Nunca conoces a quien tienes al lado

Nunca conoces a quien tienes al ladoES

Romance
Solange Cardot  Recién actualizado
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Resumen
Índice

—No logro sacarte de mi mente... Era ya de noche, y él me besaba con hambre y ganas. Él era mi esposo, pero por error y de mentiras. Una vez, yo estando toda borracha, una cosa llevó a la otra y me lo terminé follando, pero lo que nunca pensé era que el asunto pues se me saliera de las manos. Entonces yo, una señorita de la alta alcurnia, no tuve más remedio que permitir que dicho arruinado se casara conmigo y se convirtiera en mi esposo. Debido a la mucha insatisfacción que yo sentía y a mi nulo deseo de estar con él, me encargue de hacerle la vida de cuadritos, entonces lo humillé, abusé de él, le di cachetadas, puños y patadas, y me aguantó cuanto regaño o insulto se me saliera, pero él en cambio pacientemente nunca se enojó, y siempre mantuvo hacia mí una actitud dócil y gentil Pero algo en mi corazón fue cambiando con el tiempo, y justo cuando poco a poco me fui enamorando de él, me pidió el divorcio. Al parecer ese joven gentil y lleno de virtudes del pasado de repente se convertía en un hombre calculador a quien yo quizás no conocía. Mas, sin embargo, y por las vueltas que da la vida, mi familia pasó de la abundancia a la escasez, pero a él eso no le importó y estuvo allí para socorrerme, el marido virtuoso aquí alguna vez pisé y traté como mierda, se convirtió en mi único apoyo.

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30 chapters
Capítulo 1
Mateo Bernard me cogió por casi media semana. Por supuesto, yo también me lo cogí a él. Lo hubiera hecho a gusto, de no ser por el hecho de que él se aprovechó de mi estado. Él era tan solo un pobretón a quien yo no solo no dejaba que me pusiera ni un dedo encima, sino que también lo menospreciaba y pisoteaba.Ahora, irónicamente yo soy quien ha caído en la pobreza y la desgracia, y él, en cambio, ha prosperado. Pero, como si quisiera vengarse por toda su frustración, ahora de verdad me hacía el amor, y me lo hacía con mucha hambre de mi………Mi ahora esposo por error que vino a vivir a mi casa.¿Y por qué esposo por error? Porque, al principio, su hermano era quien me gustaba e incluso salía con él. Pero, en una reunión de fraternidad, terminé teniendo sexo con el hermano equivocado en medio de mi borrachera. Y todo el mundo se enteró.Al final, mi padre no tuvo más remedio que pedirme que me case con él, para no deshonrar a la familia. Así, él se convirtió en su yerno y acabó vivi
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Capítulo 2
Al no tener nada más que hacer y de los nervios tan terribles que sentía, me puse como una niña de preescolar a jugar con mis dedos, mientras yo explicaba el motivo de mi visita.Me vio directo a los ojos, como cuestionándome esto me puse mucho más nerviosa. Pero luego, sonrió y me preguntó:—¿Y por qué crees que debería ayudarte?Sabía que pedirle el favor sería en vano, así que, nerviosa, sonreí tontamente y le respondí:—Entonces, supongo que mejor olvida que vine.Claro, después de cómo lo tratamos en el pasado, era un milagro que no buscara venganza contra toda mi familia. ¿Cómo iba siquiera a considerar ayudarnos?¿En serio porque había venido a suplicarle? Cuanto más lo pensaba, más se me arrugaba la cara de la mucha vergüenza, era bien ilusa yo.Di media vuelta para irme, pero él me detuvo.—No te vayas aún—empezó—, ¿habla a ver qué estás dispuesta a ofrecerme para que te ayude? Si vale la pena, no me importaría echarles una mano.Me quedé paralizada. Pensé y pensé, pero
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Capítulo 3
—¡Mira nada más y donde me la vengo a encontrar! ¿Esa de allí no es la señorita Aurora, la dulce esposa del señor Bernard? ¿También por estos lares de fiesta? Ups, espera quizás me equivoco... ¿De fiesta y con uniforme del antro? —Su burla llenó el aire y fue seguida de un corridillo de rumores.Apreté con fuerza el carrito de bebidas. Inhalé profundo. De nada servía esconderme; ya me habían visto. Y ahora estaban decididos a humillarme, no tenía cómo escapar. Lo mejor para mí en ese momento era enfrentar la situación con la cabeza en alto, sin dejarme menospreciar. Quizá, con algo de suerte, hasta lograría sacarles una propina, jajaja.Por más vergonzante o no que fuera trabajar en un antro de noche, pero las deudas nos asfixiaban; cada día los cobradores golpeaban la puerta más fuerte. Mi padre no paraba de repetir que ya no quería vivir, mi madre lloraba sin descanso y mi hermano ahora trabajaba todo el día de mensajero. ¿Para qué seguir insistiendo en mantener un orgullo inútil y
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Capítulo 4
No supe qué decir, solo pude responder con una mueca, aunque en realidad quería decirle: —¿Estás loco o qué?.A pesar de todo, me di cuenta que él no era aquel hombre humilde que todos despreciaban; ahora tenía poder y dinero. Así que me tragué el impulso de insultarlo y forcé una sonrisa:—Señor Bernard, deje las bromas para otro momento. Tengo que seguir trabajando. Adiós.—¿Por qué Daniel sí puede y yo no? —preguntó de repente, con una frialdad que me dejó paralizada.Me molesté.—¿Qué es lo que Daniel puede hacer que tú no? ¿De qué habla?—Hace un momento —respondió con calma. — Dijiste que, si Daniel ponía un millón, pasarías una noche con él. Yo puedo darte cien mil, pero no aceptas pasar una noche conmigo. ¿Por qué?Blanqueé los ojos.Lo que había dicho antes no era en serio, Daniel es avaro y esa cantidad para él es imposible. Solo lo había dicho para provocarlo, pero Mateo lo había tomado en serio.Dio un paso hacia mí, con un cigarrillo entre los dedos. Sopló un anill
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Capítulo 5
Me puse bastante nerviosa al verlo salir del baño, cubierto únicamente con una toalla atada a la cintura.Su físico era impresionante: hombros anchos, cintura pequeña, todo en perfecto equilibrio. Su piel no era oscura, pero tampoco se veía pálido como un enfermo. Brillaba con una vitalidad que resaltaba su fuerza.Nunca antes había permitido que se mostrara así frente a mí, y aquella vez en la reunión de exalumnos estaba tan borracha que no recordaba nada. Jamás me di cuenta de que tenía un cuerpo tan bien trabajado.Cuando me di cuenta que estaba mirándolo, y casi babeando por él, desvié incómoda la mirada rápidamente.Mateo se acercó, y con él, un rastro de calor envolvió el ambiente. Retrocedí un poco, insegura, y balbuceé:—Tienes… ¿Tienes hambre? Si quieres, yo... yo te preparo algo.Él se rio en voz baja, con un toque de burla.—¿Cocinar? ¿Tú? ¿Sabes siquiera servir un vaso de agua?Me dejó sin respuesta.Para él, yo no era más que una inútil niña rica, y la verdad no est
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Capítulo 6
Mateo tiró la colilla de su cigarro al piso, y lo apagó de un pisotón. Y yo me quedé atrapada en sus sensuales y hambrientos besos. En medio de la confusión, mi ropa desapareció, y él me tendió sobre la cama suave y esponjosa...Cuando sentí ese dolor intenso dentro de mí, espabilé, y una pregunta cruzó mi mente como una estrella fugaz.¿Qué estaba pasando?¿No se supone que ya habíamos hecho esto en aquella reunión? ¿Por qué... otra vez?No tuve tiempo de seguir pensando; mi mente comenzó a apagarse...No sé cuánto tiempo pasó, solo recuerdo sentir que él parecía no cansarse nunca. Cuando abrí los ojos otra vez, ya era mediodía del día siguiente.Desde el baño, el sonido del agua se infiltraba en la habitación.Me senté con dificultad, con el cuerpo aún adolorido, y de repente noté algo en las sábanas: una mancha de sangre.—¿Pero...?¿Cómo era posible? ¿Acaso seguía siendo virgen? ¿Por qué había tanta sangre?Mi mente comenzó a considerar una posibilidad incómoda, y estab
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Capítulo 7
La llamada provenía de mi mejor amiga, Valerie Fiquet.Tan pronto contesté, escuché su voz entusiasmada:—¡Aurora, ya volví al país!—¿Hablas en serio amiga?Al escuchar que mi mejor amiga había regresado, de la nada, parecía que la tristeza había desaparecido.Valerie se había ido a vivir a otro país hace tres años. Desde entonces, no tenía con quién desahogarme, platicas ni con quién salir de compras. ¡Cuánto la había extrañado!—Acabo de aterrizar —continuó ella. —Primero, iré a mi casa a descansar un rato, pero salgamos más tarde, ¿sí?—¡Claro que sí! Salgamos esta noche.Respondí con entusiasmo. Pero después de colgar, tuve un golpe de realidad.No, ya no soy libre para hacer lo que quiera. Si quería salir de noche necesitaba el permiso de Mateo Bernard.Y ahora que ese hombre se había vuelto tan difícil de tratar, estaba segura de que no me dejaría ir.Suspiré, sintiendo un ligero malestar. Bueno, ya lo resolveré cuando llegue la noche.De la nada, me había dormido otra
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Capítulo 8
Era como si el hombre que me había enviado esos mensajes sugerentes hace unos momentos no fuera el mismo que ahora me hablaba con tanta indiferencia.Tosí un poco, intentando bajar la tensión, sonreí, y hablé con una pizca de cautela:—No pasa nada, solo quería saber si ibas a volver esta noche para prepararte la cena.Aunque dije eso, en el fondo esperaba fervientemente que no regresara.—Mateo... —Antes de que él pudiera responder, la voz de una mujer se escuchó.Me quedé en blanco.¿Esa era acaso la voz de su "primer amor"? ¿Estaba ahora mismo con ella?—No es necesario que me prepares nada, ya he comido. No me esperes esta noche, duérmete temprano.—Ah, ya entiendo...Antes de poder decir algo más, escuché un pitido. Él me colgóAsí que estaba con "su lucecita" y no pensaba regresar esta noche.Se suponía que debería sentirme aliviada, pero en lugar de eso, una incomodidad inexplicable me invadió.Sacudí la cabeza para deshacerme de esa sensación de celos. Me puse un ves
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Capítulo 9
En ese momento, escuché una voz que jamás podría olvidar a mis espaldas…Era una voz que no había escuchado en mucho tiempo. Mi corazón comenzó a acelerarse, y una avalancha de recuerdos y congojas inundaron mi mente.Aquel muchachito con su camisa blanca, llevándome en su bicicleta camino a la primaria.El mismo muchachito que adoraba explicarme los problemas de matemáticas que siempre me sacaban de quicio. Era, él, el muchachito que después ya algo crecidos, sabiendo que estaba en mis días, recorría cielo y tierra por traerme chocolates.Aún recuerdo aquel día en que anunciaron que me casaría con Mateo Bernard, y él, con los ojos enrojecidos, me preguntó si podía rechazar el matrimonio.Todos esos recuerdos felices, dulces y melancólicos empezaron a volar en una nube de polvo, disipándose poco a poco.Mi corazón, finalmente, se fue calmando.Cuando me giré, allí estaba: Michael Bernard.Los genes de la familia Bernard realmente eran muy buenos. Tanto Mateo como Michael tenían
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Capítulo 10
Pensar que alguna vez, me comportaba arrogante y despreocupada frente a él. Ahora estaba obligada a calcular cada palabra que decía.Cómo cambian las cosas cuando tu mundo se derrumba.Cuando contesté, la risa de Mateo resonó desde la bocina de mi celular. Una risa pausada y tranquila que causaba en mí lo contrario a tranquilidad.Con el corazón latiendo a toda velocidad, fui la primera en hablar:—Lo siento mucho, me quedé dormida hace un rato. Justo cuando desperté para contestarte, ya habías colgado.—¿Ah sí? —respondió Mateo, y se rio con aun más calma. —¿Y ahora qué estás haciendo?Me congelé un momento, pero respondí sin dudar:—Dormir, que más iba a hacer. Tu llamada me despertó, y ahora estoy acostada hablando contigo.Me miré en el espejo. Mi cara no me delataba, no se veía ni una pizca de nerviosismo. Admiré mi habilidad para mentir tan descaradamente.Mateo rio de nuevo, y esta vez, su risa me causó un trémulo de temor.Siendo honesta, alguien como él, que rara vez s
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