La piel se daña, se toca, se acaricia, se cicatriza, pero jamás olvida. En un pueblo anclado en el pasado, donde el poder y la intriga se entrelazan, Ariel regresa con determinación para rescatar a su hermana y enfrentar a su tía ambiciosa después de haber dejado un pasado trágico. Mientras tanto, en el imponente castillo de los Lambros, secretos oscuros amenazan con desatar el caos.
Leer másEl enfrentamiento en la hacienda Stone alcanzó su punto culminante cuando Jerónimo, impulsado por la furia y el resentimiento, se encontró cara a cara con Ariel, Melanie, Hunter y los demás. La tensión en el aire era palpable, y cada mirada contenía la promesa de un conflicto inevitable.—Jerónimo, esto debe detenerse ahora mismo. No permitiré que lastimes a nadie más en esta hacienda —declaró Ariel, su voz resonando con determinación.Jerónimo soltó una risa despectiva, su expresión desafiante.—No puedes detenerme, Ariel. Hay cosas que no entiendes, secretos que saldrán a la luz tarde o temprano.Melanie se mantuvo firme a un lado de Ariel, su presencia una muestra de apoyo inquebrantable. Hunter, aunque lidiando con sus propias batallas internas, se posicionó junto a ellas, listo para enfrentar a su oscuro pasado.El conflicto se desató con una intensidad que sacudió los cimientos de la hacienda. Sin embargo, en medio de la tormenta, Ariel se aferró a su determinación de proteger a
La confesión de Hunter dejó a Ariel sin aliento. La oscuridad de la noche parecía cerrarse a su alrededor, y el peso de la revelación la hizo tambalearse emocionalmente. Jerónimo, el hombre de su pasado, representaba una amenaza constante, y ahora, con la identidad de Brad desvelada, la complejidad de la situación alcanzó nuevas dimensiones.—No puedo seguir con esta mentira, Ariel. Me duele ver cómo te afecta, pero ya no puedo ser el Brad que conociste. —La voz de Hunter resonó con sinceridad, pero también con un dejo de desesperación.Ariel luchó por encontrar las palabras adecuadas. El nudo en su garganta le impedía expresar todo lo que bullía en su interior. La traición, la preocupación y la incertidumbre se entrelazaban, creando un torbellino de emociones.—Jerónimo está en Aqueo, y necesita ser detenido. —Ariel finalmente habló, eligiendo centrarse en la amenaza inminente. —No importa quién seas, Brad o Hunter, todos están en peligro si él sigue libre.Hunter asintió, comprendie
Mientras tanto, en la hacienda Stone, la tensión entre Ariel y Logan aumentaba. La revelación de la llegada de Annabelle, la mujer que creían muerta, provocó una tormenta de emociones en ambos. Logan, dividido entre su pasado y su presente con Ariel, se enfrentaba a una encrucijada.Lo único que tenía claro es que no quería dejarla marchar.—Ariel, necesito que entiendas… —comenzó a decir Logan, pero ella lo interrumpió.—No tienes que explicarme nada, Logan. Tu pasado es tuyo, y yo no tengo derecho a juzgarte por eso. Pero sí tengo derecho a decidir si quiero estar en medio de este caos —respondió Ariel, su voz firme.Logan la miró con tristeza.—Annabelle está aquí, y necesito enfrentar eso. Pero eso no cambia lo que siento por ti.Ariel suspiró, luchando con sus propias emociones.—No sé si puedo seguir adelante con esto, Logan. Tú y yo… es complicado.Logan se acercó, buscando sus ojos.Ariel sentía que no podía mirarle a los ojos, de hacerlo le diría todo aquello que su cobarde
Aquel beso era diferente, no solo era un roce de labios, era un encuentro de almas, un pacto silencioso que sellaba un nuevo comienzo. Ariel se dejó llevar por la intensidad del momento, permitiéndose sentir la conexión que se estaba formando entre ellos. Las lágrimas que antes eran de dolor, ahora eran lágrimas de liberación, de felicidad contenida durante demasiado tiempo.Logan la sostuvo con ternura, como si supiera que aquel abrazo significaba más para ella de lo que podía expresar con palabras. Se separaron lentamente, pero sus miradas seguían entrelazadas, comunicando todo lo que sus corazones no podían decir con frases.—¿Puedo intentarlo contigo, Ariel? ¿Puedo intentar ser el hombre que necesitas y mereces?Ella asintió con una sonrisa en los labios y un brillo de esperanza en los ojos. Logan besó su frente con delicadeza, prometiendo ser su refugio, su apoyo y su amor.Después del beso apasionado con Logan, Ariel se encontró en un estado de confusión emocional. Su mente, aco
—Te he estado buscando todo el día…—susurró Hunter de mala manera—No puedo creerme que la monja sea la mujer de la cuál no puedo evitar parar de pensar.No mentía. Se había pasado todo el tiempo en una burbuja, los hombres lo llamaban para que resolviera las distintas problemáticas de la hacienda Stone pero a él poco le importaba todo eso. Parecía en otra orbita, en otro mundo, un mundo dirigido exclusivamente por esa mujer con la que no sabía nada excepto el sabor angelical de sus labios.Bueno, ahora si que sabía algo.La había reconocido.¿Y cómo no? Si no había podido quitarse la olor ni el magnetismo de ese nuevo fetiche que se había apoderado de él des del beso de la fiesta.—Eres un maleducado, un desconsiderado, no tengo nada que hablar con el perro sucio que dañó a mi prima—le atacó ella deshaciendose de su agarre.Él la miró ofendido pero eso no provocó ni un minímo de efecto en ella.—¿Qué me has dicho?—preguntó él ofendido.—Lo que has oído.—No te creas que esto es volunt
“Luego me di cuenta de que me gustas, y me gustaría que pudiéramos darnos una oportunidad”Sonó la voz de Logan en medio de sus pensamientos, tan dura, tan poderosa y tan penetrante. Sintió su cuerpo encogerse levemente a medida que resonaron por sus oídos las palabras.Luego me di cuenta de que me gustas, y me gustaría que pudiéramos darnos una oportunidadVolvió a repetirse de nuevo, aquella propuesta tan indencente para una mujer como ella que no podía permitirse aquel lujo preciado que llaman amor. La única y última vez había pagado muy caro.El remordimiento volvió a azotarla obligándola a llevar una mano a su vientre. Cerró los ojos cuando un par de lágrimas se esforzaron por intentar salir, aun asi las resistió como pudo.“Luego me di cuenta de que me gustas, y me gustaría que pudiéramos darnos una oportunidad”La tercera vez que sonó, Ariel esta vez no pudo evitar sus lagrimas.¿Ella, amar de nuevo?Era imposible.Era completamente imposible que Ariel Stone pudiera sentir en s
Melanie intentó que su vida no se viera alterada por ese hombre pero era imposible. No podía concentrarse, simplemente no podía. La escena se repetía una y otra vez, ella en los brazos de él. Él mirándola con esos ojos castaños iluminados unicamente por la luz de la luna, juraría haber soñado la majestuosidad de ese hombre durante toda su adolescencia…Culpó rapidamente a su propia inexperiencia de sus emociones, una mujer de su edad no podía permitirse semejante teatro… Pero no podía evitarlo.Su cabeza parecía querer vivir encerrada en el recuerdo de haber estado ahí, frente a frente como si nada ni nadie importara solo ellos.—Voy a ir al bar—la voz de Delilah se hizo oír finalmente sacándola de la profundidad de sus delirios.—Que tengas un buen día—susurró ella lo suficientemente en alto para que pudiera oírla.—Tú también—le devolvió el mensaje en un grito—¿Tú no tenías que ir a la consulta de Robert?—añadió poco después cerró la puerta marchandose.Los ojos de Melanie se salier
—Bue…—Logan paró en seco al no encontrarse con nadie a quien abrazar. No había rastro de ella, se había esfumado de la noche a la mañana como si hubiera sido un sueño, un delirio, algo que no había sucedido jamás, no había rastro de Ariel.Hacia tiempo que Logan no compartía cama con nadie y cuando lo hacia desaparecía antes de que él pudiera decirle los buenos días. No es que fuera un romántico pero era un hombre decente.—¿Ariel?—preguntó con molestia buscandola por el lugar como si no entendiera como aquel ángel con quien había compartido una de las mejores noches de su vida hubiese decidido abandonarlo como si no hubiera sucedido nada.Poco después encontró una nota en uno de las mesillas de noches que había en la recamara.—Lo siento, señor Lambros, no soy el tipo de mujeres que uno puede abrazar por las mañanas ni de las que te preparan el desayuno—Poco después arrugó el papel con fuerza e hizo una bola para poco después estamparla contra el suelo con toda la fuerza que sentía
Pocas veces nos permitimos el lujo de sentir y cuando lo hacemos, preferimos ceñirnos a unos parámetros, a unas limitaciones, a veces por miedo, otras por orgullo y otras simplemente porque no nos enseñaron a amar sin hacer daño. Eso es lo que Ariel y Logan estaban sintiendo, presos de su orgullo. La razón frente a la pasión jamás fue una buena combinación pero ahí estaban. Solos, con la única compañía de algún que otro insecto, el agua, y la brisa.Somos nosotros mismos los carceleros de nuestra propia alma y no hay peor afirmación que esa, se dijo Ariel mientras su mirada se paseaba por aquel lugar que tanto amó.Carceleros, porque las almas que no sienten, no son libres, y las cárceles se inventaron para condenar a esos bastardos del sistema que no producen ni satisfacen, en principio, con sus gestos, el bien común. Justamente como las almas que deciden amar sin esperar nada a cambio, se encuentran presas por no haber buscado una finalidad y una razón lógica de utilidad a sus actos