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—Nena, contéstame, ¡carajo!

—Tranquilo, Bastián, no vas a conseguir nada gritando como loco, casi estrellas tu teléfono y si intenta comunicarse contigo, ¿cómo harías?, mente fría, hermano, mente fría.

—Tú no entiendes, Santiago — Tomándolo de la solapa de la camisa, Bastian estaba desesperado, la angustia no lo dejaba en paz, habían ido a casa de Ivanna y no la encontraron, todo estaba vacío, solo estaban esperando a la policía, solo soltó a su amigo cuando vio a los detectives acercarse.

UNAS HORAS DESPUÉS

—¡Malditos inútiles! Con preguntas estúpidas y sin sentido.

—Se supone que es su novia y no sabe nada de ella hace días, cómo va a ser normal para usted.

—Es su hermana, tal vez salieron a pasar tiempo juntas

—Tal vez solo quería estar lejos de usted. ¿No se ha puesto a pensar en eso?

—Hijo, mejor anda a la misma dependencia policial a sentar la denuncia.

—Mejor voy a hablar con su padre, me importa un pepino que esté muy enfermo, él debe saber los alcances de esa loca, él tiene
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