EL NO LA QUERÍA LLAMAR, EL EXTRAÑABA SU PRIMER AMOR, PERO LA VIDA LE CAMBIO CUANDO UNA CHIQUILLA QUE SUFRÍA EN MANOS DE SU PROPIA SANGRE AÚN TEMEROSA DIJO ALÓ, CAMBIÁNDOLES LA VIDA A AMBOS DE UNA MANERA QUE NINGUNA INTUÍA Y COMO EL DESTINO ES CAPRICHOSO, LOS JUNTO EN UNA HISTORIA CON ENREDOS Y MUCHO AMOR
Leer más—Nena, contéstame, ¡carajo!—Tranquilo, Bastián, no vas a conseguir nada gritando como loco, casi estrellas tu teléfono y si intenta comunicarse contigo, ¿cómo harías?, mente fría, hermano, mente fría.—Tú no entiendes, Santiago — Tomándolo de la solapa de la camisa, Bastian estaba desesperado, la angustia no lo dejaba en paz, habían ido a casa de Ivanna y no la encontraron, todo estaba vacío, solo estaban esperando a la policía, solo soltó a su amigo cuando vio a los detectives acercarse.UNAS HORAS DESPUÉS—¡Malditos inútiles! Con preguntas estúpidas y sin sentido.—Se supone que es su novia y no sabe nada de ella hace días, cómo va a ser normal para usted.—Es su hermana, tal vez salieron a pasar tiempo juntas—Tal vez solo quería estar lejos de usted. ¿No se ha puesto a pensar en eso?—Hijo, mejor anda a la misma dependencia policial a sentar la denuncia.—Mejor voy a hablar con su padre, me importa un pepino que esté muy enfermo, él debe saber los alcances de esa loca, él tiene
—¡Mi bebe! ¡No, dios mío, mi hijo! — gritaba Ivanna, mientras trataban de sedarla.—Cálmate, Ivanna, por favor, no te hace bien, aún sigues delicada.—Perdí a mi bebe, cuñada, perdí a mi hijo —se sostiene de la cintura de Elizabeth, hasta que el sedante hizo el efecto esperando.HORAS DESPUÉS—¿Cómo sigue ella?—Aún no despierta después del sedante. La hubieras visto, amor, está destrozada. Perder un hijo, no quiero ni pensarlo.—Sí, pues, te dejo, voy a ver a mi hermano—Bastián, ¿Estás bien? —Tratando de acercarse a su novio, pero este se alejó raudo, su cabeza era un lío y no quería terminar desquitándose con quien no debía.—Teniendo a mi hermano en coma, no es fácil de asimilar, no importa cuán mal nos llevemos o cuando lo destete, sigue siendo mi sangre, creo que me entiendes.…—Padre, trata de descansar un poco, yo me quedo con mi hermano.—Me cuesta tanto verlo así, como si durmiera, no sé cómo pudieron chocar contra ese árbol. Es como si la vida se ensañara con nuestra fami
—Si yo me hago responsable, ¿algo más que firmar? Muy bien, gracias.—Hijo, por favor, no me mires de esa forma, me haces sentir mal. — Mientras terminaban de acomodar la cama del hospital, donde el patriarca de los Barbieri descansaba luego de haberle hecho más estudios.—Bastián, tu padre sabe qué hizo mal, solo trata de entenderlo. —Expresó Elizabeth, mientras que él solo miraba por la ventana que daba con la vista a un hermoso atardecer.—¿Qué hubiera pasado? Tal vez un día me llamaban y me daban la peor de las noticias y yo no hubiera estado preparado. ¿Sabes a lo que me refiero? ¿Eso estaría bien? ¿Lastimarme de esa forma está bien para ti?—Hijo, ya estoy viejo, pensé que era lo que tocaba, no quiero estar aquí, tu madre sufrió mucho tiempo por su enfermedad.—No la uses de excusa, porque si la hubieras amado tanto como pretendes hacer que crea, no la hubieras engañado con cuánta secretaria se te cruzó, solo te calmaste cuando ella cayó enferma y te dio un amor repentino por e
—No comiste nada ¿Cierto?—Claro que no, aunque debo admitirlo que casi lo olvido, caso contrario, estaría en esa filia buscando el baño.Mientras hace una muesca tratando de contener la risa que le provocaba el ver tanta gente haciendo fila y con cara de urgencia, con ayuda del personal encargado del bufet las decenas de personas que comieron la ensalada estaban siendo afectadas con males estomacales extraños, producto de uno de los ingredientes secretos.—¿De qué tanto te ríes? —La ira que sentía Ivanna en ese momento, necesita ser redirigida hacia algún otro lado, no podía con todo lo que le estaba pasando, un circo, un mono, su padre en el hospital que no regresaba, los invitados que se fueron durante la ceremonia, la cara de amargado de Franco quien no dejaba de beber, copa tras copa, una y otra vez sin detenerse a pensar en las miradas puestas en él es que lo ella desconocía era lo que él había presenciado una hora antes, lo había dejado más que trastornado, más que afectado, él
—Podría hacerte, mía, sin importar los presentes— Hablándole al oído en plena ceremonia, ella sentía que la piel se le erizaba y no pudo evitar reír, sin importar que fue en la parte donde el padre decía: “Jura ser fiel” Había muchas cosas que salieron mejor que planeadas.—Lo siento — Se disculpó ella, tratando de tomarse las cosas con seriedad, mientras Franco la miraba como queriendo que ella dijera ME OPONGO NO TE CASES TE AMO, pero nada más lejos de la realidad, ella anhelaba que él dijera ese bendito ACEPTO tal vez así lo podía apartar de su vida para siempre si eso era posible, este solo hizo una mueca, reír no podía, mostrar la dentadura mucho menos, aquel médico que un viejo amigo le había conseguido, solo hizo un desastre nada digno de mostrar.—No sé ni para que vino— Tratando de disimular, nada de lo que habida planeado, salió como se supone que saldría, casi llegando la llanta del auto que había contratado, se desinfló y el chofer había olvidado la de repuesto, eran solo
—No Puedo — Fue lo primero que salió de sus labios a modo de respuesta.—Si esa es tu respuesta, entonces no hay nada más que decir, cierra la puerta al irte— Se levantó del sofá, le dio la espalda y de enrumbada a la segunda planta de su casa, a la vez que se quitaba el gorro que según lo hacía ver un tonto y solo lo había tolerado por ella, lanzándolo el piso, no quería explotar no quería que ella se diera cuenta lo que su decisión le estaba causando, nunca creyó volver a sentir aquello por alguna otra mujer que no fuera Samantha, pero tampoco iba a rogar por migajas que según era un cariño que no existía.—Bastián, no dejemos las cosas así— Tomándolo de la muñeca, como quien retiene lo querido.—¿Qué quieres? ¿Qué te ruegue? No lo voy a hacer, tú no quieres una relación conmigo, muy bien, solo déjame en paz —se soltó con brusquedad, dispuesto a dejarla atrás, mientras que ella se batía una batalla interna, entre lo correcto, lo incorrecto y lo que quería. ¿Qué quería Elizabeth? La
El camino de regreso al departamento fue casi como una tortura. Pensar que a nadie le importaba lo tenía al extremo molesto, pero una persona más bien una voz vino a su mente, con ella siempre se le iban los malos momentos o estos pasaban a último plano.—Debería llamarla, la señorita N siempre me hace sentir mejorUna sonrisa se dibujó en su cara, estaba convencido de que fuera de Elizabeth, la señorita N era la única que podía traerle sonrisas, ni quiera se había percatado que estaba dejando de pensar en su querida Sam o visitado su tumba, estaba durmiendo mucho mejor que antes, pero eran cosas a la que no quería analizar demasiado, porque por algún motivo que no quería admitir, sabía que lo podría terminar arruinando, después de todo él no había nacido para ser feliz como tantas veces se dijo a sí mismo, producto del dolor por la muerte de su prometida e hijo.Él estaba estacionando su auto, lo sabía porque hablo con el encargado de la seguridad del condominio para que le avisara,
—¡Imposible! No puede asistir a la boda así. Mejor ponte una bolsa en la cabeza— Ivanna estaba horrorizada, su tan añorado novio, tenía el labio hinchado y encima estaban buscando el mejor cirujano dentista que le ayudará con el diente delantero faltante, todo esto a escasos solo dos días para la boda.—Se te ocurre hacer una boda, en días festivos, por eso no hay médicos disponibles.—En vez de pelear conmigo, eso hubieras hecho con tu hermano, eres un inútil, un pelele— Franco no iba a soportar que una mujer como ella, se la diera de digna y se atreviera a insultarlo como si nada, la tomó del brazo de una manera brusca y con la mirada fría y oscura le dijo.—Cierra esa maldita boca tuya, porque cariño, quien no tiene rabo de paja que me juzgue y tú, por favor, te recuerdo que ambos estamos cortados por la misma tijera. ¿Quieres saber por qué me pego?—¡Suéltame! Me estás lastimando y no quiero escuchar nada.—Me importa una mierda, si quieres o no quieres, me golpeo porque intenté
—¿Y si voy de blanco? — Preguntó ella.—Es muy directo.—Tienes razón, mejor voy de negro, conseguiste lo que te pedí, me imagino —Claro princes, esta venganza no sería épica sin eso, ya los veo corriendo a buscar los baños más cercanos.—A eso súmale, otros detallitos, esa boda va a ser memorable, pero por otra cosa, nadie va a poder olvidarla jamás.—Mira que Bastián, se anotó una, eso de desviar la caravana del circo—Mientras doblaba el cuello de un lado a otro, se sentía estresada, con el peso del mundo sobre ella, no era fácil organizar una venganza y seguir siendo la asistente novia falsa de Bastián.—A él se le hace fácil, ya que lleva queriendo hacer esto antes que yo, es un genio, ni imaginas los planes que tiene.—una enorme sonrisa apareció en su rostro, no podía evitarlo, era algo por lo que no tenía control.—Deberías dejar de ser tan obvia—Ahora, ¿Yo qué hice? — Mirándolo con detenimiento. — Antuhant, se posicionó detrás de ella y acaricio sus hombros para quitarle el