era suyo, y eso no podía permitirlo. Él necesitaba de nuevo encargarse de ella y esta vez hacerlo bien, de nuevo desaparecerla de su vida. —¡Qué bien!, quiero la dirección, antes de que alguien más pueda hacerse cargo de ella quiero verla a la cara, quiero mostrarle que no pudo conmigo. —Como diga señor. —Por favor que conmigo vayan dos hombres más, hay que estar preparado y no sabemos como se ha estado preparando ella. Vamos a atacar con todo, que a ella no le quede un lugar a donde escapar.Mike saca un revólver de la caja fuerte, la caja en donde tiene todos los documentos con lo que logró obtener todo su poder.Él amó a Adriana, lo hizo en su momento, pero después se dio cuenta que siempre sería el esposo de la señora Harper, sería únicamente el acompañante de ella en todo, mientras que e
Doménico en ese momento de nuevo sube su revólver y se lo pone la cabeza a él. Mike sonríe, nada le queda grande en la vida, no va a perder la reputación que ha ganado, no va a perder contra la mujer que fue suya una y otra vez.—No sabes como te odio Adriana, eres tan poca cosa, siempre lo has sido, lo único que tenías de valor era el dinero ahora ya no vamos a ver quién mata a quién. Porque no respondo Mike la suelta… le da una última mirada de advertencia. En verdad crees que esta vez tendré piedad de ti Adriana… si no me importó hacerte daño cuando te amaba, mucho menos ahora que solo siento desprecio por tiElla mantuvo su mirada fija en él. Sus palabras eran hirientes. Mike salió de allí bastante frustrado, el hecho de que no le han permitido entrar acompañado lo ponía en una gran desventaja, lo suficiente como para darse cuenta que ella estaba más fuerte. —Señora ¿se encuentra bien? —Doménico pregunta, ve las marcas de los dedos en el cuello de ella— luego baja la cabeza y s
Austin llegó al lugar que Mike le indicó, tenía bastante curiosidad por saber qué era lo que él quería. Mike no podía enterarse de nada de sus verdaderas intenciones, mucho menos Adriana, pero cada oportunidad que viera él la iba a aprovechar. Mike se sentó y pidió un trago. Austin sonrió internamente, Mike se sentía orillado, y cuando las personas estaban al borde del colapso eran capaces de firmar un pacto con el mismo diablo si era necesario. Austin lo analizó ¿cómo las personas podían caer ante alguien como él? que a simple vista se veía que solo buscaba su propio beneficio y no le importaba engañar a los demás. —¿Para que me citaste? no recuerdo que tengamos algo pendiente por tratar. —Necesito que como socio mayoritario en estos momentos firmes algo para evitar que Adriana vuelva a trabajar a la empresa. —Austin cruzó sus piernas y lo miró con una gran sonrisa —Ella es tu esposa. Creí que estabas feliz con la sorpresa de tenerla junto a ti de nuevo, cuando la viste de nuevo
Austin miraba el mensaje de ella, había adelantado la boda para la mañana, es claro que Adriana tiene afán por conseguir las cosas, por sacar a Mike del camino. Su vida prácticamente había cambiado por una mujer que acaba de conocer, aunque podría facilitarle las cosas para también cumplir sus objetivos.Lo único cierto es que su vida no sería la misma a partir de mañana. Austin fue hasta la habitación en donde tenía todas las fotos, tomó una de ella, de su madre… Todo por ella y Mike iba a pagarlo. Entre tanto, Adriana terminaba de enviar los correos en donde invitaba a una gran cantidad de personas. Adriana cierra la computadora, mira sus manos recordándose a sí misma que no debe detenerse contra él. Adriana abrió los ojos,luego de que su noche había sido tormentosa, quizá un poco más que las últimas noches de los anteriores dos años, quizá por volver a verlo hizo que todos sus pesadillas volvieran más latentes. Al bajar por las escaleras las personas a su alrededor ya estaba
Austin y Adriana, caminaron por el pasillo decorado con pétalos de flores, tenían una sonrisa de par en par a decir verdad, para Austin esto no era un gran problema todo esto, en realidad disfrutaba hacer sufrir a Mike. Adriana pasó de largo justo cuando llegó enfrente de Mike, le dio una mirada, una que hizo que él se transformara por completo al ver a su socio allí en el altar con su esposa. Mike apretó las manos cerrandolas con fuerza, ¿cómo se atrevía a burlarse de esa manera de él?Austin miró a su padre quien estaba plenamente sorprendido al ver como su hijo se iba a casar tan pronto con ella precisamente, él no entendía mucho y a pesar de la sorpresa estaba complacido de que su hijo por fin iba a formar su vida como un hombre responsable.Ambos se ubicaron en el altar, Adriana pasó saliva, de nuevo frente al altar con un hombre. De nuevo frente al altar con un hombre que no conocía. El juez se ubicó al frente, era un juez contratado por ella, todo estaba perfectamente diseña
Los hombres se acercaron a Adriana y sin esperar que ella pudiera resistirse, simplemente empezaron a esposarla, desde su puesto Mike sonreía. Recibir una invitación para la boda de su esposa «porque seguían casados» para él, no había sido tan malo después de todo. Tener contactos en la policía para salirse siempre con la suya era incluso la mejor parte, Adriana iba a recibir su merecido por hacerlo quedar en ridículo de una buena vez. —¿Detenida? —Austin se acercó—. Esto es ilegal, no puede tenerla de este modo, ¿bajo qué concepto la va a detener? —El oficial lo miró y bufó. —Adriana Harper está detenida por fingir su muerte, tiene derecho a guardar silencio y tiene derecho a conseguir un abogado.Ella tensa todo su cuerpo, no pensó en algo así. —No te preocupes Adriana esto debe ser un malentendido —dijo Austin— buscaré la manera de solucionarlo, ten paciencia. Confía en mí. Esas palabras… confianza, ella ya no sabía que era eso. Pero ¿qué podía hacer más? Ella asintió con su
Austin se pone de pie y observa con repudio a Mike. Mike respira con rapidez, la rabia había subido rápidamente por su cabeza. Había confiado en Austin, no solo en la empresa, si no en el transporte de la mercancía. —¿Qué te sucede? —Austin escupe en el suelo y le habla con seriedad—. ¿Por qué me golpeas? —¿Acaso no lo sabes? No puedo creerlo, te metiste en un gran problema conmigo… claro ya entiendo todo, te aliaste conmigo únicamente para entregarle todo el puto dinero a ella o me equivoco. —Si es lo que quieres creer, créelo, no me importa y te voy a dar un consejo Mike… No me vuelvas a golpear ,no tienes idea que puede suceder la próxima vez que lo hagas. —¿Me estás amenazando? —Mike se acerca a él.—No, no es una amenaza, es una advertencia, a mí no me vuelves a tocar de este modo. No te equivoques porque aquí donde me ves tengo más poder que tú, no solo estoy asociado contigo y tengo un gran poder con mis acciones, sino que también estoy casado con la dueña de la empresa —A