Una acompaña a su mejor amiga en una de sus travesuras y acaba con un bombo de una super estrella con aires de grandeza. Ah, espera. Esas cosas no le pasan a nadie. A nadie excepto a miss torpe conocida comúnmente bajo el nombre Aileen Donovan. Uno hace una última parada de su gira en su ciudad natal y acaba embarazando a una adolescente torpe y agresiva. Ah, espera. Esas cosas no le pasan a nadie. A nadie excepto a mi, el chico estrella. El chico que creyó no necesitar la libertad. Ahora el contrato que me subió a la cima se vuelve la soga me va a dar muerte. ¿Cómo puedo volver con la multitud gritando mi nombre cuando mi corazón grita el de ella? Todos los derechos reservados, no se admiten copias ni adaptaciones.
Leer másTerminé de ponerme la bata de hospital y me acomodé en la cama del hospital. Sawyer estaba justo a mi lado, revisando mi bolsa de hospital. Estaba siendo totalmente terca y no quería empacar mi bolsa de hospital de inmediato. Como, si sé exactamente qué día va a nacer mi bebé, ¿para qué planear?Menos mal que preparó toda la cosa de antemano, porque hubiéramos estado más jodidos de lo que ya estábamos.Papá estaba al otro lado de la habitación, colgando el teléfono de su trabajo.—Estoy listo para que me den una licencia de emergencia durante las próximas dos semanas—dijo ella—Y recuerda, ahora que soy Gerente de Distrito, ¡puedo solicitar una licencia por más tiempo, sin permiso!—¡Eso será genial! ¡Estoy seguro de que podemos usar algo de ayuda adicional!—Dijo Sawyer —poniendo su mano en mi espalda.Lo quité de una palmada. —¿No te acabo de decir que me duele la espalda?—Lo siento, pecas—dijo besando un lado de mi cabeza.—Wei, ¡hola a todos!— Miré hacia arriba para ver al doctor
A I L E E N —Ya has despertado, gracias a dios…—sonrío Jax limpiandose las legañas mientras su padre lo mira con seriedad. —¿Cómo estás?—pregunta finalmente Caleb Hoffman.Lo miro con seriedad. —El médico dice que todo está en orden solo que debo mantenerme lejos del drama—afirmo yo con una sonrisa.Él me mira con seriedad.—Me refiero a lo que te preocupa de verdad—finaliza él.—Dimos todo por este amor y esta nada que nos separa nos está consumiendo—declaro yo con firmeza. Él me mira con dulzura, coloca una mano en mi rostro apartando un mechón rebelde detrás de mi oreja.—Eres mi hija y voy apoyarte en todo—sonríe—Incluso si quieres ir con él—añadió—No me importa esa estúpida enemistad, ya me obligaron una vez a prescindir del amor y no salió bien, no quiero que mi hija pase por lo mismo.Jax lo mira con sorpresa.—Ya lo has escuchado hermanita, creo que hay alguien que ha pasado dos horas a que despertaras para poder verte que le encantará es
S A W Y E R—Os he reunido aquí porque vosotros sois los únicos a las que podría confiar cualquier secreto, incluso la vida—sonrío. Ellos me miran serios. —Sawyer, son las cinco de la madrugada—bostezó Kasem con malhumor.—Estaba a punto de pasar a otra cosa con Malena tío, ahora me bajas tu la erección—susurra de mala manera Byron señalándose el paquete.—Soy todo oídos—susurra Jerome ignorándoles.Por primera vez no parece ir puesto hasta las orejas de drogas. —He decidido aprovechar la oportunidad que me estás dando melenitas, nada de drogas ni alcohol, quiero ser mejor persona—susurra Jerome con seriedad—Ella habría querido que asi fuera.No puedo evitar asentir complacido ante su decisión al igual que el resto.—Supongo que no nos has reunido aquí para hace
A I L E E N—Coge a tu madre—su voz suena autoritaria.Yo solo puedo observar como la sangre va manchando su polo de marca. Ya no queda rastro del Jax Hoffman que había aparecido como un ángel de la guarda. No podía evitar sentir miedo y preocupación por su estado.—Jax, déjalo por favor—supliqué.—¿No ves que ellos no van a dejarnos?—pregunta señalando con la mirada a la banda de Levy.—No pareces muy lista—respondió con burla Levy encogiéndose de hombros.La verdad es que razón no le faltaba, no parecía muy lista porque definitivamente no lo era. No, si hubiera sido inteligente no habría ido a por mi madre, la misma que había hecho tratos conmigo como si fuese un mero objeto con el cual comerciar, soy jodidamente estúpida y lo admito. Mis sentimientos están tan nublados que ya no se si siento
S A W Y E RLa oficina de papá, el gran centro operativo de la empresa Reed, es de esos edificios arquitectónicos que llama la atención a primera vista cuando pasas en frente. Cuatro edificios grises, que terminaban en un mismo despacho, de altura mucho más que elevada, rodeados por ventanas de cristal que dejaban ver la recepción y las oficinas de arriba excepto la parte más elevada, la de mi padre Alan Reed.Tenía muchas preguntas y sentía que papá tampoco iba a poder respondérmelas aun asi me había citado por algo tan solo espero que al menos pueda responder alguna de las tantas dudas que me comen por dentro. —Hijo.—Papá—sonreí.Entonces vi la figura de John Peacher sentado al lado. —¿Cómo estás?—sonrío.—¿Cómo te atreves a plantarme tu cara, maldito cerdo?—bramo
A I L E E N —Agradezco mucho la hospit-—No es hospitalidad, es tu casa—se defendió el hombre prácticamente ofendido. —Exacto—sonrió Jax.—En ese caso quiero ir a ver a mi madre—solté sin más reparos. —¿A tu madre?—preguntan al mismo tiempo como si les hubiera quedado en la garganta.—Creo que Jax debería ir conmigo, es su madre y es lo justo después de tanta ausencia.Observo como el señor Caleb Hoffman nos mira con seriedad.Jax traga saliva con fuerza dejando su tenedor encima de la mesa. —¿Qué pasa? ¿No quieres conocerla?—pregunto con sorpresa.Honestamente yo también tendría miedo sobre todo cuando ya la conozco. —Mamá es un ser peculiar con muchos matices—me encogí de hombros—No esperes que te llore pero tampoco que te
S A W Y E RTodas aquellos castillos de naipes que coloqué con voluntad de crear una vida junto a ella se han derivado en cuestión de segundos. No hay rastro ya de lo que parecía ser un futuro junto a ella. No hay rastro de esperanza ni de luz. ¿Y cómo podría haberla sin ella a mi lado? No creo que pueda seguir viviendo así. No puedo creerme que la primera vez que decido priorizar a una persona que no soy yo todo salga del revés.Miro a mis mejores amigos, Jerome es el único que me mira con rabia, tiene los ojos rojos como si se hubiera pasado las últimas horas llorando y no drogándose.—¿Quieres una palmadita o qué?—bramó él de mala manera acercándose de forma violenta hacia mi.—¿Qué demonios dices?—pregunto yo de mala manera sin poder entender la situación.Byron mira serio la escena mientras Kasem to
A I L E E NMe miro en el espejo observando el rastro del maquillaje ya corrido por mis mejillas, soy incapaz de reconocerme, completamente incapaz. Siento que la chica que hay en frente mío, no es la misma chica que empezó esto hace tres semanas casi atrás.No lo es, esa Aileen solía tenerlo todo organizado, solía contar los minutos de aburrimiento en su trabajo, solía estar en casa todas las noches, fines de semana, por si había que ir a buscar a su madre, solía ser una de las mentes brillantes, se metió en una de las travesuras con su mejor amiga de hecho por buscar un poco de emoción a su vida porque había vivido toda la vida evadiendo dicha emoción.Y ahora que la había conseguido, ahora que la había conocido y todo gracias a Sawyer Reed, ahora que todo lo que creí inimaginable sentir me estaba empezando a pasar factura. Debí saberlo, debí saber
A I L E E NDe mi mente no podía salir la sensación de estar totalmente a su merced, de tenerlo en ese sentido tan cerca, tan imponente.Dios, prefería no pensar en lo que hacía unas horas atrás había sucedido. Verguenza y deseo ardían dentro de mi por igual. Ni siquiera me reconocía. ¿Cómo me había podido dejar llevar de esa manera?Malena como era lógico se había encargado de todo los preparativos que no querían hacer los chicos, el resto; vestidos, lugar, decoración, y demás corrían bajo sus manos, era tal para cuál, trabajaba en perfecta harmonía con los distintos servicios.Mientras tanto yo, después de pasarme las últimas horas de manequí y de caminar y caminar por ese lujoso centro comercial lleno de luces y cristales decidí parar de seguirla. Seguramente ni siquiera note mi ausencia. Llegué