Capítulo 4 — Hola, me llamo Olivia.

El silencio reina entre las dos cuando nos sentamos en la enorme y lujosa sala. Liv está acariciando a Odie, el perro, quien se ha dormido en sus pequeñas piernas, y Yinah simplemente no sabe a quién mirar, si a mi hija o a mí.

—Supe que te casaste, felicidades —le digo, intentando romper el hielo. No me gustaba esta tensión entre nosotras.

—Sí, hace cuatro años —responde sin más y luego vuelve a reinar el silencio.

No me gustaba para nada esta situación. Yinah está muy distante, actuando como si no me conociera. Siento su frialdad hacia mí y eso me duele, pero sabía que me merecía esto y mucho más.

—Yinah, yo... quiero disculparme por lo que pasó entre nosotras —decido aprovechar el momento y disculparme, pero ella simplemente me mira sin ninguna expresión en su rostro, como si no le importara en absoluto mis palabras—. No quise irme sin despedirme de ti, pero es que ya no podía seguir quedándome un segundo más en ese lugar.

—¿Y por eso me dejaste una carta diciendo "me voy, espero que seas muy feliz"? —escupe con acidez y yo bajo la mirada—. Larissa, ¿sabes lo mal que la pasé? Incluso me culpé muchas veces por tu partida, pero mírate, parece que te fue muy bien. Tienes una hija, ¿encontraste a alguien?

Aquí vamos…

—No, no he encontrado a nadie.

—¿Entonces cómo es posible que tengas una hija? —pregunta confundida—. ¿Acaso tú la... ya sabes?

—No, ella es mi hija biológica —respondo en voz baja. Liv se ha alejado un poco de nosotras mientras juega feliz con Odie, quien había despertado de su siesta—. Ella nació de mí, hace seis años.

En ese momento su ceño se frunce aún más.

—¿Seis años? —pregunta ella y yo asiento—. Si fue hace seis años, eso quiere decir que... ¿es hija de Evan o... de Logan?

No digo nada, solo la miro en silencio y ella se levanta del sofá, aturdida por la información.

—No puede ser posible, Larissa. ¿Quién es el papá?

—Yinah... Te juro que en ese momento no sabía qué más hacer —explico—. Estaba muy mal, todos los acontecimientos me hicieron explotar cuando me enteré de la existencia de Liv.

—Dios mío... Es por eso que te fuiste, esta es la verdadera razón —confirma ella y yo asiento—. ¿Su papá es Evan? Espera..., no puede ser él. Jamás se lo habrías ocultado, no puedes ocultarle nada a Evan Park. Así que... ¿Liv es hija de Logan?

La mirada llena de sorpresa que me regala Yinah no tiene precio; ella realmente no puede creer lo que me acaba de preguntar.

—Sí, Liv es hija de Logan Walker —le confirmo con voz firme.

—¿Qué? —una tercera voz se une a la nuestra y Yinah y yo volteamos a verlo fijamente—. ¿De qué están hablando?

Me levanto del sofá y llamo a Liv para que venga a mi lado. Aquel hombre mira a Yinah con confusión para luego verme a mí y a mi pequeña como si fuéramos extraterrestres.

Lo sé, sabía que esto podía pasar y aún así decidí arriesgarme.

[...]

Hace seis años me enamoré de un chico que me hizo muy feliz y que me dio el regalo más hermoso de mi vida. ¿Alguien me puede explicar cómo voy a destrozar, de nuevo, el corazón de ese hombre que solo intenta ser feliz? Se supone que cuando se cierra una puerta, Dios abre una ventana, pero... mi ventana está completamente sellada y con vidrios antibalas. Lo menos que quiero es lastimar a Logan, no otra vez.

[...]

Thomas nos mira esperando una explicación, pero ninguna es capaz de dársela. Ahora estamos sentadas en el enorme sofá y él en un sillón frente a nosotras. Es tanta la incomodidad que Liv es la única que se anima a hablar:

—Hola, yo soy Liv —se presenta con una pequeña sonrisa—. ¿Cómo te llamas?

Él la mira, pero ella es tan tierna que le es imposible no sonreír y responderle:

—Mucho gusto, Liv —le responde él con una sonrisa—. Mi nombre es Thomas y soy el esposo de Yinah.

Ella abre la boca sorprendida y exclama con emoción:

—¿Entonces también eres mi tío? ¡Mami, tengo otro tío, no solo al tío Evan! —se gira a verme con una enorme sonrisa en su rostro.

—Liv, ¿por qué no vas al jardín a jugar con Odie? —le propone Yinah con una sonrisa y mi hija me mira esperando por un permiso que obviamente concedo—. Mira, ve por esa puerta y encontrarás nuestro jardín. Allí hay muchos juguetes para que juegues con Odie.

—Ve con cuidado —le recuerdo y mi pequeña desaparece de nuestra vista en cuestión de segundos con Odie en sus brazos.

Hablar de este tema con Liv cerca no era correcto. Los errores que cometí en el pasado, mi hija no tenía por qué saberlos y menos a esta edad.

—Espera, déjame ver si entendí. ¿Ella es tu hija y de mi amigo? —pregunta Thomas impresionado y yo solo soy capaz de asentir—. ¡¿Y por qué no le dijiste nada?! ¿Sabes lo importante que era esta información para él?

—Lo sé, sé que era algo importante, pero no quería hacerlo.

No tengo otra excusa... No quiero sonar como la niña caprichosa que era hace seis años.

—Larissa, él es su padre. Tenía derecho a saberlo, a conocerla —dice Yinah y yo me pongo en alerta.

—No. Logan renunció a Olivia el día que terminamos, punto —exclamo enojada.

—Él no sabía que existía —habla Thomas como si no se creyera lo que estoy diciendo—. ¿Cómo pensabas que se iba a enterar? No le dijiste nada, simplemente te fuiste.

Me levanto del sofá molesta, pero Yinah toma mi mano suavemente y con una mirada tranquila hace que me siente de nuevo. Tengo que calmarme.

—Escuchen, no me arrepiento de lo que hice. Yo sé por qué me fui sin decir nada y créanme que esto hubiera seguido así si a mi pequeña no la estuvieran molestando en su escuela por no tener un papá —les digo y sin previo aviso se me quiebra la voz—. Esto no se trata de mí o de Logan, se trata de una pequeña niña que está siendo afectada por algo que yo comencé. Mi conciencia me dice que Liv necesita saber quién es su padre e interactuar con él al menos una vez, y esa es la razón por la que volví... Vine a hacer lo correcto por el bienestar de mi pequeña.

No pienso quedarme; en cuanto Liv se sienta mejor, volveremos a nuestro hogar y quedará en manos de Logan si quiere formar parte de la vida de su hija o no. Yo no pienso obligarlo a nada, solo quiero que tenga un encuentro con mi hija y ya. Sé muy bien que las cosas no serán tan fáciles. Sé que en cuanto Liv conozca a Logan querrá pasar más tiempo con él, pero apenas sepa quién es su padre tendré que explicarle ciertas cosas si es que Logan decide no pasar tiempo con ella.

—¿Entonces solo quieres localizar a mi amigo? —pregunta Thomas después de un momento.

—Así es. Quiero hablar con él y decirle toda la verdad —explico—. Sé que no será fácil e incluso puede que dude de su paternidad, pero por mi hija soy capaz de humillarme y eso es lo que voy a hacer.

—Señores, tienen visita —la ama de llaves interrumpe nuestra conversación y pronto escuchamos pasos acercarse a nosotros.

Apenas lo veo llegar, me quedo muda. Está igual que antes, quizás un poco más musculoso, pero sin duda aún mantenía esa esencia que tanto me gustaba. No venía solo; de su brazo colgaba aquella mujer por la cual decidí no decirle nada, Haylee. Yinah y Thomas se levantan y miran a Logan con los ojos bien abiertos. Él no entiende el porqué de sus miradas, pero en cuanto me visualiza, frena en seco, haciendo que su compañera tropiece un poco.

Sí, yo tampoco lo esperaba.

—Logan, no sabía que ibas a venir —habla el esposo de Yinah.

—Es que estábamos cerca y quisimos saludarlos —le responde la hermosa mujer, ya que Logan se había quedado sin palabras. Él simplemente se me queda mirando, imagino que confirmando si no soy alguna clase de alucinación. Yo estaba igual; después de seis años era extraño ver al chico al que le entregué todo de mí, al que amé y lastimé en la misma medida... o incluso más. Haylee tampoco deja de mirarme en cuanto se da cuenta de mi presencia. Ella ya me conocía, sabía quién era y quién fui en la vida de Logan, por lo que su mirada simplemente reflejaba indiferencia.

—Vaya... Realmente no esperaba encontrarte aquí, no después de tantos años —dice él en voz baja y yo solo asiento—. Hola, Larissa.

Escucharlo decir mi nombre me hizo recordar miles de cosas por las que pasamos este chico y yo. Quizás si no me hubiera equivocado, hoy seríamos una hermosa familia. Liv habría conocido y convivido con su papá, pero yo le arrebaté eso y ahora ella estaba sufriendo por mi culpa.

Eso era algo que no me perdonaría jamás.

—Hola, Logan —respondo sin decir nada más.

—Después de tanto tiempo... ¿Qué haces aquí? —pregunta y yo abro la boca, en un intento de decirle que necesito hablar urgentemente con él—. ¿Yinah te invitó?

—Sí, yo la invité... —me interrumpe la mencionada y yo volteo a verla con el ceño fruncido—. Es que logramos contactarnos de nuevo y... quise invitarla al bautizo de Bella.

¿Bella? ¿Quién es...? Ah, su bebé.

Logan me mira y yo simplemente sonrío. No sabía qué más decirle y mucho menos cuando Haylee se estaba pegando a su brazo cada vez más y más, cual chicle en el zapato.

—Mmm, qué bien —sonríe él, algo incómodo—. Bueno, bienvenida de nuevo.

—Gracias.

Eso fue incómodo...

—Mami, mami... Mira qué flor tan bonita.

Cuando la voz de Liv resuena en la habitación, todos nos centramos en ella. Mi pequeña, sin saber nada, corre hacia mí con una enorme sonrisa en su rostro donde apenas se ven sus pequeños hoyuelos, esos que heredó de su papá. Al llegar a mi lado, me da la hermosa flor rosa que seguramente arrancó de los jardines de Yinah. Ni siquiera puedo enojarme con ella, así que me pongo a su altura y se la acepto antes de darle un beso y un pequeño abrazo.

—Gracias, princesa.

—Mami, ¿quiénes son ellos? —Liv apunta a Haylee y a su padre mientras los mira con curiosidad.

Cuando me levanto y miro fijamente al padre de mi hija, puedo notar cómo este la mira con confusión, pero con un extraño brillo en sus ojos.

—Ella es Haylee y él es... es... —ni siquiera puedo terminar de hablar. Parezco una tonta, pero para mi sorpresa, Logan se pone a su altura y le sonríe con ternura.

—Mi nombre es Logan y soy... un viejo amigo de tu mamá.

Mi pequeña se ríe tiernamente y extiende su pequeña mano hacia él en forma de saludo.

—Hola, me llamo Olivia, mucho gusto.

Oh, por primera vez Liv se refirió a sí misma con nombre completo. Casi nunca lo hacía.

—¿Olivia? —pregunta él y mi pequeña asiente. Logan me mira, pero yo le desvío la mirada, así que no le queda de otra que volver a ver a la niña—. Es muy bonito tu nombre, así como tú.

Ella le agradece y sin darle tiempo a nada, se abalanza contra el cuerpo de su padre, dejándonos a casi todos sin aliento. A Logan por la sorpresa y a Yinah, Thomas y a mí por lo extraño que es que dos personas, que apenas acababan de enterarse de la existencia del otro, pudieran tener una conexión tan fuerte.

Padre e hija se habían encontrado después de tantos años.

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