El matrimonio de Helena y Xavier fue algo planeado por ellos, cuando, en una fría noche de abril, se dieron cuenta de lo mucho que se necesitaban el uno al otro y que no tenían problema alguno en casarse y luego divorciarse. Mientras más avanzaba su falsa relación, más comenzaban a sentir cosas por el otro; Helena no tenía problema alguno con eso, pero Xavier estaba confundido. Por un lado, le gustaba experimentar estas nuevas sensaciones que solo ella despertaba, pero, por el otro, no quería arriesgarse y que luego aquello no funcionara. Él prefería irse por lo seguro, así que se quedó viviendo su revoltosa y muy libertina vida, como lo había venido haciendo hasta ahora. Helena, por su parte, intentó hacerlo entrar en razón, pero, decepcionada de no haber logrado nada, decidió pedirle el divorcio y marcharse. Siete años más tarde, el destino hace de las suyas, cuando, en una junta directiva, uno de los socios de la empresa de Xavier le presenta a la nueva socia, y que resulta ser Helena, y quien, a su vez, viene mucho más irresistible, encantadora y poderosa, de lo que alguna vez fue. Él está dispuesto a todo por recuperarla, solo hay un problema; y es que, en la actualidad, ella está comprometida con un hombre amoroso, cariñoso, correcto y que está dispuesto a quedarse con ella para toda la vida. ¿Qué será capaz de hacer Xavier para que su viejo y único amor caiga en sus garras nuevamente?
Leer másHelena Hallman.En cuanto veo que la puerta se abre y Samuel entra, enciendo la luz de la lámpara que se encuentra sobre la mesita de noche. Casi río cuando lo veo sobresaltarse y llevarse la mano al pecho en señal de haberse asustado. Casi.De no ser por el hecho de que siento que hemos estado un poco distanciados últimamente, y que, este distanciamiento es por culpa mía, me hubiese reído o burlado de él.—Cariño, te adoro, pero no vuelvas a hacer eso.El administra y lleva todas las cuentas de la empresa de su propio padre, quien se niega a soltar el poder por muy viejo que esté, y la verdad es que Samuel está más que bien con eso, dice que será mucha responsabilidad, y que, aunque sabe que deberá tomar el mando en algún momento, no se siente preparado todavía para ello.—Lo siento. Sé que me avisaste que hoy llegarías tarde, pero quise esperarte despierta porque…—Sé que me extrañas. Yo también te extraño a ti, pero papá insiste en que me haga cargo de este otro departamento que te
Xavier Lombardi:Ha sido un golpe bajo.Lo que mi padre acaba de hacer es imperdonable…Pero también ha sido asombroso.Volver a verla fue…Los recuerdos me siguen golpeando uno tras otro.No lo he podido evitar. Y ni siquiera hice el intento. Simplemente, no podía dejar de mirarla.Va a suceder de nuevo.No. Ya está sucediendo. Y podría huir nuevamente. De hecho, ahora es el momento perfecto para hacerlo porque recién la veo. Si me marcho ahora y me olvido de la empresa, de mi familia, de ella… mi corazón estará a salvo. Pero el solo sopesar irme una vez más no se siente correcto.¿Para qué proteger un corazón que permanece en la oscuridad desde el día en que ella se marchó? O, mejor dicho, desde el día en que yo, como el mísero imbécil que siempre he sido, no la supe valorar y le dije que acabaría con lo nuestro.No. Esta vez no será igual.Me costó entenderlo, pero esa mujer es la única que realmente me ha hecho sentir algo alguna vez. No pienso alejarme, no esta vez.Solo hay un p
Helena Hallman:Es cierto que me puse nerviosa. También que lo primero que hice fue buscar mi anillo de compromiso para poder tocarlo y recordar que estoy felizmente comprometida con un hombre maravilloso. Todo va bien en mi vida. Tengo lo que siempre he querido…Aun así, cuando su mirada y la mía se cruzan, no puedo evitar aflojar la tensión en mi cuerpo. La sonrisa sale en automático, y mis ojos reflejan aquella calidez y probablemente el brillo que solían tener cada vez que me encontraba con él.Me estremezco de solo saber que sigo teniendo ese tipo de reacción ante él. Pero es algo normal… ¿no? Es decir, fue una persona importante en mi vida, es por eso que no le soy indiferente. Claro. Solo es eso. Y es por ello que debo olvidar todo lo malo que ocurrió en el pasado.En primer lugar, porque, como la misma palabra lo dice, es algo que ya pasó.Y, en segundo lugar, porque no tengo nada que recriminarle. Él terminó conmigo. Rompió nuestro matrimonio y destrozó mi vida con ello, pero
Hace siete años…Helena Hallman:El alboroto proveniente de la entrada me hace rodar los ojos. Acaba de llegar el típico grupito de machos alfas que se sientan en un rincón, haciendo un circulo, mientras beben Martini o Chupitos, y no paran de alardear sobre cuántas conquista tuvieron en la semana.Diría que es una buena motivación para irme, ya que no soporto a ese tipo de persona: la que tiene que hablar cobre su vida a los cuatro vientos para poder llamar la atención, así de miserables son.Pero tengo un motivo mucho más grande para quedarme: mi maldito padre.No importa cuánto intente hacer para alegrarlo o querer que se sienta orgulloso de mí. Él siempre quiere más. Quiere estar en lo más alto de la sociedad. Lo único que le importa es que yo sea su heredera, que traspase los límites de la sociedad, que imponga mi presencia en las grandes causas y mi nombre resuene donde sea que vaya. Él quiere que sea una Hallman en todo su esplendor, que siga estudiando Diseño y que sea la líde
Xavier Lombardi:Esa noche, y aunque suene extraño, no estuve metido entre las piernas de ninguna mujer.La conversación con mi padre me había dejado con un mal sabor, un mal augurio, o presentimiento. Como quieran llamarlo, la cuestión es que era algo malo. Muy malo. Podía sentirlo. Y a eso debía sumarle el hecho de la manera que me hizo sentir el escucharlo decir que sería libre al fin.Fue extraño.De repente, todo lo que había deseado desde el comienzo y que estoy a nada de lograr —porque sé que no me voy a quedar a controlar el capital destinado a esa aburrida ONG—, ya no me apetecía.A ver, les explico: no me interesa la empresa, no me interesa el dinero, no me interesan los lujos, pero, lamentablemente, el legado de mi madre es eso, y saber que al fin puedo dejar de responsabilizarme por eso, me hace sentir tristeza, porque sé que no es lo que ella hubiese querido. También me hace sentir un irrespetuoso, mal hijo, imbécil, desdichado, una total mierda de persona, para ser más e
Xavier Lombardi:Un peso sobre mi cuerpo junto con ese sonido insistente son las dos cosas que me hacen parpadear varias veces antes de abrir mis ojos por completo.Al principio me cuesta entender dónde estoy. En el fondo lo sé, siempre lo sé.Veintinueve benditos años y no agarro escarmiento. Es como si adorara hacer rabiar a mi padre. No hay otra explicación.Mi mirada baja con más lentitud de la que desea y se topa con una maraña de pelos negros. Siempre son castañas, pelirrojas o tal y como la chica que descansa sobre mi pecho: pelinegras. Pero nunca rubia. Solo hubo una rubia en mi vida y me marcó lo suficiente como para no poder olvidarla fácilmente. Pero no voy a desviarme del tema.De hecho, cada vez que mis pensamientos quieren irse hacia el recuerdo de ella, enseguida busco la manera de distraerme porque ese es un pozo al que no quiero entrar. Ya lo hice una vez y lo lamenté mucho. No hay vuelta atrás. Yo puse mis intereses camisticos, como los llama mi padre, por sobre algo
Helena Hallman:Hubo un momento en el que llegué a pensar que la vida era un desperdicio. Mis reflexiones se basaban en preguntas estúpidas, que, aunque sabía que lo eran, no podía parar de hacérmelas.¿Por qué nacemos? ¿Para qué lo hacemos, si luego moriremos, se olvidarán de nosotros y será como si no hubiésemos existido? ¿Cuál es el sentido de pasar por la tierra, donde el sentimiento que más prevalece es la tristeza y su mayor causa casi siempre suele ser el desamor?Hoy en día, me parece tan estúpido haber pensado de esa forma. Hay tantos problemas, guerras, niños muriéndose de hambre, maldad en las calles, terrorismo, y yo pensando en el romance. Yo pensando en cómo no obtuve ese amor, que una vez tuve entre mis manos, y que, por ilusa y creer que podía cambiar, me dejó marcada.Ahora sé que hay cosas más importantes que el romance. Eso no lo es todo en la vida, pero sí que es bonito vivirlo y experimentarlo, mientras pasamos por ello.Desde que pasé por esa decepción amorosa, h
—No entiendo lo que siento, Helena. Perdón, pero estoy confundido. No puedo…—Está bien, entiendo.A pesar de todo, aquel hombre no era malo. Tenía un serio problema para controlar su manera de vivir, pero sabía que, si quería seguir con su vida de promiscuo, debía alejarse de la mujer que comenzaba a gustarle. No quería, ni iba a perdonarse a sí mismo el llegar a lastimarla.Él dio media vuelta, dispuesto a marcharse, pero la voz de la chica que comenzaba a hacerle sentir miles de emociones, lo hizo detenerse.—Solo voy a aconsejarte una cosa: no dejes que tu inseguridad te haga perderte de los mejores años de tu vida. De vivir al máximo y disfrutar cada una de las cosas maravillosas que este mundo tiene para ofrecerte, porque las oportunidades no se presentan dos veces, y la cosa más maravillosa de todas ellas, es, sin duda alguna, enamorarse.El matrimonio de Helena y Xavier fue algo planeado por ellos, cuando, en una fría noche de abril, se dieron cuenta de lo mucho que se necesit