¿Entregarlo todo por amor y luego sufrir por ello? Parece un tema bastante trillado, pero en realidad es la más pura de las realidades. Los errores, en su mayoría, salen caros; el karma siempre llega en el momento menos esperado. Un día estás en la cima y al otro, en lo más bajo de las profundidades. Larissa, una joven trabajadora y dedicada, se enamora del heredero de la familia para la que trabaja, Logan Walker. Ambos inician una intensa relación a pesar de la oposición de su familia. Sin embargo, un malentendido con el mejor amigo de Larissa lleva a Logan a alejarse de ella e iniciar una relación con otra mujer. Larissa, devastada, continúa trabajando en la mansión, ocultando un sorpresivo embarazo de Logan. Finalmente, no soporta más verlo con otra mujer y decide escapar y ocultarse de todos. ¿Vale la pena todo lo que se sufre por amor? ¿Abandonarlo todo y dejarlo por nuestra propia paz mental es siempre la decisión correcta? El dolor que causa dejar todo lo que conoces, lo que amaste y lo que viviste por un error que trajo consigo una nueva persona en la vida de tu amado, te destruye poco a poco. Entonces, ¿por qué esperamos el tiempo menos indicado para marcharnos e intentar reconstruir nuestras vidas? Es bien sabido que el pasado siempre nos alcanza. Así esté bien oculto, llega para volver todo patas arriba, para llenarlo de nuevo de dolor, desamor y amargos momentos que se quisieran olvidar. Ella lo sabía, pero no tuvo más opción que volver y encararlo. ¿Él? Después de seis años, se dará cuenta de que el pasado no puede ser borrado tan fácilmente y que la vida siempre da sorpresas que no se pueden ocultar..., convirtiéndose en algo indeleble.
Leer más12 años después...—¡Mamá! —Pego un brinquito al escuchar la voz enojada de Liv. Dejo de revisar unos documentos, me quito los lentes y me concentro en ella. Ya imaginaba de qué se trataba el problema— ¡Papá lo hizo de nuevo!—No hice nada malo, Liv. Solo me acerqué a saludar. —Logan irrumpía también en la sala, acompañado por Lucian, quien se veía bastante divertido con la situación.Supongo que el show había comenzado de regreso a casa.—¿Saludar? —Liv se gira, aún más enojada que antes— Papá, me avergonzaste frente a todos. ¿Cómo les explicaré esto a mis amigos?Vale, ya era momento de intervenir o, si no, me matarían de un dolor de cabeza.—Bien, ya basta. —Los dos guardan silencio y me miran— Liv, ¿qué fue lo que pasó, cariño?—Estaba con mis amigos, esperando a papá cuando de pronto George, un compañero de clase, se acercó a saludar...—Estaba casi encima de ti. —Interrumpe Logan y yo lo miro mal.Liv rueda los ojos y me mira desesperada.—¿Ves, mamá? En fin, solo estábamos habl
Logan—Bien, Larissa, hicimos algunos estudios. Ahora tenemos que esperar los resultados, pero por lo que veo, este es un buen avance para tu recuperación. —El doctor Rodríguez le hablaba a mi esposa con voz cálida y amigable, igual que como lo hacía conmigo— Pronto te pasaremos a una habitación regular y tu esposo podrá quedarse a tu lado todo el tiempo que quiera... Ha estado un poco intenso porque no entendía que la habitación de cuidados intensivos es un área restringida.Al final, me mira con desaprobación y yo solo suspiro. No me arrepentía de ninguna de mis decisiones, pero tampoco podía evitar sentirme un poco culpable, ya que probablemente la joven enfermera que me había ayudado a entrar se metería en problemas. Y es que ninguno de los dos esperaba que Larissa despertara y nos sorprendiera a todos.Aún tenía la bata de protección y el gorro cubriendo mi cabello. No pudimos ocultar nuestra pequeña travesura. Pero al menos me había dejado quedarme mientras revisaban a Larissa y
Logan—Logan, espera. —Camino de un lado a otro sin parar, ignorando todas las voces a mi alrededor que me pedían que me calmara y pensara mejor las cosas. ¿Qué tenía que pensar? ¡No sabía qué pensar! Tenía a mi hija asustada esperándome en una habitación de hospital con mi abuela y a mi hijo recién nacido en una incubadora, incapaz de estar en los brazos de su madre, que se encontraba entre la vida y la muerte en esos momentos. ¿Por qué demonios nos tenía que pasar esto? ¿Qué fue lo tan horrible que hicimos como para que nos castiguen de esa forma? ¿Acaso Larissa me dejará para siempre? ¿Me dejará solo con nuestros hijos? No, no puedo, ni quiero pensarlo. Ella iba a estar bien. Confiaba en su fortaleza.Larissa iba a luchar, lo sé. Ella no me dejará solo.Larissa ya había sido trasladada a su habitación en cuidados intensivos, pero no me habían permitido verla. Era un área restringida, aunque según órdenes del doctor, iban a hacer todo lo posible para que pudiera verla al
LoganEl sonido de la sirena de la ambulancia rebotaba en mis oídos y me impedía escuchar otra cosa. Íbamos camino al hospital. Los paramédicos, afortunadamente, habían llegado muy rápido y de inmediato estabilizaron a Larissa, pero había algo en los rostros de los dos hombres que la atendieron que no me gustaba nada. Se comunicaban a través de un radio en su hombro y decían cosas que no entendía, pero que no sonaban nada bien. Tampoco me dio buena espina cuando la subieron a la ambulancia y la conectaron a una máquina que de inmediato comenzó a sonar insistentemente.La mirada que compartieron ambos antes de hacer varios procedimientos, estaba seguro que me acompañaría por el resto de mi vida. El peor sentimiento que jamás había experimentado. Y lo peor no era eso... Lo peor de todo era que...—¿Papá? —La voz asustada de Liv me saca de mis pensamientos de golpe, haciéndome bajar la mirada y verla con ojos idos, pero tratando de mantenerme fuerte para no asustarla— ¿Mamá está bi
—Dame tu teléfono. —Aquel hombre, creo que se llamaba Lucas, tiende la mano hacia mí y yo aprieto con fuerza el único aparato capaz de atraer a Logan conmigo, pero al final se lo entrego. Era obvio que no podría tenerlo. Haylee aún seguía apuntándome con el revólver, atenta a cada uno de mis movimientos. —Realmente espero que no le hayas avisado a nadie, o si no... ¡Boom! La mocosa se muere. —Niego lentamente con la cabeza. Las manos me temblaban y tenía ganas de vomitar. La castaña hace un gesto de asco— Realmente te ves horrible, no debiste embarazarte de Logan. Bueno, en realidad fue una jugada muy buena, ya que arruinaste perfectamente mi compromiso y mis planes, pero... Se te olvidó que yo soy mucho más inteligente que tú. Era obvio que no te dejaría el camino libre tan fácil.Basta.—Por favor, déjame ver a Liv... —¿Por favor? ¿Ahora sí me pides por favor? —Haylee se ríe sin ninguna gracia y mira rápidamente al hombre que revisaba tranquilamente mi teléfono. ¿Estaba desblo
Mi corazón estaba corriendo a millones de kilómetros por hora, no podía respirar bien y las manos me picaban.¿Qué está pasando? Esto tiene que ser un sueño, ¿cierto? Liv ya venía de regreso a casa... Pero… ¿Quién era la niña de aquella llamada? No puede ser... ¡Liv!—Por favor... —Mi voz se quiebra y tengo que taparme la boca con la mano para evitar echarme a llorar allí mismo. Haylee suelta una risa llena de diversión, parecía disfrutar toda la situación. —Bien... Ahora que tengo tu completa atención, vamos a lo más importante. —Vuelve a reírse— Vamos a jugar con mis reglas, tu última oportunidad para salvarte y, por supuesto... para salvar a la pequeña bastarda que está aquí a mi lado. —Mi alma cae en picada cuando escucho pequeños sollozos al fondo— Creo que le apreté un poco fuerte las sogas en sus muñecas... Supongo que dependerá de ti cuánto tiempo las tendrá puestas, Larissa.—¿Qué es lo que quieres? —Primero que nada, ¿estás sola en casa? —No... Estoy con Linda y lo
Semana 36...—¡Mami, mira lo que me regaló papá! —Levanto la vista de mi libro para prestarle atención a la bola de sol que iluminaba mi vida. Liv corre hacia mí usando un hermoso disfraz de princesa, probablemente para que lo usara en Halloween, que se celebraría en dos semanas. Casi al mismo tiempo que el nacimiento de mi bebé, o eso esperamos.Sonrío cuando se detiene justo frente a mí y da una tierna vuelta para que pudiera verla bien. —Te ves hermosa, cariño. Luces como lo que eres, una hermosa princesa. —Ella se ríe y asiente— Nuestra princesa. —Gracias, mami. —Se acerca para abrazarme, aunque prácticamente abrazaba mi enorme barriga de embarazada, quedándose allí un rato esperando que su hermanito o hermanita hiciera algún movimiento dentro de mí. Estaba obsesionada con ello. Yo... Bueno, solo quería que esto acabara ya. No aguantaba mis pies, apenas podía dormir por la noche ya que al bebé se le ocurría la magnífica idea de patearme justo a esas horas, por lo que mis no
—¿Se van a casar? —Logan arquea una ceja divertido y a la vez confundido por lo que le acababa de decir— Pero si ellos... —Shh... Baja la voz. —Señalo a las gimnastas y a sus entrenadores en plena práctica— No quiero que nos riñan por estar distrayendo a los demás. —Bien, bien, pero... ¿Cómo diablos esos dos decidieron casarse si unas semanas atrás juraban que no habían nacido para casarse?Yo tampoco lo sé.Me encojo de hombros, igual de sorprendida que él. La verdad, esto era lo último que esperaba de ambos, pero mientras fueran felices con sus decisiones, yo también lo sería. Además, mi sueño siempre había sido ver a mi mejor amigo casado y formando una hermosa familia, y quién mejor que Aria para ello.Estaba feliz por ambos.—La verdad, no lo sé. Cuando se trata de Evan, todo es posible. —Me acerco a mi esposo cuando pasa su brazo por encima de mi hombro— Lo que sí me sorprende es que Aria haya aceptado casarse. Ella era la que más me aseguraba que el matrimonio no era algo e
Semana 27...—Mami, algo se está moviendo. ¿Tienes hambre? —Río divertida por la inocente pregunta de mi pequeña. Acaricio sus mejillas con cariño y la acerco a mis brazos para tenerla más cerca. —No, cariño. Ese es tu hermanito o hermanita. —Le explico y ella me mira con curiosidad— Cada vez que hablas, se mueve; le gusta mucho tu voz. Con ella y con Logan se volvía loco.La mirada de Liv se ilumina como si fuera Navidad. Había descubierto algo nuevo. —¿De verdad? —Asiento y observo cómo comenzaba a descender por mi vientre abultado. Sus pequeñas manitas hacían contacto con mi estómago y de inmediato se sentía un leve movimiento dentro— ¡Se está moviendo de nuevo, mami! Oh, créeme que lo sé, Liv.—Te lo dije. Al bebé le gusta escucharte hablar, cariño. —¿Aún no se sabe si será un hermanito o hermanita? —Pregunta, haciendo uso de sus enormes ojos de venado. Sin importar cuántas veces se lo explicáramos, ella siempre preguntaba lo mismo. —Cariño, papá y yo te hemos dicho mu