“Luego me di cuenta de que me gustas, y me gustaría que pudiéramos darnos una oportunidad”Sonó la voz de Logan en medio de sus pensamientos, tan dura, tan poderosa y tan penetrante. Sintió su cuerpo encogerse levemente a medida que resonaron por sus oídos las palabras.Luego me di cuenta de que me gustas, y me gustaría que pudiéramos darnos una oportunidadVolvió a repetirse de nuevo, aquella propuesta tan indencente para una mujer como ella que no podía permitirse aquel lujo preciado que llaman amor. La única y última vez había pagado muy caro.El remordimiento volvió a azotarla obligándola a llevar una mano a su vientre. Cerró los ojos cuando un par de lágrimas se esforzaron por intentar salir, aun asi las resistió como pudo.“Luego me di cuenta de que me gustas, y me gustaría que pudiéramos darnos una oportunidad”La tercera vez que sonó, Ariel esta vez no pudo evitar sus lagrimas.¿Ella, amar de nuevo?Era imposible.Era completamente imposible que Ariel Stone pudiera sentir en s
—Te he estado buscando todo el día…—susurró Hunter de mala manera—No puedo creerme que la monja sea la mujer de la cuál no puedo evitar parar de pensar.No mentía. Se había pasado todo el tiempo en una burbuja, los hombres lo llamaban para que resolviera las distintas problemáticas de la hacienda Stone pero a él poco le importaba todo eso. Parecía en otra orbita, en otro mundo, un mundo dirigido exclusivamente por esa mujer con la que no sabía nada excepto el sabor angelical de sus labios.Bueno, ahora si que sabía algo.La había reconocido.¿Y cómo no? Si no había podido quitarse la olor ni el magnetismo de ese nuevo fetiche que se había apoderado de él des del beso de la fiesta.—Eres un maleducado, un desconsiderado, no tengo nada que hablar con el perro sucio que dañó a mi prima—le atacó ella deshaciendose de su agarre.Él la miró ofendido pero eso no provocó ni un minímo de efecto en ella.—¿Qué me has dicho?—preguntó él ofendido.—Lo que has oído.—No te creas que esto es volunt
Aquel beso era diferente, no solo era un roce de labios, era un encuentro de almas, un pacto silencioso que sellaba un nuevo comienzo. Ariel se dejó llevar por la intensidad del momento, permitiéndose sentir la conexión que se estaba formando entre ellos. Las lágrimas que antes eran de dolor, ahora eran lágrimas de liberación, de felicidad contenida durante demasiado tiempo.Logan la sostuvo con ternura, como si supiera que aquel abrazo significaba más para ella de lo que podía expresar con palabras. Se separaron lentamente, pero sus miradas seguían entrelazadas, comunicando todo lo que sus corazones no podían decir con frases.—¿Puedo intentarlo contigo, Ariel? ¿Puedo intentar ser el hombre que necesitas y mereces?Ella asintió con una sonrisa en los labios y un brillo de esperanza en los ojos. Logan besó su frente con delicadeza, prometiendo ser su refugio, su apoyo y su amor.Después del beso apasionado con Logan, Ariel se encontró en un estado de confusión emocional. Su mente, aco
Mientras tanto, en la hacienda Stone, la tensión entre Ariel y Logan aumentaba. La revelación de la llegada de Annabelle, la mujer que creían muerta, provocó una tormenta de emociones en ambos. Logan, dividido entre su pasado y su presente con Ariel, se enfrentaba a una encrucijada.Lo único que tenía claro es que no quería dejarla marchar.—Ariel, necesito que entiendas… —comenzó a decir Logan, pero ella lo interrumpió.—No tienes que explicarme nada, Logan. Tu pasado es tuyo, y yo no tengo derecho a juzgarte por eso. Pero sí tengo derecho a decidir si quiero estar en medio de este caos —respondió Ariel, su voz firme.Logan la miró con tristeza.—Annabelle está aquí, y necesito enfrentar eso. Pero eso no cambia lo que siento por ti.Ariel suspiró, luchando con sus propias emociones.—No sé si puedo seguir adelante con esto, Logan. Tú y yo… es complicado.Logan se acercó, buscando sus ojos.Ariel sentía que no podía mirarle a los ojos, de hacerlo le diría todo aquello que su cobarde
La confesión de Hunter dejó a Ariel sin aliento. La oscuridad de la noche parecía cerrarse a su alrededor, y el peso de la revelación la hizo tambalearse emocionalmente. Jerónimo, el hombre de su pasado, representaba una amenaza constante, y ahora, con la identidad de Brad desvelada, la complejidad de la situación alcanzó nuevas dimensiones.—No puedo seguir con esta mentira, Ariel. Me duele ver cómo te afecta, pero ya no puedo ser el Brad que conociste. —La voz de Hunter resonó con sinceridad, pero también con un dejo de desesperación.Ariel luchó por encontrar las palabras adecuadas. El nudo en su garganta le impedía expresar todo lo que bullía en su interior. La traición, la preocupación y la incertidumbre se entrelazaban, creando un torbellino de emociones.—Jerónimo está en Aqueo, y necesita ser detenido. —Ariel finalmente habló, eligiendo centrarse en la amenaza inminente. —No importa quién seas, Brad o Hunter, todos están en peligro si él sigue libre.Hunter asintió, comprendie
El enfrentamiento en la hacienda Stone alcanzó su punto culminante cuando Jerónimo, impulsado por la furia y el resentimiento, se encontró cara a cara con Ariel, Melanie, Hunter y los demás. La tensión en el aire era palpable, y cada mirada contenía la promesa de un conflicto inevitable.—Jerónimo, esto debe detenerse ahora mismo. No permitiré que lastimes a nadie más en esta hacienda —declaró Ariel, su voz resonando con determinación.Jerónimo soltó una risa despectiva, su expresión desafiante.—No puedes detenerme, Ariel. Hay cosas que no entiendes, secretos que saldrán a la luz tarde o temprano.Melanie se mantuvo firme a un lado de Ariel, su presencia una muestra de apoyo inquebrantable. Hunter, aunque lidiando con sus propias batallas internas, se posicionó junto a ellas, listo para enfrentar a su oscuro pasado.El conflicto se desató con una intensidad que sacudió los cimientos de la hacienda. Sin embargo, en medio de la tormenta, Ariel se aferró a su determinación de proteger a
Regresar a Aqueo era como retroceder en el tiempo, incluso un siglo o más. El pueblo seguía gobernado por un señor feudal, no por su linaje real, sino por su poder económico y político, que seguía siendo relevante a pesar de la proclamada república en Grecia.Era dueño de casi todo el país y dirigía desde su imponente y antiguo castillo, sin poner un pie fuera, excepto en sus viajes de negocios. Los Lambros eran conocidos en todo el mundo.Para Ariel, regresar había sido difícil, pero irse había sido aún más complicado. Recordaba a la joven inocente que lloraba por la decepción amorosa de un novio que la abandonó cuando las cosas se volvieron serias. Se llevó la mano a la barriga, recordando lo que podría haber sido un hijo. Pero eso era cosa del pasado. Se obligó a pensar en Nueva York, donde había conocido a una mujer que cambió su vida, enseñándole a ser fuerte y superar a cualquier hombre. Ariel ya no creía en el amor. Ese día no solo perdió su virginidad, sino también su alma y su
La sala quedó sumida en un silencio tenso tras las palabras despectivas de la madre Calloway. Ariel luchaba por contener su indignación, mordiéndose la lengua con fuerza para no responderle de la misma manera. No podía permitirse caer en provocaciones, no frente a alguien que la despreciaba desde el momento en que puso un pie en aquel monasterio. La monja sabía quién era ella, la vergüenza de los Stone.Respiró profundamente, tratando de mantener la calma. Debía encontrar otra manera, una solución que no implicara casarse. La violencia no la llevaría a ninguna parte y sus padres, incluso después de muertos, se encargaban de amargarle la vida. La amargura se apoderó de sus pensamientos, reflejándose en su mirada mientras analizaba la situación. Era una jugada brillante por parte de sus difuntos padres.—Madre Calloway, tengo los recursos y la generosidad para brindarle a mi hermana los mejores cuidados, el amor que necesita en estos momentos difíciles. Puedo ofrecerle una vida normal, a