Nunca entendí o entenderé por qué soy así con ella. Sinceramente hablando, me desconozco. Soy un tipo normal, agradable, buen amigo y un sujeto trabajador y muchas veces mis amigas, bueno, la señora Larissa, dijo que era un buen partido.
Le creo la mayor parte del tiempo...
Perdí a mi ahijado en un abrir y cerrar de ojos. La vida no me ha sonreído como yo quisiera desde esa vez y me siento el asesino más miserable del mundo. Por eso he venido viviendo mi existencia como puedo y dejando que todo pase y no me afecte. Camelia fue un bonus para estar un poco alejado de mi desgracia. De verdad que la quiero muchísimo, pero no de la manera que ella quisiera y sí, se lo dije o tal vez con mis acciones se lo hice entender, pero ella simplemente no lo acepta.
Con ella también he hecho las cosas mal.
No debí confundirla, no debí darle falsas esperanzas mientras ella iba creciendo y estoy muy seguro de que tenía que alejarme, pero mi ser egoísta que creía amarla, no se pudo ir. Tampoco planeé sentir esto por Alena y me siento culpable de lo que me pasa por esa loca princesa.
Suspirando la veo por el retrovisor, su ceño está fruncido mientras ve alguna noticia en su tablet. Venimos de un albergue, aunque desconozco realmente la salida de ella de Grecia, sus deberes como princesa continúan.
Debo de dejar de verla de esta manera... más que todo porque ella no me ve como yo lo hago.
—Estoy agotada... —la escucho murmurar, la vuelvo a ver fugazmente e ignorando lo que dijo, continúo conduciendo—. ¿Puedes detenerte en esa colina, Bastian?
Asiento, dejo pasar algunos autos y me detengo en el lugar donde ella me ha dicho. Por supuesto que Alena no lo sabe, pero este sitio es exclusivo para los enamorados y que vean caer el atardecer o el cielo estrellado.
Jodida vida.
—Verificaré el sitio y después puedes salir —me bajo del auto y antes de poder hacer mi trabajo, ella estaba cerrando la puerta de su lado—. Claro, porque tú me obedeces y siempre puedes esperar a que yo te diga algo...
—¿Estás enojado conmigo? —alza una ceja y se acerca hacia mí—. Te ves bastante amargado. La tarde está preciosa y a ti te dio por tener esa mala cara —suspira—. Supongo que no puedes mantener mi ritmo de mi vida.
Sonrío.
—Créeme, he tenido un ritmo de vida bastante divertido en mi juventud —ella busca donde sentarse—. Solo puedo ofrecerte que te sientes en el caliente capo que tenemos.
—¿Qué hiciste para tener una juventud divertida y una vejez amargada? —con la palma de la mano, toca el capo y hace una pequeña mueca de dolor—. Me quedaré de pie...
Su murmuro me hace volver a sonreír.
—Vivir, Alena —me mira con diversión—. Bueno, honestamente eso es lo que intento.
—¿Cuántas personas estuviste custodiando todo este tiempo? —pregunta, cruzándose de brazos.
—No sé... mucha gente —me siento en el capó, tampoco es que esté tan caliente—. Solamente voy agregando nombres al currículum después de cada trabajo realizado.
—¿Por qué decidiste ser mi amigo con derecho? —trago grueso después de verla—. ¿Eres mi custodio o mi guardián?
Excelente pregunta, mi estimada jefa. Con gusto la respondo con total sinceridad. Soy su amigo con derecho porque soy el rey de los imbéciles y prefiero ser tu guardián.
—Hay preguntas que no tienen respuestas —alza una ceja—, pero en mi caso si tengo respuestas a tu pregunta.
—Entonces... —mueve sus manos para que hable.
—Soy tu amigo con derechos porque soy hombre y tengo necesidades —su rostro perdió todo brillo y su mirada pasó a una de completa decepción—, y prefiero ser tu guardián, es más íntimo.
—No tendremos sexo por un tiempo, ya que tengo mucho trabajo que hacer, pero cuando te diga que lo hagamos, dejas todo por mí y listo —su suave voz estaba temblorosa.
Soy un puto y un imbécil.
—Claro... —ella deja de verme—. Igualmente, eres mi jefa y debo dejar todo por ti.
—A tu novia no... —murmura, pero la logro oír—. Definitivamente eres muy profesional. Desearía por un momento que fueras más humano y no me vieras de esa manera.
—Jamás podré verte de otra manera —presiona sus labios—. Eres mi jefa y para completar, una princesa.
—¿Entonces conmigo todo es por obediencia? —asiento, ella camina hacia el auto y me hace señas para que le abra la puerta—. Entonces yo soy todo y tú no vales nada.
Trago grueso.
—Sí, princesa Alena. Aunque no lo creas, tú vales mucho más que cualquier persona en este mundo —le digo sinceramente cuando estoy frente a ella.
—Bésame —alzo las cejas—. Bésame, Bastian. Tú mismo acabas de decir que dejarías todo por mí porqué soy tu jefa y soy princesa. Entonces, bésame y es una orden.
¿También vas a dañar la vida de Alena?
Pongo mi mano en su mejilla y la atraigo hacia mí, posando mis labios en los de ella. No sé si fue su respiración o la mía la que se detuvo al sentir sus suaves labios. Empiezo a besarla pausada y tiernamente, ella por unos instantes se queda sin hacer nada y por esa razón mordí levemente su labio inferior, para que abriera un poco su boca y me correspondiera el beso.
Y entendí que esos labios serían mi perdición para siempre.
La atraje hacia mí y me di cuenta de que cabía perfectamente entre mis brazos. Era tan perfecta y olía tan bien, que me sentía hipnotizado. Mientras la besaba acariciaba su mejilla y ella respondía, acariciando mi escaso cabello, un suspiro por su parte me hizo caer en cuenta que estábamos en medio de la nada, pero ella siendo princesa, ese silencio tan sepulcral, podría traerle graves problemas.
—No podemos hacer esto en lugares así —su voz era ronca y adorable—. Podrían descubrirnos y te traería muchos problemas.
Me alejo de ella sin decir una palabra, pero sabía que lo que decía, era muy cierto y extremadamente arriesgado.
Vales la pena, Alena.
Vale la pena correr el riesgo por ti.
[…]
Habíamos llegado al departamento donde ella se estaba quedando y como siempre, antes de entrar, inspecciono que todo esté en orden. Ella claramente había cerrado la puerta y se encontraba sentada en el sofá, quitándose unas botas.
—¿Qué te cuesta esperar a que yo haga mi trabajo? —pregunto molesto—. Necesito saber que todo está bien para que tú puedas salir o entrar en algún sitio.
—Eres lento —suspiro exasperado—. Solo es mi casa y esta mañana he cerrado todo correctamente. Aquí no hay peligro de nada.
—No lo sé, Alena y mi trabajo es descubrir y saber que todo está en orden —la miro con molestia, ella simplemente me ve como si esto fuera un chiste—. Haz lo que te dé la gana. Te vale verga lo que yo te diga.
—A mí no me hablas así, Bastian —se levanta del sofá—. ¿Quién te crees que eres? Soy tu jefa y me obedeces. También merezco respeto y sí, me vale verga tu trabajo. Es mi casa y estoy completamente segura. Es el edificio donde todo el mundo es custodiado. No eres más que mi perro guardián con quien tengo sexo casual.
Y sí, señores. Tremenda jugada, las palabras más hirientes se las llevó ella.
—Entonces mi trabajo por hoy ya terminó —la miro con frialdad—. A menos que quieras sexo y me quite el papel de guardián, para ponerme el traje de puto.
—Tú aceptaste esto —me golpea con el índice cuando se para frente a mí—. Ahora no te la des de hombre honrado y ofendido. Sabías en lo que te metías porque yo no te obligué.
Me río seco.
—Entonces que siga así, princesa —me alejo—. Me iré a mi casa. Cuando quieras sexo me avisas porque como sabes, puedo dejar todo por ti para complacer las órdenes de mi jefa, pero puedo estar un poco lejos y seria problemático para mi intachable obediencia.
—Vete a la m****a, Bastian.
—Como usted ordene, princesa Alena.
Podía oler su decepción desde aquí y puedo asegurar que me lo merezco. Soy un imbécil que jode todo y realmente no importa cuál sea la situación, siempre, siempre lo voy a joder. Me siento completamente incompetente desde que no pude controlar la situación con Camelia y voy a tratar de seguir ignorando lo que ella hace por mí, pero es que me resulta imposible. Estoy completamente confundido y más que todo porque no quiero que salga lastimada. La vi crecer y fuimos por un momento algo especial, pero no sé cuándo cambió todo. No sé cuándo fue que ella quiso cambiar su manera de ver la vida conmigo y sí, estoy seguro de que Alena tiene que ver mucho en esto, pero… joder, estoy confundido.—¿Qué te pasa ahora? —pregunta mi amigo mientras nos tomamos una taza de café—. Esta mañana estabas idiota y ahora en la tarde estás más idiota. ¿Sabes que si sigues así lo más probable es que la princesa que custodias sea reemplazada? No quieren a ningún guardaespaldas con problemas para una tarea com
Un día más...Centro de entrenamiento Jack.Habían pasado quizás unas tres o cuatro horas desde que la princesa Alena me había dado el día libre. Estaba tan frustrado y enojado porque no podía creer que en mis casi 13 años siendo guardaespaldas, mi custodiada me dé un día libre sin ser el correspondiente. ¿Qué le pasaba? Ella no me podía hacer eso.Pero si pudo...Suspiro nuevamente cansado del entrenamiento al que me había obligado a tener. Estaba tan indignado y sí, es probable que también sea mi culpa el enojo de dicha princesa, pero deben tener conciencia y saber que ella también se equivocó. Veo a Kyle por el espejo del salón que se acerca con cara de pocos amigos.Ay, hombre, querer a alguien no es una tarea sencilla.—Se enojó, hermano —se tira en el suelo indignado también—. Se enojó porque no supe cuando era su cumpleaños.Me río, sentándome para poder disfrutar de la desgracia ajena.—Tenemos 5 meses saliendo y en ningún momento me habló de su cumpleaños. De hecho, ella dij
Clínica privada Love of Life.Boston-Massachusetts-Estados Unidos.La vida, a veces no es justa la vida...Primera vez que siento que me he comido la autopista de esta ciudad, creo que siempre he sido el buen ciudadano que va a 40 kilómetros por hora en una zona que lo indique, boto y separo la basura en los lugares correspondientes, no voy a fiestas porque odio a los borrachos adolescentes y las peleas que siempre trae estar poco cuerdo. De hecho, cuando yo perdí a mi hermana menor en un accidente de tren en España, por casi un año o tal vez dos, tomé hasta perder completamente mi conciencia.Ella tenía solo 11 años.Odio los hospitales porque me recuerdan a ella, odio al personal médico porque siento que no hicieron lo suficiente por mi hermana menor ni por mi ahijado, odio al mundo porque todos son unos corruptos y se mueve exclusivamente por el dinero, y sí, también me odio a mí por no poder ser más que un inútil en situaciones que no puedo controlar. He sufrido tanto y he visto t
Bastian Algunas horas más tarde... Aunque tuviera la llave para poder entrar las veces que yo quisiera a la habitación de Alena, no podría hacerlo. La única manera de poder entrar a verificar que estuviera bien, es cuando la enfermera pasa a hacer su ronda y yo ir con ella. Tenerla tan cerca y a la vez tan lejos. Es mi trabajo, lo sé, pero en estos momentos yo solo quiero cuidarla y estar cerca de ella para abrazarla. Joder, también lo sé... no puedo cambiar mi profesión en estos momentos, pero me siento un completo inútil. Puedo y a la vez no puedo entrar a esa habitación. Para mí ese lugar tiene una muralla que simplemente no podré pasar, aunque muera por hacerlo. —Zervas, ¿todo bien? —pregunta mi amigo, vuelvo a la realidad al escuchar la voz de Kyle y veo a la señora de la cafetería, esperando a que tome el pedido de mi comida. —Gracias —le agradezco a la señora y tomo el pedido—. Lamento haber atrasado un poco su trabajo. Su respuesta fue una sonrisa, me fui con Kyle y Ja
Bastian. La realidad me golpea… otra vez. No esperaba que mi mente me traicionara o que mi corazón me jugara una mala partida. Alena significaba un mundo para mí. Era la persona que más me importaba después de mis abuelos y mi hermana menor. La verdad que me siento mal por tener que sentir esto. Sé que los he venido confundiendo desde hace bastante tiempo en cuanto a los sentimientos que tengo, pero es necesario sacar todo de mi ser. No sé por qué tuve que engañar a Cam, de verdad creí que la amaba. Por un momento pensé que haríamos una familia, tendríamos un hogar, una casa grande, un hermoso gato porque odia los perros, le haría sus comidas porque no le gusta cocinar, pero no me importaba, de verdad que si quería el mundo con ella. Pero llegó Alena y todo se tambaleó y lo que sentía por Camelia tuvo un sentimiento tan diferente, que ni me había dado cuenta hasta que simplemente cambió. Miro a la hermosa chica que está hablando con el médico como si algo grave le estuviera dic
Algunos días después…Departamento de Bastian.Princesa Alena.Sé que esto es un error y voy a meter en problemas graves a mi custodio, pero es que no tengo a nadie con quien hablar y me siento sola. Hilary está con su novio haciendo cualquier cosa que hacen dos personas que se aman y honestamente, Jay es demasiado aburrido. Además, a mí me gusta muchísimo Bastian, pero él solamente piensa en el trabajo y su novia. Tenemos una relación de amigos con derecho porque yo se lo pedí. No puedo decir que estoy enamorada de él porque es muy ponto, pero si me gusta más que cualquier chico de este mundo. No soy buena expresando mis sentimientos y en el momento que lo conocí, sentí que era para mí y perderlo no quería, así que se me ocurrió la brillante idea de ofrecerle sexo sin compromiso.Pero es que es la primera vez que hago esto. Solo tuve un novio en mi vida y terminamos en mi último año de universidad. Nunca fue un amor recíproco y sufrí demasiado por él. Solo salía conmigo porque soy p
Semanas después…Bastian.Por más que perseguí a Alena y la encontré, nunca me dijo que fue lo que sucedió entre ella y Camelia. Simplemente fue un borrón y cuenta nueva en cuanto a su actitud hacia mí. La llevé a escondidas a su departamento y no volví a saber de ella por un largo tiempo. Seguía suspendido y me di cuenta de que no me encontraba cómodo con lo que estaba pasando.Para Alena no existí desde el día que pisó mi casa.Estoy jodidamente cabreado porque no sé hasta cuando ella va a seguir ignorándome. ¿Qué le hice? —Zervas, ¿será que puedes darnos la dicha de traer tu mente aquí? —la voz de mi jefe me cabrea más, pero finjo que estoy calmado.—Claro, no tengo problema en volver a ustedes —respondo con sarcasmo.—¿Calmaste tus hormonas o todavía estás en las nebulosas? —pregunta.Lo miro fijamente y trato de darme razones para no golpearlo ahora mismo. Primero, estoy así por culpa de él y las grandes sanciones que me puso por no controlar mis impulsos, y segundo, lo que más
¿Razones para hacerle muchas cosas a Camelia? Muchas y no pretendo discutir con nadie una posible intervención. Se supone que nuestro pasado, nuestro historial como guardaespaldas, no debe ser divulgado. Confidencial.Palabra usada para mantener la información personal de una empresa, institución o personas, seguras. Nada debe ser divulgado y ella mejor que nadie en el mundo lo sabe. No le encuentro razón a lo que hizo y claro, como el excelente imbécil que soy, me alejo de Alena. De inteligencia no me voy a morir y eso es seguro.—¡Bastian, cálmate! —decía mi amigo, deteniéndome.—¿Por qué? Ella no respetó el acuerdo confidencial con mi custodiado. ¿Por qué tengo que darle lealtad a alguien que me apuñala por la espalda? Estábamos en el salón de prácticas y me importaba tres hectáreas de v3rgas quien estuviera aquí. Camelia me las iba a pagar.—Yo no le dije nada, lo juro —me miraba con ojos de borrego traidor.—¡Me dejaste sin trabajo al decirle a la princesa Alena para quienes