Capítulo 5
Me puse bastante nerviosa al verlo salir del baño, cubierto únicamente con una toalla atada a la cintura.

Su físico era impresionante: hombros anchos, cintura pequeña, todo en perfecto equilibrio. Su piel no era oscura, pero tampoco se veía pálido como un enfermo. Brillaba con una vitalidad que resaltaba su fuerza.

Nunca antes había permitido que se mostrara así frente a mí, y aquella vez en la reunión de exalumnos estaba tan borracha que no recordaba nada. Jamás me di cuenta de que tenía un cuerpo tan bien trabajado.

Cuando me di cuenta que estaba mirándolo, y casi babeando por él, desvié incómoda la mirada rápidamente.

Mateo se acercó, y con él, un rastro de calor envolvió el ambiente. Retrocedí un poco, insegura, y balbuceé:

—Tienes… ¿Tienes hambre? Si quieres, yo... yo te preparo algo.

Él se rio en voz baja, con un toque de burla.

—¿Cocinar? ¿Tú? ¿Sabes siquiera servir un vaso de agua?

Me dejó sin respuesta.

Para él, yo no era más que una inútil niña rica, y la verdad no est
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