Logan sonrió burlón no se podía creer lo idiota que se volvía su hermano por una mujer. Tampoco era para tanto. Ariel era guapa, pero mujeres guapas habían muchas. Aunque lo que debía reconocer muy a su pesar es que era también inteligente y aunque quisiese aparentar lo contrario era una buena persona. Además la estaba comenzando a odiar porque por su culpa había salido al pueblo, cosa que no había hecho desde lo de su mujer… Y sabía que saldría todas las veces que hiciera falta con tal de convencerla para que le vendiese sus tierras.
Entonces en un golpe impulsivo, decidió salir de su escondite y enfrentar a esa joven rebelde. Había surgido de la nada, simplemente obedeció a ese instinto. Lo cuál era impropio de él. Jamás se había visto actuando de forma tan imprudente pero ahí estaba. Había obedecido simplemente como si no tuviera ningún poder sobre sus actos.—Oiga, Ariel…¿Puedo tutearla?—preguntó Logan sorprendiéndose a si mismo pidiendo permiso para tutear, cuando era él a quién le solicitaban, apareciendo por detrás de la joven.Ariel blanqueó los ojos cansada, agarró su manta y se tapó sin voltearse, gimió por lo bajo asqueada al recordar esa voz—¡No tenga nada que hablar con los Lambros!—añadió, había reconocido su voz.Era el tipo que había estado llamando todo el día y que ella cortantemente le había mandado al diablo. Y ahora estaba aquí. En frente de ella. Bueno detrás de ella. ¿Es que ese hombre no se cansaba?—He venido a proponerle un trato, la he estado investigando ¿sabe? Se lo de su hermana Amber…—aclaró su voz Logan. El rubio se estaba cabreando por momentos consigo mismo. ¿El gran Logan estaba sintiéndose nervioso por la presencia de una maleducada mocosa?Ariel al escuchar el nombre de su hermana se levantó bruscamente dejando todo atrás y se acercó a él. Ambos, a dos palmos, podían sentir el aliento brusco del otro, la rabia a flor de piel, podrían sentir el roce del otro tan solo de dar un paso más, podrían sentir la calidez que desprendían sus cuerpos con tan solo mirarse, ese fuego que había empezado a arder de la nada. Ambos, alarmados, se alejaron instintivamente intentando recuperar la compostura.—No se atreva a hablar de mi hermana—apretó los dientes amenazante ella, como una leona defiende a sus crías.Logan estaba totalmente desesperado. Nadie nunca le había tratado tan mal. Y eso le estaba desgastando. Esa mujer se merecía el odio de su madre y de todo el mundo. Era una descarada. Odiaba a las mujeres como ella.—Cásese conmigo entonces, y tendrá a su hermana de vuelta—susurró Logan con un brillo misterioso en los ojos.Sonrío triunfante como el diablo después de sellar un pacto, sabiéndose ganador del intercambio. Acabaría aplastando la justo como su madre le había ordenado, la humillaría y no sentiría ningún remordimiento, era una arpía como todas las mujeres, excepto… No quiso ni pronunciar su nombre, no debía.La cuestión para Logan era que Ariel no se merecía ningún miramiento de su parte. Era todo la combinación de cosas que más odiaba, maleducada y altanera.(***)—Hunter—llamó con fuerza Logan al ver a su hermano en medio del salón despidiéndose de su madre.—Hermano —susurró con odio Hunter para luego dedicarle una media sonrisa—Mamá me ha notificado tu falso compromiso con Ariel —añade mirando al más mayor con amargura.Supo esa mañana de la boca de su madre, como siempre, de los planes de su hermano para arreglar la situación que él inició, su apreciado hermano mayor limpiando sus desastres. Hunter no cabía dentro de su asombro…¿Cómo Logan podía ser tan calculador? ¿Cómo iba a ser capaz de usar a alguien como Ariel? ¿Acaso no había aprendido nada del error que él había cometido? No se puede jugar con el amor, porque cuando uno pierde, muere. Muere tan dolorosamente que ni siquiera basta con seguir respirando para seguir con vida.Ella no se merecía ese trato y menos aún a alguien como su hermano mayor, despiadado, duro y letal como Logan que veía la vida como una transacción, como simples negocios.Quien los viera pensaría que siempre se habían llevado mal, pero no siempre fue así. De pequeños estaban muy unidos. Lástima que en instantes como los de ahora a nadie le cabría duda sobre si se podrían sacar los ojos mutuamente.Sonrío cínico el más mayor a modo de respuesta. Arqueó ambas cejas rubias y pronunció con malicia.—¿Sabe mamá de tus planes de trabajar como un cualquiera en la hacienda de Ariel?Su hermano apretó la mandíbula intentando no romper a golpes contra él. No sabía como se había enterado, seguramente debió de ser aquel tercero. El ruido que había escuchado ese día fue obra de su querido hermano mayor.➔ ➔ ➔Megan, como siempre, atravesó el salón con rapidez y quedó en medio de sus hijos como única barrera, sin saber muy bien que decir ni que pensar, pues amaba a ambos por igual. No se podía imaginar la batalla que se estaba lidiando entre ellos. Menos aún los planes que el destino aguardaba para ellos.Ella no siempre había apoyado a Hunter. Recordó con dolor el hecho de que cuando él más la necesitaba más desprotegido lo dejó, en cambio apoyó a Logan como pudo. Y por eso ella se culpaba a Ariel Lambros de la pelea entre sus hijos. Esa mujer había sido la caja de Pandora una vez, no le iba permitir que volviese a arrasar con la vida de sus hijos de nuevo, de forma directa o indirecta como la anterior. Esta vez, no.—¿Qué me escondéis?—preguntó finalmente ella con el ceño fruncido.—Nada, mamá ven conmigo. Te necesito es sobre una chica, creo que la conoces bien—la voz de Robert interrumpió en el salón como el ángel de la guarda del bien. Tanto Hunter como Logan le agradecen la ayuda con la mirada a Robert, siempre se mantenía objetivo con sus hermanos. Era el mejor amigo de ambos.De nuevo solos en el salón el silencio se hizo latente entre los hermanos.—¿Sabes… Hermanito que no me cuesta nada decirle sobre tu identidad a Ariel y notificarle a mamá sobre tus planes de convertirte en su caniche personal?—Logan clava sus grandes y azules ojos en los castaños de su hermano.Éste le mira con la mandíbula desencajada, parecía que realmente Logan buscase una paliza. Y no dudaría en complacerlo si no se callaba esa maldita boca de inútil.—Y a mi no me cuesta nada decirle a Ariel sobre lo que estás planeando…—le respondió el menor intentando tranquilizarse finalmente.Porqué sencillamente lo sabía…Sabía que no ganaría nada liándose a golpes contra su hermano a pesar de que tuviese ganas de hacerlo. Además de las heridas abiertas que tenía por la pelea de bar, podrían reabrirse de forma fácil y eso iba a salirle caro, más preguntas y ataques por parte de su familia. Bastaba y era suficiente el apoyo de Robert salvándole el culo como siempre.—Touché. ¿Entonces tenemos
Amber Stone había aprendido a vivir de forma independiente prácticamente. Mucho más inquieta y valiente que su hermana mayor, con un corazón enorme y unas ganas de comerse el mundo que hacían que cualquiera que posase los ojos sobre la niña se diera cuenta del aura y el amor que transmitía consigo misma. No le hacía falta nada, era perfecta. Sus ojos verdes y su pelo caramelo habían sido un regalo de su madre, herencia que compartía con su hermana mayor.Se encontraba paseando tranquilamente por los pasillos prohibidos, por si fuera poco, de la torre aún más prohibida del monesterio. Sabía que las monjas la matarían y Melanie, su prima, sería la primera. Desde que había llegado a ese frío y nada hospitalario sitio, Melanie había velado por ella. Amber siendo aún ciega sabía que su prima no valía para monja, era hermosa y joven, su lugar definitivamente no era estar encerrada en esas viejas torres sirviendo a viejas cascarrabias y desagradables. Aunque Melanie no era su única amiga. Pa
Amber tan solo permaneció en medio de ambos con una sonrisa de mejilla a mejilla, contenta con que su hermana hubiese dado una nueva oportunidad al amor.—Estoy contenta por ti hermana, has abierto tu corazón al amor—afirmó Amber,—Sin poder verte físicamente aprecio una buena aura en ti, espero que no me falles ni le falles a mi hermana—añadió la joven mostrándose más seria.Logan miró a la joven muchacha, la cogió de la mano, levantó levemente con la otra su rostro para que se miraran.—Prometo cuidar de tu hermana y de ti, pequeña—esas últimas palabras habían sido sinceras. Hasta Logan le había sorprendido la fuerza y la credibilidad que habían tenido.Tragó saliva intentando recomponerse, Amber asintió orgullosa saltando a darle un abrazo a ese gigante. Poco después la dejo en el suelo pero Amber aún seguía en las nubes por todo lo que estaba sucediendo. Su instinto no le fallaba, esta era la oportunidad de su hermana de ser feliz junto a un hombre que si la amase y ella pudiese am
Amber estaba totalmente confundida no sabía que sentir… Si alegría por volver a casa o tristeza por abandonar aquel sitio.Como siempre, caminaba sola en la zona prohibida, el bosque oscuro, frondoso y tenebroso. Y para su mala suerte, no iba a hacer un buen día. Una tormenta estaba al acecho.Nadie entendía como es que a pesar de su ceguera, Amber, jamás se había perdido. Tal vez por la agudeza de sus sentidos o tal vez por su corazón noble, el caso es que jamás había sufrido ningún daño. Era una exploradora innata.Llegó a un sendero desocupado cerca del río. Se sentó como pudo en la orilla. Los pasos de alguien le hicieron voltearse asustada.Un chico la estaba apuntando con un cuchillo en la garganta. Sentía el filo demasiado cerca. Como acto reflejo levanto las manos en alto.Jack ni siquiera entendía como él y su única familia, habían acabado en Aqueo. Todo había ocurrido muy rápido. Después del asesinato de su madre, la policía vino para llevarse a sus hermanos a un centro de m
—¿Puedo pasar?—preguntó Hunter llamando la puerta. Sin esperar respuesta decidió entrar por los ruidos que estaba escuchando, parecía que se estuviese librando la tercera guerra mundial. Sus ojos se salieron de órbita al ver que su hermano mayor y Ariel peleaban como si fueran dos niños de primaria con los cojines.—¿Buenos días?—respondió él perplejo ante la escena.—Buenos días—afirmó sonriendo Logan para coger a Ariel de la cintura al verla desprevenida. Sintió su piel, su cuerpo, su aroma, podría haber derretido ambos polos con el fuego que con tan solo un roce había iniciado—He ganado—añadió aplastando el rostro de una sorprendida Ariel con un cojín guardado con la mano libre, aunque mirando de reojo a su hermano menor sabiendo que lo último iba más para su estúpido trato que la guerra de almohadas.Hunter sintió la rabia en cada rincón de su cuerpo. Si sus ojos dispararan rayos, su hermano ya estaría muerto y más que chamuscado.—¡Logan!—gritó ella apartándolo de ella asqueada—E
Había echado de menos, muchísimo, a su hermana. Cada oportunidad que tenía de demostrárselo, sería aprovechada hasta el límite. Después de todo, solo se tenían a ellas ahora mismo.Amber miró a Melanie.—Muchas gracias por todo prima. Espero tu dimisión pronto. Ya no pintas nada aquí ahora que me he ido…—afirmó Amber seria.A lo que Melanie la mira con los ojos fuera de órbita ya que un par de monjas cotillas aguardaban en la entrada y ya estaban cuchicheando al verla ahí. Siempre lo hacían.—Amber…—la recriminó Melanie molesta.—¿Qué??…—hizo una pausa Ariel como si no entendiese el problema—¿A caso es una mentira?—prosiguió divertida apoyando a su hermana—Eres joven y bonita. Tu sitio no es este. Tu sitio está fuera. Divirtiéndote, aunque vives en Aqueo—finalizó con una risotada que fue compartida por su hermana.Logan observaba la escena sin entender muy bien la situación. No le gustaba venir a ese monasterio. Se obligó a si mismo a mantenerse cuerdo, ¿a caso era un cobarde que no e
—Si querías escapar de la boda, deberías esperar al menos a estar casados—apuntó con diversión Logan mientras Ariel entreabría los ojos lentamente sin saber muy bien donde se encontraba ni quien le estaba hablando siquiera.— ¿Dónde estoy? — preguntó seria la castaña.— En mi cama. Prepárate hoy mismo es la fiesta de compromiso, hoy por la noche—acotó Logan sin siquiera mirarla.Hacía poco que había salido de la ducha y ahora le estaba dando su ancha espalda mientras buscaba su camisa y la corbata adecuada, a eso le sumamos el pequeño detalle de que se encontraba en bóxer.— ¡Tápate hombre! — gritó asqueada Ariel mientras le tiraba un cojín, aún así no negaría el hecho de que Logan Lambros tenía un cuerpo envidiable. Llamaría al pecado hasta la mujer con más autocontrol. La cosa es que Ariel se dijo hace tiempo que ni el amor ni el sexo era para ella. Todo lo que pasara por estar con otra persona más de la cuenta se le volvió repugnante.— ¿De verdad quieres que lo haga? — susurró div
Amber Stone descansaba aún en la cama de su hermana, se sorprendió al saber que esta la había abonado. Pronto por la fuerza de la luz solar se dio cuenta de que ya era mediodía, decidida a hacer que su hermana obligase a Jack y a los pequeños Bentley a vivir en sus tierras, se puso sus zapatillas y a poco a poco intentó salir de la habitación. En su trayecto se encontró con el ama de llaves que sonrió negando al verla de pie, siempre tan aventurera, pensó Margaret alegre de que las dueñas del lugar estuviesen donde debían.—No sabes cuanto te echamos de menos—suspiró la señora divertida.—Y yo, no sabes cuanto he echado de menos esta casa. Des de que mi tía Patricia me metió en ese lugar he soñado con volver aquí, ver mis caballos, mis gallinas, mis conejos…—respondió Amber reconociendo la voz, ¿y cómo no hacerlo? Si la señora Margaret y Gerardo habían sido su único apoyo en esa casa después de la muerte de sus padres.—Amber, querida… Hoy toca revisión con el médico. Así que no puede