—No entiendo lo que siento, Helena. Perdón, pero estoy confundido. No puedo…
—Está bien, entiendo.
A pesar de todo, aquel hombre no era malo. Tenía un serio problema para controlar su manera de vivir, pero sabía que, si quería seguir con su vida de promiscuo, debía alejarse de la mujer que comenzaba a gustarle. No quería, ni iba a perdonarse a sí mismo el llegar a lastimarla.
Él dio media vuelta, dispuesto a marcharse, pero la voz de la chica que comenzaba a hacerle sentir miles de emociones, lo hizo detenerse.
—Solo voy a aconsejarte una cosa: no dejes que tu inseguridad te haga perderte de los mejores años de tu vida. De vivir al máximo y disfrutar cada una de las cosas maravillosas que este mundo tiene para ofrecerte, porque las oportunidades no se presentan dos veces, y la cosa más maravillosa de todas ellas, es, sin duda alguna, enamorarse.
El matrimonio de Helena y Xavier fue algo planeado por ellos, cuando, en una fría noche de abril, se dieron cuenta de lo mucho que se necesitaban el uno al otro y que no tenían problema alguno en casarse y luego divorciarse.
Mientras más avanzaba su falsa relación, más comenzaban a sentir cosas por el otro; Helena no tenía problema alguno con eso, pero Xavier estaba confundido. Por un lado, le gustaba experimentar estas nuevas sensaciones que solo ella despertaba, pero, por el otro, no quería arriesgarse y que luego aquello no funcionara. Él prefería irse por lo seguro, así que se quedó viviendo su revoltosa y muy libertina vida, como lo había venido haciendo hasta ahora.
Helena, por su parte, intentó hacerlo entrar en razón, pero, decepcionada de no haber logrado nada, decidió pedirle el divorcio y marcharse.
Siete años más tarde, el destino hace de las suyas, cuando, en una junta directiva, uno de los socios de la empresa de Xavier le presenta a la nueva socia, y que resulta ser Helena, y quien, a su vez, viene mucho más irresistible, encantadora y poderosa, de lo que alguna vez fue.
Él está dispuesto a todo por recuperarla, solo hay un problema; y es que, en la actualidad, ella está comprometida con un hombre amoroso, cariñoso, correcto y que está dispuesto a quedarse con ella para toda la vida.
¿Qué será capaz de hacer Xavier para que su viejo y único amor caiga en sus garras nuevamente?
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Esta historia la tenía guardada en mi compu desde hace siete años y creo que ya es momento de que vea la luz. Es autoconclusiva, pero es larga, de capítulos cortos, para que sea más llevable. Tú nuevamente tiene una trama muy cliché. Es una comedia romántica que nació repentinamente, en un momento de mi vida donde tuve un amorío y al saber que debía irme a otro país y no volvería a verlo deseé que, en el futuro, eso pudiese llegar a ocurrir, así que decidí plasmar mis fantasias, las cuales ya no son esas, no quiero encontrarme con ese ex y mucho menos volver con él, je. Pero me gustó la escencia e idea, así que quiero llevarla aselante y terminarla. Espero esta vez lograrlo, y espero tener el apoyo de ustedes y que les guste y comenten mucho,
Sin más que decir: bienvenidos.
Helena Hallman:Hubo un momento en el que llegué a pensar que la vida era un desperdicio. Mis reflexiones se basaban en preguntas estúpidas, que, aunque sabía que lo eran, no podía parar de hacérmelas.¿Por qué nacemos? ¿Para qué lo hacemos, si luego moriremos, se olvidarán de nosotros y será como si no hubiésemos existido? ¿Cuál es el sentido de pasar por la tierra, donde el sentimiento que más prevalece es la tristeza y su mayor causa casi siempre suele ser el desamor?Hoy en día, me parece tan estúpido haber pensado de esa forma. Hay tantos problemas, guerras, niños muriéndose de hambre, maldad en las calles, terrorismo, y yo pensando en el romance. Yo pensando en cómo no obtuve ese amor, que una vez tuve entre mis manos, y que, por ilusa y creer que podía cambiar, me dejó marcada.Ahora sé que hay cosas más importantes que el romance. Eso no lo es todo en la vida, pero sí que es bonito vivirlo y experimentarlo, mientras pasamos por ello.Desde que pasé por esa decepción amorosa, h
Xavier Lombardi:Un peso sobre mi cuerpo junto con ese sonido insistente son las dos cosas que me hacen parpadear varias veces antes de abrir mis ojos por completo.Al principio me cuesta entender dónde estoy. En el fondo lo sé, siempre lo sé.Veintinueve benditos años y no agarro escarmiento. Es como si adorara hacer rabiar a mi padre. No hay otra explicación.Mi mirada baja con más lentitud de la que desea y se topa con una maraña de pelos negros. Siempre son castañas, pelirrojas o tal y como la chica que descansa sobre mi pecho: pelinegras. Pero nunca rubia. Solo hubo una rubia en mi vida y me marcó lo suficiente como para no poder olvidarla fácilmente. Pero no voy a desviarme del tema.De hecho, cada vez que mis pensamientos quieren irse hacia el recuerdo de ella, enseguida busco la manera de distraerme porque ese es un pozo al que no quiero entrar. Ya lo hice una vez y lo lamenté mucho. No hay vuelta atrás. Yo puse mis intereses camisticos, como los llama mi padre, por sobre algo
Xavier Lombardi:Esa noche, y aunque suene extraño, no estuve metido entre las piernas de ninguna mujer.La conversación con mi padre me había dejado con un mal sabor, un mal augurio, o presentimiento. Como quieran llamarlo, la cuestión es que era algo malo. Muy malo. Podía sentirlo. Y a eso debía sumarle el hecho de la manera que me hizo sentir el escucharlo decir que sería libre al fin.Fue extraño.De repente, todo lo que había deseado desde el comienzo y que estoy a nada de lograr —porque sé que no me voy a quedar a controlar el capital destinado a esa aburrida ONG—, ya no me apetecía.A ver, les explico: no me interesa la empresa, no me interesa el dinero, no me interesan los lujos, pero, lamentablemente, el legado de mi madre es eso, y saber que al fin puedo dejar de responsabilizarme por eso, me hace sentir tristeza, porque sé que no es lo que ella hubiese querido. También me hace sentir un irrespetuoso, mal hijo, imbécil, desdichado, una total mierda de persona, para ser más e