Mamá de los trillizos del millonario
Mamá de los trillizos del millonario
Por: Lorena Rodriguez
CAPITULO 1

― ¡Eres un asco de mujer! ¿Cómo crees que estando en mi sano juicio me iba a enamorar de ti? 

― Tú juraste que me amabas, ¿por qué has cambiado de opinión tan repentinamente? Acabamos de casarnos, por favor no me abandones. 

― Jamás te he amado, sácate eso de la cabeza porque nunca va a suceder.  

...

Valquiria Estrada

Me casé estando muy enamorada de un hombre el cual solo me quería tener a su lado para hacerme sufrir, él decidió que yo pagara por una venganza de la cual resulté ser inocente. 

Él me juró amor eterno, me prometió con su vida que siempre cuidaría de mí hasta que uno de los dos se marchara de este mundo. 

Yo le creí porque de verdad lo amaba, yo me enamoré de él como una loca que no mide las consecuencias de sus actos con tal de estar con la persona que su corazón le dice que esa será su alma gemela para toda la vida.

Él no me amaba, él me destruyó por completo y no tuvo ni una miserable gota de compasión al jugar conmigo para luego desecharme como a una simple basura que no vale nada, o quizá para él, vale más esa basura que yo misma.

Ese hombre marcó y arruinó mi juventud y mi vida para siempre, cuando lo conocí se portó como un pan de Dios, me ofreció el cielo y la tierra y yo, por ser una chica que venía de un pueblo lejano y de tierra dentro, le creí todas las promesas que él me hizo.

Cuanto me arrepiento ahora de haberle creído a ese hombre, mejor me hubiese dedicado solo a estudiar, ese fue el motivo de venir a la ciudad, estudiar y prepararme para tener una buena carrera y en un futuro trabajar y juntar un poco de dinero y traer a mi otro hermano menor para que él también tenga la oportunidad de estudiar y salir adelante como yo.

Pero no, ese hombre que se hace llamar Brandon Morotova, truncó mis sueños, ese sueño de ser una arquitecta profesional y que en el futuro diseñaría mi propia empresa, todo eso él se lo ha llevado. 

Quizá ya no podré cumplirle a mi hermanito menor la promesa que le hice de darle el estudio que se merece, ya que allá de donde vengo no existe esa clase de oportunidades debido a la escasez de recursos económicos y a la falta de ayuda por parte de los gobernantes.

Ahora estoy aquí, presa entre las cuatro paredes de la casa del hombre que en nuestra noche de bodas me sedujo y prácticamente abusó de mí, y digo que abusó, porque él fue muy brusco en el acto, entre más le gritaba que se detuviera porque me dolía, él con más fuerza me penetraba, claro que me dolía a morir porque era mi primera vez, soy bastante chiquilla y jamás he estado con un hombre antes que él.

Él me tiene encerrada en esta habitación, no sé cuántos días han pasado exactamente, pero, según mis cálculos, ya van dos meses, yo supongo que así es porque he ido contando las noches que llevo encerrada. 

Aquí no tengo celular, ni siquiera un reloj en la pared que me pueda indicar la hora, no hay nada en esta habitación, ni siquiera una cama en donde pueda pasar la noche y conciliar el sueño con tranquilidad. 

Para más desgracia, desde hace unos días he comenzado las mañanas con mareos y vómitos, cada cosa que me dan para comer la vomito a los segundos de haberla ingerido.

No quiero que mis sospechas sean ciertas, pero, lo más seguro es que a mi corta edad, ya esté embarazada, y lo peor es que de una bestia, una bestia que lleva por nombre, Brandon Morotova.

Desde la que sería nuestra noche de bodas no lo he vuelto a ver a él, aquí quien me sirve la comida y el agua todos los días es una señora que, al igual que mi esposo, parece una bestia que vela para que yo no me escape. 

Por lo menos me han dado de alimentarme, de lo contrario quizá ya estuviese sin vida.

Me duele estar en esta situación, me duele de solo pensar en mi padre que está en el rancho cuidando de mi hermanito menor, él debe de estar muy preocupado por mí porque desde que estoy aquí encerrada no me comunico con él. 

Le pido a Dios que me los tenga con bien y que me dé la oportunidad de salir de esta cárcel impuesta por el hombre que se suponía que me amaba.

A Brandon lo conocí en la universidad, siempre lo veía como un buen hombre y bueno, no les voy a mentir que al principio me daba un poco de temor cuando recibía las clases con él, porque era bastante serio.

Él al principio no me volteaba ni a ver, quizá ni se daba cuenta de mi presencia, en realidad con ninguna de mis compañeras era coqueto, nada de nada. Incluso se llegó a comentar en la universidad de que él es gay, pero lo dudo, o si lo es, lo esconde muy bien.

Recuerdo que la primera vez que me dirigió la palabra yo estaba por finalizar un examen, todos ya se habían retirado del salón porque entregaron casi en blanco el examen, la verdad estaba demasiado difícil, pero yo sí le entendía y por eso me tardé más tiempo que ellos.

Él se acercó a mí y me propuso que nos viéramos al salir de clases, él me comentó durante el examen, que se ha enamorado de mí y que le gustaría tener una oportunidad para conquistarme. 

Y pues yo, como desde que lo vi la primera vez me enamoré de él, entonces le acepté aquella salida en la cual se nos hizo una costumbre durante dos largos meses de salir e irnos juntos después de terminar las clases.

En la universidad no dábamos a conocer nada para que nadie sospechara de lo nuestro, y digo lo nuestro, porque después de tres semanas de estar saliendo me pidió que fuera su novia. 

Imagínense lo feliz que yo me sentí en ese momento, para mí fue como alcanzar la gloria, al ser la novia del maestro más guapo de esa universidad.

Una semana después me pidió matrimonio, pero nos casamos a escondidas de todo el mundo, él no conoce a mi familia y yo tampoco la de él. 

Me mintió, me hizo que sacara permiso por una semana en la universidad y él también lo hizo, según era, para irnos a celebrar nuestra luna de miel. 

Tampoco nunca me quiso llevar a que conociera su casa, que era en donde se suponía, íbamos a vivir luego de que nos casáramos.

Cuando me trajo a este lugar lo hizo bajo engaños, él me dijo que pasaríamos nuestra primera noche aquí en esta casa de alquiler y que al día siguiente tomaríamos su avión privado para volar a otro país. 

Creo que hasta me mintió al decirme que ya había tramitado mi pasaporte, ahora que lo recuerdo nunca me lo quiso mostrar, siempre me puso un pretexto para que yo no lo viera, lo más seguro es que también me haya mentido al decir que tenía su propio avión privado ¿Cómo es que un simple tutor de una universidad, va a tener suficiente dinero para comprar esos aparatos?

Gracias a Dios que no soy una mujer interesada en lo material, de lo contrario eso me doliera también.

Ahorita creo que ya está anocheciendo, o eso pienso porque la señora que me acompaña ha venido ya tres veces en poco tiempo, eso significa que es la cena que me está ofreciendo. 

Me he comido todo lo que me trajo, sin desperdiciar una sola migaja de las que caen al suelo, pues mis manos tiemblan por el frío y los nervios que todos los días me atacan al no saber qué será de mí, dentro de un tiempo.

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