5 meses después...
Evan: ¿Cómo te sientes? Intentaré visitarte el mes que viene, que estoy de descanso. Anhelo ver cómo está creciendo esa barriguita.
Visto.
Larissa: Estoy bien, ya sabes. ¿Has visto a Yinah? La extraño...
Visto.
Evan: Sabes que si me acerco a ese lugar me matan, pero... obtuve algo de información y déjame decirte que... ¡SE VA A CASAR!
Visto.
Larissa: ¿Qué? ¿Acaso estás bromeando conmigo?
Visto.
Evan: No, Larissa... Aún no lo han hecho público, pero sé por muy buena fuente (Wendy) que está comprometida con Thomas Price. Ella me dijo que Yinah está muy feliz estos días. Realmente la pasó mal cuando te fuiste y solo le dejaste una carta de despedida. Vino a buscarte a mi casa varias veces pensando que estabas aquí, incluso me mandó a vigilar. Estaba mal, pero supongo que Thomas la ayudó mucho.
Visto.
Larissa: Sí, me imagino. Gracias por mantener el secreto. Sé que no es fácil. Pero mira el lado positivo, al final todo está mucho mejor.
Visto.
Evan: Pero tú estás sola.
Visto.
Larissa: Evan, no estoy sola. Tengo a mi bebé... y te tengo a ti. No quiero nada más. Ahora me voy, tengo cita con mi doctora.
Visto.
Evan: Larissa, aún no es tarde. Puedes volver.
Larissa, no me dejes en visto...
Larissa...
...
Visto.
[...]
Seis años después...
—¡Mami! —Mi pequeña de cabello negro y liso corre hacia mí con una diminuta sonrisa en el rostro—. Vámonos, quiero ir a casa.
Liv comienza a jalarme del brazo intentando llevarme al auto, pero yo la detengo y me pongo a su altura.
Ella no es así.
—Espera... ¿Qué pasa, pequeña?
—Quiero ir a casa.
—¿Por qué?
—Mami, casa.
Me desconcierta la actitud de mi hija, pero simplemente asiento y me pongo de pie para ir de vuelta al auto, cuando de pronto escucho la voz de una mujer llamándome.
—Profesora Scott, ¿cómo está? —Le sonrío y estrecho su mano.
—Muy bien, gracias por preguntar. ¿Tiene unos minutos para mí? Me gustaría hablar con usted... de Olivia.
Frunzo el ceño, pero asiento y sigo a la maestra de ballet de mi hija. Sin embargo, cuando me giro para ver a Liv, me doy cuenta de que camina demasiado lento y con la cabeza gacha. Algo pasó con mi hija... Espero que no sea nada malo.
Cuando llegamos al salón de baile, mi pequeña pelinegra va directo a una esquina y saca su tablet, donde se aleja de todo a su alrededor.
—Disculpe que la moleste, pero es que Olivia últimamente no está rindiendo en las clases. Se la ve decaída, como si no quisiera estar aquí. —Comienza a explicar la profesora y yo frunzo el ceño, confundida—. Intenté hablar con ella, pero siempre evade el tema... Hoy incluso se desmayó, nos preocupamos, pero Olivia nos aseguró que estaba bien. Es por eso que acudo a usted... ¿Existe algún problema con ella en casa?
Esa pregunta casi me ofende, pero sé que esta señora solo está haciendo su trabajo. Sin embargo, no puedo evitar entrar en pánico al escuchar que mi pequeña hija se desmayó y que nadie me avisó. ¿Qué clase de colegio es este?
—No, y realmente me sorprende lo que me está diciendo. Liv no es para nada retraída en casa. Se la pasa todo el día bailando, cantando y riéndose. —Explico, bastante confundida—. Me preocupa mucho lo que me ha dicho y el hecho de que se haya desmayado. Debo llevarla al médico de inmediato.
—Sí, tiene razón. También podría preguntarle sobre lo que le pasa. Quizás si usted le pregunta, obtengamos alguna respuesta. Es que su rendimiento ha bajado mucho; pasó de ser una de mis bailarinas más carismáticas a una completamente descuidada.
Asiento y le prometo que hablaré con mi hija. Le agradezco y me despido de la profesora para luego salir con Liv de la escuela. El silencio reina en el auto mientras vamos rumbo al hospital y le explico la situación a su pediatra. Este le hace una serie de análisis y pruebas que son para descartar cualquier cosa y, finalmente, volvemos a casa, con la promesa de regresar pronto a buscar los resultados de los exámenes. En cuanto llegamos al departamento, mi hija se va directo a su cuarto, en completo silencio.
Las alarmas dentro de mí se disparan. ¿Qué está mal con mi pequeña?
[...]
—Princesa, entiende que si no me dices nada, no te puedo ayudar. —Intento una vez más mientras peino su oscuro cabello—. ¿Ya no quieres seguir bailando?
—¡No! Mami, sí quiero... Es que... —Liv se queda callada, mirando las sábanas rosas.
—Olivia, hermosa... Dime, yo te puedo ayudar. ¿Qué pasa?
Giro a mi hija para poder verla mejor y noto que sus pequeños ojitos están rojos. Soy testigo de cómo diminutas lágrimas bajan por sus mejillas y se pierden en el borde de su cara.
—Mami... Ellas me molestan.
—¿Ellas?
—Sí. —Dice con la voz quebrada—. Dicen que no soy buena... porque... porque no tengo papá.
Al escuchar esas palabras, se me rompe el corazón.
—¿Quién dice eso, pequeña?
—Las otras niñas de la clase... Anelisse, Ana y Lia. —Vuelve a decir con la voz quebrada—. A ellas sus papás las van a buscar cuando terminan de bailar, las llevan a comer helado, se ríen con ellas... Mami, ¿por qué yo no tengo papá?
—Liv... Tú... Tú sí tienes papá. —Le digo intentando reponerme.
No me esperaba algo así.
—¿Y por qué no está aquí?
Me quedo en silencio un momento y miro a mi princesa.
Jamás pensé que esta conversación llegaría tan pronto. Mi pequeña solo tiene cinco años, no debería estar preocupándose por eso, pero... para mi mala suerte, mi secreto ya le estaba afectando. ¿Debería decirle la verdad? ¿Qué ganaría con esto? ¿Y si quiere verlo?
No puedo hacerlo, no ahora. Así que simplemente le sonrío y le digo que esta noche comeremos pizza y helado. Eso basta para que se le olvide el tema y sonría un poco.
Solo así soy capaz de ver a la pequeña y risueña de siempre, la que siempre me hace reír. Mi preciosa hija.
Mi pequeña Liv.
—¿Y después de eso no tuviste ningún contacto con él, Larissa? —me pregunta Mackenna, una de las gerentes del hotel donde trabajo. Ella era de las pocas personas a las que le tenía confianza.Había pasado una semana desde aquella pregunta de Liv y, a pesar de que me gustaría decir que las cosas fueron mejorando poco a poco, me temo que no. Ahora mi hija estaba igual de deprimida que en sus clases de baile. A pesar de que se tuvo una reunión con sus compañeras de clase y sus padres, ellas habían seguido molestando a mi pequeña por el tema de su padre. Algo estúpido, pero los niños a veces podían ser muy crueles. Incluso pensé en cambiar a mi hija de escuela, pero considerando la ciudad tan pequeña donde vivimos, el lugar donde está ahora es el mejor en cuanto a educación. Me sentía en una encrucijada.La profesora de baile me recomendó llevar a Liv con un psicólogo infantil y, con un poco de dudas, la llevé. Tuve que contarle muchas cosas vergonzosas a una desconocida, quien me dio alg
¿Cómo demonios le digo a Logan Walker que tenemos una hija después de seis años de no habernos visto?Faltaban dos semanas para que mi hija terminara sus clases y entrara en período de vacaciones, pero sus clases de baile sí las tuve que suspender. No podía seguir permitiendo que sus compañeras la siguieran molestando. Su maestra me entendió y nos deseó lo mejor.Liv se había estado sintiendo un poco mejor y eso ocurrió cuando le dije que visitaríamos a su tía Yinah en la capital. Ella, por obvias razones, no la conocía en persona, pero yo me había encargado de contarle todo sobre su ella. Eso la había animado casi de inmediato, además de que mi pequeña jamás había salido del pequeño pueblo donde vivíamos. Estábamos por vivir una nueva aventura.Un día antes del viaje, fuimos una vez más con su pediatra y confirmamos que su estado de salud se encontraba en perfectas condiciones. Con un gran peso menos encima, tomé todo el valor que poseía y empaqué nuestra vida en unas maletas, llena
El silencio reina entre las dos cuando nos sentamos en la enorme y lujosa sala. Liv está acariciando a Odie, el perro, quien se ha dormido en sus pequeñas piernas, y Yinah simplemente no sabe a quién mirar, si a mi hija o a mí.—Supe que te casaste, felicidades —le digo, intentando romper el hielo. No me gustaba esta tensión entre nosotras.—Sí, hace cuatro años —responde sin más y luego vuelve a reinar el silencio.No me gustaba para nada esta situación. Yinah está muy distante, actuando como si no me conociera. Siento su frialdad hacia mí y eso me duele, pero sabía que me merecía esto y mucho más.—Yinah, yo... quiero disculparme por lo que pasó entre nosotras —decido aprovechar el momento y disculparme, pero ella simplemente me mira sin ninguna expresión en su rostro, como si no le importara en absoluto mis palabras—. No quise irme sin despedirme de ti, pero es que ya no podía seguir quedándome un segundo más en ese lugar.—¿Y por eso me dejaste una carta diciendo "me voy, espero q
¿De verdad vale la pena todo esto? ¿Por qué no le dije a mi hija que su papá había muerto y ya? Sin duda, mi vida habría sido más fácil, pero al verla hoy abrazando a su papá, simplemente no pude pensar en otra cosa que no fuera decir la verdad. Tengo que decírselo, pero no aquí, no con esa mujer a su lado.[...] Cuando Liv se separa de los brazos de Logan, ella le sonríe a esos ojos perdidos en la deriva. Él simplemente no reacciona, solo la observa como si fuera alguna clase de tesoro perdido. Sin conocerla, la miraba con adoración.—¿Ella es tu hija? —me pregunta Haylee, pero sin mostrar ningún interés realmente, así que solo le asiento—Oh, ¿te casaste?—No, no me he casado.—¿Entonces el padre de la niña y tú están viviendo juntos sin estar casados?—No, no vivo con el padre de mi hija. Solo somos Liv y yo.En cuanto digo esas palabras, Logan me mira fijamente. Es muy extraño para él que aparezca seis años después con una niña de cabello negro y ojos oscuros afirmando que es mi h
Nunca, en mis cortos veintiséis años, imaginé que mi vida se convertiría en una película dramática al estilo francés. Nunca pensé que terminaría sola, viviendo con mi hija y luego diciéndole al amor de mi vida que es padre y que ha pasado seis años sin conocerla. La mirada que me dirige Logan Walker estaba llena de confusión, dolor y rabia. Me imaginaba todo lo que debía estar pasando por su mente, y eso que ni siquiera le había confirmado la verdad.—Dime, respóndeme la pregunta —vuelve a hablar cuando yo no respondo—. ¿Yo soy el papá? ¡Respóndeme!Justo cuando estoy por abrir la boca, la puerta del estudio de Thomas se abre, dejándonos ver a una Haylee bastante confundida al encontrarnos juntos.—Amor, te estuve buscando. ¿Qué haces aquí con ella? —le pregunta a su novio, y luego vuelve a mirarme, pero esta vez con una expresión fría e indiferente.—¿Y bien? ¿Vas a responderme?Sé que debería decirle que sí e irme de este lugar, pero no puedo... Esto es algo entre Logan y yo. No que
—Realmente eres una idiota —comenta mi mejor amigo con media sonrisa en el rostro, mientras bebe un trago de bourbon, su bebida favorita. Estamos en mi departamento temporal y Liv en su habitación viendo una película—. Debiste decírselo de una vez. ¿Para qué alargar esto?—Evan, no se lo iba a decir con Haylee ahí. Iba a ser súper incómodo y no pretendía regalarle la satisfacción de verme humillada frente a esa mujer. Eso jamás. Y no es cualquier noticia lo que le voy a dar; esto cambiará su vida para siempre.Cuando Evan me recogió un poco más allá de la casa de Yinah, me di cuenta de que Logan me estaba buscando y que también vio cuando me subí a un auto. Lo que no tengo claro es si pudo ver a Logan dentro de él; esperaba que no. Ya era de noche y él todavía no me había escrito, y la situación me tenía muy nerviosa.—Bueno, al menos no te gritó ni te insultó… todavía —sonríe una vez más mi amigo—. Además, veamos el lado positivo: pudiste hablar con Yinah después de tanto tiempo. Eso
Tres días habían pasado y Logan todavía no se había comunicado conmigo. Sabía que se tardaría, pero jamás imaginé que tanto. Así que… esta era la respuesta que buscaba. Supongo que no le interesaba formar parte de la vida de Liv, y es entendible… después de tantos años. Me doy cuenta de que su intención es mantenerme completamente lejos de su vida. Y repito, está en todo su derecho de tomar esa decisión. No lo juzgo. Después de seis años, Logan Walker finalmente era un hombre exitoso, adinerado y se le veía feliz con su nueva vida, al lado de su novia. Había heredado el puesto para el que fue preparado durante años y era el orgullo de su familia. Un hombre intachable ante el mundo y su círculo privado. ¿Qué derecho tenía yo de arruinar su nueva vida con una noticia como esta? ¿Debería aceptar la propuesta de Evan y mentirles a todos? No, no puedo hacer eso. Decir que Evan es el padre de Liv sería mentirle a todo el mundo, inclusive a ella. Ya había cometido muchos errores en mi
Nunca, en estos seis años, imaginé que regresaría a esta ciudad, ni mucho menos que el empresario Logan Walker se estaría refiriendo a Liv como su hija. Me juré a mí misma jamás decirle la verdad. Quería ser la única en la vida de mi hija y olvidarme de él para siempre, comenzar una nueva vida, pero… en mi acto egoísta me olvidé por completo de mi pequeña.El error más grande de mi vida.Jamás imaginé que Liv sufriría tanto al no saber nada sobre su padre. Que los niños la molestaran y afectaran su rendimiento y estado de ánimo fue la gota que derramó el vaso, así que, tragándome mi orgullo, decidí regresar y enfrentar mi pasado.Un pasado que debí enfrentar en su momento y no huir como una cobarde… Sigo siendo una cobarde.Debo entender que ya no soy una niña, no puedo pensar solo en mí. Tengo a una pequeña que necesita de mí y haré todo lo posible para hacerla feliz.Ya no puedo ser la misma mujer inmadura de siempre.Es por eso que, a las cuatro y treinta y nueve minutos de la madr