Capítulo 10
Pensar que alguna vez, me comportaba arrogante y despreocupada frente a él. Ahora estaba obligada a calcular cada palabra que decía.

Cómo cambian las cosas cuando tu mundo se derrumba.

Cuando contesté, la risa de Mateo resonó desde la bocina de mi celular. Una risa pausada y tranquila que causaba en mí lo contrario a tranquilidad.

Con el corazón latiendo a toda velocidad, fui la primera en hablar:

—Lo siento mucho, me quedé dormida hace un rato. Justo cuando desperté para contestarte, ya habías colgado.

—¿Ah sí? —respondió Mateo, y se rio con aun más calma. —¿Y ahora qué estás haciendo?

Me congelé un momento, pero respondí sin dudar:

—Dormir, que más iba a hacer. Tu llamada me despertó, y ahora estoy acostada hablando contigo.

Me miré en el espejo. Mi cara no me delataba, no se veía ni una pizca de nerviosismo. Admiré mi habilidad para mentir tan descaradamente.

Mateo rio de nuevo, y esta vez, su risa me causó un trémulo de temor.

Siendo honesta, alguien como él, que rara vez s
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